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Derrota que promete

ESPN

Aún sin el bronce, esta selección deberá sentirse orgullosa por dejar claro que tiene calidad y talento.

La Selección Mexicana de fútbol que participa en Tokio 2020 no pudo conseguir el boleto a la final del torneo al caer en serie de penales ante Brasil, dejando un muy agradable sabor de boca tanto en lo individual como en lo colectivo.

Si bien es cierto el Tri no generó demasiadas opciones tan claras de gol como para merecer mucho más, pero el haber resistido los embates del rival en la primera mitad y el desgaste físico, mental y emocional en la parte complementaria y el tiempo extra, tiene un valor altísimo para el equipo que dirige Jaime Lozano.

Algunos criticaron en redes sociales los cambios del ‘Jimmy’ argumentando que los hombres de experiencia que podían ejecutar los penales fueron relevados y por ende no estaban disponibles para cobrar. La realidad es que de no haberlos sustituido quizás ni si quiera habría llegado el equipo a esta instancia por el altísimo desgaste al cual fueron sometidos durante el partido.

Sigo pensando que Alexis Vega, Henry Martin, Luis Romo y Sebastián Córdova tuvieron un torneo muy bueno, pero en este encuentro la mención honorífica tiene que ser para la línea de cuatro defensores que supo contrarrestar y solventar el peligro brasileño en sus diferentes modalidades. Ya sea por aire, por tierra, en contragolpe o con centros, la zaga del Tri Olímpico se comportó, no solo a la altura del compromiso, sino que además mandaron un mensaje directo a Gerardo Martino para recibir una oportunidad en selección mayor con efecto inmediato.

Angulo, Montes, Vásquez y Loroña merecen una distinción que deberá ser premiada en la misma eliminatoria mundialista al dejar en claro que pueden ser, no solo el futuro o en el mediano plazo, sino también en el corto. Sobre todo lo centrales que bien podrían cubrir la posición que tanto ha adolecido la selección mayor con un Salcedo que está lejos de su mejor versión, un Moreno que sigue recayendo en lesiones y un Araujo que da dos buenas por dos malas.

La derrota ante Brasil dolió no solo por la desmañada sino por la alegre y bien trabajada propuesta de Jaime Lozano que dicho sea de paso, cayó varias bocas de quienes dudaban de su capacidad o experiencia para llevar las riendas del equipo Olímpico. Seguro estoy que en los próximos meses recibirá varias ofertas de equipos de primera división para estar en sus filas.

Tras la derrota, el equipo deberá cambiar rápido el chip para preparar un durísimo partido ante Japón, equipo que los superó durante 80 minutos del partido de la fase regular y de donde deberá sacar conclusiones Lozano para no repetir los errores de aquel 2-1 en contra ante los locales.

Pero aún sin el bronce, esta selección deberá sentirse muy orgullosa por haber dejado en claro que la Selección Mexicana tiene calidad y talento pensando en el cambio generacional para las Copas del Mundo no solo de 2026 sino también de 2022.