Ha pasado nueve meses desde que el Real Madrid de Zinedine Zidane perdió un partido de competencia oficial, tras caer el 6 de abril de 2016 ante Wolfsburgo 2-0 en los octavos de final de la UEFA Champions League. Desde entonces, Real Madrid ha ganado 30 partidos y empatado nueve, igualando a su archirrival Barcelona por la racha invicta más larga de un club español.

Este jueves, el club merengue va por el récord en solitario cuando enfrente a Sevilla en la vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey.

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¿Qué ha hecho el Real Madrid para hacer de esta racha una tan impresionante?

Las estrellas no siempre han dicho presente

Sí, Real Madrid está repleto de talento y súper estrellas. Desde el ganador del Balón de Oro y Jugador del Año de la FIFA, Cristiano Ronaldo, al estelar defensor y capitán Sergio Ramos, quien una vez más tuvo su lugar en el FIFA FIFPro World XI, la plantilla de Madrid no tiene nada que envidiarle a alguna otra.

Sin embargo, muchos de los estelares han sido baja en algún momento u otro, causando un problema táctico para Zidane.

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Debido a que Zidane ha tenido que variar su alineación a raíz de las ausencias de jugadores como Ronaldo y Bale, el resto del grupo se ha crecido para producir al ser convocado. Siete jugadores diferentes han anotado o asistido al menos 10 goles durante la racha.

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Aun más importante e impresionante es que jugadores que usualmente ni siquiera entran al terreno de juego han contribuido con goles a la causa de los blancos. Veintidós jugadores diferentes han anotado al menos un gol durante la racha de 39 partidos. En adición, 20 jugadores diferentes han registrado al menos una asistencia. Destacando su labor como técnico, Zidane no se ha amilanado a la hora de usar distintas rotaciones, sea por lesiones o por diseño. Treinta jugadores han visto acción en el campo realizando alguna aportación durante la racha, incluyendo su hijo Enzo Zidane, de 21 años, quien anotó en su única aparición.

Los blancos no pierden la calma

Durante la racha, el Real Madrid se ha visto abajo en el marcador por dos o más goles solo una vez, contra el Rayo Vallecano el 23 de abril, luego de recibir dos anotaciones en los primeros 15 minutos del partido. Madrid remontó para ganar 3-2 cuando Gareth Bale consiguió el gol de la diferencia en el minuto 81. Cada vez que han ido perdiendo durante esta racha, los blancos se han instaurado como cerradores legendarios, convirtiendo el 92 por ciento de sus remates al arco (11 de 12).

Zidane ha podido festejar con fuegos artificiales los momentos finales de cada periodo de 45 minutos. Madrid ha anotado 50 de sus 112 goles durante esta racha en los 15 minutos finales de cada mitad.

Momentos de tensión que vivieron los fanático del Real Madrid

Real Madrid sí se ha visto en serios aprietos en algunas ocasiones, usualmente dejando la mesa servida para que el capitán Sergio Ramos haga de las suyas. Madrid anotó tres goles cuando perdía al minuto 85 o más tarde durante la racha, resultando en dos victorias y un empate.

Goles tardíos del Real Madrid durante la racha Invicta

Partido #12: 9 de agosto, 2016 vs Sevilla en Supercopa UEFA

Abajo 2-1, Sergio Ramos presionó hacia adelante como parte del esfuerzo del merengue por encontrar el gol del empate. Un cruce de Lucas Vásquez encontró a Ramos, quien marco para empatar el marcador al 93'.

Partido #16: 14 de septiembre, 2016 vs Sporting CP en Champions League

Abajo 1-0, Cristiano Ronaldo se prepara para disparar de tiro libre contra su exequipo. Su gol para empatar abrió las compuertas para una reacción que culmino con Álvaro Morata y su gol ganador al 94'.

