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Contratos de Jackie Robinson con Dodgers, sumidos en una disputa judicial

Los funcionarios federales confiscaron los documentos en 2019. Su propiedad ahora espera el fallo de un juez.


NUEVA YORK -- Justo a la entrada del Museo Jackie Robinson, de 1800 metros cuadrados en el bajo Manhattan, una vitrina relata cómo Robinson firmó los contratos profesionales que le abrieron las puertas para romper la barrera de color en las Grandes Ligas de Béisbol.

A poca distancia, los visitantes pueden ver y leer sobre los dos momentos en los que Robinson hizo historia con su firma. En primer lugar, firmó el 23 de octubre de 1945 con los Reales de Montreal, por aquel entonces el principal club afiliado a los Dodgers de Brooklyn, por 600 dólares al mes para la temporada de 1946, la mitad en dólares estadounidenses y la otra mitad en dólares canadienses, más un bono al firmar de 3500 dólares. Luego, el 11 de abril de 1947, Robinson firmó un contrato de un año y 5000 dólares para jugar con los Dodgers de Brooklyn. Su contrato con los Dodgers, firmado en duplicado, venía con una página de reglamento que Robinson también firmó.

La vitrina del museo está a pocos pasos de una camiseta y un bate que Robinson utilizó en su histórica temporada de novato en la MLB en 1947. Pero los contratos que hay dentro no son papeles reales firmados por Robinson. El museo, inaugurado en 2022, los denomina réplicas. De hecho, el público no ha podido ver el conjunto de contratos originales y firmados durante años porque las autoridades federales los declararon bienes embargados y los incautaron en 2019 como parte de una investigación de un año sobre un caso de fraude multimillonario en inversiones.

Hace casi cinco años, los U.S. Marshals tomaron custodia de un juego de contratos originales firmados por Robinson en Las Vegas. Y ahora, 77 años después de que Robinson derribara la barrera de color en el béisbol, y 51 años después de su muerte, los documentos que marcan ese momento de la historia permanecen en un limbo judicial.

Cómo llegaron los contratos de Robinson a otro lugar que no fuera una vitrina entre los 4500 artefactos albergados en el Museo Jackie Robinson, o en Cooperstown, o en el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana del Smithsonian es una historia sin igual sobre los recuerdos deportivos y sobre cómo los inversores han llegado a considerar los objetos singulares de colección como inversiones alternativas.

Según las autoridades federales en los expedientes judiciales, Mykalai Kontilai, ejecutivo de radiodifusión convertido en empresario, compró los contratos de Robinson por 2 millones de dólares en 2013, y luego los utilizó para lanzar un negocio de recuerdos deportivos/subastas. Las autoridades afirman que Kontilai promocionó el supuesto valor de los contratos para atraer a posibles inversores, recaudó más de 23 millones de dólares, y se apropió indebidamente de 6,1 millones para financiar su propio "estilo de vida lujoso", fabricó pruebas para engañar a los investigadores federales y "le ocultó a la Hacienda los beneficios de su maniobra".

Los inversores presentaron una demanda acusando a Kontilai y a su empresa de fraude. Los expedientes judiciales muestran que las partes firmaron un "Acuerdo de Conciliación 2017". La Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) abrió una investigación civil en 2017. El Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ) luego inició una investigación penal.

Según una presentación reciente del DOJ, Kontilai comenzó a buscar en Internet "en enero de 2018 o alrededor de esa fecha", entre otras cosas, "fugitivos [estadounidenses] en Rusia", "países sin tratado de extradición [con Estados Unidos]" y "comprar un pasaporte real de Bahamas en el mercado negro". Los expedientes judiciales dicen que salió de Estados Unidos a mediados de 2019 en medio de investigaciones de la SEC y el DOJ -adquiriendo un pasaporte italiano, viajando a México, Cuba y Canadá, donde compró un billete de ida a Ucrania- y solicitó sin éxito asilo en Rusia como denunciante de la corrupción estadounidense. Finalmente llegó a Alemania.

