Vinicius acabó con su mal fario ante Araújo. Vinicius, convertido en el nuevo enemigo número uno del barcelonismo, a imagen y semejanza de lo que personaliza Gavi para el madridismo, había sido una sombra, casi siempre, en sus duelos con el zaguero uruguayo. Y esta vez, sin necesidad de ganarle la partida más de lo necesario, abandonó el Camp Nou con el sabor de la victoria y la sensación del éxito que tanto necesitaba.
Se peleó con Gavi, no podía ser de otra manera, y se marchó, abucheado al ser sustituido, con una satisfacción innegociable. Protagonista y goleador del 0-1, provocador del penalti que sentenció la eliminatoria y siempre dispuesto a dejarse ver, el brasileño fue un delantero resuelto en un escenario necesario. Hasta el punto que se doctoró en la noche soñada.
BENZEMA No hace demasiadas semanas se leyó, y escuchó, que el Madrid necesitaba, con urgencia, un goleador que ocupase el lugar de Benzema, cuyo rendimiento y trascendencia había caído en picado. Y si necesitaba un escenario para reivindicar su nombre, ya legendario en el equipo merengue, ninguno como el Camp Nou.
Autor de un hat-trick, y asistente del 0-1 a Vinicius, el veterano delantero francés completó un Clásico enorme, sabiendo descolgarse en la búsqueda del balón para enloquecer la defensa azulgrana, que casi nunca supo donde atacar su marca.
ARAÚJO Lo pasó mal con Vinicius, mucho más de lo que acostumbra, pero tuvo arrestos para mantener el tipo y aún fue el mejor para tapar las miserias de sus compañeros en defensa y el más orgulloso para irse al ataque con determinación, aunque sin suerte.
Por primera vez se le vio perder los nervios, en un empujón a Vinicius en la recta final del partido, que mostró la pesadumbre que padeció en el peor Clásico de cuantos ha disputado.