Partido #34: 3 de diciembre, 2016 vs Barcelona en La Liga

Abajo 1-0, Ramos una vez más empuja hacia al frente para un tiro en el minuto 90 contra Barcelona. Luka Modri pateo el balón y Ramos anotó de cabeza para el empate y la dramática conclusión.

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LOS ÁNGELES -- Estas ruinas que ves. Título de la novela de Jorge Ibargüengoitia perfectamente aplicable, en este momento, a las Águilas del América.

Ruinas. Morales, futbolísticas, deportivas, físicas, competitivas. Ruinas. El cuarto lugar en el Mundial de Clubes es un mezquino paliativo sólo para espíritus pusilánimes de algunos fanáticos.

No se trata de resultados, se trata de futbol. Y de las actitudes y las aptitudes para jugar al futbol. La derrota no la dignifica un marcador o un resultado, sino la gallardía, el garbo honorable en el combate.

¿Acaso el americanismo se consuela, se reconforta, se soba frenéticamente de resignación al ver que los 11 japoneses del Kashima fueron más honorables en la batalla ante el Real Madrid que los nueve extranjeros que terminó utilizando el América?

No, el americanismo debe estar indignado. Sus ídolos, sí, esos, sus ídolos, desertaron hormonal y neuronalmente ante el Real Madrid primero y ante el Nacional después.

Ruinas, sólo eso regresa del peregrinaje calamitoso por Japón. Ruinas, insisto, desde los 360 ángulos de ese círculo vicioso y enviciado de una excursión fatídica, a menos claro, que haya -- y seguro lo hay -- quien beba a sorbos el jarabe conformista, pobretón, miserable, del triunfo sobre el Jeonbouk

Por eso, el retorno de las Águilas a El Nido, tiene la cadencia de la eutanasia del tango: "Volver, con la frente marchita...".

La colosal tarea, la herculina encomienda es rescatar entre esos escombros, entre esos despojos, un equipo capaz de jugar la Final ante Tigres.

MexsportRicardo La Volpe y Ricardo Peláez deberán comenzar los trabajos de rescate entre los vestigios.

La misión queda en mano de los Ricardos, La Volpe y Peláez. En su nombre llevan la facultad para tener éxito: Ricardo significa "rey con mucho poder". Veremos el músculo sabio de su oratoria, que suele ser poderoso ante los medios.

Con Tigres descansado, vigilante, más allá del berrinche consuetudinario del Tuca Ferretti por la inactividad, América, por su parte, llega con más equipaje que la prolífica y feliz fayuca tras la incursión feroz de sus jugadores en las tiendas exclusivas de Shibuya y Daikanyama.

Las Águilas llegan con lastres de gran tonelaje. Su casi día completo, en horas, de regreso a casa, debió convertir el avión en un tormentoso y atormentado claustro, a sabiendas que el fracaso es el único legado envenenado tras su pase por el Mundial de Clubes.

Con la resaca a cuestas, en la infelicidad de expiar a solas sus culpas, ese viaje de regreso debió ser una jornada calamitosa de sufrimiento, con más vigilia que sueño, y sin espacios para una terapia grupal.

El cortejo fúnebre americanista salió del estadio con el epitafio de los penaltis errados, para treparse a un vuelo doliente de autoflagelación. No hubo diálogo entre el grupo, el cuerpo técnico y los directivos, para una catarsis colectiva.

No hubo tiempo, pues, para que los vivos de la Final ante Tigres, pudieran, ya, enterrar, a sus muertos del Mundial de Clubes.

La Volpe y Peláez, y eventualmente, si lo hay, algún líder del grupo de jugadores, deberá comenzar los trabajos de rescate entre los vestigios.

A marchas forzadas, La Volpe intentará resucitar moralmente a ese grupo, y persuadirlo de que la odisea fatalista en Japón, tiene un magnífico purgatorio y redención, en 180 minutos, al menos, ante los Tigres.

