Damian Priest no tiene problema en admitirlo. Todavía se siente como un niño cuando habla de su trabajo como luchador en la WWE, involucrado en uno de los ángulos más importantes de la compañía rumbo a WrestleMania 37.
Y lo hace con estilo, capturando las primeras planas junto a su compatriota, el artista ganador del Grammy Bad Bunny.
Priest, cuyo nombre de pila es Luis Martínez, nacido en Nueva York y criado en Puerto Rico, tiene pautado competir en una lucha en parejas con el trapero puertorriqueño en WrestleMania 37 contra The Miz y John Morrison, cumpliendo el sueño más grande que debe tener una persona que se avecine a probar su suerte en el mundo de la lucha libre, según el propio luchador.
“Nuestro negocio es WrestleMania. Si no quieres ser parte de WrestleMania, no tienes ningún derecho de estar en este negocio”, dijo Priest recientemente en una entrevista con ESPN. “WrestleMania es todo”.
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Ha sido una travesía larga para Priest llegar a lo más alto de la lucha libre. El espigado luchador comenzó su viaje en el mundo de los deportes de combate en las artes marciales antes de ir tras su sueño de infancia de trabajar en la lucha libre profesional de la WWE.
“Las artes marciales eran mi vida, eran mi futuro. Pero en aquel tiempo no era tan grande, por ejemplo, UFC estaba comenzando. No había futuro en eso. Entonces, ¿qué voy a hacer con mi vida?”, recordó Priest. “Un amigo me dijo,’ oye siempre hablamos de hacer eso de la lucha libre’, pero, ¿cómo? No tenía idea de cómo comenzar”.
“Entonces mi amigo me dijo tenemos que ir a una escuela y entrenar. Fuimos a una escuela en New Jersey y hablé con ellos ahí. Solo vi el ring, y dije ‘aquí está mi dinero’. Lo poco que tenía en ese momento lo regale porque lo importante era ese sueño, y lo tenía frente a mí”.
Edge regresa a WWE con una gran victoria al conseguir su segundo cinturón en Royal Rumble; mientras que Bianca Belair consigue el título en mujeres.
Era el 2003 cuando Priest comenzó a entrenar en la escuela Monster Factory en New Jersey, por donde pasaron luminarias de la lucha libre como Big Show, Sheamus y Raven, entre otros. Un año después, Priest estaría realizando sus primeras luchas, preparando el escenario para un camino que lo llevaría desde New Jersey a trabajar en compañías reconocidas a nivel mundial como Ring of Honor y New Japan Wrestling (mayormente como ‘Punisher Martínez’), antes de alcanzar las ‘grandes ligas’ de la WWE.
“Es como un niño aprendiendo a vivir. Cuando llegue ahí (a ROH, New Japan) era algo mucho más grande. Ahora hay que hacer televisión, trabajar para las cámaras, hay que hablar quizás más que luchar. Muchas otras cosas que nunca había hecho”, relató Priest sobre sus inicios en el negocio. “Tenía los ojos abiertos, velando todo, tratando de aprender y emular a los más grandes, pero a mi forma”.
“La experiencia fue chévere, en especial Japón. Es una de las cosas favoritas que he hecho en mi vida, hacer mi sueño allá”.
Claro está, el sueño de Priest tenía como destino final la WWE, y tras firmar con la compañía a finales de 2018 y pasar los próximos dos años en NXT (donde capturó oro en la forma del North American Championship), el apodado 'Archer of Infamy’ por fin hizo ese sueño realidad en enero de 2021 cuando fue un participante sorpresa en el Royal Rumble.
“Te puedo decir cómo me sentí después, porque en el momento no me recuerdo de nada. Mi mente explotó ahí, porque el momento es increíble. El Royal Rumble es mi evento favorito del año desde que era un niño. Entonces comenzar mi carrera en Raw, en el Rumble, wow”, confesó Priest. “Y entonces eliminar a alguien como Kane, es algo que no puedo explicar. No sé qué hice para llegar a donde estoy”.
Desde entonces, Priest es un regular en Monday Night Raw, compartiendo escena con Bad Bunny - ayudándolo inclusive a ganar el campeonato 24/7 - en una de las historias más destacadas rumbo a WrestleMania 37, que cobra vida en dos noches el sábado 10 de abril y el domingo 11 de abril en el Raymond James Stadium en Tampa, Florida. La lucha involucrando a los puertorriqueños contra Miz y Morrison tiene pautado llevarse a cabo el sábado en la primera noche del evento.
“Ahora sí, ahora es que puedo decir ok, ahora sí llegue. Es todo lo que he querido, donde quería estar. Estoy en las nubes”, afirmó Priest, no sin antes recalcar en lo más que le gusta sobre su trabajo en la WWE.
“Muchos me preguntan ¿qué es lo mejor de trabajar en WWE? ¿La fama? ¿Las luchas? Para mí siempre es lo mismo, las leyendas y las personas con las que forjas una amistad”, confesó Priest. “Yo hablo con Triple H, Shawn Michaels, Edge, a diario, así. Los puedo llamar, enviar un texto. Eso es increíble para mí, algo que todavía no puedo creer. Muchas personas cuando logran este sueño, alcanzan la compañía y se sienten iguales, pero yo no”.
“Shawn me abrazó cuando me vio recientemente. Y en mi mente lo primero que pensé es, ‘¿qué tú haces? Eres Shawn Michaels, que haces abrazándome’. Esa sigue siendo mi parte favorita, la gente que he podido conocer, las amistades que he hecho con las leyendas y las personas que veía por televisión. Es increíble”.
“No sé cómo cambiar eso. No sé cómo dejar esa parte de ser niño y comportarme como adulto ahora que estoy aquí”, enfatizó.
Y de cara al evento más grande del año, y también de su carrera, Priest no escatima al mirar atrás desde aquella vez en el 2003 cuando dio todo el dinero que tenía encima para trabajar en la misión de hacer su sueño realidad.
“Me tomó tiempo llegar y no fue fácil, pero no cambiaría nada. Desde niño el sueño era la WWE, y aprecio mucho todo el tiempo que llevo aquí”.
Héctor Cruz de ESPN Digital colaboró en este reportaje