LOS ÁNGELES -- Evoco a Sabina: "Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar...".

América se encuentra así. A pique. Y sin más islas para naufragar.

Año del Centenario. El año de la glorificación se ha convertido en el año de la condenación. El rey de las utopías se queda sin reino. Hoy es bufón de los bufones.

Año del Centenario. Y había tantas larvas con fantasías dentro, pero que sólo engendran pesadillas. Los gusanos se devoran entre sí. Canibalismo del fracaso.

Ultrajado en su propio castillo de naipes, el América pierde cada batalla empecinado en perder la guerra. El sábado, el León sacó las garras e hizo garras al fastuoso homenajeado.

Y se acerca el 12 de octubre. Y el festejado vive en el abandono. El rey de reyes se viste en el leprosario del fracaso. Hasta sus títulos de Concachampions son baratija telenovelera en la bisutería de Televisa.

La derrota ante Chivas hiede más que los vapores conformistas de remontar ante Cruz Azul. Las heridas sobreviven a cualquier sonrisa forzada.

Y en la mordaz crueldad del abuso, el León llega con un certificado de defunción: el cumpleaños es ineludible, pero el cumpleañero ha muerto en la víspera.

Año del Centenario. Y convoco a García Márquez: "Cuídate el corazón Aureliano (...) Te estás pudriendo vivo". Sí. América se pudre en vida.

Un técnico que no descifra al adversario. Nacho Ambriz, en los últimos días, llena sus plegarias más de disculpas y súplicas, que de instrucciones, órdenes, estrategia, arenga. Su voz se debilita. Ya no hay autoridad en ella, sino un discurso compungido.

A Nacho Ambriz le han hurtado el vestidor. El autoritarismo de Ricardo Peláez encendió la revuelta. Le quitó a su entrenador la cruz, el silbato y la cachucha. Y le ató con el sedal del titiritero. "Baila, Nacho, yo tarareo", seguro le dijo.

Los jugadores fueron disculpados para la anarquía. Y la ejercen. El cinismo se vuelve un acto de renuncia. Hacen de la traición un homenaje. Y corren menos, luchan menos, sufren menos, sudan menos, pero cobran más.

De la abnegación y la autoconsolación ante Chivas, despertaron ante Cruz Azul, que fiel a su linaje veinteañero de víctima, se inmoló por cobardía. León fue un poco más serio. Se decidió a jugar futbol ante tipos que reaccionaban siempre tarde, que contemplaban sin actuar, y les hizo un 2-0, en el propio Nido marchito, que es un marcador de clemencia ante su prostituida víctima.

¿Ganar la Liga? ¿Ganar la Copa? ¿Ganar el Mundial de Clubes? En el Año del Centenario, el América escucha los responsos enredados en el humo espeso de los cirios. El pastel del 12 de octubre será una obra de arte: ¿quién dará la primera mordida al ataúd?

"Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar...". Porque a las Águilas del América se le agotan las excusas. Se le agotan los motivos. Se le agotan los penitentes.

Cierto que las estadísticas aún avivan la flama escuálida y bulímica de esas cien velas. La Liguilla no es inalcanzable, y como saludable y ridículamente dijo Ambriz: "seguimos con vida en la Copa MX". ¿Y...?

El problema es la cancha. Una radiografía cruel. Un equipo desarticulado. El orden y la coherencia de otros tiempos juegan a los dados con Alzheimer. La amnesia, sin embargo, parece voluntaria.

Sambueza se amotina y es capitán de su fracaso. Oswaldito corre con la misma sabiduría que un perro cazando llantas en movimiento. Y su defensa se condena, indultando hasta a los más tullidos delanteros.

Y la desvergüenza habla. Un discurso común y populachero en El Nido. Guión de telenovela, al fin. El sello de la casa.

Todos, desde el traje Boss de Peláez y De Luisa, pasando por desertores de futbolistas, hasta llegar al harapiento costurero de Ambriz, el último en esta cadena antropofágica del autocanibalismo, recitan las mismas promesas de trabajo, de resurrección, de cambio, de redención. Entre ellos, se perdonan todos sus pecados.

La afición tiene meses que ha montado el patíbulo. En el zócalo imaginario de Coapa, sólo esperan el pescuezo de Ambriz. Declaran inocentes a los 23 culpables. Ambriz al menos no ha traicionado. La incompetencia no es un acto de insurgencia. Lo de los otros 23, sí...