Pero, obviamente, lo preponderante es ese trabajo en el diván. Por extraño que parezca, para rescatar las piernas millonarias, y algunas talentosas, del América, es necesario, primero recobrar y redimir, las cabecitas emproblemadas de los futbolistas.

Y eso lo saben bien los dos Ricardos: ni el mejor preparador físico, ni el mejor médico, ni el mejor técnico, podrán poner en pie de guerra al América para enfrentar a los Tigres, sin, primero, sacar toda el cochambre de remordimiento y autoflagelación, de las cabezas de los jugadores.

A menos, claro, que el cinismo haya hecho de manera eficiente e inmediata ese trabajo de desazolve, y expulsado los remordimientos de la azotea de cada jugador.

En este caso es fundamental rescatar la fortaleza mental de jugadores, que, insisto, en total, suman más de 48 títulos a nivel nacional e internacional. Los jugadores del América saben lo que es ser campeones varias veces. El trabajo de rectificación anímica, entonces, debe ser menos complejo para LaVolpe y Peláez.

Y, lo saben: si no enderezan mental y espiritualmente a los jugadores, serán, estos, entonces, unos zombis futbolísticos, expuestos ante unos voraces Tigres, que saben que hoy tienen una oportunidad inmejorable de ser campeones.

Estas ruinas que ves... en El Nido. El mismo Jorge Ibargüengoitia, enLos pasos de López, cita que "fue una de las raras batallas, en las que los muertos victoriosos tienen peor entierro que los vivos vencidos".

Y así se siente, así regresa el América, del surrealismo en el Mundial de Clubes, al surrealismo mexicano de una Final aplazada.

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LOS ÁNGELES -- El fanatismo enmudece aquello de vox populi, vox Dei. La voz del pueblo, entonces, deja de ser la voz de Dios. El fanatismo tiene en su ADN los cromosomas inevitables de la intolerancia y el patíbulo.

Llama la atención la reacción virulenta, en general, por parte del americanismo en las críticas hacia El Nido, cuando fue asaltado por el Real Madrid. El dolor, entonces, es una adicción a la intransigencia.

El refugio, abnegado, conformista, fue acurrucarse en la reflexión facilista de "es el Real Madrid, hay un abismo de diferencia". La rendición sin el combate. Esa predisposición, de algunos, de muchos, hacia los rezagos, los vestigios y las taras de los colonizados o esclavizados, de lo que tanto hablan Octavio Paz y Samuel Ramos al remitirse hacia el mexicano.

Habría sido sencillo sumarse a los coros solidarios y advenedizos de encomiar irracionalmente la poco encomiable actuación del América ante Real Madrid. Cierto, la actitud de víctima propiciatoria en El Nido fue amamantada, o, desde la charla táctica, o, en el instinto de conservación, más que de conquista de los jugadores.

Sumarse al peregrinaje de ese americanismo, que exige menos a su equipo, habría sido un acto de complicidad. El refugio del autoengaño.

Invoco la reflexión de Zinedine Zidane al término del partido, decepcionado incluso por el nivel de juego de su equipo: "Esperamos jugar mejor en la Final... el ritmo (ante América) era bajo, jugamos al ritmo del rival".

Conformarse, desde el lecho de muerte, con la piedad engañosa, con la clemencia insultante del 2-0, es un acto de sumisión derrotista, y en eso, el americanismo, en general, se equivoca.

A este mismo Real Madrid, con Sergio Ramos y a veces hasta con Gareth Bale, lo pusieron a sufrir equipos de media tabla en España. Pero, derrocharon elementos indispensables ante la Casa Blanca de Zidane: disciplina, fervor, garra, entrega.

A ese americanismo indignado por las críticas, y que se pone paños de hipocresía articulando "es que es el Real Madrid", valdría la pena preguntarle si el Depor, el Gijón, el Bilbao, Las Palmas, el Celta, están muy por encima de las Águilas del América, quienes tuvieron en Moisés Muñoz a su mejor hombre.