En 2020, los tribunales de distrito de Colorado y Nevada lo acusaron de múltiples delitos penales. El FBI emitió un aviso de "Buscado por el FBI", diciendo que Kontilai "se desvió del modelo de negocio declarado al presuntamente retirar grandes cantidades de dinero en efectivo para fines que se cree que eran de naturaleza personal".

El pasado mes de diciembre, tras un juicio de siete días, un jurado del Tribunal del Distrito Sur de Nueva York declaró a Kontilai y a su empresa responsables de fraude de valores en el caso de la SEC. La SEC recomendó en marzo que Kontilai y su empresa pagaran un total combinado de casi 50 millones de dólares en concepto de sanciones civiles.

"Collectors Coffee y Kontilai, su CEO, mintieron repetidamente a los inversores para recaudar dinero para la empresa, dinero que Kontilai robaba habitualmente para financiar su lujoso estilo de vida", declaró Gurbir S. Grewal, director de la División de Ejecución de la SEC, en un comunicado tras el veredicto. "Los inversores deberían poder confiar en aquellos a quienes entregan su dinero tan duramente ganado, y no preocuparse de que esas personas mientan, engañen y roben. Desde el inicio de este caso, cuando el Tribunal adoptó medidas de emergencia, hasta el veredicto del jurado de hoy, el duro trabajo del equipo de la SEC ha demostrado nuestro compromiso con la protección de los inversores y con hacer rendir cuentas a los defraudadores".

Kontilai, quien fue detenido y encarcelado en Alemania en abril de 2023 en virtud de una notificación roja de Interpol, u orden mundial de detención, se negó a asistir a los procedimientos de la SEC mientras luchaba contra su extradición a EE.UU. El mes pasado fue trasladado a custodia estadounidense para ser juzgado por dos docenas de cargos penales. Permanece detenido en Nevada, con fecha de juicio el 15 de julio.

En medio de las investigaciones civiles y penales, la situación de los contratos de Robinson no ha cambiado, siguen embargados y bajo custodia federal. El Departamento de Justicia, la SEC y la Oficina de Marshals de Estados Unidos se han negado a comentar sobre el paradero actual de los contratos o cualquier aspecto de los casos.

Lo que queda por determinar es la propiedad de los contratos. La Fundación Jackie Robinson, que dijo haber recaudado al menos 38 millones de dólares para el Museo Jackie Robinson, y "The Holders" -un grupo de inversores que otorgó un préstamo a Kontilai, cuyo pago luego fue incumplido, con los contratos como garantía- han presentado reclamos. Se espera que un juez trate el asunto de la propiedad en octubre.

David Robinson, hijo del miembro del Salón de la Fama, le dijo a ESPN en una reciente entrevista telefónica desde su casa en Tanzania que no podía hablar de la situación de los contratos de su padre debido a los litigios en curso. Dijo que el Museo Jackie Robinson tiene una "enorme cantidad de material histórico que cubre la vida de Jackie Robinson y su impacto en la sociedad estadounidense".

Robinson habló de la relación de su familia con los recuerdos y objetos de colección en general a lo largo de los años, incluidas las peticiones hechas a su madre, Rachel Robinson, que tiene 101 años, para que firme objetos.

"Hay gente que dice: 'Soy coleccionista. Por favor, Sra. Robinson, firme estas... estas tarjetas de béisbol'", dijo Robinson. "Cuando alguien te envía 15 tarjetas de béisbol para que se las firmes, sabes que no se trata de su afiliación personal a los deportes y al béisbol. Es alguien que intenta ganar dinero. Uno simplemente rechaza ese tipo de [actividad] negativa. No tiene por qué destruir tu fe en los seres humanos ni nada por el estilo. Así que intentamos dejarlo pasar".

