Giancarlo Stanton se convirtió en el primer jugador de los Marlins de Miami en ganar el premio de Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, aunque posiblemente reciba el galardón con otro uniforme.

El poderoso jardinero derecho de los peces, en medio de fuertes negociaciones de canje, se impuso en una cerradísima votación a Joey Votto, primera base de los Rojos de Cincinnati, por apenas dos puntos de diferencia.

Stanton obtuvo diez votos de primer lugar, diez de segundo y cinco de tercero, para totalizar 302 puntos, mientras que Votto quedó con 300, gracias a diez sufragios de primer lugar, nueve de segundo y cuatro de tercero.

Paul Goldschmidt, el único de los tres finalistas que estuvo en la postemporada, quedó en tercer puesto con 239 unidades.

Stanton, en su primera temporada saludable desde el 2011, encabezó las Grandes Ligas en jonrones (59) y carreras impulsadas (132).

Sus 59 bambinazos son la mayor cifra conseguida por toletero alguno desde que Barry Bonds impuso el récord absoluto de 73 vuelacercas para una temporada en el 2001.

La última vez que un jugador de un equipo perdedor se llevó el MVP fue Alex Rodríguez en el 2003, cuando jugaba para los Rangers de Texas. El último ganador del premio en un equipo perdedor de la Liga Nacional fue Andre Dawson en 1987 con los Cachorros de Chicago.

Donde se esperaba una lucha más cerrada era en la Liga Americana entre el venezolano José Altuve, de los Astros de Houston, y el novato Aaron Judge, de los Yankees de Nueva York.

Sin embargo, el pequeño intermedista de los Astros recibió 27 votos de primer lugar y tres de segundo, para totalizar 405 puntos y dejar bien atrás al Juez, quien sumó 279. José Ramírez, de los Indios de Cleveland, quedó tercero con 237.

La consistencia mostrada durante todo el año por Altuve, líder de los bateadores (.346) y en hits (204) inclinó la balanza a su favor, pues aunque Judge encabezó el joven circuito en cuadrangulares (52), anotadas (128) y boletos (127), tuvo un profundo slump en el mes de agosto que lastimó sus números globales.

Lo único sorprendente en esta votación fue la diferencia entre los dos primeros. Eran tan parejos los argumentos a favor de uno y otro, que hubo quienes se aventuraron a pronosticar la posibilidad de un empate y la concesión de un premio compartido por ambos peloteros.

Altuve es el segundo jugador de los Astros en llevarse el premio, después que lo hiciera Jeff Bagwell en 1994.

El galardón es la guinda sobre el pastel para una temporada de ensueño del pequeño venezolano, campeón en la Serie Mundial.

Desde que comenzó la era de los comodines, sólo Altuve, Kris Bryant y Buster Posey se han llevado el MVP y el anillo de campeones en el mismo año.

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El más esperado y polémico de todos los premios que reparte la Asociación de Escritores de Béisbol de Estados Unidos (BBWAA, por sus siglas en inglés) es el de Jugador Más Valioso.

En primer lugar, porque no hay una definición clara de lo que significa ser "más valioso" y cada cual interpreta el término como mejor le parece.

¿Es más valioso el que mejores estadísticas individuales puso sobre la mesa?

¿O aquel cuya actuación fue clave en que su equipo avanzara a la postemporada?

¿Y qué culpa tiene alguien con los números más sobresalientes estar en un equipo malo, sin nadie que lo acompañe a tirar del carro?

Por lo pronto, sabemos que el JMV de la Liga Nacional está entre Giancarlo Stanton, de los Marlins de Miami, Paul Goldschmidt, de los Diamondbacks de Arizona, y el canadiense Joey Votto, de los Rojos de Cincinnati.

Y el de la Americana saldrá entre Aaron Judge, de los Yankees de Nueva York, el venezolano José Altuve, de los campeones Astros de Houston, y el dominicano José Ramírez, de los Indios de Cleveland.

Vale aclarar que lo hecho en la postemporada por Goldschmidt, Judge, Altuve y Ramírez no cuenta absolutamente para nada en la definición de los galardones, pues la votación de la BBWAA cerró antes de que comenzaran los playoffs.

Las únicas estadísticas que cuentan son las de la campaña regular y basados en eso, Stanton, Goldschmidt y Votto, por el viejo circuito, y Altuve, El Juez y Ramírez, por el joven, fueron los que más votos recibieron de los periodistas.

La primera injusticia aflora ante la ausencia de Charlie Blackmon y/o Nolan Arenado, ambos de los Rockies de Colorado, piezas fundamentales en la primera visita de su equipo a la postemporada desde el 2009.

Tratemos de meternos en la cabeza de algunos colegas. Hay quienes ven como hándicap que Blackmon y Arenado jueguen la mitad de sus partidos en el Coors Field de Denver, a una milla sobre el nivel del mar, donde la pelota vuela más que en cualquier otro parque.

¿Y? Allí juegan ellos y los otros 23 compañeros de su equipo y no todos pusieron grandes guarismos. El mérito de lo que hicieron nadie puede escatimárselo sobre la base de un argumento geográfico.

Quizás, el hecho de pertenecer a un mismo equipo -- y pasa muchas veces -- haya conspirado en su contra, como si se robaran votos entre sí, pero de todos modos, el que no estén ellos y sí aparezca Votto es injusto.

Blackmon fue líder de los bateadores (.331) de la Nacional y encabezó todo el béisbol en hits (213), triples (14) y anotadas (137).

Además, despachó 37 cuadrangulares y remolcó 104 carreras.

En promedio, anotadas, hits, dobles, triples, jonrones, impulsadas y bases robadas, el jardinero central de los Rockies superó al primera base de Cincinnati, quien sólo tuvo más bases por bolas, promedio de embasamiento y WAR, esa sacrosanta estadística sabermétrica donde dos más dos no siempre es cuatro.

