Lionel Messi no tuvo el partido más brillante ante el Nashville SC, en la final de la Leagues Cup, pero como siempre fue decisivo para Inter Miami, que logró el primer título de su historia.
El séptimo partido en un mes le pasó factura a Leo, que se lo vio poco participativo y muy cansado, pero cuando tuvo la pelota fue determinante como es su costumbre.
En una de las primeras que tocó anotó el primero del partido, con una de sus jugadas tan características. Recibió un rechazo corto fuera del área y enganchando de derecha hacia el centro sacó un remate letal que se clavó en el ángulo.
En el complemento tuvo otra aparición, recibiendo en tres cuartos de cancha por el centro y tras avanzar unos metros remató cruzado y bajo y el disparo fue devuelto por el poste, evitando el segundo gol de la noche.
Durante casi todo el partido estuvo bastante parado, sin la movilidad que lo caracteriza y su velocidad explosiva, pero nada lo detuvo para ser figura como siempre.
En los penales, el 10 se hizo cargo con mucha tranquilidad y clase, marcando el primero de la larga tanda.
Tras 22 penales llegó la alegría y el primer título de varios que espera conseguir en tierras norteamericanas.