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¿Quién reprobó con el Tri en el duelo ante Japón?

Hay cosas buenas y también malas de la noche del martes de la Selección Mexicana en Austria, pero se imponen las bondades que este equipo ha mostrado en dos “escapadas europeas” sobre el final del atropellado año futbolístico. Hay mucho que aprender y corregir, pero también hay otros aspectos que resultan altamente gratificantes de cara al futuro. ¿Qué es lo que desprende tras los cuatro juegos en Europa? Que México no debe tener contratiempos en la eliminatoria mundialista, que debe corroborar su jerarquía en el área, más allá del inminente regreso de Estados Unidos con una camada joven, y que luego debe prepararse futbolística y mentalmente para afrontar su prueba real y definitiva que será el Mundial de Qatar 2022... En medio de la espesa neblina en la ciudad de Graz, México sacó la cara y eso es bueno...

SAN DIEGO, California.- Ni la espesa neblina austriaca fue capaz de ocultar lo grandes defectos que por momentos tuvo el equipo mexicano en el cierre de su fecha FIFA europea. Y, sin embargo, la bruma tampoco fue capaz de tapar las buenas sensaciones que esta selección arroja de cara al futuro...

Se ganó, sí, se encontró la contundencia, también, pero antes de ello, la selección de México tuvo especio y tiempo para un desgraciado primer tiempo donde el mejor fue Guillermo Ochoa. Es más, si yo tuviera que elegir a un protagonista del juego, más allá de los goles triunfales de Raúl Jiménez y de Hirving Lozano, ese sería, sin duda, el ya legendario guardameta del América.

Lo más trascedente de todo sigue siendo la fuerza competitiva que le ha representado a México sus dos “escapes europeos” de fin de año. No sólo el balance de resultados es positivo, también el de actuaciones y sobre todo el de aprendizaje. Es evidente que los 4 juegos, ante Países Bajos, Argelia, Corea del Sur y Japón, le han servido a Gerardo Martino para tener una aproximación de donde esta y hacia donde se dirige el futbol de México, cosa que en su área geográfica competitiva es muy difícil de saber o hasta de adivinar. En algunos momentos de la gira, el equipo adoleció de orden defensivo y se desubicó fácilmente en el campo de juego. En otras, el equipo mostró justamente algunas de las características que Martino intenta compenetrar en este grupo: salir con el balón controlado, mantener la posesión del balón, circularlo con inteligencia y ritmo y tratar de terminar las jugadas ante el marco contrario. Al final, México encontró, frente a los rivales asiáticos, la contundencia que tanto había buscado ante Holanda y Argelia: se va con cinco goles en dos partidos y un mayor número, sin duda, de buenas que de malas sensaciones.

En el plano individual, la selección espera que jugadores como Héctor Herrera ++que tanta falta le hizo la noche de este martes en Austria++ Raúl Jiménez, Jesús Manuel Corona “El Tecatito” e Hirving “El Chucky” Lozano mantengan y hasta potencialicen aún más su nivel en el futbol europeo. Otros “europeos” deben apurarse. Jugadores como Lainez y Edson Álvarez y otros que vienen atrás deben ganar minutos, continuidad y terminar de crecer. No tiene problemas en la portería. Ochoa es un baluarte y tendrá la competencia que necesita a través del veterano Alfredo Talavera. Hay que encontrar a los defensores adecuados. Desde un lateral derecho que cumpla con las condiciones de defender y atacar y hasta una pareja de zagueros centrales que este a la altura de las condiciones. Algunos futbolistas que actúan en casa o en la MLS, Carlos Rodríguez, Orbelín Pineda, Romo, Martin, JJ Macías, Pizarro, Pulido y hasta el propio Javier “El Chicharito” Hernández, pueden y deben ayudar en el proceso.

Falta mucho camino por delante. México tiene un equipo que debería solventar sin contratiempos las eliminatorias de la Concacaf. Debe imponer su jerarquía y su nivel de juego ante Estados Unidos que, con su nueva camada, se perfila para volver a ser el gran rival del conjunto mexicano. Y luego, llegar lo mejor preparados a Qatar 2022 para tratar de mostrar los avances y el anhelado acercamiento hacia las grandes potencias del juego. En medio de la neblina austriaca, México sacó la cara. Y eso es bueno, a pesar de lo mucho que hay corregir...

@Faitelson_ESPN

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SAN DIEGO-- Otro penalti obsequiado por el arbitraje. Un adversario con diez en la cancha por la roja a Aquivaldo Mosquera. Monterrey sólo necesitaba querer para poder ser campeón. Pero se fugó del pedestal.