MÁS DE 50 años después de su muerte, Jackie Robinson perdura por su impacto en el deporte y la cultura estadounidenses, que no se limita al terreno de juego. Su firma en aquellos contratos cambió para siempre al Estados Unidos segregacionista. Por eso, hace 27 años, la Major League Baseball retiró su camiseta con el número 42 y por eso todos los jugadores y directivos de la MLB llevan el número 42 cada 15 de abril. Su imagen está omnipresente en estadios y museos de todo el país, en estatuas y premios, para recordar, pero también para no olvidar. Su imagen y su legado son venerados y, a ojos de los investigadores federales del caso de fraude, fueron explotados.

A pesar de la ubicuidad de los homenajes, sólo un puñado de artículos de Robinson -como camisetas usadas en partidos, bates, cartas- han aparecido en el mercado de recuerdos deportivos. En una subasta celebrada en 2018, una camiseta de debutante de Robinson alcanzó los 2,6 millones de dólares. En 2022, el bate de Robinson en el Juego de las Estrellas de 1949 alcanzó 1,08 millones de dólares y un talón de entrada de su debut con los Dodgers de Brooklyn en 1947 alcanzó los 480.000 dólares.

"Los recuerdos de Robinson son muy escasos, incluso para la época", dijo Leila Dunbar, experta en deportes, recuerdos, coleccionables y juguetes de "Antiques Roadshow" desde 1996, quien dirige su propia empresa de consultoría y tasación. "Se me ocurren quizá media docena de camisetas en colecciones privadas y en el Salón de la Fama, quizá entre seis y 12 bates conocidos, [que salen a subasta] muy esporádicamente, muy codiciados".

Chris Ivy, director de subastas deportivas de Heritage Auctions, le dijo a ESPN en 2021 que la camiseta del debut de Robinson en 1947, aún en paradero desconocido, tendría un valor superior a los 10 millones de dólares.

"Podría argumentarse que es la [pieza] más significativa de los recuerdos deportivos", dijo en aquel entonces.

En 2012 -un año antes de que Kontilai y su empresa compraran los contratos de Robinson- se estableció el precio récord por un artículo de recuerdo deportivo con la compra del uniforme más antiguo conocido de los Yankees de Babe Ruth por 4,4 millones de dólares. El récord anterior, de 4,34 millones de dólares por las reglas originales del básquetbol de James Naismith, se había mantenido durante dos años. (Incluso hoy, el precio de venta récord de recuerdos deportivos es de 10,1 millones de dólares por la camiseta "Last Dance" de Michael Jordan).

Cómo llegaron los contratos de Robinson al mercado es un viaje que parece haber comenzado en 1952, seis años antes de que el entonces presidente de los Dodgers, Walter O'Malley, trasladara el equipo a Los Ángeles. Los expedientes del tribunal citan la cobertura de las noticias locales de la época, que dicen que O'Malley proporcionó el contrato de los Dodgers y que el ex presidente de los Dodgers, Branch Rickey, proporcionó el contrato de Montreal al Instituto James A. Kelly de Estudios Históricos Locales, con sede en el St. Francis College de Brooklyn, para una exposición. Con el paso de los años, el sótano del instituto Kelly se llenó de siglos de historia del distrito de Brooklyn: 4 millones de documentos, incluidos 7000 mapas y cartas de la evolución de Brooklyn, el contrato de venta de Coney Island en 1654 y los dos primeros contratos profesionales de Robinson.

Cuando el Instituto Kelly cerró en 1988, la mayor parte de los archivos se entregaron a los Archivos Municipales de Nueva York. (Un funcionario del Departamento de Registros y Servicios de Información de la ciudad de Nueva York dijo que no estaba claro si los contratos de Robinson llegaron alguna vez allí: "Los contratos de Jackie Robinson en la ciudad de Nueva York... uno recordaría algo así"). Según una presentación ante la SEC, conforme al testimonio de Scott Konop, hijo del antiguo director del instituto, Arthur Konop, cuando su padre murió en 2009, legó una llave de una caja de seguridad junto con un mensaje a sus hijos: "Mis hijos sabrán qué hacer con esto".