¿Acaso, en la dimensión emocional, pasional, profesional y espiritual era más importante un juego de Liga para el Depor, el Gijón, el Bilbao, Las Palmas, el Celta, que una Semifinal soñada de un Mundial de Clubes para el América?

Porque esos cinco equipos referidos vendieron con más dignidad la derrota en la cancha que los jugadores del América, y algunos estuvieron a minutos de al menos el empate, como, caso reciente, el Depor, que muere por la exhalación de, como le apodan en España, #MinutoNoventayRamos.

Y entiéndase, esta es una referencia a la actitud de los jugadores y el cuerpo técnico, no a la institución. Esa es emblemática, no juega y, no es responsable, al final, de la estatura liliputense con la que se atrevan a salir a la cancha sus asalariados.

Porque, al final, ¿cuántos de sus jugadores se han amamantado de lo que en realidad es ser americanista? ¿Uno? ¿Dos? ¿Tres? Y si arredran como profesionales, la camiseta, entonces, para ellos, es una tela colorida, un atuendo de temporada, porque el oxígeno de su vida está en la boyante cuenta bancaria.

Ahora, si el americanismo y el aficionado en general, cree que el nivel del futbol mexicano, y de su equipo, el más ganador de títulos, como lo es el América, está abismalmente por debajo en nivel e historia del Depor, el Gijón, el Bilbao, Las Palmas y el Celta, que obligaron a transpirar al Madrid, en un juego de Liga, no en una Semifinal de un Mundial de Clubes, entonces, y sólo entonces, queda claro, están, al mismo nivel de esos jugadores y de ese cuerpo técnico que ha hecho, del 2-0, una reconfortante forma de morir... y en cierta medida de fracasar.

Glorificarse de haber muerto con un 2-0, es, en todo caso, entre un sector del americanismo, un acto de eutanasia.

Por eso, reitero, insisto, asumo, que el fanatismo enmudece aquello de vox populi, vox Dei. La voz del pueblo, entonces, deja de ser la voz de Dios. El fanatismo tiene en su ADN los cromosomas inevitables de la intolerancia.

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LOS ÁNGELES -- Al final, Ricardo La Volpe ratificó que es más artista de la locuacidad y la verborragia que de la consumación de hechos. El prometer no empobrece...

El baratón 2-0 del "Real de Madrid" al América, transformó al técnico de ese presunto profeta del Paraíso al charlatán consumado de la frustración.

La Volpe
Getty Images
De la promesa de "darle Tiki-tiki" a este "Real de Madrid", de esa promiscuidad engatusadora de poner a soñar a su legión de enceguecidos siervos, a la incorruptible realidad de la decepción. Del, entonces, #HazmeSoñar al #Hazmerreír...

Jornada en la que el "Real de Madrid" ni siquiera alteró el impecable peinado de Cristiano Ronaldo, y en la que Modric y Casemiro despojaban con una pasmosa facilidad a cualquier americanista que pretendía darse ínfulas deshonestas de poder cambiar el destino.

Los Merengues fueron atrevidos y obscenos. Irrespetuosos, incluso. Entendieron que era una magnífica práctica para jugar contra el Kashima, y agradecieron con clemencia y piedad a un América que, según su presidente, Ricardo Peláez, le iba a "jugar de tú a tú".

Mientras Marcelo trataba a sus adversarios como en una clase nocturna de principios básicos de futbol, el América, lamentablemente, confirmaba ante "Real de Madrid" que no estaba preparado para el desafío.

Hay quien habla de un América digno. Quien lo sostenga, miente más que como lo hicieron previamente el "Tiki-Tiki" La Volpe y el "Al tú por tú" Peláez.

