Golden State sorprendió a muchos con su arranque esta temporada, pero ¿podrá mantenerse en contienda para ir a los playoffs y competir por el campenato?
Hace apenas dos años y medio, los Golden State Warriors ganaron las Finales de la NBA frente a los Celtics para conseguir su cuarto título en ocho temporadas y confirmarse como una de las mayores dinastías en la historia de la Liga, de la mano de Stephen Curry en la duela y de Steve Kerr en el banquillo.
Sin embargo, varias cosas cambiaron desde entonces, en mayo de 2023 los de la Bahía cayeron en las semifinales de la Conferencia Oeste ante Lakers, después de tener la sexta mejor marca del sector y en 2023-24 ni siquiera calificaron, con un récord de 46-36 y la caída en el Play-In.
En el camino, el roster también ha tenido movimientos, Klay Thompson se marchó este verano a los Dallas Mavericks, Otto Porter se fue y después se retiró y Jordan Poole se unió a los Wizards desde julio de 2023, con lo que Kerr perdió a tres piezas clave en la más reciente coronación.
Por ello, al comenzar esta campaña había dudas en torno al futuro de la franquicia, con un Steph Curry de 36 años y un Draymond Green de 34 que se hizo notar más por peleas y suspensiones que por su aporte en cancha, además que Andrew Wiggins no ha dado el paso para convertirse en referencia.
No obstante, todo es distinto en este inicio del 2024-25, los Warriors han sorprendido al resto de la Liga e incluso han encabezado el Oeste y se mantienen en la pelea por los puestos de honor, en un sector en el que otros equipos que esperaban brillar han entrado en un proceso de análisis.
Con ello han vuelto las ilusiones en California: que Curry y Green todavía puedan tener un último intento por el anillo, con Wiggins como sucesor de Thompson y con un grupo joven, que, a pesar de lucir un jersey con triunfos recientes, no ha tenido la oportunidad de protagonizar esos festejos.
La mano de Kerr se nota en esta transformación en una escuadra que si mantiene el ritmo podría ser una amenaza real en los playoffs, porque a diferencia de varios de sus rivales, tiene experiencia en estas instancias y sus figuras saben lo que se necesita para llegar hasta el final.
Para empezar, Curry ha estado en nivel de MVP, aunque promedia menos minutos (30.2) y puntos (22.6) por juego respecto al calendario previo, ha aumentado las asistencias (6.6), los rebotes (5.6) y conserva la puntería (41.9 % desde el arco), con más de cuatro aciertos desde tercera dimensión por partido, algunos de ellos para decidir la victoria en su favor.
Wiggins también ha recuperado la memoria, con más de 17 unidades por encuentro, similar al nivel de 2022-23, asumiendo el rol principal cuando los más veteranos descansan porque tiene 29 años y puede llevar una carga más pesada que otros en el vestidor.
Aunque Green sigue con problemas de conducta, había sido titular en todos los juegos de la campaña, por lo que sus estadísticas han complementado al resto de los integrantes, además de dar la voz de la experiencia en la defensiva y ser el estratega a la ofensiva.
Draymond Green no pierde el tiempo al recibir su primera falta técnica en el partido inaugural de la temporada de la NBA de los Warriors.
En el resto, la magia de Kerr ha aparecido, a pesar de quedarse sin su asistente principal, Kenny Atkinson (quien ahora está al frente de Cavaliers), porque el coach ha logrado encajar las piezas recién llegadas para armar una rotación más profunda, de forma que el equipo avance respecto a lo que mostraba hace unos meses.
En junio arribó Lindy Waters III, quien en tres temporadas con el Oklahoma City Thunder sólo arrancó un partido, en cambio, desde el 15 de noviembre ha sido parte del quinteto inicial, como el otro guardia junto a Curry, lo que se traduce en fortaleza defensiva porque sus números en ataque no son espectaculares.
En el multitudinario canje que llevó a Thompson a Texas, arribaron a la institución dos veteranos, Kyle Anderson desde los Minnesota Timberwolves y Buddy Hield, de los Philadelphia 76ers, que han encontrado su lugar en la rotación desde la banca.
