Presupuesto elevado, numeroso grupo de ingenieros al servicio, una fábrica de élite y no pueden lograr una moto competitiva para el Mundial de MotoGP. Parece increíble, pero Honda no consigue diseñar un chasis que conforme a Marc Márquez (la estrella del equipo) ni a Joan Mir, campeón 2020 con Suzuki y reemplazante de Pol Espargaró. Ante la crítica situación, el Ala Dorada tomó una decisión: encargar un chasis a Kalex.
El gigante japonés no gana un Gran Premio desde el de Emilia Romagna de 2021, de la mano de Márquez, y en 2022 fue último entre los Constructores. El gran objetivo para 2023 era volver a meterse en la pelea, pero los ensayos de pretemporada mostraron a sus motos muy lejos de Ducati (dominadores del 2022 y de los tests) y Aprilia. Los problemas que Honda mostró en los entrenamientos de Sepang (arranque de la pretemporada 2023), obligaron a la fábrica a construir un nuevo chasis para estrenarlo en los últimos dos días de ensayos, disputados en Portimao. Tras la primera jornada, Márquez lo descartó. Ante este panorama, la marca buscó apoyo en Kalex: la compañía con sede en Bobingen, Alemania, diseñará un chasis, que llegaría al GP de España del 30 de abril y lo utilizaría Stefan Bradl, el probador de Honda y quien correrá la carrera como invitado.
Parece increíble. Justo cuando Márquez, finalmente, llega en condiciones físicas para encarar una temporada de MotoGP, Honda no puede darle una moto competitiva. Desde 2019, cuando se anotó su sexta estrella en la máxima categoría del Mundial, que el español no puede completar un torneo. El tormento empezó en la atípica temporada 2020 (sacudida por el Covid-19) en el GP de España que abrió el calendario en Jerez de la Frontera. El tremendo accidente sufrido le provocó una fractura en el húmero derecho, que le demandó cuatro visitas al quirófano, tres años de recuperación y perderse 24 de las 52 carreras que se disputaron desde aquel día.