El ex campeón de peso semipesado del UFC entrena en México para su siguiente compromiso y aprovechó para conocer una de las tradiciones más arraigadas en la cultura mexicana.
El ex campeón de las 205 libras de UFC, Jiri Procházka, es uno de los peleadores más enigmáticos del UFC. Nacido en la República Checa hace 32 años, Procházka usa métodos alternativos en su preparación.
La “Mentalidad de Samurai” a la que se acercó en sus años peleando en Japón, aislamientos y ayunos prolongados y entrenamientos en temperaturas bajo cero, lo han acompañado en su ascenso como uno de los mejores pesos semicompletos del mundo.
- Ordena UFC 309: Jones vs. Miocic por ESPN+ PPV (EE.UU.)
- Suscríbete a Disney+ para lo mejor de la UFC (Latinoamérica)
Ahora, Procházka se prepara para un combate a principios de 2025 y realiza su primer campamento en la altitud de la Ciudad de México, que con 2,240 metros sobre el nivel del mar, es la sede más alta en la que UFC ha realizado un evento.
“Es parte de mi propia educación universitaria, estoy haciendo estudios y un reporte para mi carrera. Además, quiero sentir los beneficios de pasar unas semanas aquí y lo que puede hacer con mi cuerpo”, explicó Procházka en entrevista con ESPN Deportes.
El ex campeón ha aprovechado el UFC Performance Institute en la Ciudad de México, donde tiene instalaciones muy similares a las de Las Vegas, para entrenar y seguir en forma, pero no todo ha sido trabajo en su visita a CDMX.
Procházka se define como un atleta espiritual, con el código del Bushido como su base, y es curioso de las tradiciones y rituales de los países que visita. El pasado 2 de noviembre visitó el poblado de Mixquic, en las inmediaciones de la Ciudad de México, uno de los puntos más tradicionales para la celebración del Día de Muertos.
Ahí pudo visitar la ofrenda monumental que se montó en la poblado, asistir al panteón y la catedral local, donde las familias pasan la noche en junto a las tumbas de sus seres queridos, presentando ofrendas con veladoras, flores, y los alimentos y bebidas que disfrutaban en vida.
“En República Checa es un día muy similar, pero en otra parte del mundo. No es tan grande como aquí, pero es un día dedicado a las almas, a nuestros ancestros, por eso puedo entenderlo bien, es una experiencia muy grata”, agregó.
El peleador encendió velas en memoria de sus seres queridos, y mencionó en especial a su padre, un agente de fuerzas especiales de la policía en República Checa que falleció cuando Jiri tenía apenas seis años.
Luego de conocer de cerca la tradición del Día de Muertos, que mezcla los elementos de los rituales de los pueblos indígenas de México y la religión católica que llegó con los españoles, Procházka visitó las pirámides de Teotihuacán.
Las ruinas, con la pirámide del Sol, la de la Luna, el templo de Quetzalcóatl y la calzada de los Muertos robaron su atención y pasó momentos de reflexión en las inmediaciones de la ciudad abandonada en medio del misterio hace más de mil años.
Procházka regresará a la República Checa para cerrar su campamento junto a su equipo antes de su siguiente compromiso en el octágono, pero asegura que la Ciudad de México se convertirá en una parada obligada en el futuro, como lo ha sido Japón, donde mantiene buenas amistadas y regresa constantemente para entrenar.