Esa ponderación, tan bondadosa como negligente, de un "América digno", es la mayor falacia para justificar el misérrimo rendimiento americanista, porque, incluso, el par de opciones que tuvo para reclinarse e inclinarse ante Keylor Navas, fueron descuidos madridistas pero por desdén, por menosprecio, por extravío...

Los héroes entregaron el fortín. Y con los jirones de su abanderada dignidad. Estaban, algunos, más propensos a negociar el canje de camiseta y la selfie al final del partido, que a luchar gallarda, masculina y seriamente cada balón y cada momento del juego.

Dejando fuera de esa mezquindad de actitud, de esa falta de testosterona, de esa esterilidad en las gónadas, a sólo dos jugadores, como Moisés Muñoz y Oribe Peralta, se perdieron los bravucones de la barriada de la Liga MX.

En el 911 tienen numerosos reportes, buscando a unos tales como Sambueza, Romero, Ibarra, William... y contando. Esos que salen con aires de perdonavidas a la cancha doméstica de su Liga, estaban, por momentos, patéticamente sometidos. Claudicaban antes de disputar la pelota.

Esos pendencieros de la soberbia de cada fin de semana en México, terminaron de rodillas, ante adversarios que, insisto, ni siquiera necesitan mandar a lavar los uniformes, porque al final, el "Real de Madrid" transpiró tan poco que el único olor a almizcle, en la cancha, fue el de esos americanistas, en la orinoterapia de sus propios pánicos.

Sí, los jugadores americanistas citados confirmaron que son como los perros de rancho, que sólo a los de su casa muerden, porque a los extraños les mueven dulcemente la colita.

Del "Real de Madrid", poco que relatar. Supremacía absoluta. Se dedicaron a repartir coscorrones a los malcriados que pretendían, en el delirio, en el trance demencial de sus sueños, arrebatarles la fiesta de la Final del Mundial de Clubes.

Por ejemplo: Cristiano Ronaldo erró dos que en cualquier juego de la Liga de España habría montando hormonal, tremendo y jactancioso berrinche, mientras que ante el América, este jueves, apenas se inconformó, mandando disculpas hasta Marruecos por esos mohines.

¿Y ahora? Bueno, La Volpe perdió lo invicto. Lo peor, sin apenas meter las manos. Ese que dijo "en lo táctico, en lo estratégico, robo", ni siquiera inquietó las neuronas más perezosas de Zinedine Zidane.

¿A qué debe dar más importancia el América, al juego por el tercer lugar con el Atlético Nacional o a la Final ante Tigres?

La respuesta sólo la tienen los dos maestros de la dialéctica del engaño y el embaucamiento. Lo tendrán que decidir entre el "Tiki-Tiki" La Volpe y el "Al tú por tú" Peláez.

La lógica indica que ya todas las canicas de la desesperación y la angustia, por el americanismo mismo, deben apostarlas a la Final de su Liga MX, ése su hábitat, su genuino hábitat...

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LOS ÁNGELES -- "Le vamos a dar tiki-tiki al Real Madrid". Llegó el momento, para Ricardo La Volpe, de sacar de las gavetas malditas de las promesas ensoberbecidas, para cumplirla, esa aseveración hecha casi con tono mesiánico.

Y llega, el América, con la ilusión preñada de esperanza. Entre lo imposible y lo improbable, tener de lazarillo a la fe, puede servir para cruzar ese caudaloso río de los fracasos.

La cita con el campeón de Europa y actual propietario del rascacielos de la Liga de España, la consiguió El Nido este domingo. Se le salió del ataúd al Jeonbuk, para sacarse la estaca profunda del 1-0 y emerge con el 2-1.

Cierto, ante el equipo sudcoreano no hubo "tiki-tiki", como no lo ha habido en esta gestión de La Volpe con las Águilas. El hombre que alguna vez defendió las formas en el futbol, elige por salud el pragmatismo.

"Cruzar el Niágara en bicicleta", es una deliciosa canción de Juan Luis Guerra, pero hoy, para La Volpe, los tiempos del malabarismo audaz, son agua pasada. Ya está dicho: el fin justifica los miedos y los medios.