En las penumbras, aferrado a cuatro títulos y poca continuidad de sus técnicos, Ricardo Peláez contempla sus errores. Sus Frankensteins desfilan ante sus ojos. Se siente a salvo. En el Teatro Guiñol, la marioneta muere antes que la mano.

De inmediato se viene un Necaxa en urgencias, y unos Pumas que salivan de antemano la visión americanista del mequetrefe. Ambos ven a ése, el que se pudre en vida.

A través de Juan Rulfo, en El Llano en Llamas, se identifica el América: "Es algo difícil crecer sabiendo que la cosa de donde podemos agarrarnos para enraizar, está muerta".

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Los números de la J1

FECHA
21/07
2016
por ESPN Stats & Information

 

Liga MXESPN DatosLos extranjeros ganaron el primer round en su batalla frente a los jugadores mexicanos en la Jornada 1 del Apertura 2016.

Ignacio AmbrizESPN DatosIgnacio Ambriz tratará de superar las semifinales por primera vez desde que asumió el puesto de director técnico del América.
Dayro MorenoESPN DatosEl ataque de los Xolos de Tijuana pasa por los pies del colombiano Dayro Moreno.
Refuerzos de ChivasESPN DatosChivas sólo utilizó a dos de sus cinco refuerzos en la derrota de la Jornada 1 frente a los Pumas.
Carlos PeñaESPN DatosCarlos Peña ha fallado tres de los cinco penales que ha cobrado desde que llegó a las Chivas para el Apertura 2016.

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Liguilla Clausura 2016ESPN DatosAmérica continúa siendo el club con más apariciones en la Liguilla, seguido de cerca por Cruz Azul.

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Matías Almeyda
Mexsport
LOS ÁNGELES -- Morelia cazó a Chivas. En el marcador y en la Tabla de Porcentaje. 2-0, jugando a lo vivo, dejó muerto al Guadalajara.

Se había advertido que tras el verbo motivador de Matías Almeyda, debería venir su sapiencia para que el equipo fuera más que adrenalina y pulmones, es decir, que evidenciara futbol y sumara puntos.

Saltarán los apóstoles de las obviedades: "ah, pero tuvo varias oportunidades". Obvio, si Morelia jugó como perro rabioso defendiendo su parcela, dejó dos tercios de cancha a Chivas para que operara y ensayara todo tipo de recursos.

Con un esquema como el de Monarcas, hasta un vendedor dominical de biblias se mete hasta la cocina. Chivas no se plantó ante la meta de Monarcas por disponer de un esquema versátil, sino por un reflejo natural de tener espacio para el pelotazo.

A la decepción del pizarrón de Alameyda, habría que agregarle la ratificación del Gullit Peña. Su debut deslumbró y después, como las pretensiones de Chivas, se fue apagando. Sale de cambio sólo para hacer saber a su preocupada familia que sí estaba jugando.

Morelia alcanza en el porcentaje al Guadalajara, que suma una victoria en diez juegos de Liga, y 11 de 36 puntos en cualquier torneo. Sí, mañana saldrán los defensores a hacer ecuaciones facilistas y simplonas sumando los primeros juegos de El Pelado, pero esos son anécdota que se ridiculiza con la actualidad del equipo.

Para colmo, innecesariamente, Carlos Salcedo provoca una roja, innecesaria, sospechosa, que deja al Guadalajara con boquetes en el fondo, por las ausencias agregadas de Pereyra, Rodríguez y Alanís... más lo que se acumule.

Mientras Orbelín cumple de manera intermitente, el otro refuerzo de oro en la etiqueta y oropel en la cancha, el Conejito Brizuela, deja en claro que el nerviosismo le consume por dentro. Los 10 millones de dólares que pagó Jorge Vergara por él deben flotar en el canal del desagüe.

Y pregunta obligada: ¿Almeyda seguirá esperando que el Gullit le responda en esa variante que le impuso, y que no sólo lo perjudica a él, sino también a Omar Bravo, que empezó a sentirse cómodo y peligroso, cuando salió Peña?

Claro, El Pelado Almeyda sabe que tiene un seguro de vida. Y con él, José Luis Higuera, puede también defender sus genialidades como promotor y contratista: se llama Sinaloa y el torneo los presenta como Pescados Zarandeados a los Dorados.

