El zaguero puntarenense no le huye a ninguna oportunidad para ganar un poco más de dinero aparte del fútbol
Asdrúbal Gibbons es sinónimo de entrega y coraje en su fase de futbolista con el Puntarenas FC, pero también lo es así en su otra cara fuera del campo donde ha estado acostumbrado a luchar día a día para salir a flote con sus responsabilidades y obligaciones.
Desde que era un niño que creció en el cantón de Pococí, Limón, Gibbons sabía lo que es trabajar para poder ganarse el sustento. Lo hacía vendiendo frutas y verduras, también como trabajador en una mueblería y hasta en las bananeras donde con lo que se ganaba ayudaba a dar soporte económico en la casa.
Pese a que la necesidad lo llevaba a tener que trabajar, siempre sacaba el rato para jugar al fútbol y aunque en algún momento tuvo que alinearse un poco en el tema de disciplina, logró llegar a la primera división en 2014 con el As Puma y desde eso ha sido recurrente verlo con diferentes clubes en primera, salvo uno que otro impass en el que ha vuelto a la Liga de Ascenso.
Con la edad viene la experiencia y en el Puntarenas le han valorado mucho por su aporte para haber vuelto a la máxima categoría y hasta ha explotado aun más sus dotes con el gol, pues a pesar de ser defensa, sabe cabecear bien y tiene un buen manejo de emociones para ejecutar penales.
Sin embargo, llama mucho la atención como Asdrúbal Gibbons sabe realizar muchos otros oficios y como a pesar de estar al 100% con el fútbol no se le niega a nada y es que aprendió a coser zapatos y sus compañeros se volvieron en sus principales clientes.
Según contó a ESPN, esto lo aprendió cuando estaba en Pérez Zeledón en el 2020, tiempo en el que todos se vieron afectados por la pandemia y para ahorrarse ₡5 mil colones se puso de manos a la obra y aunque los primeros resultados no fueron tan alentadores, logró perfeccionar la técnica y ahora todos sus compañeros siempre lo buscan.
“Yo es que le hago a todo y lo que no sé lo invento. Estábamos en pandemia y solo teníamos que hacer entrenamientos virtuales y primero empecé a coser mis tacos y es que me cobraban como 5 mil por coserlos y yo empecé a hacerlo, primero me quedaron con unos huecos raros y ya luego Luis Carlos Barrantes y Anthony Mata me empezaron a pedir y ahí fui perfeccionando la técnica y ahorita de hecho acabo de terminar con unos tacos de los compañeros”, comentó el zaguero.
Asdrúbal siempre ha tenido que luchar por conseguir sus anhelos y aunque es un futbolista profesional sabe que las cosas cuestan y es por ello que nunca ha dejado de aprender muchas cosas y en la actualidad lo que se gana cosiendo los tacos de sus compañeros, le dan una buena ayuda para salir con sus gastos, incluso recordó que en Pérez Zeledón también se las hacía de barbero y habían compañeros que hasta semanalmente lo buscaban.
“Yo tengo un taladrito y primero le hago para después coserlos, algunos son más suaves, pero ahí al menos eso me ayuda en lo económico y ayudo un poco a los compañeros. No le digo que en las peluqueadas cuando estaba en Pérez ahí peluqueaba a todos y me servía porque les daba fiado y a la quincena me pagaban”, explicó.
Fuerte lesión
En el último año ha tenido que sobreponerse a una muy seria lesión que sufrió en noviembre anterior cuando en un choque con su compañero Jemark Hernández terminó sufriendo una fractura de cráneo, la cual lo asustó muchísimo y pensó que no iba a poder jugar más.
“Yo me asusté porque me toqué la cabeza y sentí un hueco en la cabeza y llamé al doctor, me sacaron, me pusieron hielo y a como a los 45 minutos me llevaron a hacerme un TAC y una radiografía y ahí me empezó a doler”, dijo.
“Yo sentía que me habían pegado con un bate, no podía ni hablar, vieras lo que me dolía hablar. Yo duré un mes con el cráneo roto porque no me operaban (el hospital se reprogramaba)”, agregó.
Cuando el dolor cesó la lesión no le impedía seguir con su vida, sin embargo, tenía un hundimiento en su frente y esto no le permitía jugar, por lo que tras un mes de espera lo pasaron a cirugía y posteriormente con los cuidados necesarios logró volver a la cancha en febrero para jugar 15 partidos y ayudar al Puntarenas.
Incluso atesora grandes recuerdos sobre un gol que le anotó a Alajuelense y uno a Saprissa, juego en el que chocó la cabeza con Álvaro Zamora y no sintió ninguna molestia cerca de la zona afectada.
“Con la Liga se lo hice con la máscara y contra Saprissa dije que tenía que estar bien porque ellos venían con todo y le hice el gol. Ese día le metí un mazazo a Zamora y al muchacho quedó ahí con que le dolía la cabeza y yo estaba como si nada”, sentenció.
Asdrúbal Gibbons encarará una nueva temporada con el Puntarenas, club en el que se han preparado de manera muy intensa para salir a dar