La mesa estaba servida. Pero Rayados claudicó. Renunció. Se acobardó. Huyó de la prominencia de la gloria. Castrado, no fue masculinamente serio.

Pachuca le arrebató el título, con lealtad, en medio de las deslealtades en ambos juegos de la Final. Se sobrepuso a las heridas arbitrales, y entre un segundo de descuido de la eterna promesa Édgar Castillo, saltó a la heroicidad accidental el cabezazo de Víctor Guzmán, quien ingresó como rescatista para erigirse como el ejecutor del grupo.

En la nómina. Monterrey estaba plagado de figuras, de futbolistas consumados para la trascendencia, pero los baluartes insospechados saltaron desde el pelotón de las víctimas: una noche más de epopeya para Óscar El Conejo Pérez, que hoy es más que los que llenan el botiquín de Juan Carlos Osorio.

Y en la ironía de la tragedia, quien parecía condenado a ser el condenado a muerte, fue el redentor de su equipo: Aquivaldo Mosquera se ganó la roja por impedir que Pabón se pavoneara con el gol de la consagración.

Dejó con diez a Tuzos, que se enamoraba ya resignado de la abnegada esperanza de las tandas de penales. Al final, el villano propiciatorio se transformó en el protagonista redimido con la coronación del Pachuca.

Y entre las sublevaciones urgentes y emergentes de Pérez, Mosquera y Guzmán por los hoy monarcas, los Rayados consumaron la atrocidad de su propio suicidio. Murieron de cobardía, la peor de las muertes.

Porque las circunstancias, si es que cabe tan farsante descripción para los despojos arbitrales al Pachuca en la Ida y en la Vuelta, le entregaron al Monterrey las condiciones inmejorables para ser campeón.

Pero Edwin Cardona despedazó, casi con tufo de traición, el citatorio desde el punto penal. El destino le entregó las llaves de la gloria y de la eternidad en un cobijo majestuoso como es Monterrey, pero...

Con el título en sus pies, en sus manos, y en ese corazón empequeñecido como menudencia de pollo, Cardona se asustó, insisto, ante la prominencia de la gloria, y desperdició el penalti cuando Rayados parecía insinuar una masacre sobre Tuzos.

Un título que se llena de esa fascinación casi mitológica del futbol: los poderosos amparados con el abuso del poder.

Monterrey, pudo, lo supo, debió, pero no quiso, porque, es evidente el sastre de la gloria le confeccionó un frac demasiado grande para Rayados.

Y sin duda, consolidarse, coronarse, consumar el campeonato en medio de tamañas adversidades, agrega un sabor inconmensurable de hedonismo a la coronación de Pachuca.

El universo del futbol mexicano parecía confabular en su contra... y Goliath se quedó con las manos vacías y la sonrisa torcida.

¿Es Cardona el único culpable? Es, sin duda, el Judas convertido en antorcha humana. Pero debe agregarse a un Mohamed que no supo dar la última arenga, la necesaria, la imprescindible, a su grupo.

Y agregar la renuncia de Carlos Sánchez junto con la falta de inteligencia y de autoridad para manejar su caso por parte de la directiva; y claro el egoísmo de Pabón, y la consumada inutilidad histórica de un pecho frío como Cardozo.

¿Y la herencia de Pachuca? La perseverancia, el método, la presencia de tres joyas del futbol mexicano aún pendientes de la madurez consagratoria, como Lozano, Pizarro y Gutiérrez, en medio, cierto, indiscutible, de un equipo que tiene a 11 no nacidos en México en su nómina, y a nueve más diseminados en otros equipo.

Y hoy, al final, en la Final, es más digno vencedor Pachuca, que digno perdedor Monterrey.

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CHARLOTTE -- La afición y la aflicción mexicanas cohabitaron en el Georgia Dome de Atlanta. Entre el gozo y el pozo.

La afición saboreó su catarsis. Ese alarido que es estertor para la FMF e insulto para la FIFA y folklore para la raza: "Eeeeeeeeeh p...o".

Y retumbó con más ahínco, con más decibeles, como si la vida les fuera en ello. Y los que vivían en el anonimato genuino de la imparcialidad se agregaron al carnaval. Estadounidenses y paraguayos alargaron el coro que la FIFA ha clasificado como discriminatorio.