Bajo el amparo del equipo culichi, Almeyda tendrá el tiempo que necesita, pero esta cosecha anémica de puntos sólo provocará que la próxima temporada el equipo siga asfixiándose n la zona de riesgo de descenso.

Lo cierto, reitero, es que con mejores números que Almeyda, han salido botados del Guadalajara una decena de técnicos.

Seguirá ahí El Pelado, pero por ¿defender un proyecto? ¿Por capricho? ¿Para aceptar que no metieron la pata Vergara e Higuera? ¿Por ignorancia? ¿Por qué no hay nadie que acepte el puesto?

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Luis Fernando Tena
Mexsport

LOS ÁNGELES -- A Pizzi lo infectó el Síndrome Osorio: tiró la chamba en el León y emigra a Chile, selección campeona de América y aspirante mundialista.

Como Osorio con Sao Paulo, Pizzi se deja seducir por los cantos de las sirenas mundialistas. Obviamente su desafío es mayor que el de Osorio al llegar a una Conmebol donde pululan figuras en Europa y con debut ante Argentina.

Pero cierto, tanto como Osorio, Pizzi tiene el derecho de aprovechar la oportunidad que se le presenta. Una selección y un Mundial rebasan las expectativas mundanas y domésticas de los equipos. Claro, es distinto, el colombiano tira por séptima vez una chamba en su trayectoria.

León, o el Grupo Pachuca, elige a Luis Fernando Tena como técnico y a Alfredo Tena como auxiliar. Ya alguna vez hicieron fuerza carnal en el América. Esa vez la fragilidad emocional de los directivos, los echó de El Nido.

Lo curioso es que si lo elige el Grupo Pachuca, por qué lo anuncia el Grupo Carso y lo hace Elías Ayub, con gran amistad con los Tena, y no lo hace uno de los Jesús Martínez. ¿Sería que no estaban de acuerdo?

León cambia de pastor y cambia de doctrina. Pizzi tenía ya catequizada a la Fiera con su doctrina, agradable, vistosa, confrontadora, tras pagar, claro, el derecho de piso.

Luis Fernando Tena, a juicio de sus colegas, es el técnico que mejor sabe leer y explotar las fragilidades de sus adversarios. No propone sino que capitaliza las debilidades del rival.

Y en este momento, tiene dos trofeos en la sala de su hogar: llevó a México a ganar su máxima conquista internacional, el oro olímpico en Londres 2012 y es el último -¿en todos sentidos?- técnico que ha hecho campeón a Cruz Azul.

En todo ese proceso ha madurado. Fue quemado en leña verde al heredar para el juego ante EEUU el bastón maldito del proceso del 'Chepo' de la Torre en el Tri. Tena estaba condenado en Columbus.

Inteligente, centrado, trabajador, y más allá de esa presunta dependencia extrema y maligna de Carlos Hurtado, ha crecido a base de cicatrices que, evidentemente, no son más grandes, pero sí más numerosas que los logros mencionados en Londres y con La Máquina.

Desde lejos, parecía más congruente de parte del Grupo Pachuca tratar de convencer a Hans Westerhoff, ya en la institución, como relevo de Pizzi, por la energía que tiene con el jugador y por el paladar de futbol similar al del argentino.

En cierta medida, los hermanos Tena encuentran la mesa servida. Un plantel armado a conciencia, sólido, equilibrado, medianamente disciplinado, es lo que heredan.

Y además, en ese trabajo de adaptación, no llevan prisa excesiva. Pizzi les ha heredado más de una tercera parte de la clasificación a la Liguilla.

Es decir, con nueve unidades en su haber y con la incertidumbre por este choque de la renuncia de Pizzi y la llegada de los Tena, quedarán después de Tigres este fin de semana 39 puntos por delante. Con ganar 16 de ellos, para sumar 25, estarán en la Liguilla.

Ahora, si León vence a Tigres, entonces, Pizzi les habría dejado casi el 50 por ciento de la clasificación. Difícilmente podrían arruinarlo.

Viéndolo de manera aparatosa, casi pesimista, los Tena tienen a su alcance una pretemporada larga y, con cuota baja de rendimiento, se meterán a la Liguilla con un equipo remozado y apegado a su estilo.

