Julio Rodríguez y Luis Castillo han sido elementos vitales en el resurgir de un equipo que fue dado por “descalificado” a mitad de temporada.
Cuando la pausa de mitad de temporada llegó a las Grandes Ligas en 2023, Seattle Mariners se encontraba en el penúltimo puesto de su división, con marca de 45 ganados y 44 perdidos de perdidos y a seis juegos de la punta de la división oeste de la Liga Americana. Adelantemos poco más de un mes y el equipo ha dado un giro completo a su rumbo, ubicándose ahora como líderes divisionales, en uno de los rebases más inesperados y sorprendentes de la memoria reciente en Grandes Ligas.
La marca de 30 ganados y solo 12 perdidos desde el inicio de la segunda mitad es una de las mejores en MLB durante dicho tramo y mucho ha tenido que ver con el resurgir ofensivo de figuras como Julio Rodríguez y Teoscar Hernández, así como con la estabilidad que el as de la rotación, Luis Castillo, le dan a un equipo que luce con otra mentalidad.
La forma en la que se comportan los Mariners en estos momentos fue definida por el propio Castillo en una rueda de prensa hace unos días. “Aquí se puede sentir la positividad y las buenas vibraciones. Es un equipo que sólo quiere salir y ganar”, apuntó el dominicano.
Scott Servais, dirigente del combinado, comparte la opinión de Castillo al resaltar la actitud de nunca rendirse que han demostrado sus jugadores en el último mes y durante toda la campaña, a pesar de encontrarse en una posición comprometedora al cerrar la primera mitad.
“(Aún) Tenemos mucho béisbol por delante, no hay duda al respecto, pero hemos jugado muy bien, desde el primero de julio y es un testimonio para nuestros jugadores. Simplemente mantienen la cabeza arriba y se concentran en mejorar”, indicó el capataz.
“J-Rod”, quien fuese mencionado anteriormente, ha sido una parte elemental a nivel ofensivo de la transformación de los Mariners. En sus últimos 39 juegos, el dominicano batea para .365 con OPS de 1.058, 11 jonrones y 38 remolcadas. De su lado, Hernández, a pesar de tener números más conservadores, cuenta con un promedio de bateo de .292 y un OPS de .795, junto a 7 vuelacercas y 28 impulsadas en la misma cantidad de juegos.
Castillo, de su lado, ha limitado a la oposición a un promedio de bateo de .207 en sus nueve salidas de la segunda mitad. Ha ponchado a 64 bateadores y otorgado 10 transferencias, mientras se mantiene con una efectividad de 3.32 y un pitcheo independiente de fildeo (FIP) de 3.43 desde entonces.
Esto prueba que la mentalidad de los Mariners, así como los aportes de todos sus jugadores, incluidos los estelares en la segunda mitad, ha sido fundamental para lograr un regreso que se veía improbable hace un mes.
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