Por años, Marcos Acuña fue un símbolo de identidad para Racing. Hoy, en River, vive un presente tenso, marcado por el enojo de los hinchas académicos, cruces calientes en cancha y una realidad futbolística que dista de la esperada en Núñez. Este lunes el jugador volverá al Cilindro de Avellaneda por los octavos de final del Clausura.
Del cariño eterno al salto europeo
Marcos “Huevo” Acuña aterrizó en Racing a comienzos de 2014 y rápidamente se transformó en una pieza indispensable del equipo de Diego Cocca. Su temperamento, su desborde y su entrega lo volvieron ídolo instantáneo. Ese mismo año, siendo una de las figuras del Torneo Transición, fue parte clave en la consagración que cortó una sequía de 13 años sin títulos.
Su evolución lo llevó a convertirse en un jugador de Selección y, en 2017, dio el salto a Europa: primero al Sporting de Lisboa y luego al Sevilla, donde levantó la Europa League 2020 y se consolidó como lateral titular. Su punto más alto llegó en Qatar 2022, formando parte del plantel campeón del mundo, un logro que lo posicionó como uno de los futbolistas argentinos más respetados del extranjero.
Desde la distancia, su vínculo emocional con Racing parecía intacto. Pero la historia daría un giro inesperado.
La no vuelta a Racing y el desembarco en River
Cuando Acuña decidió regresar al fútbol argentino en 2024, el hincha de Racing imaginó un retorno lógico. El jugador había repetido en varias entrevistas que la Academia era su casa. Sin embargo, Racing no pudo competir económicamente, y River avanzó rápido, con una propuesta deportiva y contractual superior.
Su firma con el club de Núñez cayó como un baldazo de agua fría en Avellaneda. La reacción fue inmediata: insultos, acusaciones de traición y un quiebre emocional que parecía imposible un año antes. River celebró su llegada como un refuerzo de jerarquía. Racing, en cambio, lo vivió como una herida abierta.
Las declaraciones de Víctor Blanco que reavivaron la polémica
El mandamás académico explicó cómo fue el intercambio con Acuña y dejó entrever malestar: “Hablamos con Marcos a principios de año. Su idea era seguir un par de años más en Europa”. Además agregó: “También hay que ver las virtudes de quien lo contrató, de Gallardo, que lo llamó y lo convenció. Seguramente por eso tomó la decisión. Quizá si me enteraba tampoco podría haber hecho nada”.
Mientras que sostuvo: “River juega la Libertadores y el Mundial de Clubes. Imagino que lo han seducido. Los futbolistas están por el dinero, es la realidad”.
Pero la respuesta de Acuña no tardó en llegar y l jugador apuntó directo contra la dirigencia de Racing: “No me costó tomar la decisión. El único que me llamó fue River, fue Marcelo (Gallardo). Ningún otro club argentino.”
Además fue muy tajante y sincero: “Los dirigentes de Racing se manejaron muy mal conmigo y con mi familia. Recibí amenazas de mucha gente, solo por lavarse las manos ellos”.
El capítulo que encendió la mecha: Copa Argentina 2025
El capítulo que encendió la mecha se dio en los cuartos de final de la Copa Argentina 2025, donde River venció 1–0 con gol de Maxi Salas, otro jugador surgido de Racing que también había salido del club en medio de polémica. Desde el inicio del partido, Marcos Acuña se convirtió en uno de los blancos de los hinchas académicos. Pero el momento más caliente llegó en el segundo tiempo, cuando al sacar un lateral hizo jueguitos con la cabeza frente a la tribuna de Racing, un gesto que incendió aún más la furia del público.
La situación derivó en un final escandaloso. Adrián Balboa fue directamente a encararlo cuando terminó el partido. En medio del tumulto, el delantero le escupió la cara al Huevo, lo que desató empujones entre jugadores, colaboradores y hasta involucró al propio Marcelo Gallardo. Almendra y Gonzalo Costas también le reprocharon su actitud en el saludo final.
Un presente agridulce en un River que vive una crisis profunda
Su presente con la banda roja tampoco es sencillo. Aunque llegó como refuerzo estrella, atraviesa un momento agridulce en un club que vive una crisis profunda. River acumula cinco derrotas en los últimos siete partidos, quedó eliminado de la Copa Libertadores, también de la Copa Argentina y suma cuatro caídas consecutivas como local, algo que sucedió por primera vez en casi 100 años. El equipo muestra desconexión emocional y táctica, un malestar creciente en los hinchas y una pérdida de autoridad que se refleja en la cancha.
La derrotas derrotas con Sarmiento y Gimnasia como local fueron los golpes más duros: hizo explotar al Monumental, expuso falencias graves, dejó sin reacción al plantel y alimentó las dudas sobre la continuidad del ciclo de Marcelo Gallardo. Aunque si bien, en la antesala del duelo ante Boca, el DT renovó, la caída ante el rival de toda la vida siguió hundiendo al plantel.
En ese contexto, el presente de Acuña es ambiguo: es titular, pero convive con un clima difícil y la presión interna de un River en crisis. Y ahora deberá afrontar un duelo decisivo ante Racing por los octavos de final del torneo, nada menos que en un Cilindro repleto el próximo lunes, donde el recibimiento promete ser hostil y cargado de tensión.