Cierto que hay un riesgo. Habrá reasignación de órdenes y tal vez de posiciones. Por ejemplo, Navarro y Velarde tal vez empezarán a recorrer menos a la ofensiva.

O en otra referencia, el mismo 'Gallito' Vázquez se verá exigido por los Tena para no merodear el área rival, o entonces se verá obligado Elías Hernández a administrar sus incursiones por derecha para relevar a su compañero.

Y obviamente, la transición ofensiva, con menos desplazamiento en diagonales, y más pelotazo largo, obligará a diferentes movimientos a Cano y a Cuevas, y tal vez Burbano tenga más minutos.

Como sea, es un ambiente bizarro. Todos ganan. O todos pierden. Puede ser que el cambio obligado siente bien al León a pesar de la metamorfosis en el juego. Y que Tena se reivindique y Pizzi cumpla su anhelo y el de los chilenos. O, claro, puede pasar que todas las combinaciones sean desventuradas.

Porque al final, reitero: queda una duda muy morbosa: ¿Por qué el anuncio de la llegada de los Tena la hace Elías Ayub y no alguno de los Jesús Martínez?

Insisto: ¿Llegan los Tena por su amistad con Ayub o por consenso del Grupo Carso con el Grupo Pachuca? ¿O llegan los Tena a pesar de los Martínez?

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América vs LeónMexsport
LOS ÁNGELES -- América olisquea Semifinales. Entre el piscinazo de Andrade y los Pizzinazos del técnico del León, encontró una victoria contundente, prometedora y merecida en el Estadio Azteca 4-1.

Las Águilas encontraron dos cómplices para recuperar la hegemonía en su Nido: el árbitro César Ramos y el técnico del León.

Cierto que Pizzi había advertido que si el árbitro cometía errores --y Ramos Palazuelos es especialista en ello--, los iba a perpetrar contra el León.

Pero, con semejantes compinches, América hizo su parte. Jugó sólido, arriesgó, tomó el control después del síncope que le propinó el 0-1 de Nacho González.

Encima, parte a León con la estela de ser el mejor visitante del torneo (18 de 27 puntos posibles), más allá de que los Esmeraldas fueron el segundo mejor local de la competencia (21 de 24 posibles).

La ausencia del francotirador Mauro Boselli obligó a Pizzi a improvisar, pero eligió jugar sin un ariete y buscó que Gullit Peña apareciera en esa posición.

Pero, o Pizzi no supo explicarse o Gullit nunca lo entendió. El León, en el aparente derrame de inteligencia de su técnico, fracturó su esquema creativo y de control en la cancha.

Encima, pierde a Jonathan González, uno de los jugadores de más aporte en llegada y el equipo se le fue debilitando.

América reaccionó al rejón poderoso del 0-1, y la voltereta al marcador pudo darla aprovechando la fragilidad casi inocente del adversario.

Con errores defensivos en marca y en despejes al centro, Goltz y Aguilar consumaron la remontada, que se haría más dramática cuando el árbitro César Palazuelos se come de manera inocente o sospechosa un clavado de Andrade. Benedetto cobraría desde el manchón el 3-1.

Ya el daño estaba consumado. Pizzi reacciona con sentido común, ese que parece desterrado de su preparación de juegos, y mete a Marco Bueno, demostrando el juvenil que era la mejor opción para tratar de remendar el boquete que dejaba la ausencia de Boselli.

El 4-1, con el León respondiendo con menos peligro, ante una muralla flexible de siete americanistas, llegaría con otro desacierto del cuadro bajo visitante.

Michael Arroyo mete un brutal zapatazo en cobro por izquierda. La barrera estaba mal colocada y encima blandengue a la hora del disparo, mientras que el portero Yarbrough cede más a la intuición de un eventual centro al área que a un cobro despiadado. Su reacción es tardíamente insuficiente.

América se dedica a administrar. Su contundencia, le daba un visado parcial a Semifinales, a pesar de que Oribe Peralta, llegando de la banca, desperdicia dos oportunidades claras de gol.

Lo cierto es que las Águilas cerraron el juego con un anticipo de cómo acosarán y desesperarán al León en el juego de vuelta en su estadio.

América tiene bajo nulo margen de maniobra al León. No puede permitirse el lujo de recibir gol en su cancha y buscar ganar por 3-0. El gol de visitante resulta ser un frágil argumento si no consiguen los Esmeraldas ser explosivos en casa.