Señores sabermétricos que pretenden reinventar un deporte que nunca han jugado y que sólo ven a través de una computadora: búsquenme al primer fanático que diga ir al parque a ver al líder en WAR o de más alto OBP y les doy un premio.

Sólo en sus mentes pseudocientíficas, un jugador con menos average, imparables, extrabases de todo tipo, carreras anotadas y empujadas y almohadillas estafadas es mejor que uno que lo supera en cada uno de esos departamentos.

Las estadísticas del canadiense de los Rojos fueron incluso inferiores en casi todos los renglones que las de Arenado y del dominicano Marcell Ozuna, de los Marlins, quien no figura entre los finalistas tampoco.

Ozuna también logró mejores cifras que Goldschmidt en cuanto a jonrones, remolcadas y average, las tres ramas de la Triple Corona.

Entonces, el JMV del viejo circuito lo debería ganar, ante la ausencia de Blackmon, el poderoso jardinero derecho de Miami, líder absoluto en vuelacercas (59) e impulsadas (132).

Stanton se convertiría en el primer jugador en la historia de la franquicia en ganar el premio, aunque podría recibirlo con otro uniforme, pues cada vez son más fuertes los rumores de canje que lo envuelven.

En la Americana, la extraordinaria campaña de Judge debería darle de golpe los premios de Novato del Año y Jugador Más Valioso.

¿Cómo podrían los votantes de la Asociación de Escritores de Béisbol de América ignorar a alguien que encabezó el joven circuito en jonrones (52, récord para debutantes), carreras anotadas (128) y bases por bolas (127)?

Que además, fue segundo en la liga en impulsadas (112), en slugging (.627), en promedio de embasamiento (.422) y en OPS (1.049).

Para complacer también a los amantes de las estadísticas sabermétricas, El Juez tuvo el mayor WAR (8.8) del joven circuito y sí, fue líder en ponches (208), departamento que en el 2014 encabezó Mike Trout cuando ganó el primero de sus dos JMV.

El Juez tuvo posiblemente el debut más impresionante de cualquier pelotero en la historia y merece convertirse en el tercer jugador en archivar ambos galardones de MVP y Novato del Año, algo que anteriormente consiguieron Fred Lynn, de los Medias Rojas de Boston en 1975, y el japonés Ichiro Suzuki, con los Marineros de Seattle, en el 2001.

En los últimos 40 años, sólo tres jugadores de los Yankees han ganado el premio de JMV: Thurman Munson en 1976, Don Mattingly en 1985 y Alex Rodríguez, quien lo consiguió dos veces, en el 2005 y 2007.

El joven de 25 años fue la pieza fundamental en el renacer de una franquicia en pleno proceso de reconstrucción y que pocos esperaban ver en los playoffs tan pronto como esta campaña.

Judge tiene en Altuve a su rival más directo, con un pie y una pulgada menos de estatura que el de Nueva York, pero que crece hasta el infinito cuando entra a la caja de bateo.

Ganó su tercera corona de bateo (.346) y segunda en fila, además de conseguir su cuarta campaña consecutiva con más de 200 imparables, aunque con cifras inferiores a Judge en la mayoría de los otros departamentos.

El venezolano fue el alma de los Astros, echándose sobre sus hombros el peso del equipo, sobre todo durante la ausencia por lesión del puertorriqueño Carlos Correa, mientras que Ramírez, si bien fue fundamental para la Tribu, tiene números inferiores a Judge y Altuve y está de más en esta pelea.

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George Springer acaba de ganar el premio de JMV de la Serie Mundial con una de las mejores actuaciones individuales de la historia. Probablemente José Altuve superará a Aaron Judge como el JMV de la Liga Americana. Si vamos a seleccionar un favorito para el JMV en 2018, Carlos Correa podría encabezar esa lista.

Esos tres se combinaron para nueve jonrones, 15 carreras y 18 remolcadas en la victoria de Houston en la Serie Mundial. En el momento de la verdad, las estrellas de los Astros de Houston dieron el paso al frente.

"Sabes, si nos ves jugar, sabes que chicos como George, José, Carlos dan el máximo cada noche", dijo el manager de los Astros A.J. Hinch luego del Juego 7. "Cuando el escenario brilla en su máximo splendor y comienza la ansiedad, uno solo se apoya en estos chicos".

Los Astros tendrán unido a este trio al menos por dos temporadas más. Altuve está firmado hasta el 2019, momento en el que llegará a la agencia libre y en el que buscará su gran contrato luego de firmar un contrato amigable al equipo en 2013 que le pagará apenas $6 millones en 2018 y $6.5 millones en 2019.

Por ahora, los fanáticos de los Astros podrán disfrutar de tres de los mejores jugadores en el béisbol al máximo de sus habilidades. Springer y Altuve tendrán 28 años la temporada que viene y Correa acaba de cumplir 23 en septiembre. Los Astros fueron apenas uno de dos equipos con por lo menos tres jugadores de posición en acumular WAR de 4.5 en 2017:

Astros: Altuve (8.3), Correa (6.3), Springer (5.0)

Dodgers: Justin Turner (5.7), Corey Seager (5.6), Chris Taylor (4.8)

Noten que Correa hizo eso en apenas 109 juegos luego de perder más de un mes de temporada por un desgarro en un ligamento del pulgar. Por eso es que podría ser candidato al JMV el año que viene. Recuerden, él también tuvo un arranque lento, con promedio de .233 y dos jonrones en abril. Denle 150 juegos y un mejor arranque, y podría ser un jugador de nueve victorias el año que viene.

