El campeón, aún convaleciente de la triple fractura de su mano izquierda, salió a pista en el primer día de actividad de la cuarta fecha y no ocultó su dolor. Fue 20º en la práctica dominada por Franco Morbidelli.
¿Heroico, arriesgado, innecesario? Tal vez ninguna o quizás todas, cada cual podrá hacer un análisis de la vuelta de Jorge Martín a la pista. La información concisa marca que el campeón del mundo retorno a la competición en el Gran Premio de Qatar, cuarta fecha de MotoGP, y fue 20º en la práctica. Los datos incluirán que fue su estreno como campeón del mundo, porque se ausentó de las tres primeras fechas y su bautismo oficial con Aprilia, marca a la que llegó tras abandonar las huestes de Ducati por no haber sido ascendido a piloto oficial. Ahora bien, el gran tema es cómo se dio la vuelta.
Martín salió a girar en Losail 46 días después de sufrir una triple fractura de su mano izquierda (escafoides, hueso piramidal y radio distal). La lesión se la produjo mientras se entrenaba en supermotard, ejercicio que hizo para probarse de las roturas que acarreaba del primer día de pruebas de pretemporada. El español se perdió las tres primeras carreras, mientras aceleró su rehabilitación lo máximo posible. De entrada, se esperaba su retorno para la carrera de España, quinta cita, anotada para último fin de semana de este mes. Pero lo adelantó a Qatar.
Las imágenes Martín en el primer entrenamiento libre generaban congoja. No podía siquiera sacarse el casco. El guante de la mano derecha se lo tuvo que poner y sacar un asistente, porque no podía hacer fuerza con la izquierda. Cada vez que entraba a boxes, recorría la calle descansando su mano sobre el manillar. El sufrimiento se notaba a la legua. Ángel Charte, el médico de MotoGP que lo habilitó para correr tras el examen del jueves, lo esperaba en el campamento de Aprilia cada vez que ingresaba y se le acercaba a hablar. El campeón, como si nada, solo quería explicarles a los técnicos del equipo cómo era el funcionamiento de la moto.
Charte se acercó en un momento con frío para aplicárselo en su maltrecha muñeca. “No lo necesito, doctor. ¡Tenemos que hablar de cosas técnicas!”, imploraba Martín. El madrileño se mostró muy contento con el tren delantero de su Aprilia y muy inconforme con el trasero. Finalmente, completó 14 giros en el primer ensayo (uno más de los que había acumulado con la moto desde su llegada al equipo). “El objetivo es terminar la carrera, sería bueno que lo lograra. Pero simplemente vivimos el día a día”, dijo Massimo Rivola, el director de la escudería.
Martín fue infiltrado en la muñeca para poder disputar la práctica que otorgó diez boletos para la Q2. El campeón fue 20º y quedó condenado a pasar por Q1. Poco le importa eso, su objetivo era volver a la pista. Tal vez, ni haya Q1 para el español. Habrá que ver cómo amanece después de la exigencia que tuvo esa muñeca.
En otra historia muy diferente anduvo Franco Morbidelli (Ducati del VR46), quien se quedó con el mejor tiempo de la práctica y superó a Pecco Bagnaia, piloto del team oficial de la casa de Borgo Panigale. Para el campeón 2022 y 2023 quedó la enorme satisfacción de que logró vencer por primera vez en pista Marc Márquez (fue tercero). El catalán siempre había quedado delante del turinés, salvo en la carrera larga de Austin, donde el hexacampeón terminó en el piso. Este sábado se disputará la clasificación y la carrera sprint.
