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El punto final de la carrera de Luis Scola, con su estilo

Luis Scola cerró su carrera como basquetbolista profesional. Getty Images

No dijo nada. No lo creyó necesario. Ya había hablado en la cancha. En cada una en la que le había tocado jugar profesionalmente durante 25 temporadas. Así como empezó en silencio, ese pibe algo introvertido que llegó a Ferro para jugar la Liga Nacional con apenas 16 años, se retiró sin gritarlo a los cuatro vientos. Luis Scola, simplemente, le puso punto final a su carrera.

La última toma de su largometraje con el seleccionado argentino lo mostró de espaldas rumbo al túnel del adiós, con la característica camiseta número 4 puesta y la pelota en la mano. Se iba por la puerta grande en sus quintos Juegos Olímpicos y con los ojos rojos de haberse vaciado de lágrimas tras años de vaciarse de sudor.

En cambio, la escena final como jugador de un equipo profesional no será icónica. Jugó hasta cuando quiso. Se probó a sí mismo en su regreso a Europa tras diez temporadas en la NBA y un par en China. Volvió a la Euroliga, competencia de la que había sido amo y señor con Baskonia, para vestir los colores de Olimpia Milano. Después, decidió jugar en Varese para evitar la doble competencia y llegar de la mejor manera a los JJOO de Tokio. Tenía contrato para una temporada más, pero Luis ya había avisado que no lo tuvieran en cuenta en el momento de armar el plantel. Ya estaba bien hasta ahí.

Desde que empezó a ser un detallista del cuidado de su cuerpo, Scola no contemplaba la opción de tomarse vacaciones. No es que no le gustara relajarse y disfrutar de unos días de placer, sino que sabía que ese plan atentaba contra su estado físico y luego le costaría mucho más trabajo recuperar la mejor forma. Indicios del final no anunciado fueron las fotos y videos de sus paseos familiares en barco o la presencia en un recital de Ciro y Los Persas en Barcelona. Si bien aparecían algunas imágenes de gimnasios o entrenamientos, no eran mayoría. Ya estaba claro, Luis había dicho basta.

Y así como públicamente no dijo nada del cierre formal de su etapa como jugador, tampoco lo hizo sobre su nuevo desafío. Fue Varese el que comunicó que Luis Scola será el nuevo Administrador Delegado del club en el que jugó hasta la pasada campaña.

Más allá de títulos y medallas, algo de lo que cuenta con una potente colección, Scola se destacó por dejar una huella en cada lugar donde pisó. Nunca pasó desapercibido. Aquel introvertido pronto le cedió el lugar a un líder que guió con la palabra, pero sobre todo con el ejemplo. Desde sus primeros años en España, también en la inigualable NBA, ya cerca del epílogo en China y en el desenlace en Italia. Y siempre en la Selección.

Luis Scola le puso el punto final a su carrera, con su estilo sobrio y alejado de los anuncios grandilocuentes. No dijo nada. No lo creyó necesario. Ya había hablado en la cancha.