VIENA -- ¡¡¡Gloria a España!!! El mejor equipo del torneo se quedó con el título.

Portugal tuvo un buen arranque, Holanda nos dejó con los ojos abiertos con su fútbol en los primeros encuentros, Turquía se ganó nuestro corazón con sus hazañas... pero España ganó todos sus partidos y brilló en la segunda parte contra Rusia y durante todo el partido ante Alemania.

De hecho, Alemania tuvo mucha suerte de perder por solamente un gol. Un 3-0 o incluso un 4-0 a favor de España no hubiera sido algo injusto.

Lo mejor de todo es que España finalmente se sacó de encima esa vieja maldición de no poder ganar títulos relevantes. Se terminó la necesidad de dar interminables excusas luego de cada fracaso.

Llegó el gran título tan esperado... ¡y de qué manera! La actuación de España a lo largo del torneo fue realmente destacada y el broche de oro llegó con una de las victorias más claras que recuerde la historia de las finales de la Euro.

Además, lo mejor puede estar por venir: el equipo español es joven y tiene grandes chances de llegar como uno de los favoritos al Mundial 2010.

En cuanto a Alemania, sigue la maldición de Michael Ballack en las finales.

La historia comenzó en 2002 cuando perdió, con Bayer Leverkusen, la final de la UEFA Champions League en 2002 ante Real Madrid. En esa misma temporada a su equipo se le escapó la Bundesliga y también la Copa de Alemania. Para colmo, por acumulación de amonestaciones no pudo jugar la final del Mundial ese año (de cualquier manera, su selección cayó ante Brasil).

Con el Bayern Munich se sacó un poco su hambre de títulos, pero desde su llegada al Chelsea, a excepción de una Copa de Liga, se renovó la sequía.

Definitivamente, 2008 fue un año atroz para Ballack en lo que hace a títulos: el Chelsea fue segundo del Manchester United tanto en la Premier League como en la Champions, además de perder también la final de la Copa de Liga ante el Tottenham Hotspur. La medalla de plata con Alemania en la Euro se convierte así en su cuarta en lo que va del año...

Para terminar, debo decir que la Euro 2008 fue un torneo increíble a todo nivel: bien organizado, con buen nivel de fútbol, con fanáticos entusiastas pero pacíficos.

Fueron tres semanas fantásticas en las que además escribí casi diariamente en este blog, mi segundo diario para ESPNdeportes.com luego de haber participado también de la cobertura del Mundial 2006. Espero que ustedes lo hayan disfrutado tanto como yo. ¡Con los mejores deseos, me despido hasta la próxima!

VIENA -- El segundo tiempo del partido de semifinales entre Rusia y España fue una verdadera proeza por parte del seleccionado español. Hicieron pases increíbles, usaron todo el campo de juego, dominaron los laterales, tuvieron grandes corridas y buenos tiros... Fueron 45 minutos perfectos bajo la lluvia, los relámpagos y los truenos en el estadio Happel de Viena.

David Silva selló el triunfo español (AP)

Me alegro mucho por ellos y me atrevo a anticipar que si el domingo los españoles juegan los 90 minutos como jugaron estos 45, el equipo tiene una buena chance de vencer a los alemanes.

Aunque me encantaría que esto suceda y estaré apoyando al equipo español, tengo mis serias dudas de que puedan derrotar a los alemanes en este contexto y en este escenario. No porque los jugadores españoles sean peores que los alemanes, lejos de eso, sino porque podría decirse que Alemania tiene el mejor equipo del torneo, tal vez de todos los tiempos, y no se quiebran bajo presión -todo lo contrario-, mejoran.

Pero España finalmente tiene la oportunidad de reivindicarse, tras décadas y décadas de decepciones y fracasos, incluso como anfitriones de la Copa del Mundo en 1982, cuando el equipo terminó con una de las peores marcas registradas por los seleccionados locales en el torneo mundial.

Más allá de ganar el Campeonato Europeo en 1964, cuando este torneo carecía de importancia ya que se había inaugurado en 1960 (con el triunfo de la ex Unión Soviética), el seleccionado español no ha ganado ningún título importante en competencias internacionales en ninguna categoría.

Ganar un Mundial es único e incomparable, pero a nivel de selecciones, ser campeón de la Eurocopa ocupa la segunda posición. Si este domingo España consigue el título completaría el segundo lugar dentro la lista de grandes logros y exorcizaría los fantasmas de fracaso y las decepciones constantes. El equipo español tiene mucho en juego.

Espero que los muchachos de Luis Aragonés estén a la altura de este desafío.

En lo que aún hoy se considera una de las definiciones más divertidas pero también más poderosas y conmovedoras definiciones del fútbol, el estelar ex jugador del Everton y la selección inglesa de fútbol, Gary Linneker (hoy un distinguido comentarista del deporte para la BBC) ofreció alguna vez esta definición: el fútbol es un juego en el cual 22 hombres corren detrás de una pelota en un terreno grande durante 90 minutos, y en el cual... ¡siempre ganan los alemanes!

