DOHA (Enviado especial) -- La Copa del Mundo es la élite de la élite del fútbol internacional. No hay nada superior a este desafío, es una obviedad. Sin embargo, en Qatar 2022, 45 de los 832 futbolistas participantes se desempeñan en clubes de segunda división o incluso en categorías inferiores. De ese total, solo uno lo hace en Sudamérica: Kevin Rodríguez, el invitado sorpresa de la Selección de Ecuador.
Siempre hay convocados inesperados que se suman sobre el filo de la presentación de las listas. Es casi una tradición mundialista. Los entrenadores deciden a último momento sumar jugadores que no habían sido tan importantes en el pasado pero que, por diversas razones, creen que pueden destacarse en el escenario más prestigioso de todos. Sin embargo, pocas veces el impacto es tan grande como el que provocó el delantero de Imbabura SC.
El atacante de 22 años jamás jugó en la máxima división y solo tiene unos minutos de experiencia en el seleccionado nacional. Hizo su debut en el amistoso del 5 de noviembre contra Irak en Madrid, hacia adonde había viajado para completar la nómina y quizás para servir como sparring de las figuras internacionales. Pero tan buena fue su predisposición que Gustavo Alfaro lo incorporó a la lista definitiva contra todo pronóstico.
"A Kevin lo vengo siguiendo desde hace cinco meses. Lo pusimos a trabajar con un nutricionista y ha subido dos kilogramos. Él ha trabajado muy bien en estos días, se ha esforzado mucho. El hecho que esté en otra categoría no le quita el derecho de estar en la Selección. ¿Por qué no puede estar?", dijo el entrenador argentino días antes de confirmar sus elegidos. Pocos imaginaron que eran mucho más que palabras de compromiso.
El nombre de Rodríguez retumbó en todo Ecuador el 19 de julio y el eco todavía se escucha. Aquel día, fue una pesadilla para un gigante nacional como Liga de Quito. Por los cuartos de final de la Copa Ecuador, el conjunto de Atuntaqui eliminó al cuadro quiteño gracias a la actuación consagratoria (en todo el sentido del término) de su delantero estrella, quien a los 24 minutos de la segunda etapa desplegó toda su potencia para marcar un golazo que será difícil de olvidar. Y más aún después de su citación al Mundial.
Alfaro comenzó a seguirlo de cerca tras aquella victoria y, según confirmó tiempo después, "se arrepintió" de no haberlo llevado a la gira de septiembre. Incluso a él, que en Ecuador demostró ser un DT con coraje para sumar jóvenes valores sin pergaminos, le resulto difícil sumar al seleccionado a un futbolista prometedor pero sin experiencia en primera división.
Kevin Rodríguez es un ejemplo viviente de la importancia de saber aprovechar las oportunidades. De tener la energía y la lucidez para comprender cuándo es el momento de brillar. Cuándo es de verdad el "ahora o nunca". En un puñado de entrenamientos, el cuerpo técnico vio algo en él. Quizás la frescura para ser el elemento rupturista que puede marcar la diferencia en situaciones límite.
Nació en Ibarra y se formó en las divisiones inferiores de Imbabura, el club de toda su vida. Su presentación profesional fue en la tercera categoría, donde jugó la mayor parte de su carrera. Recién este año logró el ascenso a la Serie B, en la que fue la gran figura del equipo. En 31 partidos disputados en el año, convirtió 11 goles.
¿Cómo juega Kevin Rodríguez? En primer lugar, no es un típico goleador, del estilo de Leonardo Campana o Jordy Caicedo, los hombres a los que les "ganó el lugar". Es un extremo o un segundo punta. Puede jugar por las bandas para desbordar y explotar toda su habilidad y potencia o acompañar al centrodelantero y asociarse con él. Mide 1,90 metros y será uno de los más altos del plantel, pero eso no le impide tener gambeta y explosión. Además, cabecea bien y tiene una zancada que puede ser clave para abrir algún partido cerrado.
La gran deuda de Ecuador en los últimos tiempos fue el gol. No convirtió en sus tres partidos más recientes, solo anotó uno en los últimos cinco choques (y de penal) y solo dos desde el final de las Eliminatorias. Los delanteros han fallado en lo individual y el equipo no los ha ayudado en lo colectivo. Alfaro probó variantes y ninguna le terminó de convencer. Sin contar a Gonzalo Plata y Ayrton Preciado, convocó a cuatro atacantes: Enner Valencia, Michael Estrada, Djorkaeff Reasco y Rodríguez, la nueva esperanza.
Sus posibilidades de jugar en Qatar dependerán de lo que haga en los entrenamientos de Al-Mesaimeer Sports Club. Así se ganó el puesto en la lista y así podría ganárselo en el once. Por ahora, esperará su oportunidad, pero está claro que si su trabajo sigue en crecimiento, la Tri podría necesitarlo antes de lo previsto. Está claro que él estará listo para brillar.
"Verlo a Kevin me recuerda a mis años en el ascenso de Argentina. No saben lo lejos que me quedaba a mí dirigir en primera". Quizás, el secreto del joven Rodríguez haya sido llegar al corazón de Alfaro desde un pasado en común. Ahora, será tarea del imbabureño seguir los pasos del argentino, quien saltó desde un pequeño club del interior de su país a la Copa del Mundo.