Había dicho el viernes Juan Carlos Osorio que "es un grito que no pretende ofender a nadie". La mexicanización de buena fe del colombiano. Dos naciones unidas por riquezas culturales, devoción futbolística, y el flagelo criminal y sanguinario del narcotráfico. Guillermo Cantú reconoce su sobresalto. Su oído no era taladrado en el Georgia Dome por el fandango, sino por las represalias de FIFA. No lo dice Cantú, pero es así, de la hipócrita FIFA. Se da baños de pureza tras décadas de decadencia moral con su Nerón supremo: Joseph Blatter. La prostituta reclama su virginidad.

México recibe multas y las apela, las repela, y se... resigna. Y Guillermo Cantú enciende la antorcha dispuesto a quemar sus naves. Y lo sabe, con él a bordo.

Cuando las multas se acumulen y una de ellas derrame el vaso de la falaz paciencia de FIFA, entonces la comadrona con disfraz de doncella que regentea Sodoma y Gomorra sacará la guadaña.

Y entonces comenzarán los vetos de estadios, los juegos a puerta cerrada. Hasta que el Tri termine siendo un indigente en su propio país. Recurrirá al asilo deportivo en EEUU.

Guillermo Cantú y la misma FMF tienen miedo siquiera a pensar en las consecuencias extremas. Pero las amenazas existen. Lo reconocen. Lo aceptan, aunque no lo divulguen.

El pánico no es hacia las multas. Ninguna federación de futbol de América, ni Brasil, administra más de 650 millones de dólares en un ciclo mundialista. Dinero hay, pero...

1.- Recordemos que el único país suspendido drásticamente por el uso de cachirules ha sido México, y ocurrió en 1988, a pesar de haber organizado ya dos magníficas Copas del Mundo.

Porque a Brasil también se le descubrieron actas falsificadas y jugadores por encima de la edad permitida y la FIFA, hipócrita y farsantemente, cerró los ojos. México es un país frágil y tentador para imponer sanciones ejemplares.

2.- ¿Está mas en peligro el Tri de no ir al Mundial por el grito mencionado que por la fortaleza de los rivales del área de Concacaf? Así lo percibe la FMF.

La tozudez de la afición con el alarido de "eeeeeeeeeh p...o" es la verdadera Espada de Damocles sobre el pescuezo mexicano, más que el nivel de la zona, con varias selecciones en transición.

3.- En la acumulación de sanciones, en la desesperación malsana, iracunda y frustrada de FIFA, podría simplemente determinar dejar fuera de la eliminatoria mundialista a México. "Por desacato reiterado".

4.- O si en el Mundial de Rusia florece el grito la sanción podría ser extremadamente severa. Más allá de que la afición mexicana piense en desaforar su garganta gritando el apellido del presidente ruso Vladimir... Putin (y se pronuncia Pútin).

La FMF busca soluciones, pero también sus apelaciones han sido rechazadas, mientras hurga en nuevos mecanismos de defensa, porque ya espera la multa y la amonestación por el fervor destemplado en Atlanta, y porque existe el riesgo de que el coro surja en San Diego y hiera los castos oídos de la Santa Inquisición en Zurich.

"Les demostré (a FIFA) que en Vancouver eran aficionados canadienses gritando así, y sólo un mexicano entre ellos, y me dijeron que 'por ese mexicano te castigamos'", reveló Cantú el sábado por la noche, tras el 1-0 de México a Paraguay.

1.- Algunos grupos consolidados defensores de la homosexualidad en México han manifestado con seriedad que el aleluya sardónico de la tribuna mexicana no los enfada ni los insulta, porque entienden, como explica Osorio, que no es una manifestación de repudio, sino de jolgorio para presionar al portero.

2.- Pedirían a los jugadores mexicanos que al despejar el portero contrario, recuperaran el balón para arrojarlo por la línea de fondo, para que el portero despeje nuevamente. Y si el grito continúa, seguirlo haciendo hasta hacer entrar en razón a la fanaticada.

3.- Pedir al portero contrario, con el aval arbitral, que no haga el despeje de meta, hasta que se silencien los gritos, cuantas veces sea necesario en el partido, y pedir apoyo al sonido local.

4.- Que cuando se disponga el portero a despejar, los seleccionados mexicanos se abrecen en media cancha, o se paren ante el portero para impedir el despeje, con la comprensión del silbante.

5.- Contratar a compositores y músicos para dotar a la tribuna a nivel nacional de cánticos deportivos, de apoyo genuino a su equipo, y sin énfasis en insultos sobre el adversario, lo cual raya casi en la inocencia y el candor.

