MÉXICO -- Los Tampa Bay Buccaneers tienen una prueba que se asoma casi imposible si quieren rebotar de la paliza recibida en la Semana 3.

Mike Glennon
AP PhotoGlennon busca demostrar que puede ser titular

Tras un resultado escandaloso de 56-14 contra los Atlanta Falcons en casa, los Bucs viajan a Pittsburgh para enfrentar a unos Steelers motivados por su victoria de domingo por la noche ante los Carolina Panthers.

Con la ausencia de jugadores clave en ambos equipos por lesión, Pittsburgh lleva la ventaja en los pronósticos al cabo de nueve enfrentamientos históricos ante los Bucs, de los cuales han ganado ocho.

Aquí hay tres claves que te ayudarán a disfrutar este choque interconferencias.

1. HOSPITAL DE APOYADORES
Los Steelers perdieron a los apoyadores Ryan Shazier (ligamento) y Jarvis Jones (muñeca) en el duelo contra Carolina y con ello la mitad de sus titulares en la posición. Frente a los Buccaneers, Sean Spence y Arthur Moats serán los reemplazos en apoyador interno izquierdo y apoyador externo derecho, respectivamente.

El veterano James Harrison, quien firmó esta semana para volver a vestir los colores del acero, será el suplente de Moats. Y vale mencionar que el esquinero Ike Taylor tampoco jugará a causa de una fractura en el antebrazo.

El líder en la unidad defensiva de Tampa Bay, Mason Foster (hombro), ya fue descartado para el duelo y Dane Fletcher volverá a ocupar el puesto de apoyador medio en su lugar. Desde la primera suplencia, Foster no dudó en elogiar a Fletcher, y el coordinador defensivo Leslie Frazier se dijo satisfecho con el rol del apoyador desempeñado por el ex Patriot de New England.

2. DOUG MARTIN ESTÁ DE REGRESO
Los aficionados a Tampa Bay --a un costado de los dueños de fantasy-- continúan esperanzados en el destape color 2012 del corredor Doug Martin, y su regreso al emparrillado para esta Semana 4 es una nueva oportunidad para perseguir esa expectativa.

Martin fue registrado como "probable" en el reporte de lesionados y prometió estar listo para colisionar ante los Steelers.

Si Tampa Bay quiere lograr algo por tierra para aprovechar el cuerpo parchado de apoyadores con el que jugará Pittsburgh, la dupla Martin y Bobby Rainey puede representar su mejor amenaza. Sólo esperemos que Rainey salga en uno de esos días que puede correr más de 100 yardas y no en aquellos donde pierde el ovoide de forma consistente.

3. MIKE GLENNON TIENE EL PUESTO A SU ALCANCE
El profesional de segundo año, Mike Glennon, verá su primer inicio como mariscal de campo titular esta temporada. Josh McCown sufrió una lesión en el pulgar al tiempo que la defensiva de los Falcons lo exhibió y motivó la entrada de Glennon.

Durante su temporada de novato, Glennon dio buenos vistazos y resultó sorpresivo que en el último campamento de entrenamiento nunca recibió la oportunidad de competir por el puesto titular. Los mayores elogios hacia él se han enfocado en su fortaleza de brazo y el enorme cuerpo de receptores de Tampa Bay puede brindarle muchas ventajas.

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MÉXICO -- La primera impresión podría ser que a los Minnesota Vikings les tembló la mano.

Después de desactivar a Adrian Peterson un encuentro, el de la Semana 2 ante los New England Patriots, los propietarios de la franquicia han anunciado que el corredor estelar se reintegra al trabajo con el club y que jugará el encuentro de la Semana 3.

"La decisión de hoy se tomó después de mucho pensamiento, discusión y consideración. Como quedó en evidencia por nuestra decisión de desactivar a Adrian del encuentro de ayer, claramente se trata de un tema muy importante", expusieron Zygi Wilf y Mark Wilf, en un comunicado donde manifestaron que Peterson regresaba al club.