Esto ha sido cierto en el pasado, y ha renovado su validez esta tarde en Basilea, donde un decididamente inferior equipo alemán derrotó por 3-2 a un conjunto turco que jugó brillantemente, en lo que seguramente será visto como uno de los tres mejores partidos del torneo. Ambos equipos tuvieron altibajos, pero siempre con ímpetu, con brío, con fineza y poder.

Los turcos fueron sensacionales. Éste fue por lejos el mejor esfuerzo de su fascinante actuación durante este torneo, y cuando anotaron el tanto del empate en el minuto 87 yo estaba seguro de que una vez más harían el milagro tal como lo hicieron ante los suizos, ante los checos y nuevamente ante los croatas. Pero luego me di cuenta de que los turcos estaban jugando ante los alemanes que Linneker tan bien había definido, y volví a mis cabales para entender que los turcos no iban a ganar esta vez. Y así fue. Philip Lahm corrió por izquierda y anotó un gol fenomenal en el minute 91, el primer minuto de tiempo adicional. ¿Qué más podemos decir? Una vez más, los alemanes no fueron el mejor equipo en el terreno de juego, y una vez más... ¡los alemanes triunfaron!

Imagino que algún momento habrá que darles el reconocimiento debido por todas estas proezas realizadas durante décadas. Tal como lo he dicho repetidamente durante años y aún en uno de estos blogs, estoy seguro de que los Alemanes son el mejor equipo de torneos en la historia del fútbol, lo cual significa que sus éxitos en competencias internacionales han sido consistentemente más numerosas y ampliamente superiores a la calidad individual real de sus jugadores y hasta del equipo en general. Pero al final del día, todo esto es irrelevante.

Los holandeses quizás nos deslumbraron, y lo mismo hicieron los portugueses. Los turcos se ganaron nuestro corazón, pero cuando llegue la tarde del domingo será Michael Ballack quien levante el trofeo hacia el cielo en la fresca noche vienesa, alzándose así también con el cuarto campeonato europeo para los teutones.

Simplemente no creo que ni España ni Rusia (los dos contendientes de mañana) tendrán lo suficiente como para derrotar a los alemanes.

Les traeré más comentarios mañana luego del partido de la noche, al cual concurriré en el Happel Stadium en Viena.
VIENA -- Finalmente, después de años y más años de frustración, España fue capaz de vencer al dragón italiano. Y lo mejor de todo, es que lo hizo en una fecha tan simbólica como un 22 de junio, un día en el que Italia los había vencido no una sino dos veces.

Pero esta vez, en el estadio Ernst Happel en Viena, a los italianos se les acabó la magia.

Sin su generador de juego Andrea Pirlo, los italianos no estuvieron ni remotamente cerca del equipo que pueden ser. Salvo por su victoria ante una Francia en declive y envejecida, la Azzurra simplemente no jugó ni un solo partido a gran nivel.

Y no es que ese déficit les haya impedido conseguir grandes cosas en otros tiempos. Quién no recuerda como en 1982, una selección italiana se consagró campeona en España, tras comenzar con tres pálidos empates. Eso, claro, antes de que su defensa masacrara a Diego Maradona y luego anulara al trío de Zico-Falcao-Sócrates que parecía encaminado a darle el título a Brasil.

O, sin ir tan lejos, como hace dos años la Squadra fue campeona del mundo otra vez con un solo partido brillante, aquel ante Alemania en Dortmund en semifinales.

Los equipos italianos nunca enamoran ni hacen soñar, pero su eficiencia siempre impresiona, al menos a un nivel intelectual, ya que no emocional. Pero este equipo ni eso tuvo, y así fue que España se metió en semifinales... ¡aunque con lo justo!

Ya que hablamos de España, digamos que tendrán que jugar mucho mejor el próximo jueves, para así prevalecer por sobre un equipo ruso que viene enrachado. Sí, el mismo equipo al que los españoles aplastaron 4-1 hace menos de dos semanas. Dos semanas que ahora parecen dos años luz y que hacen que el choque de semifinales sea un partido totalmente independiente del primero.

Los rusos están exultantes, confiados y creen que llegarán a la final y, quien dice, que en ella derrotarán a Alemania, el gran candidato por sobre Turquía en el duelo del miércoles.

En otro orden de cosas, debo confesarles que me sentí perdido el lunes y el martes: después de tener fútbol en continuado desde el 7 de junio, ¿qué más hay por hacer?

No queda otra opción que ir a la ópera o a la sinfónica en alguno de los muchos excelentes teatros que tiene Viena. Un gran cambio, como verán.

VIENA -- Uno de los mejores libros de fútbol de todos los tiempos se llama Brilliant Orange y está dedicado a la genialidad del fútbol holandés, particularmente a Johan Cruyff y a su equipo, entrenados por el inigualable Rinus Michels. Pero aún después de la era Cruyff de los 1970s, los holandeses produjeron algunos equipos de excelente nivel centrados en torno al actual entrenador del equipo nacional Oranje, Marco Van Basten y, claro está, el gran Ruud Gullit, el corazón y el alma de esos equipos de AC Milan de los 1980s que ganaron varios Scudetti en la Serie A y un par de European Champion Championships, el precursor de la actual Champions League. Ruud Gullit ahora es entrenador de Los Angeles Galaxy (MLS) y espero que pueda dejar su huella de la misma manera que hizo con Newcastle United y otros equipos en Inglaterra.