Anderson promedia 15 minutos, con 5.1 puntos, 2.4 asistencias y 3.1 rebotes, un poco por debajo de lo que hacía en Minnesota, donde tenía casi siete minutos más. Por su parte, Hield es la tercera arma ofensiva tras Curry y Wiggins, con 15.3 unidades, casi cuatro más que en el calendario previo, con 3.4 triples cada noche y encabeza a los reservas como candidato a Sexto Hombre.
Warriors terminan el tercer cuarto arriba 93-78 sobre Grizzlies con el triple de Buddy Hield.
En cuanto al poste, el entrenador ha confiado en el jugador de segundo año, Trayce Jackson-Davis, quien promedia dos minutos más que el veterano Kevon Looney, con quien se reparte la carga de rebotes y bloqueos, aunque el más joven aporta más a la ofensiva, con 7.9 puntos por duelo.
Todo esto les ha quitado presión a las dos apuestas de futuro para el equipo: Jonathan Kuminga y Brandin Podziemski, el primero ahora es suplente y tiene tres minutos menos por juego respecto al año anterior, pero aporta casi 14 unidades por noche, aunque con menos precisión en sus 11.6 intentos de campo.
Podziemski también promedia tres minutos menos respecto a su campaña de novato y casi punto y medio menos, pero es el tercer mejor pasador de la escuadra, sólo por detrás de las dos leyendas, quienes destacan en ese ámbito; con más paciencia, puede madurar a su ritmo.
“Tenemos a alguien que es un conector y puede poner el balón en la duela y crear, como BP y obviamente él y yo empezamos muchos juegos el año pasado, pero también tenemos a Buddy, quien puede tirar, que abre espacios y es un veterano, tenemos varias opciones (como guardia)”, señaló Steph en octubre.
Los triples que se marcharon con Klay los habían cubierto con Hield y con De’Anthony Melton, quien convertía 2.2 por encuentro, hasta que sufrió una lesión en la rodilla que lo dejará fuera el resto de la temporada, lo que podría provocar que Warriors salgan al mercado a buscar otra arma de cara a los playoffs.
“Quiero que Wigs tire seis, siete triples cada noche, que Brandin, Moses (Moody), De’Anthony lo hagan, quiero que seamos un equipo con alto volumen de tiros, es importante para nosotros, el mayor cambio es que Klay ya no está, fuimos cuartos en la Liga en intentos de triples el año pasado, pero él tiraba de ocho a 10 de ellos, tenemos que cubrir ese hueco, eso vendrá de mucha gente”, había dicho Kerr en pretemporada.
Golden State es actualmente la octava mejor ofensiva de la NBA, con 116.2 unidades por juego, es cuarta en intentos de triples (42.2) y en aciertos (15.8), números cercanos al 2023-24, cuando tuvieron 117.8, 38.9 intentos desde la larga distancia y 14.8 en conversión, por lo que la partida del Splash Brother se nota menos.
No obstante, como ha ocurrido en los últimos días, las lesiones y el cansancio pueden afectar a un roster encabezado por veteranos y que además enfrenta duras pruebas de forma constante porque se mide a una Conferencia Oeste en la que hay varios candidatos y un gran número de estrellas.
Lo que suceda en las próximas semanas respecto al récord de Golden State y sus posibilidades incrementará los rumores sobre sumar algún jugador para completar la amenaza y, por lo tanto, también aumentaría las opciones de luchar de forma decidida por la cima de la Liga.
Se trataría de una situación inesperada, tras un comienzo en el que se hablaba de transición, con Curry como líder de una escuadra juvenil en pleno recambio e incluso con la posibilidad que Steph saliera para reforzar a un equipo con aspiraciones, pero su lugar está en la Bahía.
Mientras los Warriors mantengan a Kerr, Curry y Draymond, sus opciones de competir siempre son amplias, con complementos perfectos para un sistema que ha demostrado que con Harrison Barnes o con Kevin Durant puede funcionar y que ahora también intenta probarlo sin Thompson.