Vamos a divertirnos un poco aquí. Es difícil argumentar que los Astros no tienen el mejor trío de jugadores de posición ahora mismo. ¿Y qué tal en temporadas recientes? No es tan raro el tener tres jugadores de cinco victorias en una temporada. Diez equipos lo han hecho desde 2010:

Medias Rojas 2011: 22.9 (Jacoby Ellsbury 8.1, Dustin Pedroia 7.9, Adrian Gonzalez 6.9)

Diamondbacks 2015: 21.5 (Paul Goldschmidt 8.8, A.J. Pollock 7.4, Ender Inciarte 5.3)

Medias Rojas 2016: 20.5 (Mookie Betts 9.5, Pedroia 5.7, Jackie Bradley Jr. 5.3)

Astros 2017: 19.6 (Altuve 8.3, Correa 6.3, Springer 5.0)

Azulejos 2015: 19.1 (Josh Donaldson 8.8, Kevin Pillar 5.2, José Bautista 5.1)

Astros 2016: 18.6 (Altuve 7.6, Correa 6.0, Springer 5.0)

Rangers 2011: 18.3 (Ian Kinsler 7.1, Adrián Beltré 5.8, Mike Napoli 5.4)

Medias Rojas 2013: 18.1 (Pedroia 6.3, Shane Victorino 6.1, Ellsbury 5.7)

Bravos 2012: 17.4 (Michael Bourn 6.1, Jason Heyward 5.8, Martín Prado 5.5)

Piratas 2014: 17.1 (Andrew McCutchen 6.3, Russell Martin 5.5, Josh Harrison 5.3)

Tigres 2014: 16.2 (Ian Kinsler 5.7, Víctor Martínez 5.5, Miguel Cabrera 5.0)

El trio de Houston no fue el mejor desde 2010, pero si notarán que desde que aparecieron en 2016, son el único grupo en aparecer dos veces. Un aspecto impresionante de su valor es que ninguno de ellos se benefició de ratings defensivos monstruoso de un solo año, razón por la cual algunos de los jugadores que aparecen en este listado lograron romper la barrera de las cinco victorias en WAR. Altuve, Correa y Springer son jugadores defensivos sólidos, y aunque Altuve ganó un Guante de Oro en 2015, ninguno de ellos son Guantes de Oro ahora mismo. Altuve tuvo más-3 carreras salvadas por la defensiva (DRS, por sus siglas en inglés), Correa tuvo un más-4 y Springer un menos-2 (extrañamente, tuvo mejores números en el jardín central que en el derecho).

En cambio, los tres jugadores de los Astros son tremendos jugadores completos: Bateadores de poder con alto porcentaje de embasamiento que juegan defensa sólida en posiciones importantes. Por eso es que han llegado a WAR de 5.0 en dos temporadas seguidas y son grandes candidatos a lograrlo por tercer año en fila.

¿Eso los convertirá en un trio histórico? Nos remontamos a 1960. Aquí les presentamos las instancias anteriores de tríos con WAR de 5.0 o más en temporadas consecutivas:

Marineros 1996-98: Ken Griffey Jr., Alex Rodríguez, Edgar Martínez

Rojos 1969-70: Johnny Bench, Tany Pérez, Bobby Tolan

¡Eso es todo! Solo ha habido otros dos tríos que lo han logrado en temporadas seguidas. El trío de los Marineros lo hizo en tres temporadas al hilo y los Rojos fallaron por muy poco en tener cuatro jugadores en hacerlo dos años seguidos, ya que Pete Rose tuvo WAR de 6.6 en 1969 y 4.8 en 1970.

Ha habido un par de otros tríos que lo han logrado, pero no en temporadas consecutivas:

Orioles 1967, 1969 - Brooks Robinson, Frank Robinson, Paul Blair

Rojos 1972, 1974 - Joe Morgan, Johnny Bench, Pete Rose

Esto pone al trío de los Astros en una compañía muy exclusiva. Una manera adicional de examinar su singularidad histórica es considerar sus posiciones. Springer jugó el jardín derecho en 2016, pero abrió más de la mitad de sus partidos en el jardín central en el 2017. He aquí los equipos que han tenido su intermedista, torpedero y jardinero central con WAR de 5.0 además de los Astros de 2017:

Filis 2007: Chase Utley, Jimmy Rollins, Aaron Rowand

Indios 1999: Roberto Alomar, Omar Vizquel, Kenny Lofton

Cardenales 1985: Tom Herr, Ozzie Smith, Willie McGee

Tigres 1983: Lou Whitaker, Alan Trammell, Chet Lemon

Cardenales 1952: Red Schoendienst, Solly Hemus, Stan Musial

Dodgers 1949: Jackie Robinson, Pee Wee Reese, Duke Snider

Medias Rojas 1942: Bobby Doerr, Johnny Pesky, Dom DiMaggio

Yankees 1942: Joe Gordon, Phil Rizzuto, Joe DiMaggio

Naps 1906: Nap Lajoie, Terry Turner, Elmer Flick

Obviamente, esta no es necesariamente la única forma de estudiar a los mejores tríos. Este método deja fuera a cualquiera que no haya logrado el WAR de 5.0. De todos modos, sin importar como lo estudiemos, este es uno de los tríos de estrellas jóvenes más impresionantes que hayamos visto en mucho tiempo.

Ah, una cosa más: No se olviden de Alex Bregman. Acaba de terminar su primera temporada completa en las mayores y tuvo WAR de 4.1. Luego de batear .256 en la primera mitad, bateó .315/.367/.536 en la segunda mitad. Es posible que el año que viene estemos hablando de uno de los mejores cuartetos de todos los tiempos.

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Aficionados y Fanáticos al Rey de los Deportes: Si bien Trevor Bauer lució sobre la loma blanqueando a los Yankees de Nueva York, si bien Jay Bruce fue la clave ofensiva de los Indios, si bien Justin Verlander demostró nuevamente que fue una de las más importantes transacciones de mitad de temporada, el inicio de las Series Divisionales de la Liga Americana tuvo un héroe absoluto: José Altuve.