Como escribí en una de mis contribuciones anteriores, las victorias holandesas contra equipos de semejante pedigree como el de los actuales campeones (italianos) y los finalistas de la Copa del Mundo (franceses), fueron tan impresionantes, tan increíbles y tan bellas que no fui el único en invocar la belleza y la brillantez de la era Brilliant Orange del fútbol. El equipo holandés no sólo venció a Italia y a Francia, sino que los destruyó. Pero luego vimos la debacle de ayer. El problema no es que los holandeses perdieran contra los rusos sino como perdieron contra ellos. En el tiempo suplementario de 30 minutos, los holandeses simplemente no pudieron correr, no pudieron moverse. ¿Qué paso?

Para empezar, allí estaban los holandeses, quienes no contaban con una sola lesión, quienes habían tenido un día extra de descanso contra los rusos, quienes cargaban con una ventaja de 5-1 en términos de presencia de los fans en St. Jakobs Park en Basel, que era un mar de vestimenta naranja, hasta cuyo césped había sido importado de Holanda ya que la lluvia en Basel había estropeado el césped suizo y la UEFA no confiaba en que los suizos fueran capaces de aplicar el césped adecuado y entonces la UEFA insistió en que fuera importado de una compañía especial de Holanda. Y así y todo, con todas las ventajas a cuestas, ¿Qué fue lo que pasó?

El equipo holandés estaba molesto por la pérdida de la hija de dos días de vida de Khalid Boulahrouz. Boulahrouz decidió jugar en su posición usual de back derecho y todos los jugadores holandeses usaron brazaletes negros para solidarizarse con su compañero de equipo en memoria de su fallecida hija. De todas maneras, la performance del equipo fue deplorable.

No tengo explicación para esta performance mediocre más que estas dos hipótesis que bien podrían estar erradas:

Como ávido seguidor del fútbol, pero también de básquetbol, fútbol americano, hockey sobre hielo y béisbol, me di cuenta que hay un patrón interesante entre estos deportes: Cuando un equipo gana una serie temprano y descansa a sus jugadores, a menudo e inevitablemente pierde contra su próximo oponente. En otras palabras, no creo que sea un accidente que los tres equipos de primeros puestos en cuartos de finallos portugueses, los croatas, los holandeses, y quien sabe, quizás hasta los españoles hoy por la nochehayan perdido contra equipos de segundo puestolos alemanes, los turcos, los rusos y quizás los italianos esta nochetras haber descansado a su equipo completo en terceros partidos insignificativos de sus respectivos grupos. Los portugueses descansaron a su equipo contra los suizos, los croatas contra los polacos, los holandeses contra los rumanos. Esto no está bien. El fútbol a este nivel requiere ritmo y conocimiento total, y estos equipos carecen de esto porquea diferencia de los equipos de clubessus jugadores se enfrentan esporádicamente y a último momento como para forjar un equipo cuyo único punto en común es que todos los jugadores comparten la nacionalidad. Por este motivo creo que es completamente contraproducente descansar a los jugadores un partido completo y dejar que pierdan el ritmo y la interacción de los primeros dos partidos del torneo.

Estoy absolutamente convencido de que la razón por que los New York Giants ganaron el Superbowl en febrero y vencieron a los favoritos New England Patriots tuvo que ver con la decisión del entrenador Coughlin de jugar el último partido de la temporada que era completamente insignificante para los Giants porque no podían mejorar ni empeorar su status. En ese momento, muchos quisieron que los Giants descansaran a su equipo completo y no jugaran a sus jugadores regulares y a sus estrellas. Pero Coughlin se resistió y ya conocemos los resultados. Entonces mi hipótesis establece que el descanso extra de no jugar un partido insignificativo perjudicó al equipo holandés, al igual que perjudicó a los croatas y a los portugueses. Quizás no suceda lo mismo con los españoles esta noche, veremos. Estaré esta noche en el Ernst Happen Stadium esta noche para el partido entre Italia y España y reportaré lo sucedido en mi próxima contribución.

La segunda hipótesis recae sobre la persona de Guus Hiddink, el brillante entrenador de varios equipos internacionales y es descubridor de muchos de los jugadores holandeses que jugaron en este equipo de Holanda. O sea, crió y educó a Ibrahim Affelay del actual campeón holandés PSV Eindhoven cuando Hiddink era entrenador de PSV Eindhoven. Tal como dijo un comentador holandés previo al partido, no había un nervio, músculo o idea por parte de los jugadores holandeses que el holandés y el entrenador Guus Hiddink no conocieran íntimamente.

Probablemente eso lo haya ayudado a elaborar una estrategia adecuada para que los rusos ataquen al juego de equipo holandés en cada una de sus fases.

