<
>

Disfruta y planifica

NUEVA YORK -- Carlos Peña se siente bendecido por estar de regreso a Grandes Ligas, nada más y nada menos que con el equipo que lo reclutó al profesionalismo hace 16 años, pero mientras disfruta plenamente cada segundo de la aventura, el inicialista se prepara para un futuro fuera del diamante.

Peña, quien fue firmado y despedido por los Angelinos de Los Angeles antes de que arrancara la actual temporada, alcanzó un acuerdo de ligas menores el 17 de junio con los Vigilantes de Texas, la organización que lo convirtió en profesional en 1998 y que lo convirtió en un "grandesligas" en el 2001.

Después de siete partidos en las ligas menores, los desesperados Vigilantes -- que perdieron por lesiones a los probados inicialistas Prince Fielder y Mitch Moreland, entre otras piezas claves -- convocaron a Peña al equipo mayor el 24 de junio y lo nombraron su primera base titular.

Nada mal para un hombre que no había consumido un turno en la gran carpa desde el 9 de septiembre del 2013 y se encontraba en su casa en Orlando, Florida, dedicando la mayor parte de su tiempo a su esposa y tres hijos.

"Sorprendido no es la palabra", dijo Peña a ESPNdeportes.com en Nueva York. "Estoy agradecido. Esto es lo que me gusta hacer y tener la oportunidad de regresar a este equipo, estar con estos jugadores, es una gran bendición", agregó.

"Estaba entrenando, pero principalmente enfocado en mi familia, disfrutando el verano. Estaba en paz, contento en donde estaba, pero cuando me hicieron la llamada no tuve que pensarlo dos veces", dijo.

Peña, quien batea de 39-5 (.128) con tres extrabases, tres anotadas y dos impulsadas en sus primeros 12 juegos con los Vigilantes, adoraría jugar béisbol por mucho tiempo, pero el veterano de 36 años ya está preparado mentalmente para aceptar gustoso su próximo rol en la vida, cuando sea que llegue.

"Estoy en una buena posición, en mi vida. Me encanta jugar el béisbol, pero ¿cuál es la otra alternativa? Estar en mi casa con mis hijos y mi esposa, algo que haré feliz de la vida.

Honestamente, me siento listo para esa vida familiar, peros no aún. Dios me quiere con los Vigilantes y estamos aquí tratando de ayudar", dijo Peña.

Peña, quien ha podido combinar la exigente responsabilidad de ser pelotero profesional con los estudios universitarios, sabe exactamente lo que hará cuando terminen sus días como jugador.

"No creo que quisiera estar como coach o algo por el estilo, pero sí me interesa lo de la televisión y ser comentarista. Se ve bastante divertido. Me interesa ese campo", dijo Peña.

Mientras tanto, el inicialista está enfocado en resolver una cuestión más actual: Elevar su promedio de bateo.

Peña es un reputado defensor de la primera base que promedia 31 jonrones y 89 carreras impulsadas por cada 162 partidos durante su carrera de 14 años en Grandes Ligas, pero cuyos bonos en la industria bajaron notablemente en las últimas tres temporadas debido a sus pobres promedios de bateo.

Peña, el Regreso del Año de la Liga Americana del 2007, cuando bateó .282 con 46 jonrones y 121 impulsadas con Tampa Bay, y quien ha pegado 286 vuelacercas en su carrera, batea .232 de por vida y no logró superar la barrera de .200 en dos de las tres temporadas anteriores.

"Pueden ser muchos factores, es difícil hasta tratar de analizar las cosas. Trato de no abrumarme o ahogarme en eso, sino en buscar soluciones. Quiero ser mejor bateador, usar más todo el campo, pero es difícil encontrar una respuesta", dijo Peña.

"A veces, buscando respuestas, puedes confundirte", agregó.