Y ciertamente, Pizzi podrá quejarse del silbante, pero primero deberá ser honesto y revisar sus propias equivocaciones y las inocentadas de sus jugadores.

Con este resultado, ya sólo el América mismo puede arruinar su paso a Semifinales. Y parece difícil que perpetre un suicidio por torpeza, con el nivel de experiencia de sus jugadores.

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LOS ÁNGELES -- Tierra de nadie. Inhóspita. Idónea para aventureros sin escrúpulos. En eso se ha convertido la Liguilla del Futbol Mexicano.

De los cuatro más recientes campeones, dos de ellos se metieron de polizontes, de intrusos a la Liguilla. Ambos le tundieron a los soberbios líderes generales.

Fue así que Santos clasificó con 25 puntos, menos de 50 por ciento. Y antes, en el Clausura 2014, el León, también de carambola, pero con sólo 23 unidades, se coló a la Liguilla.

¿Alguien apostaba por Santos y León, etiquetados inequívocamente como los parias de esas respectivas Liguillas?

Es, la Liguilla, campo fértil para los oportunistas, para los astutos, para los cínicos, para los asaltantes de los que aburguesados creen que dominar el torneo les garantiza ser campeones.

Es apenas la primera Liguilla desde 2012 en la que todos los invitados clasifican con rendimiento por encima del 50 por ciento. Los más bajos en puntuación fueron Puebla y Veracruz, con 27.

Los favoritos de medio torneo o por lo rimbombante y fastuoso de sus contrataciones se han quedado en el camino o se metieron reptando apenas a la Liguilla.

Tigres tiene el mejor plantel, pero terminó quinto; América tiene la mayor exigencia y clasifica sexto, una ubicación de la que, históricamente, jamás ha salido un campeón. ¿Monterrey y Cruz Azul? Rotundos, absolutos, penosos y humillantes fracasos.

Pumas lo sabe. Es líder y no tiene garantía alguna. Un equipo que rebasa la medianía, pero si Veracruz recupera en un acto de redención su nivel del torneo anterior, puede sorprenderlo.

Puebla aún apesta a condenado a muerte en la tabla de descenso, pero la presión es para el Toluca. Y no se puede descartar a los Jaguares de Ricardo La Volpe, aunque enfrenten a un equipo como Tigres.

Ojo: en el cuadro del mañoso Tuca Ferretti, más allá del fracaso doloroso en la Copa Libertadores, sobra experiencia: todos, o al menos diez de los regularmente titulares, son o han sido seleccionados nacionales de sus países, e incluso varios tienen experiencia mundialista.

Con un entrenador veteranísimo en liguillas y una tribu de buenos jugadores y con cicatrices y triunfos, es la mejor oportunidad de Tigres para coronarse. Si no lo consigue, no será el momento para despedir a Ferretti, sino para que él mismo elija su jubilación.

Y acude al escenario un Pizzi impotente para encontrar equilibrio en un León exquisitamente letal cuando ataca y aterradoramente frágil cuando lo enciman.

¿Puede ser campeón el segundo equipo más vejado del torneo con 31 goles? La falta de equilibrio del León lo demuestra que en 17 fechas no empató ningún partido. Juega a matar o morir. Y de visitante recibió casi 2.7 goles por encuentro.

Queda claro entonces que en la Liguilla, particularmente ésta, porque entre el primero y el octavo hay ocho puntos de distancia, la oportunidad es más del oportunista, del aventurero, del astuto, que del que prolija, fecunda y acuciosamente fue sumando puntos para pretender ser el mejor del torneo.

Ojo, que en estos Pumas, líderes generales, que juegan a veces usando hasta a sus nueve no nacidos en México, lo que sobran son tipos de pellejo grueso, duro, cínico y resistente.

Al final quedará demostrado que los ocho clasificados son oportunistas, pero sólo uno sabrá serlo en el momento oportuno.

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LOS ÁNGELES -- Chivas ante León, los bendecidos. Final Copa MX. Una víctima: Gustavo Matosas.

Chivas finalista. De nuevo. Un remate espectacular de Omar Bravo para el 1-0. 11 goles en 18 juegos. En el ocaso de sus 35 años, más luminoso que nunca.