El candidato a JMV del joven circuito disparó tres cuadrangulares como parte de la ofensiva de 12 hits de los Astros, que se llevaron clara y contundente victoria sobre Boston en el primero de la serie.

Altuve se convirtió en el noveno jugador de la historia en conectar 3 para la calle en un juego de playoffs, uniéndose a la lista en donde aparecen Babe Ruth (el único que lo hizo en dos ocasiones), Bob Robertson, Reggie Jackson, George Brett, Adam Kennedy, Adrián Beltré, Albert Pujols y Pablo Sandoval, éste último, habiendo conectado dos de esos tres ante Justin Verlander, precisamente el abridor y ganador por los Astros.

Altuve conectó en total 3 cuadrangulares en todo el mes de septiembre, pero en su primer juego de la postemporada, igualó esa cifra, convirtiéndose en el 1er. jugador de los Astros con tres batazos de vuelta completa en juego de postemporada en la historia, y primero en hacerlo con este equipo desde Carlos Lee, que lo logró el 13 de abril de 2007.

Boston perdió ya a su carta más importante sobre la loma. Chris Sale siguió en el tobogán de descenso en el que se metió desde la recta final de la temporada y ahora ha puesto a su equipo en serios problemas. El viernes en el segundo, Drew Pomeranz hará, igual que Sale, su debut en postemporada, y será para Boston la primer vez que en juegos consecutivos, dos pitchers aparezcan en playoffs por primera vez desde 1986, cuando en los dos primeros juegos de la Serie de Campeonato, tuvieron los debuts de Roger Clemens y Bruce Hurst. Contra las cuerdas, Pomeranz tratará de que la serie viaje a Boston en igualdad, situación que se ve muy complicada por ahora.

Hablando de panorama oscuro, los Yankees también lo tienen. Trevor Bauer hizo quedar como un verdadero maestro a Terry Francona, que había sido cuestionado por elegir a Bauer sobre Corey Kluber como primer abridor en esta serie. Trevor, a quien todavía recordamos sangrando profusamente de la mano en Toronto durante la Serie de Campeonato del año pasado tras el incidente con el dron, llegó lanzando sin hit ni carreras hasta la 6a. entrada, cuando un doblete de Aaron Hicks rompió el encanto, pero era ya demasiado tarde como para pensar en un regreso de la tribu.

Jay Bruce produjo tres de las cuatro carreras de Cleveland y para variar, el bullpen con Andrew Miller y Cody Allen, cerró la puerta a la ofensiva yankee, que conectó tres imparables en total.

Aaron Judge se llevó cuatro ponches en cuatro turnos, convirtiéndose en el 4o. en la historia de los Yankees en irse de 4-0 y con el famoso "Golden Sombrero" en postemporada, junto a Johnny Damon (2009), Mickey Mantle (1953) y Tiny Bonham (1941).

Este viernes arrancan las Series Divisionales de la Liga Nacional. Los Nacionales de Washington estan sufriendo, pues apenas a 24 horas del inicio de su batalla contra los Cachorros de Chicago, tuvieron que alterar su rotación al enterarse de que Max Scherzer no está listo, y no saben si podrán contar con él. Stephen Strasburg enfrentará a Kyle Hendricks para abrir fuego.

Yo los espero en la noche, cuando Clayton Kershaw suba a la loma en Dodger Stadium para medirse a Taijuan Walker, en el inicio de la serie frente a Arizona.

¡No hay nada mejor!

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Cada año, antes de comenzar la temporada beisbolera de Grandes Ligas, escogemos una decena de jugadores que por diferentes razones vale la pena seguir durante la campaña.

A menos de una semana de cumplirse el calendario regular, es la hora de la calificación final para los escogidos del 2017.

1.- Bryce Harper (A)

Cuando Giancarlo Stanton se convirtió en el 2015 en el primer pelotero con un contrato superior a los 300 millones de dólares se comenzó de inmediato a especular quién podría ser el que rompiera la barrera de los 400 millones.

El año pasado se llegó a mencionar incluso que Bryce Harper podría firmar, cuando llegara a la agencia libre, por más de 500 millones, sin escala en los 400.

Independientemente de que la cifra suena a locura, la pregunta era entonces ¿por cuál Harper algún equipo va a desembolsar 500 millones de dólares?

¿Por el que fue Novato del Año de la Liga Nacional en el 2012 y Jugador Más Valioso en el 2015?

¿O por el Harper que vimos en el 2016, cuyos números cayeron estrepitosamente en casi todos los indicadores ofensivos y lo convirtieron de un jugador excepcional a uno promedio?

Pues Harper regresó en su mejor versión este año, aunque una tremenda lesión a mediados de agosto descarriló una temporada en que llevaba paso para ser el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, con average de .326, 29 jonrones y 87 impulsadas.

Recién acaba de reincorporarse al equipo, con la esperanza de ser factor para los Nacionales en la postemporada.

2.- Andrew Benintendi (A)

Llegó con el aval de ser el prospecto número uno de todo el béisbol, para defender el jardín izquierdo de los Boston Red Sox en su primera temporada completa en las Mayores, luego de una breve estancia en Grandes Ligas en el 2016, donde dejó muy buena impresión.

Si Aaron Judge no hubiera explotado a la ofensiva de la manera descomunalmente única en que lo hizo, Benintendi sería quizás el más sólido candidato al premio de Novato del Año en el joven circuito, pues ha sido, a pesar de sus 22 años y su corta experiencia, una de las piezas claves en la alineación de Boston en la era post David Ortiz.

3.- Gary Sánchez (A)

Luego de su espléndido debut en el 2016, cuando se reveló como el secreto mejor guardado hasta entonces por los Yankees, el cátcher dominicano tuvo un arranque lento, hasta que fue tomando su paso, en ocasiones avasallador.

