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PSG: Cómo Nasser Al-Khelaifi pasó de ser un tenista mediocre a uno de los líderes más poderosos del futbol

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En su número más reciente, la revista France Football publicó un extenso perfil sobre Nasser Al-Khelaifi, presidente del PSG y uno de los líderes deportivos más poderosos del mundo

Para el reportaje, la gaceta francesa envió a un periodista a Catar, donde Nasser nació en 1973, y platicó con varios miembros de la familia Al-Khelaifi, así como con amigos y excompañeros de trabajo.

A través de las "historias", se trazó una línea de tiempo que muestra cómo un tenista mediocre se convirtió en uno de los nombres más famosos del fútbol mundial.

Te compartimos algunas de las historias a continuación:

NAÚFRAGO

Contrariamente a la creencia popular, Nasser Al-Khelaifi no nació en una cuna de oro. Proviene de una familia sencilla, en la que su abuelo paterno, Abdallah, era un pescador de perlas y responsable de todos los ingresos.

Con los años, las perlas naturales comenzaron a ser reemplazadas en el mercado por las sintéticas, y los Al-Khelaifi cambiaron su negocio, pasando a la pesca común.

Una vez, Nasser, que entonces tenía solo 5 años, estaba acompañando a su padre, Ghanem, cuando una tragedia casi sucede. Estaban en el mar, una cuerda se enredó con el motor del barco y se dañó.

Padre e hijo estuvieron solos en el mar durante tres días, sin agua dulce, hasta que fueron rescatados por un barco que pasó y los vio.

"Aún recuerdo hasta el día de hoy lo felices que nos sentimos cuando vimos ese barco en el horizonte. Hasta el día de hoy, lo considero el día más feliz de mi vida, porque honestamente pensé que no sobreviviríamos", dijo Nasser.

Cuando regresaron a la costa, su madre vestía ropa negra de luto, porque pensaba que habían muerto.

Pero cualquiera que piense que Nasser Al-Khelaifi le tuvo miedo al mar después de eso, está equivocado.

"Soy un hombre de mar. Cuando era joven, pasaba horas sentado en la arena mirando el agua. Todavía lo hago de vez en cuando", dijo.

CUCARACHAS EN LA HABITACIÓN

Nasser vivía con toda su familia en una casa en Doha, la capital de Catar. Su casa estaba ubicada frente al único complejo de canchas de tenis en el país, y cuando tenía 11 años, se fue a trabajar como recogedor de pelotas para ganar algo de dinero.

Un día, el entrenador estadounidense que se encargaba de enseñar a los ricos que frecuentaban las canchas, llamado Mike Reis, invitó a los recoge pelotas a practicar tenis o squash durante unos minutos. Nasser rápidamente se aficionó al mundo de la raqueta y tomó una decisión: se convertiría en un tenista profesional.

"Cuando era pequeño, sus ambiciones no tenían límites. Quería ser campeón del mundo", dijo Ghanem, su padre.

Nasser se destacó en el mundo del tenis de Catar, incluso por la poca competencia, y logró convertirse en el primer jugador profesional del país, incluso contaba con un patrocinio razonable para competir en torneos de todo el mundo.

A Al-Khelaifi le gustaba jugar tanto en individuales como dobles. Al asociarse, su compañero más común era el sultán Al-Alawi.

"Era, al mismo tiempo, mi compañero, mi 'hermano mayor', el cerebro del equipo y nuestro guía. También era nuestro cocinero (risas). Su comida no era muy buena, pero con el paso de los años, incluso aprendió a hacer pasta con mariscos, que tenía buen sabor", bromeó Sultan.

En aquellos tiempos, el lujo era poco. Antes de jugar un torneo en Toulón, Francia en 1998, Nasser tuvo que salir de la habitación del hotel donde dormía debido a una plaga de cucarachas.

Condujo hacia el norte en su auto, durmiendo en el asiento trasero, y se despertó con una rigidez terrible en el cuello. Fue rápidamente eliminado en la primera ronda.

"Cuando ganaba, gastaba algo de dinero para dormir en el hotel. Si perdía, pasaba la noche en el coche y, por la mañana, se marchaba para jugar en algún otro torneo", informó Khaled Al-Khelaifi, el hermano menor de Nasser.

PELEA EN PARTIDO DE TENIS

A pesar de ser un tenista muy dedicado al entrenamiento, como dijeron los entrevistados, Nasser nunca fue capaz de destacarse realmente en el tenis internacional.

Durante toda su carrera, que duró hasta 2003, solo jugó dos partidos de nivel ATP (división profesional).

El primero, en Sankt Pölten en 1996, tuvo la mala suerte de enfrentarse al número 2 del mundo, el austriaco Thomas Muster, y fue aplastado por 6-0 y 6-1.