En 2012, Konop vendió los contratos de Robinson a Gotta Have It Collectibles por $750,000. (Gotta Have It Collectibles no ha querido hacer comentarios al respecto) la compañía de Kontilai, Collector's Coffee Inc., (que en los registros del tribunal figura como "CCI" o "Collector's Cafe,") los compró por $2 millones en 2013. Según los expedientes del tribunal, Collector's Coffee más tarde adquirió $6 millones en préstamos con los contratos como garantía.

Según un expediente de la SEC, después de que Kontilai y su compañía adquirieron los contratos de Robinson, promocionaron su valor como un gran activo, diciéndole a los posibles inversores que habían sido cotizados en $36 millones.

Desde 2014 hasta 2018, Kontilai y su compañía recaudaron $21 millones en acciones y $2 millones adicionales en billetes, según la SEC. Las autoridades federales dicen que Kontilai recaudó esos fondos habiendo engañado a los inversionistas con respecto al valor de los contratos de Robinson y con respecto a su propiedad sobre ellos.

Al menos a dos inversores les dijeron que su dinero estaba asegurado por la valuación de los contratos de Robinson. Pero los registros del tribunal muestran que Kontilai sabía que los contratos valían menos de un tercio de eso: $10 millones, que de todas maneras hubiese sido la pieza de un recuerdo deportivo más vendida al precio más alto hasta ese momento.

Según la demanda original de la SEC, Kontilai había recibido un "Informe de Tasación de Seguro" en enero de 2016 que un bróker, experto en autenticación y tasador confidencial "le reveló a Kontilai que estaba recibiendo negativas incluso por una valuación de $10 millones". La propiedad de los contratos también estaba en una nebulosa; Kontilai prometió porcentajes significativos de una eventual venta a determinadas personas.

En una declaración, el tasador Seth Kaller dijo que Kontilai y Collector's Coffee no les informaron a sus inversores que Kaller había ayudado a promocionar los contratos y tenía una acción financiera del 5% en una potencial venta y que Kontilai le solicitó que "valuara los contratos en no menos de $36 millones".

Una tasación se lleva a cabo por medio de la investigación para determinar qué mercado sería el indicado para determinado objeto. Los tasadores por lo general siguen una práctica profesional de tasación uniforme y se les solicita que sean imparciales, objetivos e independientes.

Se informó que Kontilai también les presentó a los inversores una valuación de $25 millones de Christie's, con la supuesta aprobación de Jackie Robinson Foundation y Rachel Robinson, la viuda de Jackie Robinson. Según la declaración de Kaller, esa cifra de $25 millones era un "precio sugerido para una venta privada" escrito en una carta - no una "cotización". Un vocero de Christie's no quiso hacer comentarios al respecto.

Kontilai dijo tener cartas de Rachel Robinson y de Jackie Robinson Foundation apoyando una venta. Pero la fundación le dijo a ESPN en 2016 que no había visto ninguna carta y que no iba a responder por ellas.

A pesar de lo antemencionado, Kontilai los mostros en Montreal, Filadelfia, Nueva York y en el Wrigley Field de Chicago. Hasta llevó los contratos al Times Square e informes en ese momento dijeron que Collector's Coffee había prometido donar el 10% de los ingresos netos a Jackie Robinson Foundation.

En ese momento, algunos fanáticos de los recuerdos deportivos sugirieron que los contratos de Robinson pertenecían al Salón de la Fama Nacional de Béisbol en Cooperstown, New York, al Museo de Béisbol de Ligas Negras en Kansas City, Missouri, o a Jackie Robinson Foundation.

Los esfuerzos de Kontilai y su compañía para vender los contratos de Robinson fracasaron. En 2017, fueron consignados a Goldin Auctions con un precio de reserva de $15 millones, pero no se vendieron. Un segmento de "CBS This Morning" mencionó que la subasta había sido "pospuesta" cuando una parte anónima se acercó a Ken Goldin, fundador y presidente ejecutivo, para comprar los contratos de inmediato para ser exhibidos públicamente. Goldin no hizo comentarios al respecto.

