Quizás fue la última vez que Ronda Rousey subió al octágono después de que la noqueara Amanda Nunes en el combate estelar de UFC 207 en los primeros 50 segundos del primer asalto.
Fue la primera ocasión que Rousey estuvo en la esquina azul y quizás la última ocasión que pelee en el UFC. La reina que le abrió las puertas a las mujeres en las artes marciales mixtas no fue la de siempre, se vio a alguien imprecisa, con un pobre boxeo y desconfiada.
Cuando sonó la chicharra, Ronda soltó un jab en el que se notó su poca velocidad y su poca confianza. De ahí, Nunes no paró de pegarle con sus puños cuantas veces quiso y se vio la misma Rousey de hace más de un año con pocas habilidades boxísticas, cuando perdió el campeonato.
En una ocasión, la medallista olímpica en Beijing 2008 intentó amarrar el combate pero no pudo. La estrategia de Amanda y su velocidad hicieron trizas a Ronda hasta que a los 48 segundos paró la contienda Herb Dean.
Ronda Rousey salió ensangrentada y llorando por su segunda pelea perdida profesional y, además, sin dar alguna declaración.
Con esto, Amanda Nunes se convierte en la primera mujer en defender exitosamente el cinturón de las 135 libras después de que Ronda lo perdió en septiembre del 2016.