Pero, consigue objetivos. Cumple metas. Consuma retos y consume tiempo. América está en la Final del Apertura 2016 y está en la Semifinal del Mundial de Clubes ante el amo de Europa.

Inesperadamente, accidentalmente, fortuitamente, afortunadamente, América se encuentra con el partido de celebración de su malhadado, y hasta hoy, marchito Centenario.

Y ante los ojos del mundo y no en una kermés privada en el Estadio Azteca. Hoy FIFA, con todo y sus llagas de corrupción, pero es el padrino de la celebración americanista.

Porque, además, con esta doctrina, jugando, el patriarca del lavolpismo, al más puro estilo del patriarca del lapuentismo, ha desatado una alquimia envilecedora: la amalgama, el coctel, la mescolanza fascinante del equipo que proclama el "Ódiame Más" como linaje, y del técnico que vive frenéticamente ansioso por ese mismo confeti.

Tras esa victoria ante los mecánicos de la Hyundai, los augurios generosos escoltan a El Nido. Y el americanismo, tras 11 meses de viles cataclismos, disfruta festivo ya este maná caído del Cielo: enfrentar al Real Madrid.

Cierto, complicidad de una defensa ingenua, pero con la fortuna del goleador, El Chino Romero saca del síndrome premortuorio al América, y con dos remates con la pata del conejo, lo lleva a alcanzar el Everest, o el Monte Fuji para ser geográficamente correctos, planteado para este torneo: desrridiculizar el ridículo de hace un año ante las huestes chinas de Felipao Scolari.

América llega, insisto, ante el Real Madrid con la ilusión preñada de esperanza. Y también de fe. Recupera a plenitud a Rubens Sambueza, quien busca lavarse el cochambre impúdico, luego de que hace un año armó una zacapela de arrabal con Carlos Darwin Quintero, quien hoy juega con esa aureola purificada del que volvió a nacer.

Además, Renato Ibarra salió con molestias ante el Jeonbuk, pero el futbol tiene, diría Taylor Caldwell, un "Médico de cuerpos y almas", y el ecuatoriano dijo que ante los emisarios celestiales de la Casa Blanca, juega porque juega. Y lo mismo ocurre con Romero.

Sí, la convocatoria de Ronaldo es más de Cristiano que de Ronaldo, por los milagros intrascendentes que provoca. Todos quieren volver a crucificarlo. Aunque al final el Monte Calvario pueda ser repoblado por otros.

La Volpe tiene hoy un catalizador magnífico. Tiene una cuadrilla de arrepentidos, a una manada de contritos, que ven en el Real Madrid la oportunidad suprema de reivindicarse, tras tener a su afición, este año, el Año del Centenario, el, hasta hoy, año del Indecente-nario, más con pañuelos faciales moqueados que con serpentinas perversamente bulliciosas.

Y el técnico argentino debe haber aprendido, tras casi tres lustros de fracasos, a explotar, a exprimir, a detonar esa avidez desesperada, esa hambre de náufrago, para llevarlos al sacrificio extremo en Japón, o digamos harakiri, para ser cultural y geográficamente correctos.

Cierto, La Volpe y su tropilla no saben qué hay detrás de la cortina de la realeza europea. ¿El Real Madrid que enfrentó al Barcelona o el que a veces se vulgariza como un vasallo indigno de su propio estirpe, de su propia prosapia? Pero, eso, ni el mismísimo Zinedine Zidane lo sabe con todo y sus 35 juegos invicto.

Pero, la promesa ya fue hecha y está en la enciclopedia gourmet de las balandronadas. "Le vamos a dar tiki-tiki al Real Madrid".

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LOS ÁNGELES -- Es una bestia. Absolutamente. Sergio Ramos es una bestia. Y más de alguna bestia debe sonrojarse o soliviantarse por semejante estigmatización.