Sí, el balón le llega a Omar desde la charola generosa del Dedos López, pizzero de oficio: las entrega siempre calientes, a punto, a tiempo.

Y Matías Almeyda sigue reparando, detallando la mesa que le dejó puesta el Chepo de la Torre. Sólo tenía un defecto: una pata cojeaba de histeria, de miedo. El Pelado no se espanta y mantiene el estilo.

Almeyda encontró el sello que profesa: velocidad, presión, recuperación, intensidad y velocidad. La herencia de Hans Westerhof y de Holanda sigue en el ADN del Rebaño. A pesar de muchos, de tantos. Del mismo Jorge Vergara.

Y con la visita al León, Almeyda buscará ganar un trofeo que le sentaría magníficamente a Chivas: abriría una rendija a la Copa Libertadores.

Y hoy creen que ante Atlas, Pachuca, Dorados y Santos pueden escarbar los puntos para la Liguilla. ¿Nueve de 12? Complicado. Ninguno de estos adversarios tiene ilusiones válidas de fiesta, acaso Pachuca que pretende, curiosamente, jugar con el mismo cartabón del Guadalajara.

Toluca se fue amargado. En metáfora estricta: Diablos Rojos apestando a azufre. El árbitro Jair Miranda les hurta un gol legítimo y les roba un penalti. Pero Saturnino Cardozo no llora por eso, sino porque teme que el domingo siga el asalto arbitral cuando reciba al América.

¿Y el damnificado? Gustavo Matosas queda exhibido por Almeyda. Porque al que fue bicampeón con el León le entregaron el equipo que deseaba, con los jugadores que deseaba y en los tiempos que necesitaba.

La comparación es inevitable: a Almeyda le entregaron una barcaza naufragando, a Matosas le armaron el crucero de lujo que quería. Tienen los mimos puntos Atlas y Chivas en la Liga, y deben enfrentarse el 11 de noviembre.

Almeyda llegó a ciegas, aunque con un esqueleto de equipo rescatable. Matosas llegó con todo el tiempo, todo el dinero, y en duda queda si el esfuerzo, para consumar las ilusiones de los atlistas.

Hoy El Pelado tiene todo que ganar y nada que perder. Matosas ha perdido prácticamente todo lo que debía ganar.

Matosas magnifica su fracaso en la Copa MX al enfrentar a un León que tiene la peor defensa en la Liga. Y le espera de nuevo la fiera este fin de semana. Perder es extinguir todas las posibilidades de clasificar.

¿Una bihumillación para Gustavo Matosas ante los que les dio el bicampeonato? Así parece. El plantel del Atlas es esclavizado en el bolsillo, en el vestuario y en la cancha.

Retomando el reencuentro entre Pizzi y Almeyda, ambos coincidieron en decirle no a Independiente de Avellaneda en mayo. Irónico que el destino les confrontara en México.

Pero más irónico, sin duda, que el mismo Pizzi, sin quererlo ni saberlo, le girara la invitación al mismo Almeyda para llegar a Chivas.

Ya Pizzi dejó úlcera en el Rebaño este torneo. Le vence 1-0, con error de Alanís y Toño Rodríguez. Esa noche, Guadalajara fue mejor y perdió. Tras la derrota, Vergara acepta que se empiece a hablar con Almeyda.

Tiempos diferentes, actitudes diferentes, circunstancias diferentes, con un título de por medio. Momentos de agradable tensión para ambos: la Final en un solo juego en el Estadio León.

En tanto, Cardozo vocifera contra el arbitraje, esperando clemencia este domingo. Ojo, el América llega también lagrimeando por malos arbitrajes. ¿Hacia quién tendrás clemencia, Decio de María? Ya muestra inclinaciones: Roberto García Orozco, su emisario.

¿Matosas? Abandonó el que fuera su reino entre aplausos por las memorias, por los recuerdos, por aquellos tiempos. Pero su realidad hoy es de miedo. Y de inseguridad. Sus jugadores no cobran porque no ganan. Y él cobra, pero tampoco gana.

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LOS ÁNGELES -- El Acúsame Más ha sido el tatarabuelo del Ódiame Más. El primero era un secreto a voces, un comadreo licencioso, incesante y casi silencioso. Los árbitros eran padrinos del América.