En abril de 2018, los Dodgers le pidieron a la casa de subastas que les proporcionase "toda la información disponible en relación a la procedencia de los contratos".

En enero de 2019, según los registros de los tribunales, los Dodgers le enviaron una carta a Collector's Coffee reclamando la propiedad de los contratos y exigiendo su posesión. En noviembre de ese año, los Dodgers asignaron su interés en los contratos a Jackie Robinson Foundation.

En diciembre de 2020, durante una audiencia de videoconferencia en relación con el caso, los investigadores de la SEC le preguntaron a Kontilai si le había pedido a su suegra que les entregara los contratos a los U.S. Marshals de Las Vegas. Kontilai, que testificó desde Bielorrusia durante la audiencia, dijo que no recordaba quién les había llevado los contratos a los Marshals pero que su abogado le había asesorado que cooperase y devolviese los contratos.

DEJANDO DE LADO lo que los contratos significan para la familia Robinson y para los registros históricos del béisbol y de la integración en los Estados Unidos, su lugar de pertenencia no es el interés principal de los investigadores federales.

Su atención está puesta en la acusación de Kontilai. Él y su compañía están acusados de malversar más de $6.1 millones -- $1.9 millones a cuentas bancarias personales y retirar otros $4.2 millones en efectivo - para, entre otras cosas, efectuar compras en Chanel, Saks Fifth Avenue, Louis Vuitton, Rolex y Cartier, apuestas, un condominio frente al mar por "$16,000 al mes" en Miami, un Cadillac convertible, la matriculación en colegios privados en Las Vegas, gastos en clubes de caballeros y StubHub, una estadía en un lujoso resort de Miami resort en Año Nuevo y suscripciones a Match.com.

Los inversionistas declararon que Kontilai les había dicho que él no tenía un salario. En 2012, Kontilai le solicitó a una asociada que abriera una cuenta bancaria a su nombre. Él le pidió a la mujer - una ex maquilladora y actriz - que transfiriera dinero a su cuenta y retirara el efectivo para él. Más tarde, ella testificó que Kontilai le ordenó que dijera en el banco que ella era una asesora de la compañía y que el dinero se usaba para la adquisición de piezas de colección. Entre el 1 de abril de 2014 y el 20 de diciembre de 2018, según documentación de la SEC, le pasó alrededor de $2.1 millones a Kontilai.

Por pedido de Kontilai, dicen los expedientes, la mujer declaró que compró barras de oro y plata para después ser cambiadas por dinero en efectivo. En 2016, la asociada aceptó simular una venta a Kontilai de un anillo como recuerdo deportivo por $770,000. Ella depositó un cheque de $770,000 a nombre de una cuenta que ella controlaba. Más tarde, ella testificó que retiró esa suma de dinero en billetes pequeños de distintas sucursales y arrastró una bolsa de basura repleta de dinero hasta la habitación de un hotel de Las Vegas de Kontilai. Ella dijo además que Kontilai le pidió en un momento que regresara a un banco y cambiase $60,000 en billetes marcados por otros sin marcas y que lo encontrara en un Red Lobster.

Antes de dejar el país, Kontilai les dijo a los investigadores de la SEC que él le había prestado a Collector's Coffee $5 millones de su propio dinero cuando se fundó la compañía en 2007 y que no tenía un registro personal de cuánto dinero le adeudaba a él la compañía. "Me deben millones de dólares, más de lo que he sacado", le dijo a la SEC en 2018.

