El brasileño ha sido protagonista en algunos de los momentos más grandes y dramáticos de la historia reciente del Real Madrid
MADRID – Imagina ser Rodrygo. Con 24 años, juegas en el Real Madrid -el club más grande del mundo- y en la selección de Brasil. Eres un delantero con un talento descomunal, has ganado tres títulos de LaLiga y dos UEFA Champions League, marcando goles icónicos en el camino.
Pero no eres la estrella del equipo. Peor aún, ni siquiera eres el segundo en importancia. Ni el tercero. Eres el cuarto en la lista, porque juegas junto a Vinícius Júnior, Jude Bellingham y Kylian Mbappé, quienes el año pasado terminaron segundo, tercero y sexto en la votación del Balón de Oro 2024. Rodrygo, en cambio, ni siquiera entró en la lista de finalistas.
El miércoles por la noche en el Santiago Bernabéu, Rodrygo volvió a demostrar el talento que tiene, marcando dos goles en la victoria del Madrid por 5-1 sobre el RB Salzburg. Ambos tantos en la primera mitad -que sirvieron para encarrilar el partido tras un inicio complicado- mostraron su mejor versión: movimientos sin balón de nivel élite, imposibles de rastrear, y una definición precisa y llena de confianza bajo presión.
En el minuto 23, Vinícius lanzó un pase por encima de la defensa del Salzburg dirigido a Bellingham, pero su mal control dejó el balón servido para Rodrygo en el segundo palo. El delantero remató de primera, cruzado, batiendo a Janis Blaswich. No solo fue su primera ocasión en el partido; fue la primera del Madrid. Y la aprovechó.
Su segundo gol, 12 minutos después, fue aún mejor. Tras moverse hacia su posición favorita en la banda izquierda, tocó el balón hacia el interior para Bellingham, quien se lo devolvió con un sutil taconazo, habilitando su carrera hacia el área. Rodrygo definió de primera, colocando el balón con un disparo curvado al rincón inferior, reflejando una confianza absoluta.
Su capacidad goleadora en la Champions League -y la diferencia con su rendimiento en LaLiga- es tan llamativa que merece ser destacada. Rodrygo suma 22 goles en 57 partidos de Champions. Eso es un gol cada dos partidos y medio, enfrentándose a los mejores equipos de Europa. En LaLiga, ha marcado 32 goles en 159 partidos, un gol cada cinco encuentros. En otras palabras: Rodrygo anota el doble de seguido en la Champions League.
¿Por qué? Es difícil de explicar, o al menos de atribuir a un solo factor. ¿Tal vez el fútbol europeo y la forma en que los rivales de la Champions suelen plantear sus partidos contra el Madrid, dejando más espacios a la espalda de su defensa, lo beneficien? ¿Quizás sea una cuestión de mentalidad, concentración y regularidad, siendo capaz de rendir en los grandes escenarios de una forma que no logra replicar cada semana en LaLiga? El resultado es una etapa de seis años en el Real Madrid llena de imágenes espectaculares y momentos definitorios en su carrera, pero que al mismo tiempo deja la sensación de que aún está por explotar por completo.
Rodrygo ha sido protagonista en algunos de los momentos más grandes y dramáticos de la historia reciente del Madrid. Basta con recordar sus dos goles en un minuto contra el Manchester City en este mismo estadio, en mayo de 2022, posiblemente el instante más icónico de aquella inolvidable serie de remontadas en la Champions League.
Sin embargo, cuando el Madrid fichó a Mbappé el verano pasado, la primera incógnita que surgió fue que lugar ocuparía Rodrygo en el equipo. Era lógico cuestionarlo y dudar sobre su futuro a largo plazo.
Aun así, Carlo Ancelotti ha apostado por él, decidido a encajar a las cuatro estrellas en el once titular, incluso cuando eso compromete el equilibrio del equipo. Esta temporada, Rodrygo ha sido titular en 13 partidos de LaLiga y ha salido desde el banquillo en cuatro más, además de tres titularidades y dos suplencias en la Champions League. El miércoles jugó por la derecha, una posición que no le favorece y limita su impacto, pero que es la única disponible, teniendo que compartir ataque con Mbappé, Vinícius y Bellingham.
La segunda mitad de la noche -con el Salzburg completamente derrumbado- fue un recordatorio de por qué Rodrygo nunca tendrá todo el protagonismo para él solo, en el Bernabéu. Mbappé y Vinícius marcaron, este último por partida doble; Mbappé tras un grave error del portero, y Vini con dos definiciones marca de la casa, llegando desde la banda izquierda. Los titulares estarán repartidos, con Rodrygo como un jugador clave, pero no como la gran estrella.
Incluso cuando Rodrygo fue sustituido en el minuto 71 para dar entrada a Endrick, no tuvo un momento de gloria en solitario. Ancelotti decidió retirar a Mbappé al mismo tiempo, y la ovación del Bernabéu se repartió entre ambos. Mientras los dos dejaban el campo, el nombre que coreaban los aficionados era el de Mbappé, no el de Rodrygo.
Después del partido, Vinícius se mostró sorprendido cuando, en la televisión española, le informaron que había sido elegido MVP.
"Tenía la sensación de que no jugué bien en la primera parte", dijo. "Rodry lo merecía".
Rodrygo, por su parte, fue igual de generoso.
"No importa", respondió. "Aquí jugamos para el equipo."
La próxima semana será clave con la visita al Brest, en el último partido de la fase de grupos para el Madrid. La tarjeta amarilla que recibió Vinícius ante el Salzburg lo dejará fuera del viaje a Francia, por lo que Rodrygo ocupará su posición natural en la banda izquierda. Y si su historial en Europa sirve de referencia, se espera que brille.