El bateador designado universal está aquí. Un estilo beisbolístico que ha sido prácticamente una constante en Estados Unidos desde 1876 está a punto de desaparecer, excepto por algunas salidas al montículo de Shohei Ohtani y unas cuantas apariciones como bateador emergente (Madison Bumgarner, Zack Greinke) o maniobras con corredores emergentes.
Es un hecho. La extensión de la norma se convirtió en realidad tras la misericordiosa ratificación del nuevo Contrato Colectivo y se tornó en algo concreto cuando el bateador designado Nelson Cruz firmó en condición de agente libre con los Washington Nationals, el primer equipo de la Liga Nacional del que formará parte desde que irrumpiera en el escenario en 2005 con los Milwaukee Brewers.
Entonces, fallece el bateo por parte de los lanzadores con la llegada del bateador designado a la Liga Nacional. Independientemente de si lo aman u odian, este deporte será diferente. Pero, diferente ¿hasta qué punto? Existen muchos supuestos con respecto a cómo será la nueva realidad; sin embargo, muchas de ellas son mucho más complicadas. La realidad podría sorprenderles.
Pongamos a prueba algunos de dichos supuestos.
Supuesto: Los bateadores designados superarán a los lanzadores a la ofensiva
¿Será cierto? Pues claro.
Los defensores del Bateador Designado Universal (al que llamaremos "BD" de ahora en adelante, porque la palabra "universal" se hizo redudante tras su adopción) les gusta señalar el aumento de las estadísticas ofensivas que conllevaría su implementación.
Posteriormente profundizaremos en ello; sin embargo, lo único que podemos decir con certeza es que, como grupo, los bateadores designados superarán con creces cualquier cifra sumada por los lanzadores si éstos siguieran parándose al plato. Es una obviedad tremenda; sin embargo, debemos empezar con ella porque de eso se trata todo.