Guus Hiddink es el equivalente a Larry Brown en la NBA. Ambos están siempre en la búsqueda. Al igual que Brown, Hiddink también fue premiado por su éxito: Llevó al equipo holandés a una final de cuarto puesto en la Copa del Mundo en 1998 en Francia, llevó al equipo surcoreano a una final de cuarto puesto en la Copa del Mundo en el 2002 en Corea del sur y Japón; y llevó a Australia a cuartos de final en Alemania en el 2006 cuando su equipo perdió contra Italia, el eventual campeón del mundo. Estoy seguro que el hecho de que Hiddink hubiera entrenado el equipo nacional ruso perjudicó a los Países Bajos. Una última palabra: Los rusos cuentan con dos delanteros de poder en Andrei Arshavin y Pavel Yutshenko. Hace un par de años hubiera dicho con certeza que tras este torneo, estos dos muchachos pasarían a formar parte de los mejores clubes en una de las mejores ligas en Europa del Este, Premiership o Serie A o La Liga. Pero dada la nueva riqueza en Rusia y con billones de petrodólares de equipos como Zenith que es patrocinado por Gazprom, estas estrellas podrían permanecer en casa y no viajar a Barcelona, Madrid, Manchester, Londres o Milán.
VIENA -- Anoche visité el Estadio Ernst-Happel de Viena por cuarta vez en este torneo para ver el partido entre Croacia y Turquía, dos países cuyas poblaciones definitivamente no tienen la mejor de las relaciones, y cuyos seleccionados estaban desesperados por ganar el partido.

Había más de 200 mil aficionados croatas en la ciudad de Viena, y -- contando los habitantes turcos de la ciudad, especialmente en el distrito No. 16 -- seguramente había igual cantidad de aficionados de Turquía.

Dentro del estadio la proporción entre croatas y turcos rondaba un 3 a 1.

Los subtes estaban repletos de croatas y turcos, y hubo incontables ocasiones en las que las cosas podrían haberse puesto feas entre los dos grupos de fanáticos. Pero todo salió bien por dos razones:

1. La presencia de muchas mujeres -- tal vez el 40 por ciento del público era femenino.
2. El ambiente completamente internacional en todos los aspectos de la vida en la ciudad, más allá del estadio y el fútbol.

Estas cosas no suceden en cualquier partido, ni siquiera en partidos entre clubes internacionales o entre seleccionados nacionales, y por eso el nivel de agresión suele ser mayor.

En presencia de novias, esposas, hermanas, madres y tías, los hombres no se comportan tan mal como cuando están solos.

Pude ver un ejemplo concreto: Después del partido, cuando los exultantes jugadores turcos dieron la vuelta al campo de juego y llegaron a la esquina en la que yo estaba sentado para saludar a sus seguidores, dos croatas quienes estaban sentados junto a mí abuchearon a los jugadores turcos haciendo gestos obscenos conocidos en todos los idiomas.

Estos hombres estaban furiosos, decepcionados, bastante agresivos... y justo al lado de los aficionados turcos. Pero, de la nada, sus mujeres, novias o hermanas --en síntesis, las mujeres-- sujetaron a sus hombres de los brazos y las manos hasta que se calmaron. ¡Y eso fue todo!

Estoy seguro de que anoche sucedieron cosas similares en todo el estadio, y también a lo largo y a lo ancho de la ciudad de Viena, en todos los lugares públicos en los que se transmitió el partido.

Y en lo que respecta a la globalización o internacionalización: todo se anuncia en inglés, en alemán y también en los idiomas de los equipos participantes -- y siempre por hablantes nativos.

De modo que anoche, todo sucedió en turco y croata, incluso bien lejos del estadio. Mi esposa estaba en un autobús en otra parte de Viena muy lejos de la cancha, y en los anuncios públicos -- al igual que en todos los subtes y tranvías -- se actualizaba constantemente el resultado parcial del juego en turco y en croata.

Nunca creí que llegaría a ver el día en que las lenguas de dos pueblos que los Vieneses detestan tanto invadieran el espacio público de una ciudad de semejante prominencia y vigor. Será el efecto de la globalización de fútbol. Fue un momento muy instructivo para mí.

Respecto del partido, qué puedo decir: Turquía sin duda es la Cenicienta de este torneo. Se levantó para derrotar a Suiza, la República Checa y Croacia. En los últimos dos partidos, los turcos estaban casi muertos. Pero salieron del borde de la tumba. ¡Increíble!

Pero la medianoche de la Cenicienta tomará la forma de Alemania el próximo miércoles. Será el final del camino para los turcos. Los alemanes ganarán ese partido.

Quiero alertar a los lectores y recordarles algo que escribí en una de mis entregas anteriores pero que en la traducción al español no apareció con el término exacto. Me disgustó bastante la alegría y el regocijo por la eliminación de Grecia. Los alemanes tienen un gran término para esa clase de gozo y esa es la palabra que quería rescatar: se llama "Schadenfreude", la alegría por el dolor de otro.

Muchos expertos y periodistas parecían estar encantados de tener la oportunidad de exponer a los griegos como un fraude o tacharlos de impostores, como si hubieran ganado el campeonato del 2004 en Portugal de forma sucia.

Nadie parece haberle dado a este forastero la legitimación de ser un verdadero campeón meritorio. Especialmente los comentaristas de los grandes equipos como Alemania, Italia y Holanda. Estaban encantados de haberse librado de estos impostores, a quienes veían como intrusos indignos dentro del círculo interno de la aristocracia del fútbol.

