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Panameña Joselyne Edwards encara su segunda pelea en UFC: "Quiero ser campeona"

Hace poco más de dos años, la panameña Joselyne Edwards estaba a punto de abandonar las artes marciales mixtas, y con ello, su gran sueño de llegar a la UFC. Había perdido su última pelea en un circuito inferior, una en la que se quebró la mano en el primer round y, peor aún, su propio entrenador le abrió una cortada en la ceja con un cabezazo accidental.

Contemplaba volver a casa en Panamá, regresar a la universidad, y convertirse en una nutrióloga con anécdotas sobre su pasado como peleadora. Pero no haber cumplido sus objetivos en el deporte la dejaba insatisfecha, y se dio una última oportunidad.

Para la peleadora conocida como “La Pantera”, esa situación parece que hubiese sido hace una vida entera, ya que este sábado tendrá su segundo combate en UFC Fight Night, enfrentando a Karol Rosa solamente tres semanas después de vencer a Wu Yanan en su debut en la UFC en Fight Island 7.

“Si te digo cuánto tiempo estuve esperando esto, queriendo cumplir mi sueño de estar en UFC”, dijo Edwards en entrevista con ESPN Deportes. “Siempre quise estar [en UFC] desde que empecé en las artes marciales, entonces no tiene precio un momento como este”, continuó.

Luego de esperar varios años por este momento, Edwards ahora disputará su segunda pelea consecutiva en la UFC con poco tiempo para preparación.

El 4 de enero recibió la llamada para enfrentar a Wu, apenas doce días antes de la pelea celebrada en Abu Dhabi. La canalera dominó los tres rounds, mostrando amplios dotes de boxeo, Muay Thai, y lucha ante una rival que prácticamente desconocía antes del duelo. Al anunciarse la decisión en su favor, Edwards cayó de rodillas, se envolvió en la bandera de Panamá, y estalló en lágrimas mientras era abrazada por su equipo de trabajo.

“Tenía ganas de llorar desde que salí [al octágono]”, dijo Edwards, quien comenzó su carrera profesional en 2015. “Me pasaron muchas cosas por la cabeza, de todo lo que tuve que pasar para llegar ahí, y me dio mucho sentimiento porque logré lo que quería”, agregó Edwards, quien se convirtió en la primera peleadora de su país en conseguir una victoria en la UFC.

La pelea ante Wu fue apenas la segunda para Edwards desde el 2018, un año crítico para su carrera en varios sentidos. Luego de competir mayormente en Latinoamérica en circuitos menores de MMA, Edwards dejó sus estudios y se mudó a Estados Unidos para dedicarse de lleno al deporte, sin garantía alguna de que fuera a cumplir sus aspiraciones.

El 30 de noviembre de 2018 enfrentó a Sarah Alpar en LFA 55, una pelea que, de ganarla, la dejaría más cerca de llegar a UFC. Pero casi al comienzo del combate, sufrió un golpe que le provocó una fractura en una mano y, por si fuera poco, sufrió una lesión en la ceja cuando chocó cabezas con su jefe de esquina entre rounds.

El combate, que definía a la campeona de peso gallo, se fue a la decisión tras cinco rounds. Edwards perdió por decisión dividida.

Aquel descalabro terminó por sacudir a Edwards, quien despidió a su entrenador poco después. El final de aquella relación profesional no fue nada amistoso, y la peleadora se sentía arrepentida de dejar su vida en Panamá para ir detrás de su sueño. Poco tiempo después, conoció al entrenador mexicano Victor Dávila, y Joselyne decidió sumarse a su equipo en El Paso, Texas, aunque tenía dudas sobre continuar en el deporte.

“Me deprimí porque perdí una pelea que sabía que podía ganar”, dijo Edwards. “Llegué gorda a El Paso [con Víctor], ya no quería pelear, pero con él me animé y empecé a mejorar”.

Edwards, quien empezó a boxear desde los 13 años y también practica Muay Thai, agregó Jiu-Jitsu al repertorio al comenzar a entrenar con Dávila.

Pasó más de año y medio en inactividad profesional debido al cambio de entrenamiento y el inicio de la pandemia por el COVID-19. Finalmente, el 3 de julio del 2020, en Tijuana, México, le bastaron 28 segundos para noquear a Pamela González y volver a la senda del triunfo.

La victoria fue suficiente para que la UFC la tuviera en el radar. Cuando en enero llegó la ansiada llamada, Edwards llevaba varios meses entrenando para una pelea que no sabía cuándo – ni ante quién – se llevaría a cabo.

En el Fight Island de Abu Dhabi, Edwards dejó sensaciones muy buenas en ruta a su victoria por decisión unánime. La panameña además creó un highlight notable cuando desde el piso conectó una patada a la cara de su contrincante.

“Esa patada la practicamos”, explicó Edwards. “Me caí, y ella se fue de frente, pero de tantas veces que había practicado esa movida, se la solté. La tenía guardadita en la memoria”.

Al volver de Abu Dhabi a El Paso, Edwards tuvo poco tiempo para recuperarse antes de que se anunciara la próxima rival: la brasileña Rosa, el 6 de febrero en Las Vegas para el UFC Fight Night 184.

Una nueva victoria en tan poco tiempo podría catapultar a Edwards a tener rivales más importantes. La división en la que compite posee a algunas de las peleadoras más reconocidas de MMA, entre ellas la brasileña Amanda Nunes, considerada como la mejor peleadora de todos los tiempos, la estadounidense Holly Holm y la holandesa Germaine De Randamie.

Edwards admite tener la mira puesta hacia eventualmente pelear contra Nunes o quien sea que tenga el cinturón de peso gallo cuando se le presente la oportunidad. Por ahora, la peleadora que ya hizo historia y lleva a todo su país en la espalda tiene metas más claras a corto y mediano plazo.

“Obviamente quiero ser campeona de UFC, pero llevo apenas dos peleas de corto aviso”, dijo. “No me han dado la oportunidad de pelear con un campamento largo como se debe. Ahorita está Amanda [de campeona] y yo quiero llegar a ese nivel, pero se necesitan más peleas. Siempre la mentalidad era llegar, pero ahora es permanecer, que es la parte más difícil”, concluyó.