Adrian Peterson
Getty ImagesTras ser desactivado por un juego, Peterson vuelve a los Vikes

El argumento de que a Peterson se le debe un proceso judicial justo antes de decidir sobre una posible medida disciplinaria por parte de la franquicia que lo emplea es trillado, pero admisible. Lo que preocupa es la falta de congruencia con que se actúa. Y lo peor de todo es que no es un mal que afecta solamente a los Vikings.

Si Minny iba a esperar a que Peterson tuviera "su día en la corte", entonces para qué desactivarlo ante New England. ¿Qué ha cambiado del viernes a hoy en el asunto por el cual el corredor enfrenta cargos por lesionar a un menor, su hijo de cuatro años de edad?

En el proceso no ha cambiado nada, pero los hermanos Wilf saben que en la corte de la opinión pública, el tiempo puede significar todo. Después de la generalizada reacción negativa que recibieron los Baltimore Ravens y la propia NFL por su manejo dudoso del incidente de Ray Rice, y las presión pública que se vertió sobre los Carolina Panthers y San Francsico 49ers para actuar en los casos de Greg Hardy y Ray McDonald, respectivamente, los propietarios de los Vikes tomaron una salida fácil. Prescindir de Peterson por un juego, solamente un juego, es señal de que esperan que el público pierda interés en el asunto y que la reacción negativa en su contra se minimice cuando el corredor regrese.

Reitero --porque no hay que perder esto de vista-- que nada ha cambiado en cuanto al proceso legal que enfrenta Peterson desde el viernes pasado cuando se tomó la decisión de desactivarlo, hasta hoy lunes cuando se optó por su reincorporación al equipo. Es importante señalarlo porque el argumento de que el club desea esperar a que se desahogue el proceso legal en contra de su corredor estelar también carece de mucho sustento histórico.

En octubre del 2011, el esquinero Chris Cook --quien ahora juega para los 49ers-- era un jugador de segundo año para los Vikings, reclutado el año previo en la segunda ronda del draft. En ese momento, su entonces novia lo acusó de intento de estrangulación, y a Cook se le levantaron cargos que, de haber sido encontrado culpable, hubieran acarreado una pena máxima de hasta tres años de prisión. Inmediatamente, los Vikings emitieron un comunicado anunciado la suspensión indefinida, sin paga, para Cook. Eventualmente, el club reviró y reintegró a Cook a la plantilla, acuñando nuevamente la frase de que "esperarían hasta que se resolviera el proceso legal", pero la franquicia pidió al jugador mantenerse alejado de las instalaciones y las actividades del equipo durante ese tiempo.

Cinco meses más tarde, Cook fue absuelto de todos los cargos, después de perderse 10 encuentros de la campaña del 2011. La NFL resolvió no castigar a Cook bajo la política de conducta personal.

¿Por qué --esgrimiendo el mismo argumento de la falta de un debido proceso-- a Cook no se le permitió participar en las actividades del equipo, mientras que a Peterson sí? Es sencillo. La incongruencia deriva del hecho de que Cook no es un jugador de élite en su posición, no es un futuro miembro del Salón de la Fama que domingo a domingo puede cambiar la dirección de los encuentros a favor de los Vikings.

La Familia Rooney es una de las más veneradas en los círculos de la NFL, al grado de que el comisionado Roger Goodell pidió a Art Rooney II, y a John Mara de los New York Giants, vigilar la investigación independiente que hará el ex director del FBI, Robert Mueller, acerca del manejo de la liga del asunto Rice. Pero los propietarios de los Pittsburgh Steelers no están libres del mismo pecado cometido por los hermanos Wilf.

El 20 de marzo del 2008, los Steelers cortaron al receptor abierto Cedrick Wilson, después de que fuera acusado por asalto a su entonces ex novia en un bar. Fue una medida que se adoptó de inmediato por el equipo. El gran problema es que 11 días antes, James Harrison recibió impunidad por la misma falta. A Harrison se le levantaron cargos por asalto a su novia en su casa. De acuerdo al reporte policial, Harrison habría derribado una puerta, roto el teléfono celular de la chica cuando ella intentaba marcar al 911, y después la habría abofeteado.