Esa acusación, antigua, enquistada, encallecida, se ha nutrido de suposiciones, de suspicacia, de sospechas, amamantadas, claro, febril, perversa y perseverantemente por hechos perpetrados falazmente por decisiones dolosas o torpes del arbitraje.

La historia está llena de casualidades o causalidades bendiciendo al americanismo. Aquel título ante Pumas. Y aquel ante Chivas. Y ese otro más ante su hermano bastardo Necaxa.

¿Errores humanos o crímenes juiciosos enalteciendo al América? El Acúsame Más fue el padre putativo del Ódiame Más.

Sólo los silbantes saben las respuestas. Y los que eventualmente pudieron dar órdenes a los árbitros. O aquella legión de nazarenos enriquecidos e implicados en Pronósticos Deportivos.

Recientemente, sólo un entrenador se atrevió a dictar una cátedra con recopilación incluida de esa alianza no consumada públicamente en sociedad, entre las Águilas y los cuervos del arbitraje.

Pedro Caixinha convocó a rueda de prensa con su legajo de crímenes el 25 de septiembre del año pasado, justo antes de enfrentar al América.

Citó que América había sido llevado de la mano por el arbitraje en siete partidos de un total de nueve. Respaldó su aritmética con detalles de jugadas y decisiones que ofendían de obviedad al sentido común.

Y el portugués, un acucioso recopilador de cifras, alertó que había una confabulación delictiva de los jueces y sus supervisores para custodiar los intereses del Nido. En ese lapso cuatro árbitros le habían pitado dos veces a las Águilas.

"Es algo muy extraño", dijo Caixinha con una retorcida y alargada sonrisa, y con los ojos brillantes de lascivia y morbo, mientras ofrecía copias de su estudio a quien lo necesitara.

Alguien más malignamente ladino aventuró entonces: "Verás que el próximo torneo el campeón es Santos". Y ocurrió.

Además de Caixinha, otro entrenador saltó y con su estilo directo, brutal, hosco, le clavó otra banderilla a la testuz calumniada de El Nido.

"El América juega siempre con 12", explotó Ricardo Tuca Ferretti, hoy quehaceroso y hacendoso en funciones de técnico alterno de Tigres y del equipo más importante para el dueño del América: la selección mexicana de futbol.

Ferretti en el momento de esa aseveración olvidó, casualmente, que en la Final en que se coronó ante Santos, en el Juego de Ida, el silbante Paul Delgadillo echó al minuto 23 a Chatito Rodríguez, inhabilitándolo claro del Juego de Vuelta, en el cual, echaría a Oswaldo Sánchez al minuto 12, el siempre sospechable Chiquidrácula Rodríguez.

Al término de esa Final, Alejandro Irarragorri, presidente del Santos, amenazó con "denunciar al arbitraje" y prometió "decir cosas extrañas que pasan en el futbol".

Y ya por entonces ese mismo alguien, más malignamente ladino, aventuró: "Verás que el próximo torneo (Clausura 2012) el campeón es Santos". Y ocurrió.

Hace unos días, Erim Ramírez, ex árbitro, que juró estar amenazado de muerte, salió a hacer denuncias escandalosas, de las que ha pretendido retractarse: "Todo es una telenovela, cada torneo es un guion elaborado", incluyendo claro en esa trama, al campeón.

Ahora, el América pone el grito en el Cielo. Abandonó el Ódiame Más y el Acúsame Más, para pasar de acusador a acusado, y denunciar que ahora él es el odiado por los jueces.

Como coincidiendo con las declaraciones de Erim Ramírez, El Pipa Benedetto saltó a decir que el árbitro del juego ante León, José Alfredo Peñaloza, "parecía que ya sabía lo que tenía que hacer", es decir, que llegó con la sinopsis aprendida de acuchillar al América.

Más allá de que Samudio debió irse con roja directa, Benedetto tiene razón en reclamar que el técnico Pizzi no fuera echado por manotear a Goltz, y un claro penalti sobre Güémez.

E imposible olvidar lo ocurrido en el Clásico que pierde ante Chivas. Ese gol del empate, en la agonía del encuentro, anulado a Oribe Peralta fue totalmente legítimo.

¿A quién creer?

¿A Caixinha?

¿Al Tuca?

¿A Bendetto?

¿O a Erim Ramírez?

¿O a los hechos incuestionables?

¿O a los rumores cuestionables? 