Palurdo, tosco, pendenciero, Ramos juega en otra Liga. Él no encaja en la nobleza. No está en la lista de los Beckenbauer o los Maldini o los Moore... ¿o los Fernando Hierro? No está en esa élite, pero, seguro, cualquiera de ellos lo reclutaría y lo consideraría su brazo derecho... o su garfio derecho.

La delicada palabra exquisitez desertó, huyó del diccionario de Ramos, como una alerta de su instinto de supervivencia. Eran páginas de palabras soeces o patibularias. No había apéndices para manteles blancos.

Este sábado, sin embargo, se trepó de nuevo a ese nicho donde el madridismo lo contempla como el rescatista en tiempos de catástrofe. El Titanic Blanco se hundía aniquilado por el gol de Luis Suárez: una dentellada mortal.

Pero, en el Santiago Bernabéu, el 911, para las contingencias, tiene línea directa a las hormonas de Sergio Ramos. Un endocrinólogo descubriría que las gónadas del zaguero están conectadas al corazón. La Batiseñal de la Casa Blanca.

Cuando los médicos han claudicado, cuando el confesor apresura el paso con el incienso de la extremaunción, cuando, diría Machado, "de nada nos sirve rezar...", hace erupción Sergio Ramos. La Liga de la Justicia tiene un despistado vigilante vestido de futbolista.

Lo irónico, lo dramático, lo chusco, es que no hay magia. Ramos, en el área, ni se materializa, ni se teletransporta, ni ejerce la telequinesis, ni llega con una túnica invisible de Doctor Strange, ni es un Pokemon extraviado. Llega con la discreción de una matrona en el lavadero.

Inocente o cruel, ingenuo o sádico, pero él avisa que va a irrumpir ahí, en el área, a trastocar la historia, a inventar un desenlace, a digitalizar su propio epílogo. Hasta manda un telegrama a la defensa rival. Pero, igual, la Santísima Trinidad se reconcilia: el balón, su salto, el milagro en el marcador.

Y siempre, en la agonía del drama. Cuando el buche se asfixia. Cuando el reloj se colapsa de la hemorragia de minutos. Parecería que maquiavélica y masoquistamente él aguarda para convulsionar de taquicardias la tribuna rival. Luis Enrique gritaba: "Ramos, va Ramos". Y Mascherano sólo lo pudo encontrar en Instagram.

Y Sergio Ramos se propulsó más alto, con más poder, con más sangre, con más testosterona, con más rabia, con más hambre, con más coraje que todos. Y cuando eso ocurre, ese tipo es un musculoso psicópata del área, rebasando cualquier rascacielos contrario.

Lo ha hecho tantas veces. Lo hizo antes. Lo hizo este sábado. Lo volverá a hacer mañana... o cualquier día. Sí, en ese momento en el que el rescatista tiene que salvar a la doncella o engalanar el Titanic Blanco, y sí, en ese momento en el que los otros, los de frac, fracasan ante el estereotipo de la heroicidad.

Ese es Sergio Ramos. Supongo que debe deshojar margaritas a puñetazos, y seguramente el anillo de compromiso lo arrancó de algún ring de un tráiler abandonado. Y debió hacerlo con uñas y dientes. Rambo, a su lado, reprobó plastilina en párvulos.

Decía Cruyff, sí, un ícono barcelonista, que todo futbolista tiene una segunda patria. Y esa la elige. De corazón y con el corazón. Ramos lo sabe. Es un patriota del madridismo. La primera sangre en derramar es la suya... la última, la del adversario.

No ganará jamás, pero jamás de los jamases, uno de esos trofeos que le serán siempre ajenos: la aristocrática colección de súbditos en oro de Cristiano Ronaldo y Messi. Pero. Los hombres que hoy lo aclaman, comenzarán sus monólogos ante sus nietos, con un: "Hubo, alguna vez, un número 4 que, llegando el minuto 90...".