Lo ridículamente irónico, lo patéticamente incomprensible, es que los dos próximos Mundiales que ha otorgado la FIFA son en dos naciones con un cínico, criminal y amenazador odio hacia la homosexualidad, incluso con castigos físicos y pena de muerte, como en Rusia y Catar.

Quedan preguntas abiertas, como si la FMF ha contratado a los mejores abogados posibles en el mundo para apelar estas decisiones, e incluso para tener la astucia de llevarlos al TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo). Aunque, cierto, la reacción podría ser más enconada y visceral.

Ideas sobran. Factibilidad para llevarlas a cabo, es el problema, porque aunque algún sector de la afición lo comprenda, no faltarían los vándalos que eligieran seguir con el grito.

La realidad es que en este momento, aunque no lo promulgue la FMF, la principal aflicción del Tri es su propia afición.

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ATLANTA -- Los dos buscan respuestas, más que resultados. Y buscan respuestas que les obliguen a nuevas preguntas. Los dos buscan más dolencias que sanar, que virtudes que apapachar. Ambos, Paraguay y México.

El marcador del Georgia Dome, como cualquier veredicto, tiene su importancia. A nadie le gusta morir acribillado, ni siquiera de a mentiritas en los juegos de video. Nadie tiene siete vidas gatunas. Ni siquiera los gatos.

Juan Carlos Osorio tiene aún futbolistas en competencia en la Final de la Liga MX, y con veladoras encendidas, rosario en mano y jaculatoria en la boca, para que sus soldados del torneo totonaca no sigan las tribulaciones de Argentina con Messi o de Uruguay con Suárez, claro, guardando proporciones, porque no hay Ferraris en los pits del Tri.

Una postura sabia: hacerle la autopsia al paciente cuando aún se encuentra vivo. Más allá de esta analogía, podrá encontrar cura a sus males, antes de que se muera de un marcador. Y ya lo eternizó Nietzsche: "Lo que no mata, fortalece".

Al entrenador colombiano no le preocupan las cualidades del Tri. Las conoce. Trabaja sobre ellas. Le preocupan, sin duda, las dolencias. El médico no ve salud, ve achaques. Y a Osorio le preocupan los inminentes achaques de su selección.

Aun con Javier Hernández cerca de la mejor forma posible, Osorio necesita convertir a peones en alfiles. Anuncia a Carlos Gullit Peña como bayoneta ante la retaguardia guaraní.

"Falso 9", describe el técnico. Y encumbra al Gullit huasteco como si fuera la versión recargada del Gullit holandés. La urgencia, la fe y la ilusión pueden transfigurar a la Chupitos en Jennifer López.

Lo cierto es que el Gullit no desconoce la posición, lo cual no significa que sea un erudito consumado en esa posición. Osorio acierta cuando habla de su fortaleza, potencia, personalidad y capacidad de definir.

Con Peña ensayaron en ese puesto Matosas, hoy vacante, Pizzi, hoy técnico de Chile, y Almeyda, entrenador de Chivas. Lo hicieron igual que Osorio podría hacerlo ante Paraguay: por necesidad. Todos han parecido convencidos, menos el propio jugador.

México, lo tiene claro, hoy no pretende jugar contra Paraguay, sino contra la versión más uruguaya que su cuerpo técnico cree ver en Paraguay, desde la formación, el parado, el acomodo, hasta las sutilezas ofensivas de las que eventualmente dispone. Claro, hoy, no he visto aún al Suárez o al Cavani guaraní.

Y curioso sin duda, porque en su homilía en la víspera del juego, Ramón Pelado Díaz habla de recobrar el arraigo del futbol ofensivo en los guaraníes, mientras que Washington Tabárez cada vez más fortalece el dique de contención charrúa.

Al final, el ensayo es válido. Es mejor un sparring que cientos de rounds de sombra. Este sparring devolverá golpes, mientras que el abuso de interescuadras aburre más que jugar en video con un árbitro mexicano, es decir, con un invidente.

En medio de ese escenario, Osorio cada vez se atreve más a profanar la frontera de las ilusiones. "Con los siete que hacen falta, la selección mexicana está lista para confrontar a cualquiera".

Claro, sabe que el Tri juega de local en una Copa América, que sigue siendo Copa y es más que nunca de América, aunque se desprendan fracturadas, joyas como Suárez, Neymar, y posiblemente Messi, ante las exigencias que hace el Barcelona este sábado de que no juegue el torneo.