James Harrison
Getty ImagesHarrison esquivó una sanción grave en el 2008, en Pittsburgh

Dan Rooney, el patriarca de la familia, intentó justificar el proceder ambiguo de su organización, diciendo a reporteros en su momento, de acuerdo a un reporte del Pittsburgh Post-Gazzette, "Sé que existen muchas dudas sobre el por qué cortamos a Wilson y retuvimos a Harrison. Las circunstancias que conozco de los incidentes, son completamente diferentes. De hecho, cuando digo que no condonamos estas cosas, no lo hacemos, pero debemos observar las circunstancias que están involucradas con otros jugadores y cosas así, por lo que no son todas iguales. Lo que Jimmy Harrison estaba haciendo y como ocurrió el incidente, lo que intentaba hacer realmente lo valía. Estaba intentando hacer algo que es bueno, deseaba llevar a su hijo a ser bautizado donde vivía y cosas así. Ella dijo que no lo quería hacer".

¿Así que golpear a una mujer por motivos religiosos se perdona, Sr. Rooney?

Lo que sigue de la historia lo conocemos todos. En esa misma campaña del 2008, Harrison logró 16 capturas, una intercepción, tres pases desviados, siete balones sueltos forzados y un safety, para ganarse la designación como Jugador Defensivo del Año, antes de devolver una intercepción 100 yardas justo antes del entretiempo del Super Bowl XLIII para coronar una campaña de ensueño y la obtención del sexto Trofeo Lombardi para Pittsburgh.

Y pensar, si tan sólo Wilson hubiera sido mejor jugador, hubiera podido disfrutar de todo eso junto a Harrison...

Eventualmente, los cargos en contra de Harrison fueron desechados, después de que la víctima se negara a cooperar con las autoridades en el caso y el ex apoyador se sometiera voluntariamente a un programa de asesoramiento sobre violencia doméstica, un camino similar al que tomó Rice para evitar el juicio, pero sin video.

Sin embargo, el problema real radica en la incongruencia con que actúa la NFL y sus franquicias de un caso a otro, dependiendo en buena medida del nivel de talento del jugador.

Regresando a la línea con la que abrimos esta entrada de blog, diré que no, a los Vikings no les tembló la mano. Simplemente hay una serie de normas para unos jugadores y otra serie de normas para otros jugadores.

Para una liga que procura medir hasta la última pulgada cuando se trata de conseguir un primer intento, está claro que en la National Football League no se mide con la misma vara a todos los jugadores.

De acuerdo a un estudio de hace dos años, citado hace una semana por el San Diego Union-Tribune, 21 de 32 equipos de la NFL tenían entre sus filas a jugadores que habían enfrentado cargos por violencia doméstica o abuso sexual. Según un segundo estudio citado en la misma nota del diario, pero de este mismo año, se señala que desde el año 2000 a la fecha, 83 jugadores de entre 25 y 29 años habían sido acusados de violencia doméstica.

Son números alarmantes, no quepa la menor duda, pero el problema de violencia doméstica no es exclusivo de la NFL. Se trata de un mal que permea todos los estratos de la sociedad, y que debe combatirse desde varios frentes.

Lo que sí es un problema exclusivo de la NFL, es el modo en la liga --y sus 32 franquicias-- deciden lidiar con estos incidentes. Los casos de Peterson y Harrison, en contraste con los casos de sus compañeros Cook y Wilson, son la muestra perfecta de ello.

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James HarrisonAPSe agotó el tiempo para James Harrison en Cincinnati, donde nunca se acomodó al sistema defensivo.

MÉXICO -- El tercer día de actividad de la agencia libre perteneció, finalmente, a los cazadores de mariscales de campo.

Para unos hubo buenas noticias, para otros no tanto.

La primera gran noticia del día la dieron los Oakland Raiders, quienes consiguieron amarrar a Justin Tuck de los New York Giants por dos temporadas y 11 millones de dólares. Los mismos Raiders dieron de qué hablar más tarde cuando sumaron a LaMarr Woodley de los Pittsburgh Steelers, también por dos temporadas, pero por 12 millones de dólares. No debemos olvidar que apenas ayer los Raiders vieron despedirse a Lamarr Houston, quien recibió de parte de los Chicago Bears un contrato por cuatro años y 28.5 millones de dólares.