Su dupla con Judge le garantiza al equipo una dupla ofensiva de terror, al estilo Ruth-Gehrig o Mantle-Maris.

Sin embargo, lo que enseñó en la defensa apunta que más temprano que tarde cambiará de posición a otra menos exigente que la receptoría, donde exhibe demasiadas deficiencias, imperdonables para quien aspira a conducir el pitcheo de un conjunto con grandes aspiraciones.

4.- Greg Bird (F)

El primera base Greg Bird estuvo ausente por todo el 2016 debido a una lesión que sufrió en los entrenamientos primaverales del pasado año.

En su breve estancia de 46 juegos en las Mayores en el 2015 se ganó las rayas del famoso uniforme, sobre todo, por la oportunidad con que conectó varios de sus 11 cuadrangulares.

Pero luego de un entrenamiento de primavera excepcional, su arranque fue decepcionante y transitó por toda la temporada cargando una bolsa de distintas lesiones, que limitaron su tiempo de acción a menos de 50 partidos, con números miserables.

5.- Pablo Sandoval (F) ¿Existe F-?

Sólo un milagro le permitiría al venezolano Pablo Sandoval convencer al mundo de que le queda algo de gasolina en su tanque de béisbol.

El Kung Fu Panda tiene méritos para ser considerado el peor pelotero del 2017 en todo el béisbol, dada la relación entre estadísticas y salario.

6.- Eric Thames (B)

Los Milwaukee Brewers le dieron a Eric Thames una segunda oportunidad para demostrar si de verdad era capaz de batear el pitcheo de las Grandes Ligas y el jugador la supo aprovechar.

Luego de paso fugaz e intrascendente por las Mayores (2011 y 2012), Thames se fue a jugar en las últimas tres campañas a la liga profesional coreana, donde despachó 124 cuadrangulares y remolcó 379 carreras en 388 partidos.

De vuelta al mejor béisbol del mundo, ya suma 31 bambinazos, aunque con muy baja proporción de impulsadas, apenas 62.

Pero demostró que sí puede batear esta pelota, aunque no llegue a ser una superestrella.

7.- Yuli Gurriel (A)

El pelotero cubano más codiciado por los cazatalentos en los últimos diez años pasó muy bien su verdadera prueba de fuego en el 2017.

Tras desertar de la selección cubana que participó en la Serie del Caribe del 2016 en Santo Domingo, Gurriel firmó con los Houston Astros y el pasado año tuvo una probadita de Grandes Ligas, con 130 turnos al bate en 36 partidos.

Muchas dudas despertaba el cubano, sobre todo por su edad, 32 años al arrancar la contienda y 33 al finalizar, además de enfrentar el reto de un cambio de posición, desde la antesala a la primera base, y la transición de Japón a las Mayores, difícil para la mayoría de quienes han brillado en el béisbol nipón.

Al consumir 130 turnos, ni uno más, quedó justo en el límite para poder ser considerado en el 2017 al premio de Novato del Año, pero le pasa lo mismo que a Benintendi: El Juez de Nueva York los condenó a ver los toros desde la barrera.

Pero muy buena calificación sacó, con su average de .296, sus 18 jonrones y 40 dobletes y 72 impulsadas.

8.- Kris Bryant (C)

El antesalista de los Chicago Cubs tuvo en el 2017 un retroceso en su carrera, luego de haber sido el mejor pelotero amateur del país en el 2013, el más sobresaliente de todas las ligas menores en el 2014, Novato del Año en la Liga Nacional en el 2015 y Jugador Más Valioso en el 2016, además de ganar la Serie Mundial y participar en los Juegos de las Estrellas en cada una de sus dos campañas en las Mayores.

Ojo: Aunque en la mayoría de los departamentos sus números disminuyeron en comparación con el 2016, no se considerarían malos para la mayoría de los mortales, pero no es el mismo grado de exigencia para alguien cuyo límite de posibilidades parece ser el cielo.

9.- Mike Trout (B+)

El mejor jugador de las Grandes Ligas en los últimos cinco años tiene un promedio de embasamiento de .446 e intenta convertirse en el primer bateador de la Liga Americana con un OBP de .450 desde que lo hiciera en el 2002 el dominicano Manny Ramírez.

Pero los promedios son engañosos y no reflejan en su totalidad la labor de un jugador.

Trout ha sido brillante en su tiempo de juego, pero ha estado limitado por lesiones a 110 partidos solamente, por lo que sus globales en los principales indicadores ofensivos bajaron irremediablemente, con la excepción de los jonrones, que ya anda por 31 y necesita uno más para alcanzar los 200 en su carrera.

10.- Yasiel Puig (B)

Desde su debut en el 2013, el cubano ha tenido el potencial para ser el mejor pelotero de las Grandes Ligas, aunque lo haya desperdiciado miserablemente por sus acciones dentro y fuera del terreno.

En el invierno, el Caballo Loco mostró una mayor madurez, con un alto grado de compromiso con la comunidad, tanto de Los Angeles, donde juega, como en Miami, donde vive, a través de su fundación Wild Horse.

Finalmente, esa madurez se trasladó al terreno y sus números mejoraron considerablemente, aunque todavía no llegan a ser extraordinarios.

Sus espectaculares jugadas en el jardín derecho aparecen casi a diario en los titulares, mientras aporta alegría y buena vibra en un clubhouse donde hace dos años su presencia era considerada tóxica.

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La extraordinaria campaña de Aaron Judge, el jardinero derecho de los Yankees de Nueva York, debería darle de golpe no sólo el premio de Novato del Año de la Liga Americana, sino también el de Jugador Más Valioso.

¿Cómo podrían los votantes de la Asociación de Escritores de Béisbol de América ignorar a alguien que encabeza el joven circuito en jonrones (50), carreras anotadas (124) y bases por bolas (120)?

