Fútbol Americano
Roberto Martinez 8y

Arboleda: "Sueño con representar a Colombia en los Juegos Olímpicos"

BUENOS AIRES - A Iván Mauricio Arboleda (21 de abril de 1996, Tumaco (Nariño), Colombia) sus compañeros en Banfield le dicen ‘La Araña’ y tiene el extraño privilegio de ser el único arquero tumaqueño que ha logrado destacarse a nivel internacional. Proyectado por una tierra que dio a luz a varias celebridades futboleras, pero nunca un guardavallas.

Tumaco (Nariño) está cerca de Cali. Hay aroma de mar. Y sueños que coquetean con la cresta de las olas. El Pacífico, según el humor con el que se levante, acaricia o cachetea la costa de una ciudad en la que viven alrededor de 205.000 personas entre las cuales se cuenta Teresa, de 77 años, orgullosa abuela del dorsal 12 del Taladro del Sur.

Dice Mauricio que su abuela “me vio jugar y supo que yo era feliz en la cancha. Me inculcó el fútbol de pequeño, y la importancia de ser buena gente”. Cariñosamente el nieto le dice ‘Vieja Elvira’ a su abuela y le procura mimos aunque sea vía telefónica. Teresa lloró de felicidad la tarde del 20 de marzo de este año, cuando su niño debutó en la primera división del fútbol argentino, jugando ni más ni menos que frente a River Plate. Fue empate (1-1) en el estadio Monumental, 23 años después de que la selección Colombia goleara (0-5) a la argentina en ese mismo escenario.

P: ¿Estoy hablando con el orgullo del pueblo?

R: Jajaj… Obvio. Exactamente, sí.

P: Y dígame. ¿Qué jugadores han salido de Tumaco?

R: Varios, y muy importantes. Mauricio Cuero, Willington Ortiz, ‘El Tigre’ Jairo Castillo, Pablo Armero, Víctor Ibarbo, Leider Preciado… Es prolífico el pueblo, pero son todos jugadores de campo los que han salido. Arquero, sólo yo.

P: ¿Su ídolo es René Higuita? Se lo pregunto porque le he visto tirar alguna vez ‘el escorpión’ después de las prácticas…

R: Mi ídolo es Nelson Díaz. A Higuita lo vi atajar en videos. Por mi edad, nunca en directo. Pero me encanta mirarlo al Loco por su carácter de líder. A mí me gusta ser líder, el rol de líder. Para un arquero siempre es bueno tomar como referencia a quienes lo han sido.

P: ¿Se animará a tirar ‘el escorpión’ durante un partido en primera? Sería lindo verlo…

R: Jajaj… Eso es producto de momentos. Cuando uno está motivado, alegre. Sale la inspiración ahí. Pero eso de tirarlo en un juego importante, ¿sabe como voy preso acá en Argentina si lo hago? Acá no me animo, jeje…

P: ¿Qué tan grande fue para usted debutar en primera división en un partido tan importante?

R: Fue muy especial debutar contra River en el estadio Monumental y estar a punto de conseguir la victoria. Cuando Claudio Vivas, el entrenador en ese momento, me dijo que jugaría, tuve cuatro días en que no dormía. Estaba ansioso. Me imaginaba la hinchada de river puteándome. El estadio lleno. Una cancha histórica para el futbol argentino, también para el futbol colombiano, claro, y mundial obviamente… Cuando entré en la cancha para el calentamiento, me saludaban todos los compañeros y me daban ánimos. Sentí un escalofrío lógico, pero uno trabaja para momentos así. Para estar prepararado y de la mejor forma. A veces cuesta, pero afronté de la mejor manera lo que proponía el partido.

P: Imagino su gente allá en Colombia, siguiendo el partido…

R: La abuela Teresa, que es mi fan número 1, porque está en las buenas y en las malas, lloraba cuando me toco debutar en ese partido. Y todos en el barrio miraron el partido por internet pese a que se entrecortaba la señal a veces. Me quieren mucho allá, y me siento orgulloso de haber podido sobresalir gracias a ellos.

P: ¿Cuáles son sus sensaciones 4 años después de haber llegado a Banfield para emprender una etapa tan trascendental, lejos de su familia?

R: Las mejores porque tengo el apoyo de todos. Ahora peleando el puesto con Hilario Navarro, trabajando a la espera de la decisión del técnico, con humildad y aprendiendo siempre. Desde niño aprendí que con constancia, las cosas llegan, y la tengo desde entonces. Hoy toca hacerle fuerza a Hilario, que es una gran persona, y esperar la oportunidad de jugar.

P: Vienen los Juegos Olímpicos dentro de poco. ¿Se ha visto a sí mismo siendo parte de la selección Colombia en Río 2016?

R: ¡¡Sí!! Sería el hombre más feliz del mundo si el entrenador (Carlos ‘Piscis’ Restrepo) me convocara para ser parte del equipo que representará a nuestro país en los Juegos Olímpicos. Nunca pierdo la esperanza. Es el sueño de cualquier futbolista competir para ganar la medalla en los Juegos, y ahora que se aproxima el campeonato, si bien hay arqueros de muy buen nivel, confío en que aún puedo llegar.

P: Usted fue internacional juvenil…

R: Así es. Jugué en la sub-17 y estuve en la lista de la sub-20. Como fui a ambas selecciones, nunca pierdo el sueño de ir a los olímpicos. Nada es imposible. Me mantengo pendiente de una convocatoria, y trabajo día a día ahora en la pretemporada, con un muy buen grupo de compañeros que me acogió muy bien desde que llegue al primer equipo. Sólo trato de aprender, corregir errores, y crecer.

P: ¿Cómo es crecer profesionalmente tan lejos de los afectos?

R: El grupo me arropa y me ayuda. A veces tenés bajones que intentan afectarte en la cancha, pero cuando entro yo me enfoco en mi juego y me transformo. Esto me da de comer. A mí y a mi familia. Y por suerte cuento con el apoyo incondicional del cuerpo técnico y de mis compañeros.

Cuenta Mauricio Arboleda, quien curiosamente jugó como delantero hasta los 9 años, que en Tumaco tiene 4 hermanos. Tres varones (de 26, 24 y 22 años), que estuvieron cerca de dedicarse al fútbol en algún momento de su vida, y una hermana. También sigue su evolución su madre, Inés Arboleda, quien vive a 40 minutos de donde vivía él junto a su abuela y sus hermanos. “Cuando voy al pueblo, voy a visitarla, y es gracioso cuando rivaliza con mi abuela y se celan a ver cuál de las dos me consiente más jajaj”.

Dos de sus hermanos tuvieron que decirle adiós al fútbol al ser víctimas de una grave lesión. Doble fractura de tibia y peroné. Accidentes que cercenaron sus sueños desde temprano. Él resistió ante las dificultades como se yergue la costa de Tumaco por más que el Pacífico intenta amedrentarla. “La única clave es prepararse, sabiendo que el camino es largo, y a la vez corto. ¿El futuro? Aunque me encanta Iker Casillas y la carrera que ha hecho, mi sueño es jugar en el Milan”. Mauricio Arboleda se despide con una sonrisa, rebosa confianza y agrega, “y esté atento, algún día llegará el escorpión.”

^ Al Inicio ^