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"Monzón. La biografia definitiva", un relato de gloria y oscuridad

Es la noche del 7 de noviembre de 1970 y estamos en Roma, en el Palazzo dello Sport.

Carlos Monzón se pone de pie y camina hacia el centro del ring dispuesto a cambiar drásticamente su destino. El sonido de la campana que indica el comienzo del duodécimo round enfatiza la orden que acaba de recibir de su entrenador y se dispone a cumplir.

- Ese hombre está muerto, Carlos. ¡Vaya y póngalo nocaut!

Mientras tanto, ese hombre, Nino Benvenutti, advierte que sus minutos como Campeón Mundial de los Medianos se van agotando. En un rato, una granada, la mano derecha de Monzón, estallará en su cara y lo pondrá a dormir.

Ese trascendental momento en la vida de Carlos Monzón, el preciso instante del cruce de la frontera entre lo que fue y lo que será, es el elegido por el periodista Carlos Irusta para dar comienzo al relato de “Monzón. La biografía definitiva”, el nuevo libro de la Colección Un Caño que acaba de publicar Editorial Planeta.

Fue en su segundo hogar, el gimnasio del estadio Luna Park, donde Irusta conoció a Monzón. El recién llegado santafesino era en ese entonces apenas uno más entre los tantos anónimos boxeadores que aspiraban, al menos, a una oportunidad para cambiar de vida.

Desde aquel momento el periodista siempre estuvo cerca del protagonista de su libro. Fue testigo de su dedicación al entrenamiento; lo acompañó en su ascenso, en su gloria deportiva. Asistió a su conversión en personaje del cine y del jet set y también lo visitó en la cárcel, cuando el ex campeón pagaba la condena por el crimen de su mujer, Alicia Muñiz.

Todas esas vivencias personales que el autor comparte en forma de confidencias al oído del lector, aportan el valor diferencial a la severa investigación periodística, el minucioso relevamiento de archivos y el medio centenar de testimonios que contribuyeron en la reconstrucción de los más recónditos pliegues de la vida de Carlos Monzón y de su época.

Más allá de su larga y reconocida trayectoria como periodista especializado en boxeo, Carlos Irusta fue desde muy joven un apasionado del cine y de la literatura policial. Esos fervores se evidencian en la cadencia de su atrapante relato de la gloria y la oscuridad de la vida de Carlos Monzón. Y el lector los agradece.