Que además, es segundo en la liga en impulsadas (108), en slugging (.620), en promedio de embasamiento (.418), en OPS (1.038) y en WAR (7.3), para complacer también a los amantes de las estadísticas sabermétricas.

Y sí, va también de primero en ponches, con 203, departamento que en el 2014 encabezó Mike Trout cuando ganó el primero de sus dos JMV.

El Juez ha tenido posiblemente el debut más impresionante de cualquier pelotero en la historia y merece convertirse en el tercer jugador en archivar ambos galardones de MVP y Novato del Año, algo que anteriormente consiguieron Fred Lynn, de los Medias Rojas de Boston en 1975, y el japonés Ichiro Suzuki, con los Marineros de Seattle, en el 2001.

"Batear 50 jonrones y cargar con el equipo hasta los playoffs... honestamente todos sabemos que estamos en la postemporada gracias a él. Eso lo hace el Más Valioso", opinó el veterano lanzador CC Sabathia de su compañero.

En los últimos 40 años, sólo tres jugadores de los Yankees han ganado el premio de JMV: Thurman Munson en 1976, Don Mattingly en 1985 y Alex Rodríguez, quien lo consiguió dos veces, en el 2005 y 2007.

El joven de 25 años ha sido la pieza fundamental en el renacer de una franquicia en pleno proceso de reconstrucción y que pocos esperaban ver en los playoffs tan pronto como esta campaña.

Obviamente, no será cosa de coser y cantar. Judge tiene rivales y muy serios, con méritos de sobra también para ser tomados en cuenta.

Uno de ellos es el pequeño venezolano José Altuve, de los Astros de Houston, con un pie y una pulgada menos de estatura que el gigante de Nueva York, pero que crece hasta el infinito cuando entra a la caja de bateo.

Altuve necesita un solo hit para completar su cuarta temporada consecutiva con 200 o más imparables y lidera las Grandes Ligas en promedio, con 348.

El venezolano tiene en el bolsillo su tercera corona de bateo y segunda consecutiva en su carrera.

Además, encabeza la liga en WAR (victorias sobre reemplazo) con 8.2 y va segundo en anotadas (107) y en bases robadas (32) y tercero en OBP (.414) y OPS (slugging más OBP), con .968.

A pesar de su diminuto tamaño, ha despachado 24 bambinazos, igualando su tope del 2016 y ha remolcado 81 carreras.

Ha sido el alma de los Astros, echándose sobre sus hombros el peso del equipo, sobre todo durante la ausencia por lesión de Carlos Correa.

Otro de baja estatura, pero inmenso con el madero ha sido José Ramírez, antesalista y segunda base de los Indios de Cleveland, hombre imprescindible en aquella racha histórica de 22 victorias seguidas, nueva marca para la Liga Americana.

La Maquinita de batear de Cleveland es líder absoluto en las Mayores en total de bases recorridas, con 329, gracias a sus 86 extrabases (51 dobles, primero en ambos circuitos, seis triples, 29 cuadrangulares y 93 sencillos).

Ramírez es tercero en slugging (.583), cuarto en average (.317), anotadas (101), WAR (6.5) y OPS (.953).

No descarten a Mike Trout, ganador del premio en el 2016 y quien ejerce una fascinación a veces inexplicable sobre muchos miembros de la BBWAA.

Los números del jardinero de Angelinos de Los Angeles no se comparan con los de Judge, Altuve o Ramírez, en cuanto a aporte al equipo se refieren.

Pero en los engañosos promedios, va delante en slugging (.623), OBP (.444) y OPS (1.068).

Lo siento, señor Trout, pero una cosa son los promedios y otra las cifras concretas.

José Abreu, de los Medias Blancas de Chicago, tiene más hits (182 por 119), más dobles (41 por 25), anotadas (182 por 119), impulsadas (100 por 67), triples (seis por tres) y jonrones (31 por 30) que Trout y nadie lo menciona entre los candidatos, así que este año no debería figurar entre los favoritos.

¿Y Corey Kluber y Chris Sale? Bien, gracias. Para ellos queda la disputa por el Cy Young.

Por muy buenas temporadas que hayan tenido ambos, nunca he sido partidario de darle el JMV a un pitcher, que trabaja unos 33 juegos en el año, equivalentes al 20 por ciento de todo el calendario.

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En su arrogancia y ego obeso, Barry Bonds no era muy dado a elogiar a nadie más que a sí mismo.

Sin embargo, no escondía su admiración y respeto por el campocorto David Eckstein, por el empeño y la energía que ponía en el juego, a pesar de su corta estatura de cinco pies y seis pulgadas.

Habría que preguntarle entonces al rey de los jonrones su opinión sobre el venezolano José Altuve, tan pequeño como Eckstein, pero con cifras muy superiores al antiguo torpedero de Angelinos de Los Ángeles.

Lo de Altuve ya pasa de lo extraordinario. El segunda base de los Astros de Houston es una máquina de batear casi perfecta, que pone a soñar a los amantes de ver romperse récords aparentemente inalcanzables.

Con apenas 27 años recién cumplidos, el venezolano podría no haber llegado aún al pico de su carrera, a pesar de que ya ha plasmado números de asombro desde su debut en el 2011.

No fue fácil para él abrirse camino en un mundo dominado por hombres de más de seis pies de estatura y musculaturas hercúleas.

Pero lo que la naturaleza no le dio, Altuve lo ha compensado con trabajo incansable, tanto en el gimnasio, como en el terreno, hasta conseguir la excelencia.

En los primeros 933 juegos de su carrera ya acumula 1,194 imparables y a ese paso, si la salud lo acompaña, la emblemática marca de tres mil imparables parece estar al alcance de su mano, con lo que pavimentaría su camino hacia el Salón de la Fama de Cooperstown.