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AméricaMexsport

MÉXICO, D.F. -- América gana, como debía. No gusta, como podía. Y no golea, como quería. 3-2 sobre un León que de momento insinúa, por su parte, que puede ser protagonista del torneo.

Para el campeón vigente era obligación ganar por plantel, por expectación, por expectativas, por el tufo de escándalo que le acompaña y por el bautizo del técnico Gustavo Matosas, castigado severamente, por cierto, por los cientos de aficionados esmeraldas en un poblado Estadio Azteca.

América, que quede claro, aún no es lo que debe ser, conforme a las perspectivas que genera y que incluso ostenta y presume con más de 50 millones de dólares invertidos en los últimos tres torneos. Ni tampoco es lo que puede ser por la riqueza futbolística de sus jugadores y evidentemente tampoco es aún lo que quiere ser para embelesar a su fanaticada.

Cierto: el traje apenas está en manos de la costurera y sin legar al sastre. Tiempo. ¿Cuánto?

Un primer lapso en que el marcador encandiló a las mismas Águilas, cuando errores defensivos suicidas del León le entregaron el descaro del 2-0, pero que hizo más daño a El Nido y terminó por aletargar al equipo de Matosas, hasta perder el control del partido en la primera mitad y verse alcanzado 2-2.

En el segundo tiempo equilibró y por momentos imponía control, pero seguía aquejado de una pieza rota en el funcionamiento: Rubens Sambueza nunca encontró su lugar en la cancha. Terminaba por estorbarse y hasta encimarse, con la perturbación lógica, en las zonas de trabajo de Darwin y de Arroyo.

Sambueza, el hombre de la claridad y el orden, quiso entrar en el vértigo de los otros dos, el colombiano y ecuatoriano, que por sus propias condiciones jamás podrá alcanzar. A Rubens no se le reclaman piernas rápidas sino neuronas vertiginosas, y este sábado se enredó y sólo lo sostuvo Matosas, seguramente con la pretensión de hacerlo encontrar su espacio.

Al América le falta trabajo fino. Hoy es más carbón que siquiera diamante en bruto. Pero con lo que tiene puede bastarle para responder a exigencias previstas de protagonismo, especialmente porque de los tres siguientes juegos, dos serán como local.

Requiere de esa labor pausada, de cincelar física y futbolísticamente al equipo. Por ejemplo: hay confusión en el trabajo por los extremos. Samudio y Aguilar jugaban patidifusos con los jugadores que aparecían por sus bandas, y por eso se atrevieron poco y se atrevieron mal.

Bajo ese balance, queda claro, América aplaca a las jaurías ansiosas y gana una semana más de trabajo para que dejen pisarse los juanetes sus creativos y que Sambueza, insisto, deje de jugar desbocado y especialmente enlace con un genio que ya empieza a demostrar su caudillaje con el balón como Quintero.

Obviamente, la presencia de Pellerano enriquecerá al grupo que el próximo viernes visita Tijuana, victimado en Puebla, y al que las Águilas le arrebataron tres jugadores que saldrían de titulares.

Y el liderazgo de Pellerano empezará por su cuadro bajo, especialmente con un Pablo Aguilar responsable en las jugadas de los dos goles que recibió el América.

¿El León? Sus errores defensivos fueron lamentables. Un desorden de funciones deplorable, horrores en la marca y titubeos sobre todo de orden hormonal, cuando era evidente que no se comprometían a muerte en el juego.

Pero, queda claro que con Pizzi hay también evidentes intenciones de ataque, que el Gullit Peña parece recuperado y que Caicedo, si le compran una dosis extra de testosterona, puede ser un péndulo que facilite la transición al León, especialmente para la insistencia que por las bandas tienen los dos Hernández.

Así, América está lejos de su tope, con sólo una decena de entrenamientos formales y completos y un juego de pretemporada, pero sin tiempo para pedir tregua porque visita a Xolos y enseguida recibe a un urgido Puebla y a un rencoroso Tigres.

Por otro lado, más allá de la entrega de su afición, desbordada en el Estadio Azteca, queda una inquietud obscena: ¿cómo una empresa especializada en manejo de imagen y presencia como Televisa permite que vistan a su equipo con ese horroroso verde clorofila? ¿Recurrieron acaso al mismo tapicero daltónico que diseñaba los uniformes de Jorge Campos?

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