Si la temporada 20 de The Ultimate Fighter tuviera un villano, ese sería Brian Ortega. No le bastó con la broma de quitarle las llantas al auto de Alexander Volkanovski y mandarlo de vuelta a su hotel en burro. Esta elevó el nivel de sus travesuras.
Ortega llegó temprano al UFC Apex y trajo consigo dos enormes serpientes de más de 10 metros, junto a su equipo y entrenadores se escondieron para ver la reacción de los integrantes del equipo Volkanovski.
El semifinalista Brady Hiestand fue el encargado de abrir la puerta y el primero en quedarse blanco, minutos después llegó Volkaovski, que pensó que eran falsas, pero después la vio mover y comenzó con las risas nerviosas.
Al final resultó en una anécdota divertida, pero una que podría haberle sacado un susto a cualquiera.
Así como Michael Chiesa, esta vez los de Alexander tuvieron la visita motivacional del veterano Donald Cerrone, que tiene una gran variedad de herramientas para aportar y siempre ha recibido muchos peleadores jóvenes en su rancho, incluso el semifinalista medio Gilbert Urbina, lo ha visitado y recordaron esos días.
Comienza la preparación a la semifinal gallo. La perseverancia de Vince Murdock se convierte en el tema de conversación, pues aunque ya tenía un contrato para pelear con UFC recibió la noticia de que requería cirugía en el cerebro y no podría pelear.
Años después, toca la puerta de la promotora por la vía del reality show.
Llegó la hora del reto de los entrenadores. Se verán las caras en el octágono en UFC 266, pero un duelo de cornhole a 21 puntos sería el primer round de la rivalidad.
Brian llegó con la confianza de años jugando, pero los primeros puntos tardaron en llegar ante la desesperación de Dana White quien ofreció 10 mil dólares al ganador y 1500 a cada uno de los integrantes del equipo.
Como en las peleas, Brian comenzó barriendo, esta vez con un 6-0, pero Volk logró empatarlo, pero ahí el mexico-estadounidense sacó la experiencia y terminó con un marcador de 21-11.
En medio del festejo, Ortega donó su premio a los integrantes del equipo de Volkanovski, para que todos se fueran con algo, aunque tuvo que pedirle 2 mil dólares extra a White para completar.
Se ganó a los peleadores del rival, pero la batalla se libra dentro de la jaula.
Hiedstand trabaja con su contragolpe y aprovechar la ventaja de alcance, pero sabe que la ventaja está en el juego de piso.
Vince y Brady también tuvieron sus llamadas familiares para cargar energía antes del pleito, el primero habló con su esposa embarazada, con la que se casó días antes de su cirugía. Mientras que su oponente habló con su madre y su hermano, quien mostró su emoción de saber que está cerca de ganar, pro sobre todo de saber que puede entrenador diariamente con la leyenda del jiujitsu Craig Jones, entrenador del equipo Volkanovski.
Ya dentro del octágono la pelea sería corta, Vince amenazó con las manos hasta que Brady lo tomó de la cintura y trabajó el derribo, lo puso contra la jaula y luego con la espalda en la lona, ahí sabía que tenía todas sus oportunidades y las aprovechó.
Trabajó la posición de cien kilos y castigar a la cabeza con puños y codos. Durante más de dos minutos tuvo el control hasta que Mike Beltrán intervino para detener la pelea.
Tercer finalista del equipo del australiano y Brady Hiestand ahora enfrentará a su compañero Ricky Turcios por el título de gallo de The Ultimate Fighter 29.
Murdock lo pasó mal, pues una lesión en la rodilla durante la pelea le impidió ponerse de pie y las emociones lo vencieron tras ser eliminado.
Ahora solo queda un lugar por disputar, Tresean Gore quiere ser el único finalista de Ortega al enfrentar a Gilbert Urbina. La temporada está por acabar.