Altuve tiene hasta ahora un promedio de 1.3 hits por partido, el cual es superior a los 1.2 cohetes por encuentro que consiguió Pete Rose, el líder histórico en hits en las Mayores (4.256).

Lleva tres campañas seguidas con 200 o más inatrapables y se encamina a su cuarta temporada con esa cantidad, al acumular 148 a falta de 55 juegos en el calendario regular.

También va en paso hacia su tercer liderazgo de bateo, tras los conseguidos en el 2014 (.341) y el 2016 (.338).

En el mes de julio se calentó para convertirse en una pesadilla para los lanzadores rivales, al sumar 48 cohetes en 23 encuentros y batear para average de .485.

Si la mayoría de los peloteros alcanzan el punto máximo de su rendimiento entre los 27 y los 32 años, entonces lo mejor de Altuve está por llegar.

Debieron pasar 84 años para que el japonés Ichiro Suzuki quebrara la marca de más hits en una campaña, impuesta por George Sisler en 1920.

Ese año Sisler dejó en los libros de récords 257 imparables, que Ichiro elevó hasta 262 en el 2004.

Aunque se trata de una cifra excepcional, es el venezolano el único que parece capaz de alcanzarla y superarla, de acuerdo con su progresión.

Para ello, necesitaría subir su frecuencia de hits a 1.6 por partido y jugar los 162 encuentros del cronograma.

Cuando el japonés rompió el récord de Sisler, tuvo ese mismo promedio de 1.6 y sólo dejó de participar en un desafío.

¿Y qué tal soñar con promediar sobre .400, algo que no ocurre desde que lo hizo el gran Ted Williams en 1941?

Si le preguntan a cada jugador de Grandes Ligas a quién creen capaz de hacerlo, la gran mayoría mencionará al pequeño venezolano como principal candidato.

Es cierto que nadie puede ver el futuro y todo entra en el campo de la especulación, pero me robo la frase de A.J. Hinch, su manager en los Astros, en ocasión de que el venezolano consiguiera la rareza de batear dos dobles y dos triples en un mismo juego ante los Marlins en Miami.

''¿Altuve? De él nada me extraña''.

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Hay contribuciones valiosas que nunca podrían ser cuantificadas, como esa primera vez en el entrenamiento de primavera de los Indios el año pasado en que los jugadores jóvenes de Cleveland vieron cuánto orgullo tuvo Mike Napoli al avanzar 90 pies por un pitcheo desviado. Fue un momento que algunos de ellos mencionaron al final de su temporada, cuando el equipo comenzó a tomar un enfoque muy diferente en las bases.

Hubo un valor no cuantificable en el tiempo que Napoli tomó para jugar cribbage con el joven jugador de cuadro José Ramírez todos los días. O el trabajo que el receptor Chris Giménez hizo con Trevor Bauer, guiándolo para mejorar su enfoque con algunos cambios necesarios. O el hecho de que una hora después de que Starlin Castro fuera negociado con los Yankees, Carlos Beltrán se acercó a él con un mensaje de texto y le ofreció cualquier ayuda que necesitara.

Basados en la composición del clubhouse de los Astros, era evidente que Houston -una organización que ha tenido éxito recientemente debido a su aplicación de métricas- no vio el valor en esos intangibles tanto como hicieron otros equipos. Pero algunos jugadores que llevaban el uniforme de Astros salieron recientemente de esa experiencia repitiendo las mismas palabras: Necesitan a algunos veteranos allí. Esos jugadores podrían realmente usar alguna guía.

A través de los movimientos realizados este invierno, Houston tendrá eso junto con una formación mucho más profunda. Los Astros intercambiaron por Brian McCann, firmaron a Josh Reddick, y el sábado, amararron al bateador boricua en un contrato de un año.

El cubano Yulieski Gurriel firmó el pasado verano con los Astros un contrato que aparentemente será uno de los últimos grandes acuerdos para los agentes internacionales libres por 47,5 millones de dólares en cinco años, y parece posible que no llegue a la novena posición. La alineación de Houston podría verse así:

CF George Springer
3B Alex Bregman
2B José Altuve
SS Carlos Correa
LF Carlos Beltrán
RF Josh Reddick
BD Evan Gattis
C Brian McCann
1B Yulieski Gurriel

Hay una enorme flexibilidad entre los jugadores de posición de Houston, como sucedió con los Cachorros de Joe Maddon el año pasado. Bregman y Gurriel pueden jugar en el cuadro y en los jardines, permitiendo al manager A.J. Hinch combinar basado en rotaciones y las necesidades defensivas en un día dado, ya que también cuenta con una banca profunda: el jugador de cuadro Marwin González y los jardineros Nori Aoki, Teoscar Hernández, Tony Kemp y Jake Marisnick.

Hay una necesidad de un abridor adicional, por supuesto -Houston tiene la rotación menos fuerte en las mayores, y los Astros estaban hambrientos de profundidad la temporada pasada- y el equipo hará más movimientos con su personal este invierno. Vale la pena recordar, sin embargo, que la producción de carreras de Houston podría proporcionar un margen mucho mayor de error para el personal de pitcheo.

Y la dinámica del club será muy diferente el próximo año. Un ex Astro dijo del equipo, en palabras que parecían ser más una observación que una crítica, que ellos "necesitan a algunos adultos allí adentro".

Tendrán más experiencia con McCann, Reddick y Beltrán. Esto ayudará, junto con toda la mejora aparente en su producción ofensiva.

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Los Astros de Houston presentaron al otro jardinero recién contratado: Josh Reddick, y hay una percepción en algunos rincones de la industria de que el jugador puede ser eficaz sólo como reemplazo. Esto se debe a todos los bateadores derechos en la alineación que están por encima suyo; él, un bateador zurdo, provocará a menudo que sus turnos después de la cuarta entrada den lugar a un cambio de pitcher. Los managers contrarios convocarán a un zurdo. El año pasado Reddick tuvo 104 apariciones en el plato contra tiradores de la llamada mano equivocada y no pudo conectar extrabases, promediando apenas para .155.

