CHARLOTTE, N.C. -- El lanzamiento parecía perfecto. A la altura del muslo, 95 mph, justo en la esquina exterior. Liam Hendriks estaba listo para celebrar un ponche, y Roberto Álvarez estaba preparado para regresar al banquillo, y luego todo fue silencio en lugar de un tercer strike. En medio del silencio, un fan dio a conocer sus sentimientos. "Vamos, cántalo, eso es un strike", le gritó al árbitro del home, Cody Clark. Y era una queja eminentemente razonable, si no fuera por un hecho importante.
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