Y, sin duda, para la metodología de Osorio, un hombre obsesionado con el laboratorio de los entrenamientos, la mejor cocina la encuentra en el trabajo diario.

Y la generación de futbolistas mexicanos de la cual dispone, más allá de su calidad futbolística, según el rasero de cada quien, es una generación ennoblecida por cicatrices, es arcilla noble para el trabajo, como lo ha dicho el mismo entrenador, si se es honesto, franco, congruente con lo que se predica.

Por eso, insisto, es una postura sabia hacerle la autopsia al paciente cuando aún se encuentra vivo.

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CONCACAF rumbo a Rusia 2018

FECHA
26/03
2016
por ESPN Stats & Information
 

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LOS ÁNGELES -- "Siéntese ahí y pregunte. Yo voy a seguir trabajando". Suavizó el tono imperativo con una de esas escasísimas e insinceras sonrisas.

Fue uno de los tres momentos en que detuvo la infatigable y brincona mirada en el reportero en su hacinada oficina en el Club Atlas Colomos.

Era una charla pactada por diez minutos. Escuchaba y respondía mientras hurgaba caóticamente en el caos organizado de su oficina.

Parecía extraño conciliar una entrevista con un personaje que tenía la mente, los ojos, las manos y los ademanes bailoteando, y mirando de reojo el reloj de pulsera.

Su escritorio, si es que lo había, desaparecía debajo de la multitud silvestre que albergaba en un desorden urbano: revistas de Europa y Sudamérica, recortes de diarios, y carpetas con más recortes o papeles con estadísticas.

Y por supuesto casetes de video, de todo tipo, con un código de identidad ininteligible para cualquiera que no fuera Marcelo Bielsa, vestido totalmente en blanco ese gigantesco cuerpo. Parecía más un tenista en el retiro que un entrenador con afanes de pionero en el equipo con más ADN de pionero del futbol mexicano.

La segunda mirada al reportero ya traía bronca. La pregunta había sido sobre los genes en las matrices del Atlas.

En Pumas la tarea era completa: formaban, en ese entonces ya hoy difícil de creer, jugadores líderes, con personalidad. Atlas, en cambio, era fértil, pero sin esa rabia ambiciosa y rebelde.

"¿Usted cree eso?", espetó Bielsa. Una pausa. Una mirada. Y la respuesta ya con la mirada y su atención secundaria, esa de mentes privilegiadas, puesta en urgencias: "En Atlas hay grandes jugadores y saldrán varios de ellos con más que ese temperamento o carácter que usted dice Pumas. Lo verá".

"De aquí saldrán ganadores", agregó como eslabón aislado de esa cadena de respuestas, agregó.

La tercera mirada de Bielsa fue con el índice en su reloj y con unos papeles sobre su tabla de trabajo. "Los diez minutos, ya terminaron". De nuevo esa sonrisa larga, apretón de manos y la frase imperativa: "Cuando salga, cierre la puerta". Y se esfumó colgándose el cordón con el silbato al cuello.

Cumplió su palabra. Revisando la columna vertebral de las más recientes selecciones nacionales, aparece el sello del Atlas.

La más sólida médula del Tri, ha sido con la fiebre, la fibra y el talento atlista, más allá de que, como todos los futbolistas, han tenido crestas y valles.

Oswaldo Sánchez, Rafa Márquez, Pável Pardo y Jared Borgetti fueron durante mucho tiempo el esqueleto de selecciones nacionales. Como en su época lo fueron jugadores de Pumas o de América o de Chivas.

Hoy, Rafa Márquez pide que ya se le busque un heredero, como si fuera tan simple como meter un paquete congelado al microondas y soltarlo a la cancha.

Márquez, lo hemos dicho, más allá de que no sabe escribir cartitas gremiales y gregarias, es un futbolista con una inteligencia futbolísticamente competitiva, sin igual en el futbol mexicano. Y eso no se inculca, lo mama el propio de jugador de sus experiencias directas.

Oswaldo Sánchez se fue, y más allá de aquel dislate ante Honduras, pidiendo tregua, del Atlas saltó a condecorarse con Chivas y Santos, y apoderarse de la selección mexicana.

Ciertamente, con su erudita e implacable manera de elegir y analizar el cobro de un tiro libre, el francotirador y guerrero Pável Pardo ha visto desfilar a sucesores de buena estampa, pero no de mejor pegada.

Y Jared Borgetti sigue al frente de la tabla de goleo en el Tri, con el Chicharito Hernández acercándose a cinco goles y a pesar de la fascinante capacidad que tiene para desperdiciar lo indesperdiciable. Desprecia lo indespreciable, y seguir errando goles.