El OPS de Reddick contra derechos y zurdos durante los últimos cinco años fue el siguiente:

2016 .871/.366
2015 .826/.654
2014 .849/.533
2013 .695/.667
2012 .778/.751

La temporada pasada, los Astros colocaron consecutivamente a cuatro derechos en el tope de su alineación: George Springer, Alex Bregman, José Altuve y Carlos Correa. Debido a las estadísticas de Reddick, podría ser que el manager de los Astros, A.J. Hinch, coloque a Reddick entre ese grupo, así obligaría a los directores contrarios a pagar un precio contra un derecho en el caso de llamar a un zurdo contra Reddick. Si Hinch pone a Reddick quinto y al receptor Brian McCann séptimo, sería una decisión mucho más fácil para los managers traer al zurdo para hacer frente al quinto, sexto y séptimo de la alineación.

Springer castiga a los zurdos. La última campaña promedió contra ellos .385 de OBP y un porcentaje de slugging de .560. Podría tener algún sentido colocar a Reddick como primer bate, con Springer detrás de suyo para hacer pagar un peaje a cualquier zurdo. Pero Springer estuvo muy cómodo en ese turno el año pasado, y los Astros podrían querer dejarlo allí.

Altuve, Correa y Bregman son derechos que cada año tuvieron mejores números contra lanzadores diestros, lo cual no es inusual para jugadores jóvenes, que han crecido viendo principalmente a pitchers diestros. Bregman se sacudió de algunos problemas iniciales después que Hinch lo movió al segundo turno, entre Springer y Altuve.

Entonces, ¿de qué manera debe organizar Hinch su alineación? Al comienzo de la temporada, me inclinaría por poner a Reddick segundo, entre Springer y Altuve, para crear más distancia entre Reddick y McCann en el orden. Correa y Bregman serían cuarto y quinto, seguidos por McCann.

Sea como sea, Hinch tiene excelentes opciones.

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José Altuve acaba de cumplir 26 años, y con toda probabilidad va lograr su hit 1,000 en su carrera en algún punto de esta temporada. Así que ha sido realmente bueno en lo suyo por algún tiempo. Altuve ha liderado la Liga Americana en cada una de las pasadas dos temporadas, y su próxima aparición en el Todos Estrellas será su cuarta.

Pero en esta temporada, Altuve ha progresado de ser grande a ser más que grande, y está teniendo una de las mejores temporadas en la historia de la franquicia de los Astros de Houston. De seguir su actual ritmo, Altuve va a llegar a base en más de 300 ocasiones en esta temporada, gracias a su mejora. "Se está convirtiendo en un bateador completo ahora mismo", dijo el manager de Houston A.J. Hinch mediante mensaje de texto. "Es alguien divertido de observar".

Altuve ha refinado su agresividad en el plato, lo que se ve reflejado en la cantidad de lanzamientos que promedia por aparición en el plato, algo que ha ido en aumento constante en las últimas temporadas:

2011 -- 3.11

2012 -- 3.38

2013 -- 3.28

2014 -- 3.11

2015 -- 3.23

2016 -- 3.66

Pero la mejor medida de lo que Altuve está haciendo podría ser el número de boletos que ha estado recibiendo. Aunque los Astros no llegarán hasta la mitad de la temporada la semana que viene, él está a punto de sobrepasar su total más alto de boletos en una temporada:

2012 -- 40

2013 -- 32

2014 -- 36

2015 -- 33

2016 -- 38

Su paciencia mejorada ha traído como resultado más boletos, más apariciones en el plato en las que ha logrado meterse en conteo de bateadores, y un modo mejor y más consistente de batear, a juicio de su manager. "Definitivamente ha alcanzado un nuevo nivel", escribió Hinch. "Su percepción de los lanzadores se ha refinado. Está utilizando todo el terreno - el jardín central más que el derecho - así que la dirección en su swing es más hacia la pelota. Su punto de contacto está en un buen lugar y no muy alejado del frente".

"Eso le ha permitido centrarse más en los lanzamientos - y hacer más daño - cuadrangulares hacia la banda opuesta y dobles hacia el jardín central".

Altuve batea .340, y de seguir su ritmo actual, terminaría esta temporada con 215 hits, 83 boletos, 14 veces llegando a base por un pelotazo, 46 dobles, dos triples, 26 jonrones, 112 anotadas y solo 63 ponches.

Y definitivamente estaría en la conversación para el premio de JMV de la Liga Americana.

Altuve conectó un imparable en la paliza de Houston a Edinson Vólquez y los Reales el viernes, mejor conocida como el Espectáculo de George Springer.

De ESPN Datos: Los Astros tienen ahora su mejor racha de victorias de la temporada (seis) luego de su triunfo el viernes 13-4 sobre los Reales. Ellos anotaron nueve carreras solo en la primera entrada, la mayor cantidad de anotaciones en una entrada desde abril de 2004.

Springer lideró la ofensiva de los Astros, igualando su mayor cifra en su carrera con cinco remolcadas. Además logró un triple y un cuadrangular con bases llenas en la primera entrada.

De ELÍAS: Al hacerlo se convirtió en el primer jugador en la era moderna (desde 1900) en conectar un grand slam y un triple en la primera entrada.

Además, se convirtió en el primer jugador en conectar un cuadrangular con los senderos congestionados y un triple en la misma entrada desde Brandon Inge en 2004. Y se convirtió en el primero que es primer bate y que logra un grand slam en la primera entrada desde Danny Tartabull in 1986.

Luego de comenzar la temporada con marca de 17-28, los Astros juegan para 21-8 en sus últimos 29 juegos (la segunda mejor marca en MLB en ese periodo detrás de los Vigilantes).

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