Al final, tras estas epopeyas, como la de este sábado, Sergio Ramos sabe que lo aguarda su madre, la adoptiva. Sabe que lo espera La Cibeles, esa que, dicen, es la Diosa de los Animales y las Bestias.

Más allá de la genealogía o heráldica fonética, tal vez la mitología debería revisar si aquella Loba de Roma, amamantó sólo a Rómulo y a Remo, o si con Ramos también lo hizo, si también amamantó a este descendiente feroz de alcurnia merengue.

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Iniesta vuelve cuando Barcelona más lo necesita

FECHA
01/12
2016
por Víctor Martínez Segura, ESPN Estadísticas e Información
El retorno de Andrés Iniesta es la mejor noticia que el Barcelona podía recibir de cara al Clásico del futbol español. Han pasado más de cinco semanas desde que el manchego salió lesionado a los ocho minutos del partido contra el Valencia el 22 de octubre en Mestalla. Durante el proceso de recuperación de Iniesta, Barcelona sacó ocho puntos de 12 posibles en La Liga mientras que su rival en turno, el Real Madrid, consiguió ganar sus cuatro partidos en dicho periodo. La diferencia de seis puntos entre Barcelona y Real Madrid supone el trecho negativo más amplio para el club catalán respecto a su eterno rival antes del primer clásico liguero de la temporada desde 2003.

Andrés Iniesta
ESPN Estadísticas e Información

Destapando el juego

Una de las grandes virtudes de Iniesta es su capacidad para abrir defensas y crear espacios para sus compañeros. Ante un equipo tan ofensivo como el catalán, los rivales tienden a defender con muchos hombres, por ello, la habilidad y cambio de ritmo que Iniesta brinda es crucial para quebrar con un movimiento los sistemas defensivos del oponente.

El 'ocho' del Barcelona lidera su equipo en regates exitosos, con un 86 por ciento de efectividad.

Andrés Iniesta
ESPN Estadísticas e Información

No hay un sustituto a la altura

El jugador que más veces ocupó el puesto de Andrés Iniesta durante su lesión fue André Gomes, con 3 partidos iniciados en el interior izquierdo de la medular azulgrana (1G-1E-1P). Denis Suárez lo suplió en 2 ocasiones y Rafinha en un partido. El récord general del equipo sin Iniesta desde su lesión ha sido 3G-2E-1P (Liga y Champions League).

Andrés Iniesta
ESPN Estadísticas e Información

André no es Andrés

Gomes ha sido el reemplazo natural de Iniesta esta temporada, pero el juego del equipo está muy condicionado según quien juegue, ya que sus maneras de ver y practicar el fútbol difieren en gran medida. El juego del portugués es más horizontal, al contrario que el del español, quien ocupa más espacios en posiciones ofensivas. Al comparar sus mapas de calor, se observa claramente como Gomes se posiciona en lugares más retrasados, haciendo el juego del Barcelona mucho más lento y previsible. Por su parte, Iniesta contacta el balón con clara mentalidad de ataque; el 73 por ciento de sus toques son en campo rival, mientras que para Gomes el porcentaje es de 51%. Además, Iniesta dirige sus pases de manera vertical un 5 por ciento más que su compañero portugués.

Andrés Iniesta
ESPN Estadísticas e Información

Andrés Iniesta
ESPN Estadísticas e Información

Messi, Neymar y Suárez: Los mayores beneficiados

El tridente azulgrana está de fiesta con la recuperación del manchego. Si contamos las últimas dos temporadas de La Liga, ningún jugador del club ha conectado más pases con la 'MSN' que Iniesta, a pesar de haber jugado solo 33 partidos en dicho lapso.

Andrés Iniesta
ESPN Estadísticas e Información

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Los máximos romperredes

FECHA
12/09
2016
por ESPN Stats & Information

 

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