Hasta la próxima.

VIENA -- Sebastian Schweinsteiger debería jugar constantemente contra Portugal. Convirtió dos goles fabulosos contra los lusos en Stuttgart por el tercer puesto en la Copa del Mundo 2006 y prestó una colaboración clave en el tercer gol. Anoche, ídem: Anotó un gol sensacional que puso a Alemania arriba en el marcador, y que sin duda fue una de las mejores conversiones del torneo. Un increíble ida y vuelta entre Ballack y Podolski sobre el ala izquierda y un gran centro de Podolski a Schweinsteiger, quien se escabulló hacia el balón y convirtió un gol magnífico. Más adelante pateó dos tiros libres fantásticos, uno que metió Klose para el 2-0 y otro que metió Ballack en el segundo tiempo para el 3-1.

Este último, Ballack claramente cometió falta sobre un defensor, empujándolo para anotar de cabeza, pero no importa. Schweinsteiger fue la figura del partido. ¡Realmente impresionante!

Lo que resulta realmente increíble es que Schweinsteiger ni siquiera es un verdadero titular en la alineación del Bayern Munich. Pero ante Portugal, el hombre juega como si estuviera poseído. Los cuatro jugadores del Bayern: Klose, Schweinsteiger, Lahm y Podolski, tuvieron un desempeño estupendo.

Si el tiro de Podolski a más de 30 metros hubiera entrado -y casi entra- se hubiera convertido en uno de los goles más legendarios del fútbol mundial. El hombre es excelente pateando tanto de izquierda como de derecha. ¡Muy impresionante!

Los alemanes hicieron lo que hacen casi siempre: Se impusieron en un partido clave y superaron a un conjunto con mejores jugadores y figuras superiores en todas las posiciones, pero que simplemente no es tan bueno como equipo.

Alemania es un vivo ejemplo del viejo refrán: 'el todo siempre es más que la suma de sus partes'. Es por eso que en mi entrega anterior predije que los alemanes derrotarían a los portugueses, quienes tienen jugadores superiores pero como equipo son inferiores.

Aunque el gol de Ballack fue producto de un foul, Alemania merecía ganar. Lamento decirlo porque yo realmente alentaba por Portugal, pero no pudo ser. Los alemanes vencerán al ganador del partido entre Croacia y Turquía, y llegarán a la final en Viena el 29 de junio, instancia en la que probablemente encontrarán su castigo ante los italianos, contra quienes suelen perder.

Una vez más, la victoria de Alemania nos demuestra que -al igual que en la NBA- los partidos de la fase de grupos (que serían como la temporada regular en el básquetbol) son completamente diferentes a los partidos de eliminación, es decir, los playoffs. Los alemanes rinden poco al principio y muchísimo al final, cuando realmente cuenta. Es por eso que son un plantel tan superior en los torneos.

Hoy a la noche, visitaré el estadio Ernst Happel de Viena para Turquía vs. Croacia, que probablemente no sea una escena muy apacible considerando que las poblaciones de estos países no tienen la mejor de las relaciones. Espero lo mejor pero temo lo peor. Ya veremos.

VIENA -- Aquí estamos. Al final de la primera ronda.

Los encuentros que restan son:
Alemania-Portugal, esta noche en Suiza;
Turquía-Croacia, el viernes por la noche en Viena (que por supuesto iré a ver);
Holanda-Rusia, el sábado por la noche en Suiza;
Italia-España, el domingo por la noche en Viena (también iré a ver este partido).

Después de las performances de la primera ronda, uno se ve tentado de pensar que Holanda ha sido el mejor equipo del torneo -una máquina de anotar goles con un juego ofensivo simplemente impecable-. Lo anterior hizo renacer el sentimiento naranja de los tiempos de Rinus Michels durante la década del setenta, liderado por el legendario, Johan Cruyff. De esta manera, el equipo que lo seguiría en segundo lugar es Portugal y detrás de él iría España.

Scolari hace jugar muy bien a Portugal (AP)

El resto de los equipos parecerían ser competidores que siguen desde lejos a los tres anteriores.

Tanto Alemania como Italia han decepcionado a más de uno. Además, Turquía y Croacia son equipos sólidos pero no han sobresalido. Pero, ¡Ten cuidado!

Alemania e Italia siempre tienen comienzos pobres que no corresponden con la capacidad de sus integrantes, pero lo cierto es que son equipos muy eficientes y van elevando su nivel de juego a medida que el torneo avanza, sin que esto signifique que se los vea mejor o que deslumbren con su juego -deja eso para los holandeses y los portugueses- pero al final consiguen lo que en definitiva importa: ganar partidos.

De modo que no me sorprendería que tanto Alemania como Italia derrotasen a sus próximos oponentes -Portugal y España, respectivamente- y que se enfrentasen en la semifinal o incluso en la final.

Hasta ahora el equipo que más ha decepcionado es Francia.

Ya no quedan vestigios de los días de gloria de este equipo, cuando ganaron el campeonato del mundo en 1998 y fueron los campeones de Europa en 2000. Ahora necesitan desesperadamente una reestructuración radical, así como también la incorporación de jugadores más jóvenes.