Hoy, irónicamente, el pivote del Tri es otro rojinegro: Andrés Guardado, quien tras un 2013 patético, regresó a conquistar Holanda y a heredar, al menos, el gafete de capitán de Rafa Márquez.

En un futbol donde pululan, algunos como mercenarios y pocos como profesionales, jugadores extranjeros desde fuerzas básicas hasta Primera División, es denigrante que se busque herederos por consigna, por encargo, y no por desarrollo lógico de jugadores.

Pumas se ha secado. Chivas está formando apenas una nueva generación. Cruz Azul hace 20 años que no cincela un auténtico referente de sus viveros.

América presume sus campeonatos en divisiones Sub-20, Sub-17 y Sub-15, pero después los extermina. Atlas sigue enraizado en escapar a problemas de descenso.

Toluca ya no tiene aquella escuela prolífica en Guadalajara. ¿Y Pachuca? Las poquísimas promesas que asoman, son más para el relumbrón superficial de sus dirigentes. Héctor Herrera, es El Zorrillo que aromatiza de ego las fantasías de los Tuzos.

Y Rafa Márquez pide que se convoque a su delfín. Tal vez en sus escuelas de futbol pudiera encontrarlo antes él mismo.

Y Andrés Guardado reclama sentido común a los dirigentes que han llevado al Tri a dos procesos eliminatorios de terror, y que no arrancan mejor este nuevo con rumbo a Rusia 2018.

Bien lo simplificó el humorista Jardiel Poncela como si fuera el psicoanálisis de dirigentes mexicanos: "El sentido común es el menos común de los sentidos".

Y recordemos que el mejor proceso armado en torno a una estructura de selecciones nacionales. Lo arruinaron Justino Compeán y Decio de María, emboscando a Néstor de la Torre y acomodando ahí a su amigo incondicional Héctor González Iñárritu.

Por eso el proyecto Bielsa ya no sólo parece necesario, sino urgente, y no para la selección mexicana, sino para convertirlo en patriarca de la formación de futbolistas.

Después de todo, no sobrará algo de esos 650 millones de dólares que factura el Tri en este ciclo mundialista como para seducir para que trabaje libre de oscuros, perversos y malsanos intereses de la FMF.

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LOS ÁNGELES -- A México lo alcanzó su destino. Nuevamente. Y muchos bobalicones se regocijan con el mérito del Ya Merito. Para lamerse las heridas.

Ganaba México 2-0. Y terminó 2-2 ante Argentina. La número uno del mundo, según FIFA, aunque no se le vio como tal. Y con el número uno del mundo, según los barcelonistas, no los argentinos... y tampoco se le vio como tal.

México 2-0. Ganaba. Sí, conjugado el verbo ganar en ese copretérito pluscuamperfecto de la frustración y la amargura.

2-2 que deja sabor a derrota en una selección que no supo manejar las circunstancias del partido. ¿A quién culpar? A nadie. ¿A quién responsabilizar? A muchos.

1. Javier Hernández y Andrés Guardado dejaron escapar dos posibilidades inmejorables de gol.

2. En la desesperación argentina, el Tri tuvo espacios y tiempo para crear, procrear y recrear jugadas de gol. Las generó y las desperdició incluso sin elegir la jugada final correcta.

3. Moisés Muñoz sale a cazar un balón, pero le estorba la carrocería que se niega a reaccionar cuando el balón y el rival lo rebasan. Su noche formidable la hace añicos.

4. 'Tuca' Ferretti hace de nuevo cambios equivocados. Claro, no hay mucha ayuda, porque Miguel Mejía Barón se hizo famoso por no hacerlos en el Mundial de Estados Unudos '94.

5. El más grave error de Ferretti es sacar a 'Gallito' Vázquez. Había secado las zonas de contacto y enlace de Lionel Messi, ciertamente poco activo además. La versión pecho frío con la albiceleste. Y Guardado era el gran auxiliar de Vázquez.

Pero el 'Tuca' llama de la banca a su incondicional oreja en el vestuario, a Torres Nilo, descompone el trabajo de Miguel Layún, y Messi, con lo poco que quiso, resolvió el 2-2.

6. De nuevo Rafa Márquez demuestra su importancia en la cancha. De nuevo Oswaldo Alanís demuestra lo que establecíamos desde que estaba en Santos: no era él, sino el reflejo del esquema de Caixinha. Por eso en Chivas es y será banca.

