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El mexicano Brandon Moreno está ante el mejor escenario posible

La cuarta pelea entre Brandon Moreno y Deiveson Figueiredo siempre fue necesaria, pero ahora nadie puede negarle el derecho de combatir por el cinturón de las 125 libras del UFC.

La derrota del mes de enero fue muy frustrante para el mexicano. Perdió el cinturón cuando era prácticamente local, en Anaheim, muy cerca de su natal Tijuana, en una pelea muy cerrada, que desde su perspectiva ganó, pero no lo vieron así los jueces.

Moreno y su equipo demandaron una revancha, pues la trilogía tiene un empate y una victoria para cada lado. De alguna u otra forma no pudieron dejar atrás un capítulo que parecía cerrado, pero una lesión de otro brasileño, Alexandre Pantoja, obligó al que fue el tercer enfrentamiento.

La obsesión de Brandon por pelear de nuevo fue comprensible, el aceptó enfrentar a de nuevo a Deiveson después de haberlo superado ampliamente en UFC 263, donde lo finalizó con un mataleón, pero para muchos era momento de una pelea de rebote, la división parecía atascada con esa rivalidad.

UFC 270 fue una catarsis para ambos, Moreno decidió separarse de su gimnasio, el Entram de Tijuana y Figueiredo rompió con el manager que lo había llevado a la cima. Brandon ahora entrena en Kansas City con James Krause y Deiveson hará su primer campamento en el Chute Boxe de Diego Lima, en Sao Paulo.

Las cosas se acomodaron para que la cuarta pelea sea obligada, para que sea más grande. Tener dos cinturones en el póster oficial siempre vende más que uno.

Deiveson se envolvió en una serie de situaciones que postergaron un nuevo encuentro, primero acusó de racismo al equipo del tricolor, luego amenazó con subir a las 135 libras para cobrar más dinero y finalmente acusó una lesión en la mano que le impide entrenar antes del mes de octubre.

La promoción, urgida de peleas de campeonato para respaldar sus eventos enumerados, no podía esperar, necesitaban un interinato en julio y entonces apareció un legítimo contendiente. Kai Kara-France.

El neozelandés venció a Askar Askarov en la que fue su tercera victoria consecutiva para convertirse en la opción perfecta, su pelea de 2019 con Moreno había sido muy competitiva y vistosa para los fans.

Dallas fue la sede perfecta, de nuevo un mercado latino para probar el arrastre del 'Bebé Asesino' con su gente, pero también con los fans en general del MMA y el ex monarca estuvo a la altura.

Salió a intercambiar con el peligroso kickboxer, que contaba con el apoyo en la primera fila de dos campeones y compañeros, Alexander Volkanovski e Israel Adesanya y se mantuvo a la altura. Kara-France se defendió bien de los derribos del mexicano y lo obligó a pelar de pie, donde ambos hicieron daño.

Moreno sufrió un corte que provocaba un sangrado profuso, incluso después de la sutura y se encontraba en un mal momento de la pelea, tuvo que sacar el corazón y una patada al hígado antes de que terminara el tercero hizo el trabajo.

Figueiredo, que estaba en primera fila subió al octágono para reconocer a su oponente. Establecieron un ambiente de calma antes de la que será la siguiente tormenta Sin esperarlo, la pelea con Kai fue una bocanada de aire fresco, un nuevo rival y la oportunidad de Brandon para reflexionar. Toda la tensión de las tres peleas, de los personajes alrededor de ambos, había terminado por afectarlo.

La rivalidad histórica del peso mosca tendrá su cuarto episodio, sin nadie que pueda cuestionarlo, con dos campeones y con una narrativa todavía más atractiva.