Thierry Henry no debió haber dejado el Arsenal en donde floreció para ir al Barcelona, en donde tuvo dificultades. Su performance siguió de esa manera cuando durante la Euro anotó un gol muy fiel a su estilo enfrentando al cuadro holandés, sólo para ser superado, apenas 30 segundos después, por el brillante gol al ángulo que hizo Arjen Robben, algo que complicó las cosas para Francia dejando el marcador 3-1.

En cuanto a los suizos y los austriacos... Bueno, qué puedo decir: esta es la primera vez en la historia de la Euro que ambos equipos quedaron eliminados en la primera ronda (en 2000, Bélgica quedó eliminada pero Holanda siguió avanzando).

Y para los ex campeones, los griegos, repito lo que ya he dicho, no sorprendieron. No hay necesidad de seguir con ese descarado "schadenfreude" (la alegría que se siente por el mal ajeno, otra de las frases freudianas que se adaptan a la perfección con los acontecimientos en Viena) que muchos expertos y comentaristas tienen reservados para el equipo griego, ya que consideran que su campeonato de 2004 fue sólo un golpe de suerte no merecido y que ahora han demostrado lo que verdaderamente son, un fraude.

Lo anterior es desatinado y mal intencionado. Nadie les regaló el campeonato en Portugal en 2004, ellos se lo ganaron. Ahora su reinado ha concluido, pero eso no significa que haya que regocijarse con sus derrotas.
VIENA -- En el estadio Happel de Viena vi que un equipo alemán ampliamente superior derrotó a los austríacos 1-0, resultado que podría haber sido -debería haber sido- mucho más amplio si Alemania hubiera convertido la mitad de las oportunidades que tuvo.

Los locales no pudieron con Alemania (AP)
De entrada fue evidente que los alemanes eran muy superiores a los austríacos prácticamente en todos los aspectos del juego. Los integrantes del seleccionado alemán juegan para clubes como Bayern Munich, Real Madrid, Arsenal, Chelsea, mientras que los mejores austríacos están en clubes griegos como Panathinaikos y AEK Atenas, o el Middlesborough de Inglaterra.

Seguro, puede pasar cualquier cosa en un partido y en el fútbol la localía es más poderosa que en cualquier otro deporte de equipo, pero las chances de que Austria derrotara a Alemania eran casi nulas.

Sin embargo, los locales realmente creían que tenían un buen equipo y que verían otro milagro -esta vez el Milagro de Viena- exactamente 30 años después del de Córdoba.

Pero eso no sucedió.

El fenomenal tiro libre de Michael Ballack fue un gol para no olvidar. Uno de los goles de tiro libre más hermosos y poderosos que he visto en mis 50 años de trabajo en el fútbol de Europa, América y todos lados. ¡Bravissimo!

Los austríacos se unen a sus co-anfitriones suizos para ver el torneo desde afuera tras haber desplegado una organización muy fina pero un fútbol muy mediocre.

Hubo un "quién es quién" de celebridades y políticos y austríacos y alemanes en el partido: El primer ministro de Austria y presidente de la República, la canciller alemana Angela Merkel, Boris Becker, etc., etc.

Demasiado entusiasmo para un juego que los austríacos consideraban "El partido de los partidos", pero que fue apenas el tercer encuentro de primera ronda de un torneo ranqueado como el tercer evento deportivo de mayor importancia en el mundo, pero que no está ni cerca de la Copa del Mundo, que por supuesto es número uno, seguida por los Juegos Olímpicos.

Los alemanes jugarán contra Portugal el jueves en Suiza y no me sorprendería que derrotaran a los portugueses, quienes ante Suiza descansaron a sus mejores jugadores y cayeron innecesariamente derrotados.

No creo mucho en eso de descansar el equipo entero. El descanso, por supuesto, es grandioso, pero un equipo puede oxidarse rápidamente y perder el ritmo. Espero ese que no sea el caso porque realmente apoyo a los portugueses, quienes habían jugado un fútbol estupendo hasta el último partido y claramente han sido el equipo más emocionante después de los gloriosos holandeses, quienes el martes le ganaron a Rumania.

VIENA -- Todos los sondeos en Austria muestran que entre los ocho países vecinos -Alemania, la República Checa, Eslovakia, Hungría, Eslovenia, Italia, Suiza y Lichtenstein- los alemanes son los más amistosos con la población austríaca. Pero lo que esta información no muestra del todo es cuan ambivalente es esta relación. Si, les caen bien pero también se sienten como el hermano menor de la relación: Siempre obsesionándose por Alemania y los alemanes. Loa alemanes no saben o simplemente no les importa lo que suceda con los austríacos. Y si les importa, lo ven como un pequeño país con buena música, buenas tortas y finas montañas a donde los alemanes disfrutan de sus vacaciones. En otras palabras, mientras para los austríacos Alemania y los alemanes son una presencia diaria y una obsesión, para los alemanes los austríacos y Austria son como un hermano menor que carece de importancia. Claro está, esto es sabido para los austríacos, lo que los irrita más aún.