El segundo encuentro tuvo lugar en 2002 en el ATP de Doha. Una vez más, fue derrotado, pero ahora por el uzbeko Oleg Ogorodov.

En otras palabras: durante toda su carrera profesional en la ATP (sin incluir partidos en competiciones como la Copa Davis o los Juegos Asiáticos), solo ha ganó cuatro partidos. Su mejor clasificación fue 995.

Esto no impidió, sin embargo, que Nasser viviera algunas historias espectaculares, como la que tuvo lugar en el choque de dobles entre Catar y Líbano por los Juegos Asiáticos de 1997.

Durante el juego en Beirut en un estadio lleno de gente, Al-Khelaifi fue golpeado en el cuello por un fuerte disparo de su oponente, lo que molestó al Sultán Al-Alawi, su compañero en ese momento.

"Le dije a Nasser: 'Dejarme arreglar esto'. Nasser respondió: '¡No, sultán, no tiene que hacer nada!', pero nunca fui un diplomático como él", sonrió Al-Alawi.

"En la primera oportunidad que fui a la red, apunté justo a la cara del oponente. ¡El problema es que la raqueta se me escapó de la mano y se fue directo a su cara! La cancha fue invadida por la afición. Nasser ingresó. Fuimos descalificados y tuvimos que abandonar el lugar con protección de la policía", exclamó el sultan.

QUIEN TIENE AMIGOS, LO TIENE TODO

Fue en sus días como recogedor de pelotas en el complejo de la cancha de Doha cuando Nasser hizo la amistad más importante de su vida: Tamim bin Hamad Al Thani, entonces príncipe heredero al trono de Catar, que disfrutaba jugando al tenis.

En ese momento, quien ya era considerado el mejor jugador local, se desempeñó como 'sparring' de Tamim, que es seis años menor. A través de las raquetas, establecieron un vínculo fuerte, que tendría importantes consecuencias para Al-Khelaifi.

Después de dejar el tenis profesional y graduarse en economía en la Universidad de Catar, Nasser fue nombrado en 2008 por la familia Al Thani como el nuevo presidente de la Federación de Tenis de Catari, cargo que aún ocupa hoy.

Más tarde, cuando los dueños del trono de Catar decidieron invertir fuertemente en el deporte, comprando el Paris Saint-Germain, Nasser fue colocado como presidente de QSI (Qatar Sports Investments, el fondo responsable de la gestión del PSG) y también del club francés.

En 2013, Al-Khelaifi acumuló otra responsabilidad, al ser nombrado ministro libre en el Gobierno de Catar, es decir, no tiene ninguna responsabilidad específica, actúa como asesor y "hace todo" por la familia Al Thani.

Finalmente, entre 2013 y 2014, el gigante de los medios de comunicación Al Jazeera se dividió entre noticias y deportes. El sector deportivo pasó a llamarse beIN Sports y Nasser fue nombrado presidente y director ejecutivo de la red.

Por lo tanto, actualmente dirige, además de la Federación de Tenis de Catari, QSI y Paris Saint-Germain, un gran conglomerado de 22 canales deportivos que se transmiten en Oriente Medio, África, Europa, América del Norte, Oceanía y Asia Oriental.

EL VERDADERO NASSER

Según su familia, el hecho de que se convirtiera en uno de los líderes más famosos e importantes del mundo no hizo que Nasser perdiera su esencia.

Cuando no está en París cuidando al PSG, Al-Khelaifi despacha desde su moderna oficina en Doha, donde recibe a figuras como Rafael Nadal, Tom Brady y Jean Todt (exjefe de Ferrari y ahora presidente de la Federación Internacional del Automóvil) para conversar.

En su tiempo libre, a Nasser le gusta pasar tiempo con su familia y divertirse manejando vehículos 4x4 y pasear por el desierto de Catar para ver la puesta de sol.

"El verdadero Nasser es el tipo al que le encanta contar chistes y le gusta organizar banquetes, siempre sirviendo el plato de cada invitado antes de sentarse a comer", dice Hakim Chalabi, amigo de Al-Khelaifi desde 2008 y ahora presidente de Aspire, uno de los los complejos deportivos más modernos del mundo, que cuenta con centros de entrenamiento, clínicas de fisioterapia y clinicas para cirugías de deportistas.

Según su familia, Nasser también es conocido por no perder la paciencia, incluso ante los resultados adversos del PSG.

"Nasser se lo guarda todo para sí mismo. Nunca habla de su trabajo", dice el hermano Khaled, que dirige siete restaurantes.

"Desde que comenzó en el futbol, ​​se ha vuelto un tipo más serio. Admiro su calma porque no sé cómo se las arregla. He roto televisores por los partidos del PSG. Incluso es demasiado agradable, cuando nos burlamos de él. No sé cómo se las arregla. Pero la actitud correcta es suya, no mía", agregó.