CIUDAD DE MÉXICO -- Ha pasado más de la mitad de su vida al resguardo de la portería, dando brincos espectaculares y regalando lances memorables… Sin embargo, luego de 26 años de carrera llegó el momento de quitarse el uniforme y guardar los guantes, para dar paso a la leyenda.
Tiene 46 años y aunque físicamente sigue impecable, el retiro llevaba un rato tocando a su puerta, hasta que decidió abrir…
“Me voy bien, me voy a mano con el futbol, siempre me brindé al 100, siempre le di todo de mi parte y también creo que él me brindó muchas cosas que inclusive a veces ni soñando creía que las iba a vivir”, confiesa un nostálgico Óscar Pérez en entrevista con ESPN Digital.
En un acto apenas justo y sobre todo necesario, Cruz Azul brindará un homenaje a uno de sus iconos, el único futbolista campeón en aquel lejano 1997 que seguía activo, quien podrá despedirse con la casaca celeste en un juego oficial de Liga MX.
“Hubo un acercamiento (para volver a Cruz Azul) hace como dos años, pero al final no se dio y es parte del futbol, de los movimientos, de que todo es muy cambiante y tuvimos que esperar a que todo se acomodara de la mejor manera”.
Más allá de la conciencia de que los ciclos terminan, Óscar revela la complejidad de prepararse para desprenderse de la faceta que ha gobernado su vida: la de futbolista.
“No es fácil el poder dejar de jugar de un día para otro, pero es un proceso que tarde que temprano iba a llegar.
“Después veremos qué sigue, seguro seguiré ligado al futbol porque es mi pasión, es lo que me encanta hacer”.
¿QUÉ SIGUE?
Hasta hace poco tiempo se daba como un hecho que tras el retiro seguiría ligado con Pachuca, su último club, en una faceta de formador; sin embargo, su regreso a La Máquina supone que no será efímero y se quedará a trabajar en La Noria.
Por ahora, Pérez piensa que el final de la rutina de levantarse e ir a entrenar le permitirá procurar más a sus afectos.
“Disfrutar más a mi familia, estar con ellos, estar muy atento con mis chavos, eso es lo que me gustaría hacer; después todo se irá acomodando poco a poco, ya iremos viendo cómo se va dando el camino para seguir en el medio porque al final me encanta lo que hago y si puedo aportar y ayudar para nuevas generaciones, pues ahí estaré con mucho gusto”.
EL SECRETO DE LA LONGEVIDAD
¿Cuál fue la clave para que te hayas mantenido en la élite y hayas podido asistir a tres copas del Mundo?
Primeramente agradecerle a mis padres, a Dios, que todavía puedo mantener mis condiciones y yo lo complemento mucho con el trabajo del día a día, el trabajo que uno le da a su organismo, a su profesión, todo eso me ha ayudado muchísimo, el hacer una preparación previa, el no tener excesos en cuanto a la diversión, la bebida, trasnochar, todo eso lo dejo a un lado, siempre hay tiempo para todo y para mí lo más importante y lo que me tiene acá es la pasión que tengo por el futbol.
TRES COPAS DEL MUNDO
Disputó tres mundiales y en dos de ellos fue titular: Francia 98 (jugó Jorge Campos), Corea-Japón 2002 y Sudáfrica 2010.
“Me encantan las tres selecciones. Sin duda creo que para mí de las mejores era la de Francia 98, era una combinación de gente de experiencia con gente joven que íbamos aportando, y dimos un gran partido contra Alemania, creo que el no concretar todas las opciones que tuvimos se pagó al final”.
¿Por qué La Volpe no te llevó a Alemania 2006?
“No sé, son gustos, formas, sentimientos, pensamientos de cada quien, al final yo no llenaba las expectativas que quizá necesitaba Ricardo, al final no tuve la oportunidad de estar ahí y por algo pasan las cosas, yo siempre me he manejado así, si no me toca en esa etapa ir a la selección es por algo y siempre trato de sacarle el mejor provecho a esas experiencias”.
Cuatro años más tarde tendría su revancha. Javier Aguirre volvió a emerger como ‘bombero’ del Tri y cuando se daba como un hecho que el titular en la portería en Sudáfrica 2010 sería Guillermo Ochoa, de un ‘brinco’ apareció el ‘Conejo’.
“En ese Mundial cuando Javier me dice que voy a jugar, obviamente todo giraba en torno a Memo (Ochoa), todas las expectativas estaban puestas en él, entonces que Javier tomara el riesgo de que yo jugara, pues era muy grande, ¿no?
“Cuando me dice que yo voy a iniciar, ya sabes cómo es Javier y me dice ‘cabrón no la vayas a ca… no te vayas a equivocar porque si no ni a ti ni a mí nos van a dejar regresar a México, no vamos a poder entrar’, y le dije ‘yo lo sé, tú me conoces y yo voy a dar lo mejor de mí y sé que lo voy a hacer muy bien’…
“Entonces quieras o no es un voto de confianza importante que te permite desenvolverte dentro de la cancha de la mejor manera”.
Así las cosas, llega a su fin la trayectoria de un guardameta histórico en el futbol mexicano. Enfrentó a Romario, a Ronaldo ‘El Fenómeno’, a Messi, y a muchos monstruos del futbol mundial.
Fue parte y encabezó a una generación de grandes porteros en México como Jorge Campos, Oswaldo Sánchez y Guillermo Ochoa.
“Fue un logro para mí estar ahí, un sueño cumplido poder estar con los mejores del mundo: con Italia estaban Vieri, Inzaghi, Totti, Canavaro, Del Piero que me hizo gol, ya tiene qué contarle a sus nietos, que le hizo gol al Conejo (risas)…
“Con Croacia estaba Suker; con Estados Unidos, McBride, que era un gran jugador, Donovan; con Argentina pues ni se diga, Messi, Higuaín, muchos jugadores de talla mundial, y si nos vamos más atrás me tocó con Chilavert y fue un honor compartir cancha con esos jugadores.
“Para mí era un reto para ver si tenía el nivel para estar peleando en ese tipo de ligas, siempre lo vi como un reto y creo que en lo que analizo después de muchos años cumplí, estuve a la altura de cada competición o eliminatoria”.