7. Encima, Ferretti agrega a Carlos Vela a un partido que se había vuelto un desorden para México y adrenalina para Argentina. Enviarlo a rescatar sus sandeces tácticas fue un abuso para el jugador de la Real Sociedad.

8. Un dato interesante del tuitero Eric Salinas: 'Tuca' ante River Plate de Argentina en la Copa Libertadores ganaba 2-0 y el empate se lo endosan a los minutos '86 y '89. Ante la albiceleste, del 2-0 al 2-2, a los '84 y a los '88.

El #SíndromeDelTuca. O como dicen vulgarmente en redes sociales: #ElTucaLaCruzazuleó.

¿Y Argentina? No se tomó plenamente en serio el juego. Rehuyó los riesgos de la cancha. Sólo sus habituales talladores, como Otamendi, buscaban hueso y cartílagos e incluso debió irse con dos amarillas en el primer tiempo.

¿Se toleran especulaciones por el 4-1 de Brasil a Estados Unidos, y este 2-2 de México con Argentina?

Absolutamente, aunque es necesario puntualizar y reiterar la consideración de que esta selección de Estados Unidos es la peor versión de los últimos años, gracias a la tozudez de Jürgen Klinsmann y a que piensa aún que Michael Bradley, un día, algún día, será el nuevo Landon Donovan.

Pero, el Tri sigue teniendo la mejor opción de conseguir el boleto para la Copa Confederaciones Rusia 2017.

La única condición es que con el 'Tuca' como técnico, el partido dure sólo, única y exclusivamente 87 minutos.

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LOS ÁNGELES -- La diplomacia y la cautela innecesarias se convierten en mentira e hipocresía. La diplomacia, bien ejercida, es un arte de engañar. Es para ilusionistas del embuste. La hipocresía es la versión cínica de la argucia. El asalto descarado.

'Tata Martino' quiso ejercer una y terminó en la otra. Quiso vestirse de gala y terminó con los harapos del leprosorio de la farsa.

Con reflectores y pausadamente, el técnico de Argentina inflama e infla al futbol mexicano. Le prende un galardón que promueve la carcajada y la indignación.

"Es (el futbol mexicano) el que más ha evolucionado en los últimos 20 años", comentó Martino como promulgación divina desde el endeble púlpito donde despacha el entrenador del Número Uno del enclenque escalafón de FIFA.

Y muchos se bañaron indecente y obscenamente bajo la lluvia ácida de la mentira. Si el Tata lo dice, debe ser verdad, concluyeron los coros oportunistas.

Sí, y muy especialmente cuando lo dice el que dirigiendo al mejor Barcelona posible con todo y Messi, y a la mejor Argentina con todo y Messi, no ha ganado nada.

Lo peor, es que tanto ciego --sí, ciego--, quedó encandilado con sus palabras y la tomó como un sermón legítimo. Se taparon las heridas a lengüetazos.

¿Es el futbol mexicano el que más ha evolucionado en los últimos 20 años? Seamos benignos con Tata Martino. Concedamos que no fue una artimaña, sino ignorancia.

  • 1.- ¿México, el mejor, aunque ha perdido la hegemonía absoluta en la Concacaf?

  • 2.- ¿Cuándo en casi esos últimos 20 años ha sufrido tres Aztecazos y le han perdido el respeto en su Templo Mayor?

  • 3.- ¿Aunque sus dos últimos procesos mundialistas tuvo que enderezarse de la plancha, debatiéndose justo entre la autopsia y la terapia intensiva?

  • 4.- ¿Cuando entre juveniles, franquicias de ascenso y primer equipo hay clubes que totalizan más de 200 jugadores no nacidos en México?

  • 5.- ¿Ha evolucionado cuando sus equipos más representativos como América, Cruz Azul, Tigres, América y hasta otros de menos peso como Dorados, Pachuca, por citar a algunos, colocan hasta diez no nacidos no nacidos en México en sus alineaciones?

  • 6.- ¿Ha evolucionado un futbol que en poco más de dos años suma cinco técnicos al frente del Tri y busca ya un sexto para que lo conduzca a partir de octubre?

  • 7.- ¿O ha crecido un balompié en el que aún hay componendas falaces como el pacto de Caballeros; o promotores que ejercen sin licencia de FIFA; o se fomenta la Multipropiedad, y se impide la autonomía sindical de los jugadores y laboral de los árbitros?

