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Yulimar Rojas: ¿La nueva reina del triple salto?

La campeona venezolana Yulimar Rojas no se relajó por la falta de competencia directa en la final de triple salto en los Juegos Panamericanos de Lima 2019.

Cuando tras quedar fuera del podio de salto de longitud el entrenador de Caterine Ibargüen confirmó que la colombiana ponía rumbo a su país lesionada y que se retiraba del triple salto, Yulimar --amiga y admiradora de la actual campeona olímpica de la modalidad-- seguramente pensó que su camino al oro en estos Juegos de Lima se allanaba bastante, pero también que no poder enfrentarse a la colombiana rebajaría la repercusión de cualquier logro que pudiera cosechar en los Panamericanos.

Las dos atletas han monopolizado los grandes eventos del atletismo en los últimos años. Ibargüen se colgó el oro en Río, mientras que Rojas se proclamó campeona del mundo un año después en Londres. En ambas ocasiones, la que no ganó el oro en este enfrentamiento personal se llevó la plata.

Por eso, el triple salto en los Juegos Panamericanos era uno de los momentos más esperados por los aficionados en Lima. Junto a la posibilidad de ver a Shelly-Ann Fraser y Elaine Thompson competir por el oro en los 100 metros, el duelo entre la colombiana y la venezolana era el otro gran reclamo de la organización de Lima 2019, pues se podía empezar a definir el posible relevo generacional en lo más alto del triple salto.

Pero en un extraño giro del destino, Jamaica decidió no enfrentar a sus dos corredoras estrella en los 100 metros --Fraser compitió, y ganó, los 200-- y tras la lesión de Ibargüen tampoco pudimos disfrutar de su esperado cara a cara con Rojas.

"Espero que Caterine se recupere. Hizo falta aquí en la prueba, pero estoy segura que pronto nos veremos en alguna otra competición", declaró Yulimar Rojas a ESPN nada más ganar el oro en triple salto.

En la Villa Deportiva Nacional de Lima, la venezolana no se limitó a intentar ganar la prueba. Sin Ibargüen para presionarle, Rojas debía tener bastante claro que sería difícil que alguien le arrebatara la medalla dorada, pero eso no la privó de salir con todo a la pista. En su primer salto llegó a los 14.90 metros, a sólo dos centímetros del récord Panamericano --marcado, justamente, por su amiga colombiana en la edición de 2011 de los Juegos, en Guadalajara.

"Tras ese primer salto sabía que hoy podía ser un buen día para volver a saltar por encima de 15 metros. Lo estuve buscando toda la competencia y cuando salió me emocioné mucho", explicó la venezolana. "Sabía que si lograba superar los 15 podía conseguir el oro y así fue. Estoy muy feliz".

Yulimar Rojas consiguió la estratosférica marca de 15.11 en su cuarto intento, pulverizando así el récord previo de los Juegos que ostentó Ibargüen durante ocho años. La jamaicana Shanieka Ricketts y la cubana Liadagmis Povea conquistaron la plata y el bronce, respectivamente.

Tras su participación y la confirmación del récord, la atleta venezolana estaba feliz, pero dejó claro que sólo piensa en lograr volar más lejos.

"Creo que esto no queda aquí. Puedo dar más todavía y para eso voy a seguir trabajando", sentenció Rojas.

Todo apunta a Tokyo 2020

La campeona mundial, nacida en Caracas, Venezuela, aunque criada en la ciudad costera de Puerto La Cruz, tiene apenas 23 años y toda su carrera por delante. Sus condiciones físicas --mide 1.92, 11 centímetros más que Ibargüen, por ejemplo-- y la progresión que ha tenido desde que dio el paso al atletismo profesional le augura un futuro más que brillante. Entrena con el otrora estelarísimo saltador cubano Iván Pedroso, quien en su función de entrenador la ha convertido en una atleta si cabe más efectiva sobre el tartán. Por eso no es descabellado que pueda convertirse en la nueva monarca del triple salto, digna heredera de Ibargüen.

El hecho de no haber saltado contra la colombiana es quizás el único motivo por el cual hoy los medios de todo el mundo no están rindiéndose a la venezolana como la nueva reina de su modalidad. Aunque su marca fue impresionante, el hecho de realizarla en los Panamericanos y sin la presión añadida de competir directamente con una atleta del calibre de su idolatrada Caterine irremediablemente nos emplaza a una cita próxima, donde Yulimar pueda luchar con todas las de la ley por convertirse en la nueva dama de oro de la modalidad.

Su nivel es tan abrumador que hasta Ibargüen y su equipo no dudan en reparar en elogios hacia ella por sus magníficas condiciones.

"Yulimar tiene una talento increíble y está progresando mucho. Caterine le tiene mucho cariño y quería competir frente a frente con ella aquí en Lima, pero ese duelo tendrá que esperar", expresó Ubaldo Duany, entrenador de la campeona olímpica, después de confirmar su lesión tras el salto de longitud.

Con la participación de Ibargüen en la Diamond League y en el venidero Mundial de Catar en el aire por los problemas que le está acarreando esa tormentosa fascitis plantar, no cabe duda que toda la atención de ambas atletas se pondrá en lograr llegar de la mejor manera posible a Tokio 2020.

En Río 2016, Caterine tiró de la experiencia y la veteranía que, en ese momento, le brindaban sus 32 años para llevarse el oro de la modalidad. En Londres 2012 había conseguido la plata detrás de la kazaja Olga Rypakova --precisamente quien completaría el podio en Río con el bronce, tras la colombiana y la venezolana-- y cuatro años después logró hacer valer esa experiencia para batir a Rojas con una impresionante marca de 15.17 metros.

Yulimar Rojas ha ganado muchísima experiencia de entonces, estando a la puertas de cerrar un 2019 espectacular. La venezolana llegaba a los Panamericanos con cuatro de las mejores seis marcas del año y habiéndose colgado el oro en el Mundial de pista cubierta en Birmingham en marzo pasado.

Su victoria en los Panamericanos no hace más que solidificar su candidatura como próxima reina del triple salto femenino, algo que la venezolana sueña con confirmar ante los ojos de todo el mundo en Tokio el verano que viene.

"Esta medalla no es más que una muestra de todo el sacrificio que vengo haciendo. Creo que es un preámbulo de lo que puede ser mi actuación en los Juegos Olímpicos el año que viene. Llevo mucho tiempo soñando con que llegue ese momento en el que pueda volver a luchar por el oro olímpico", declaró emocionada Yulimar en Lima. "Ojalá se me dé".