KONTILAI HA IMPUGNADO los reclamos y los métodos de interrogación de la SEC. Prestando testimonio en el tribunal dijo que fue el objetivo del "cáncer diseminándose en la SEC" y ha comparado la persecución de la SEC hacia él como si fuese "Osama Bin Laden" y que lo han "tratado peor que a Bernie Madoff". En los expedientes del tribunal, en respuesta a la SEC, dijo que había sido erróneamente acusado y que el caso - que él describió como "relativamente menor" - no es "verdadero". Kontilai alegó que la SEC no tuvo en cuenta los gastos del negocio, y que no le permitieron presentar evidencia o testimonio de su auditora forense. Ha dicho que las compensaciones son "inapropiadamente extensas" y que le han negado sus derechos según la séptima y la octava enmienda.

La SEC ha respondido, escribiendo que el fraude durante años de Kontilai y Collector's Coffee fue "flagrante" y "recurrente". La SEC también destacó que tanto Kontilai como Collector's Coffee podrían afrontar sanciones más duras: "Aplicando la sanción máxima por cada violación, y eso daría lugar a una pena máxima de, al menos, $49 millones para Kontilai y $244 millones para Collector's Coffee.

Después de un año en Alemania peleando por la extradición, hace poco Kontilai fue trasladado a los Estados Unidos para ser sometido a un juicio penal, que no se podía llevar a cabo sin que él estuviese presente. En Nevada y Colorado, enfrenta 24 cargos combinados, incluyendo: conspiración para obstruir las investigaciones en curso, obstrucción de las investigaciones, falsificación de documentos, falso testimonio, fraude bursátil, múltiples cargos por fraude electrónico y lavado de dinero, transacciones de dinero en una propiedad derivada de una actividad ilícita y múltiples cargos por evasión de impuestos.

Enfrenta una pena máxima de prisión de 90 años en Colorado y 274 años en Nevada.

Un documento reciente del Departamento de Justicia de los Estados Unidos resaltó que Kontilai presenta riesgo de fuga y que, además de los millones que ha desviado de su compañía, también ha estado utilizando pólizas de seguro "para su beneficio personal" y "tiene muchos recursos financieros para escapar". La semana pasada, un juez le otorgó al gobierno el pedido de que permanezca bajo custodia, con prisión preventiva. Un abogado de Kontilai no quiso hacer comentarios.

Aunque no sería el objetivo principal de la investigación, algunos inversionistas de Collector's Coffee fueron convencidos gracias a los contratos de Robinson y lo que los mismos representaban. Durante años, algunos de esos inversores intentaron vender sin éxito esos contratos.

En una carta con fecha del 9 de febrero de 2024, al juez Victor Marrero del distrito sur de Nueva York - el mismo juez que presidió el juicio por fraude de la SEC en diciembre -- un grupo de demandantes que le prestaron a Kontilai $6 millones con los contratos de Robinson como garantía, solicitaron que se tomara una determinación con respecto a quiénes eran propietarios de los documentos. Los argumentos podrían basarse en un proceso judicial que se llevó a cabo hace 13 años; Collector's Coffee argumenta que los Dodgers de Los Angeles - y, por asociación, Jackie Robinson Foundation - no tienen derechos sobre los contratos porque no figuraron en la lista como activos o "activos faltantes" cuando los Dodgers presentaron quiebra en 2011.

Los demandantes solicitaron un juicio que arrancará el 21 de octubre de 2024.

Arnold Rampersad, autor que escribió la biografía de Robinson por pedido de Rachel Robinson, le dijo a ESPN que él tiene una posición tomada con respecto al lugar en el que se deberían encontrar los contratos originales - o dónde no deberían estar.

"Sin dudas no pertenecen a manos privadas", dijo.

Dunbar, experta en antigüedades, dijo que teniendo en cuenta la singularidad de los contratos, sabía adónde pertenecían.

"Me encantaría verlos en el Jackie Robinson Museum, creo que sería el lugar adecuado, o en alguna institución como el Smithsonian o el Salón de la Fama del Béisbol", comentó. "En algún lugar donde puedan ser exhibidos y vistos por todo el público que quiera apreciarlos, o el Museo Afroamericano. Cualquiera de esos lugares sería genial.

El productor de ESPN, William Weinbaum, colaboró en este informe.