  • 8.- En ese lapso de 20 años, sólo podría recrearse el futbol mexicano con la medalla de oro en Londres 2012, dos campeonatos mundiales Sub 17, pero irónicamente, apenas un 20 por ciento de esos campeones, juegan actualmente de manera regular, y apenas un diez por ciento es regular en el Tri.

  • 9.- ¿Y ha evolucionado un balompié donde a nivel de clubes o de instituciones que los respaldan o de individuos estrictamente que los poseen, casi todos, se encuentran citados en tribunales federales, civiles y laborales?

Lo grave no es el despropósito de 'Tata' Martino. Lo grave es que aún hay quien lo cree religiosamente.

Y más grave aún que hay quien lo propale. Y peor aún, que hay quien se desgarre las vestiduras defendiéndolo.

Porque, queda claro, la mentira y el autoengaño, tiene más apóstoles advenedizos y mercenarios que la verdad misma. De eso no tiene la culpa Martino, sino las hienas del sistema que controla al futbol mexicano.

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LOS ÁNGELES-- Este lunes 7 de septiembre, la selección mexicana de futbol sumará cinco técnicos en dos años. Y Nerón de María rasga la lira mientras Roma se incendia. Los vestigios del imperio.

El noche del 6 de septiembre de 2013 decidieron cesar a Chepo de la Torre. ¿Su epitafio? 2-1, la derrota ante Honduras. Otro Aztecazo.

Empezó el desfile fúnebre. Cinco técnicos en dos años. Marca estrambóticamente ridícula. Y Nerón y su séquito de Calígulas sólo piensan en bacanales.

Decio y el Tri: dos años y cinco cadáveres, aunque uno de ellos aún podrá resollar durante tres partidos más.

Chepo salió apestando a azufre. Y el Tri apestaba a fiambre, a carroña. Y el futbol mexicano y sus alcahuetes supuraban angustia. El Mundial de Brasil era carne envenenadamente ajena.

Luis Fernando Tena fue echado a las fieras. ¿Ganar en Columbus? Imposible. EEUU ruñó hasta los huesos del cadáver. Y Tena se fue.

Embisten e invisten a Vucetich. Inocente, creyó en la mafia. Fue arrojado a los leones voraces, babeantes, de Concacaf. Lo echaron. "No calificó", dijo Justino Compeán. Técnicamente no mentía. EEUU asaltó a Panamá, mientras a México lo desollaban en Costa Rica. Gracias Zusi.

Turno de Miguel Herrera. Limpia de cadáveres europeos al Tri. En el repechaje somete a Nueva Zelanda, Más que kiwis eran dodos. Recibió la carta de navegación con rumbo a Brasil.

Y en el Mundial, suda ante Camerún, resiste ante Brasil, florece ante Croacia, y su destino lo alcanza ante Holanda, reconfortado con el ungüento del #NoFuePenal.

Y Herrera era héroe nacional. Nunca un Piojo ascendió tanto en la escala zoológica y entomológica del futbol mexicano. Monsieur Piojó.

Pero como Ícaro, se sintió sol. Y Miguel Herrera murió quemado. Sus aciertos en la cancha no lo blindaron contra su alter ego y el macuarro se tragó al catrín exitoso de la banca.

Y llega Ricardo Ferretti. El quinto en dos años. Barrendero por un día, recogiendo los vestigios de su palabra percudida, porque "cae más pronto un hablador que un cojo", debuta en partidos moleros, para convertirse en ajonjolí de todos los moles, de los tres que deberá librar, con le crucial ante EEUU en medio.

Ha dado su palabra, que ya sabemos que no tiene valor pero sí precio, que después del más molero de los juegos, ante Panamá, en Toluca, regresa a Tigres.

Y en la segunda semana de noviembre, México deba recibir a El Salvador y viajar a San Pedro Sula. Tuca no quiere meterse en Honduras.

Y entonces, en octubre, tras encarar a Panamá, deberá tomar posesión el sexto técnico en 25 meses y una semana.

Y a nadie debe extrañar. Si Decio de María fue parte de los procesos equivocados hacia Sudáfrica y Brasil, qué podía hacer pensar que podía hacer mejor las cosas.

Ya es sabido, el cáncer sólo genera cáncer. Y Decio sólo genera... más Decio. Nace, crece, se reproduce... pero no muere, hasta que muere la víctima.

Y mientras Nerón y su séquito de Calígulas torturan la lira, las ruinas del imperio se incendian. Y los cómplices dueños de los "otros" 17 equipos, rastreros, serviles, pusilánimes, contemplan.

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