Lupita Godínez representa a dos países con gusto, pero no fue una decisión voluntaria. Hace 11 años, cuando México era azotado por una ola de violencia, su padre fue víctima de extorsión y amenazas, y tuvo que dejarlo todo para mudar a su familia de Aguascalientes a Vancouver, Canadá en busca de una nueva vida.
“Nos dijeron a mis hermanas y a mí que eran unas vacaciones, que íbamos a Disney, pero llegamos a Vancouver, donde tuvimos que empezar desde cero. Mi papá tenía su negocio en México y acá tuvo que aprender a hacer muchas cosas, desde lavar carros, mientras que encontrábamos la forma de ganarnos la vida”, explicó Godínez, quien pelea por segunda vez en siete días esté sábado en UFC Fight Night (4:30 p.m. ET, ESPN+).
Aunque había practicado el judo de manera formal en México, no fue hasta que comenzó a vivir en Canadá cuando decidió entrar al mundo de las artes marciales mixtas. “Estábamos viendo un evento de UFC y Ronda Rousey era la campeona. Recuerdo haberla visto y decirle a mi novio, eso es lo que quiero hacer. Así que comencé a entrenar jiu-jitsu y de ahí comencé mi carrera en el MMA”.
‘Loopy’ se quedó en Vancouver y comenzó una carrera en la escena local que la llevó a mantenerse invicta hasta convertirse en campeona de LFA el año pasado, una de las promotoras que abren la puerta al UFC.
El llamado llegó pronto para la mexicana y ella respondió con más velocidad aún, con solo dos semanas de aviso para enfrentar a la ex contendiente al cinturón de las 115 libras, Jessica Penne, el 17 de abril. La pelea resultó en una decisión dividida en su contra.
Luego de meses pidiendo una nueva oportunidad - incluso levantó la mano para pelear en 135 libras contra Sarah Alpar con ocho días de anticipación - tuvo que esperar hasta el pasado 9 de octubre para regresar al octágono, cuando se llevó la victoria ante la argentina Silvana Gómez Juárez por sumisión y ganó el bono a performance de la noche.
“En esta pelea dije que me vería mejor que nunca y así pasó. Planifico verme mejor siempre y estoy hambrienta, ya quiero regresar a entrenar”, dijo después de la victoria.
Sin embargo, Godínez no alcanzó a regresar al gimnasio.
Estaba descansando con su familia, 72 horas después de su triunfo, cuando recibió la llamada y una nueva oportunidad: una pelea en 125 libras ante la brasileña Luana Carolina, en reemplazo de Sijara Eubanks, una semana después de ganar su primera pelea en UFC que le permitiría hacer historia en la promotora de MMA más grande del mundo.
De ganar, la mexicana tendría el récord de la era moderna para el tiempo más corto entre victorias; actualmente la marca es de 10 días por Khamzat Chimaev, quien logró la hazaña el año pasado.
Gane o pierda, esa cría de ‘guerrera’ que tanto le gusta al fanático (y a los directivos de UFC) le seguirá abriendo puertas a Lupita de cara a su cita con la historia.