Entre Tuck y Woodley se combinan para 117 capturas, tres viajes al Pro Bowl y tres anillos de Super Bowl en 16 temporadas. Houston, en cuatro temporadas de NFL, lleva apenas 16.5 capturas, y nunca ha registrado más de seis en un año --el pasado--, mientras que tanto Tuck como Woodley tienen cuatro temporadas en doble dígitos de capturas cada uno. No hay duda que la juventud está del lado de Houston. Sin embargo, estoy dispuesto a apostar que la productividad de la dupla nueva de defensivos en Oakland superará a la del nuevo cazamariscales de Chicago. Veremos si el tiempo me da la razón.

Y ya que tocamos a los Bears, vale la pena notar que el equipo fichó un socio para Houston, un día después de que la organización terminara el contrato del ícono defensivo Julius Peppers. Se trata de Willie Young, quien firmó por tres temporadas y 9 millones de dólares con los Bears, procedente de los Detroit Lions. Young, quien llega con seis capturas en cuatro temporadas de NFL, deberá pelearle algunos minutos en el campo a Shea McClellin, quien fuera reclutado en la primera ronda del Draft del 2012 por Chicago, y quien ha aportado 6.5 capturas en 28 juegos de NFL.

Otro equipo que espera generar mayor presión gracias a la llegada de un nuevo elemento son los Washington Redskins, quienes se hicieron de los servicios de Jason Hatcher, proveniente de los Dallas Cowboys. Hatcher, quien registró números modestos como ala defensiva bajo el antiguo sistema 3-4, fue uno de los pocos jugadores beneficiados con la adopción de la 4-3 de Monte Kiffin, y una mudanza al interior al puesto de tackle defensivo. Hatcher registró 11 capturas en el 2013 y se ganó su primer viaje al Pro Bowl. Tras firmar un acuerdo por cuatro temporadas y 27.5 millones de dólares, Hatcher jugará en un sistema mixto donde, por ahora, se espera vuelvan Brian Orakpo y Ryan Kerrigan como apoyadores externos. Pero a Hatcher podría unírsele un rostro conocido en Washington: el de Anthony Spencer. Los Redskins intentan completar un acuerdo con el ala defensiva, ex apoyador externo 3-4 de los Cowboys, también.

Otro que consiguió nueva casa fue el ala defensiva Chris Clemons, un día después de ser cortado por los campeones Seattle Seahawks. Siguiendo los pasos de su compañero Red Bryant, Clemons acordó con los Jacksonville Jaguars por cuatro años y hasta 22.5 millones de dólares, reuniéndose con su ex coordinador defensivo Gus Bradley. Los Jags también acordaron una renovación de contrato con Jason Babin, quien hace unos días rescindió los últimos dos años de su acuerdo previo con Jacksonville. Los activos Jaguars también sumaron a Ziggy Hood, proveniente de los Steelers, a cambio de un pacto por cuatro años y 16 millones de dólares. Hood viene de jugar la técnica-5 en el frente defensivo 3-4 de Pittsburgh, pero se espera que se acerque más al centro como tackle defensivo técnica-3 bajo el mando de Bradley. Fuera de Babin, los Jaguars lucirán muy diferentes en su frente defensivo respecto al 2013.

El que no recibió noticias tan buenas este día fue James Harrison con los Cincinnati Bengals. El equipo decidió dar por terminada la relación con un apoyador que realmente nunca se vio del todo cómodo en la defensiva 4-3 de Cincy. Harrison había arribado a los Bengals proveniente de los Steelers --después de cinco viajes al Pro Bowl, dos designaciones como All-Pro, y el nombramiento como Jugador Defensivo del Año en el 2008-- para firmar por dos temporadas y 4.45 millones de dólares en abril pasado.

Con la llegada de Harrison a una lista de desempleados que incluye a Spencer, Julius Peppers, Jared Allen y Will Smith, se arma un conjunto que se combina para 448 capturas y 20 Pro Bowls entre cinco jugadores que aún aguardan para saber si tendrán otra oportunidad en la NFL, y dónde será.

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