Barcelona tiene la fortuna que un autogol de Sergio Ramos le abre la puerta a la victoria sobre Sevilla y regresa al liderato de La Liga
Sergio Ramos hizo líder al Barça. El veterano central andaluz, con 45 Clásicos a sus espaldas, igualado con Leo Messi y solo superado por Sergio Busquets, volvió a enfrentarse al equipo azulgrana tras sus dos temporadas en el PSG. Y queriendo ser protagonista lo fue. Tanto que marcó su sexto gol en un partido ante el equipo azulgrana, primero con el Sevilla... Y en propia puerta.
Silbado por la afición azulgrana, que no olvida ni su pasado madridista ni, tampoco, sus muchas polémicas en los Clásicos, a Sergio Ramos, veterano con galones, no le pesó el ambiente pero sí la fortuna en la recta final de un partido que se le había atascado de mala manera al Barça. Si sufrió el campeón ante equipos encerrados (Getafe, Celta o Mallorca), esta vez lo hizo ante un rival que, bien organizado en defensa, no le giró la cara al partido y buscó con ganas la portería de Ter Stegen.
No fue el Sevilla un equipo bisoño como el Amberes ni descabezado como el Betis. Firme en defensa, en el centro del campo tuvo agallas suficientes como para discutir el gobierno del juego y cuando se fue arriba asustó, y no poco, al meta alemán, que salvando un obús de Rakitic agradeció el mal tino en el remate de los delanteros del conjunto andaluz.
Le cuesta al Barça agrandarse y romper las defensas contrarias. Un larguero de Joao Félix habría podido cambiar las cosas si el balón hubiera botado dentro de la portería, pero haciéndolo fuera dio paso, poco a poco, al crecimiento del nerviosismo y la impaciencia entre la afición local, tan volcada en apoyar a su equipo como intranquila al contemplarle incapaz de marcar. Tan intranquila de entrada como de salida, viendo como el campeón defendía de cualquier manera esa victoria tan ajustada como trascendente. El Barça, al menos por una noche, volverá a ser líder. Gracias a Sergio Ramos, quien lo habría dicho...