Los austríacos mantienen la esperanza(Getty)
La relación Austria-Alemania es completamente análoga a la relación CanadáEstados Unidos: Muy cercana, casi idéntica en cultura y lenguaje, muy similar pero precisamente a causa de esa similitud es que son tan distantes y tan distintos, especialmente a los ojos del hermano mejor, o sea los austríacos y los canadienses, quienes miran con recelo a su hermano mayor. Nunca llamen a un austríaco alemánse sentirá ofendido. Nunca llamen a un anglo-canadiense un norteamericanose sentirá ofendido. Esto es lo que Sigmmund Freud llamó El Narcicismo de las Pequeñas Diferencias. Estas diferencias parecen absurdas a los ojos de los que no forman parte de la distinción, pero sin duda son diferencias abismales para el hermano menor.

De hecho, son estas diferencias las que definen sus identidades. Los austríacos tienen que enfatizar en sus diferencias para crear una identidad que no sea alemana, y lo mismo sucede con los canadienses y los norteamericanos. Tengo entendido que en América Latina, Argentina es como el hermano mayor con respecto a los otros países, pero son ustedes mis estimados lectores los que me tendrán que informar con respecto a esa analogía. Claro está, todos detestan a Mr. BIG quien quiera que sea. Todos detestan a los Yankees de Nueva York y cuando un puntaje es anunciado en un parque de béisbol y los Yankees están perdiendo, la gente lo disfruta. Lo mismo sucede con Bayern Munich. Odiar a Mr. BIG es un estado mental. Y para Austria Mr Big es Alemania. Odiar a Alemania en el fútbol es esencial a la naturaleza del austríaco y es una identidad política. Otra vez más, el poder del narcisismo de las pequeñas diferencias.

Alemania y Austria han tenido una relación conflictiva toda la vida. En la Edad Media, fueron los Habsburgos católicos de Austria las entidades políticas y estatales más importantes alemanas. A partir del siglo XVIII las cosas cambiaron de la Austria católica con su capital imperial de Viena a la Prusia protestante con su capital en Berlín.

En 1866 y 1871, Alemania y Austria fueron por caminos separados en términos de formación política y estatal, donde Austria fue excluida del nuevo Reich alemán. Pero a partir de marzo de 1938, Hitler anexó a Austria en lo que se conoce como el Anschluss que significa: anexo. La Alemania nazi ocupó Austria y la ocupó políticamente. Austria como tal dejó de existir. Pero también queda claro que millones de austríacos quedaron deleitados con el anexo. Es suficiente decir que tras la guerra, los austríacos convencieron al mundo que no sólo no eran culpables en los crímenes de los nazis sino que fueron la primera víctima de la Alemania nazi.

Y esta relación tumultuosa también se dio en el fútbol.

Los austríacos fueron el primer país continental europeo en introducir profesionalismo en el fútbol en 1925. Los alemanes, los nazis en particular, odiaron esto y lo vieron como una hazaña inglesa y judía para arruinar el fútbol. Los austríacos, bajo el genio del fútbol Hugo Meisl construyeron el llamado Wunderteam, el "equipo maravilla" que en 1930s se mostró como el mejor equipo nacional del mundo, ciertamente fuera de las Islas Británicas. Venció a todos con consistencia, incluidos los alemanes.

De hecho, el 3 de abril de 1938, literalmente tres semanas después de concretado en Anschluss, el equipo austríaco venció al equipo alemán por 2-0. Luego el 22 de junio de 1941, el prominente club vienés de Rapid venció al club alemán Schalke 04 en el estadio olímpico de Berlin frente a 100,000 espectadores para clamar el campeonato alemán de fútbol.

El liderazgo nazi estaba tan molesto con la victoria de Rapid en lugar de la de Schalke 04 que al poco tiempo de la victoria los jugadores de Rapid fueron obligados a cumplir tareas militares en el frente ruso.

Tras la Segunda Guerra Mundial, la rivalidad entre Austria y La República Federal de Alemania continuó. Los austríacos continuaron su dominio contra los alemanes en el fútbol pero durante la Copa del Mundo en Suiza en 1954, que los alemanes eventualmente ganaron al vencer al equipo húngaro, el llamado Arany Csapat o equipo dorado, en la final de ese imponente torneo los alemanes vencieron a los austríacos el 30 de junio por 6-1. La corriente había cambiado. A partir de ese entonces, los alemanes dominarían a los austríacos en el fútbol hasta el día de la fecha.

Pero hubo una excepción que es invocada por cada austríaco que conocí desde mi llegada a Viena para el torneo y que se muestra constantemente desplegada por televisión: Los austríacos la llaman Milagro de Cordoba. El 21 de junio de 1978 el equipo nacional austríaco venció a los alemanes en la ciudad argentina de Cordoba por un puntaje de 3-2.

El periodista radial austríaco, un tal Edy Finger, gritó al micrófono "Me estoy volviendo loco, me estoy volviendo loco" cuando el jugador austríaco Krankl anotó el tercer y final gol de Austria. Esa frase, 'Me estoy volviendo loco' se convirtió en la cita más utilizada en Austria. No hay persona en Austria que no conozca esa expresión.

Y los austríacos ahora hablan del Milagro de Cordoba que sucedió hace 30 años, sólo que esta vez le dicen el Milagro de Viena.

Cada vez mejor

FECHA
16/06
2008
por Andrei Markovits
Los organizadores aquí en Viena obviamente aprenden rápido.

Tras el fiasco del subte el primer día de juego --el partido entre Austria y Croacia-- realmente encendieron la llama tan maravillosamente que el segundo partido, Austria vs. Polonia, fue un encanto. Las líneas del subte se llenaron eficientemente, la gente se manejó bien. Todo salió de maravillas.

Bravissimi a los organizadores a cargo de las mejoras en tan poco tiempo. También estoy impresionado por como los anuncios realizados antes, durante y después de los partidos se hacen en inglés y en el idioma de los equipos que juegan: con lo que en griego y ruso en el partido de ayer por la noche en Salzburgo, en español y suizo ayer por la noche en Innsbruck, y en polaco y alemán en Viena.

La atmósfera del partido de Austria vs. Polonia fue increíble: La mitad del estadio lleno de polacos, la otra mitad de Austríacos.

Queda claro que el torneo es completamente dominado por las nacionalidades de los equipos que están en acción: En Salzburgo eran todos griegos y rusos, en Innsbruck todos españoles y suizos. Se ve que hay pocos neutrales interesados en asistir a los partidos. Las llamadas 'zonas de fans' en las ciudades suizas de Zurich, Basel y Bern están desiertas porque los suizos están fuera del torneo. Su partido de hoy por la noche contra Portugal es insignificante. Si alguien asistiera a estas ciudades y eventos se preguntarían: ¿Dónde queda Europa? ¿Qué es Europa? Especialmente tras la debacle de la votación Pro-Europa este jueves pasado en Irlanda, es totalmente evidente que mientras Europa y la Unión Europea con construcciones burocráticas, económicas y hasta políticas, ciertamente no se las encuentra en los corazones y mentes de las almas de los europeos que andan por la calle. No hay un solo europeo en este torneo.

Banderas nacionales por todas partes, se gritan los himnos naciones en los estadios. Esta obligación de cantar el himno nacional es algo muy nuevo en el mundo internacional del fútbol. Se que Franz Beckenbauer demandó que en la Copa del Mundo de 1990 su equipo cante el himno. ¿Pero desde cuando esto se convirtió en una tendencia? ¿Y porque una obligación?

Austria recibió un empate del árbitro inglés Webb quien ahora debería ser un ciudadano honorario de Austria.

Austria estaba muerta en tiempo suplementario cuando un defensor polaco estaba tironeando de un delantero austríaco en la penalty box. Este tipo de comportamiento se ha vuelto mandatario en el fútbol los últimos cinco años. Que sea buena o malo es otra cosa totalmente distinta, pero se ha vuelto una norma en el juego.

Y entonces marcar una falta en los últimos dos minutos de un partido crucial y darle al equipo local una penalidad, y entonces un empate y al menos la esperanza de permanecer en el torneo es algo realmente preocupante a mi forma de ver.

En todo caso esto destaca cuan aleatorio y cuan arbitrario es el arbitraje en los deportes. Ahora claramente, en parte esto siempre seguirá siendo asi porque gracias a Diosestos partidos siguen siendo manejados por seres humano y no por máquinas. Pero de todas maneras, la FIFA y la UEFA podrían invertir tiempo para reducir los errores más burdos.

Pero simplemente no entiendo porque hoy algunas llamadas offside que definen un partido --como el sábado por la noche en el partido entre Rusia y Grecia en donde un sólido y perfecto gol de los griegos fue anulado a causa de una supuesta violación offside-- no puedan estar sujetas a revisión. Este procedimiento no anularía la autoridad de los árbitros, sólo aportaría la claridad que no existe. Ni siquiera se podría argumentar contra el tiempo que se necesitaría para analizarlas. Entonces debería haber algún tipo de sistema que analice las faltas para aumentar la veracidad de las mismas. Los árbitros y sus asistentes deberían trabajar conjuntamente para mejorar el sistema.

¿Y si son ellos mismos los que lo hacen, porque perderían autoridad y respeto a los ojos de los jugadores y espectadores? En este caso sería todo lo contrario. El mundo del arbitraje sería legitimado y validado.

Una reforma más merecedora de discusión: Estos jugadores son tan buenos, tan atléticos, tan rápidos y la cancha es tan grande que un solo árbitro con dos asistentes no es suficiente para abarcar lo que sucede en todo el campo. ¿Por qué no introducir un segundo árbitro y que cada uno se ocupe de una mitad de la cancha?

Sólo unos puntos para meditar ya que creo que hay muchos problemas en el sistema de arbitraje actual.

Último punto: Escuchando en la televisión a los comentadores alemanes, austríacos y suizos ayer por la noche, quedó tan claro cuan deleitados estaban de que los griegos hubieran sido eliminados del torneo. Básicamente quedó en claro que estos expertos nunca tomaron en serio el campeonato de los griegos del 2004, que nunca tomaron en serio a los jugadores griegos y que tomaron la situación como una farsa y se sintieron deleitados de que finalmente los griegos llegaran a donde realmente pertenecían: al fondo del fútbol europeo en lugar de a la cima.
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