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Marcelo Méndez: entre la espina clavada y la satisfacción por la superación colectiva y el camino recorrido

No se refugia en frases hechas ni se esconde detrás de alguna excusa simplona: trata de encontrar las razones, desgrana detalles estadísticos y expresa ese péndulo de sensaciones que parecen lógicas después de lo ocurrido. Marcelo Méndez tuvo, el pasado domingo, la segunda chance de convertirse en el único entrenador argentino en haber ganado la Champions League europea de vóleibol. Sin embargo, su equipo, Jastrzebski Wegiel de Polonia, cayó sin atenuantes frente al Itas Trentino de Italia: 0-3 inapelable.

Inclusive en la derrota –con ese dolor de no haber dado la talla en el partido más importante de la máxima competencia europea: su equipo “se quedó sin nafta”-, el técnico se muestra relajado y profundiza sobre detalles. Aunque son números y argumentos que quizás le duelen, expone estadísticas y razones. “No pudimos expresarnos en cancha como nos expresamos durante todo el año. En eso me queda una espina una espina clavada: por el nivel de juego en la Súper Final”, dice Méndez durante la videollamada con ESPN.

“Pero también está la satisfacción de haber llegado a la definición de la Champions dos años seguidos. Y haber ganado la Plus Liga de Polonia en esas dos temporadas. Semejante campaña no es para cualquiera”, subraya con una sonrisa mientras cuenta las horas para volver a Argentina: le reprogramaron su vuelo y recién arribará el viernes 10, para tomar el timón del barco de la Selección ese mismo día.

“A los jugadores les transmití eso: la alegría por el camino recorrido”, agrega. Y detalla la historia de superación, del salto de obstáculos y de haber revalidado el título en el torneo polaco a pesar, según su visión, de no ser los máximos candidatos a ganar la Plus Liga.

–Se desprende, claramente, la satisfacción por el recorrido pero también desazón por el cierre, con un partido de Champions en el que estuvieron lejos de un buen nivel. ¿Qué pasó el domingo? ¿Cómo se viven los días posteriores?

–Uf, son varias las sensaciones. Una, claro, es de tristeza. No pudimos jugar al nivel que veníamos jugando. Y digo eso sin quitarle méritos al rival, que jugó muy bien, y que quizás nos ganaba de todos modos si nosotros jugábamos tal como veníamos haciéndolo. Creo que hicimos todo el gasto en los playoffs de la Plus Liga polaca y no llegamos bien a la Súper Final de la Champions en Turquía.

–Igualmente, la campaña en la Champions y el bicampeonato polaco invitaban a soñar con el título.

–Peleamos siempre al máximo, inclusive contra equipos muy poderosos de Europa, con grandes estrellas, como Piacenza de Italia en cuartos de final y Ziraat de Turquía en semifinales. Y en los playoffs de la Plus Liga el equipo mostró carácter. También quiero quedarme con todas esas cosas positivas.

–Volvamos al partido del domingo. ¿Qué explicación le encuentra a semejante disparidad?

–Trentino jugó muy bien y pudo juntar el equipo nuevamente después de casi dos meses de lesiones y problemas. Antes de todos esos contratiempos, eran el mejor equipo europeo, el que mejor jugaba al vóley: arrasaban en la Súper Liga de Italia y estaban arrasando en Europa. Es un equipo con muy bajo margen de error, que además juega muy bien al vóley y tiene figuras de selección. Y creo que nosotros gastamos toda la energía en las semifinales y las finales de la Plus Liga. No es que no quisimos. Pusimos lo mejor que teníamos. Pero no alcanzó. También es lógico: jugamos 52 partidos en la temporada.

–¿52 partidos en total?

–Sí, 52 entre todas las competencias: un juego cada 3,8 días. Y teníamos siete jugadores, sin tanto recambio durante el año. Eso también influyó.

–¿Lo sorprendió algo de Trentino?¿O fue simplemente que el rival se encontró con ese nivel arrasador del que ya habló?

–Jugaron de nuevo a gran nivel, pero no hicieron nada distinto. Hicieron cosas muy bien, con un muy bajo nivel de error. Y sacaron fruto de eso, ya que nosotros no estábamos al máximo. Además, tienen a un jugador estrella como Alessandro Michieletto, que hizo una gran diferencia. Y volvió el armador, Riccardo Sbertoli, quien también jugó muy bien el domingo.

–En ese escenario adverso, y con su equipo sin energía plena, ¿cómo buscó revertir la tendencia negativa? ¿Qué detalles tácticos intentó modificar? ¿Encaró de otro modo los tiempos muertos?

–Intenté con las cosas tácticas que se puede intentar. Cambié las rotaciones para tratar de modificar con qué jugadores se enfrentaba cada uno. Traté de que nuestro mejor jugador estuviera más tiempo en la red para obtener más puntos. Y claro, hablé y traté de motivarlos. Pero no alcanzó, no alcanzó. Quizás en los arranques de set estábamos de igual a igual, pero en los momentos decisivos nos sacaban una diferencia que después no podíamos alcanzar.

–En lo táctico, ¿qué funcionó según el plan inicial y qué falló?

–Tácticamente tratamos de respetar lo que habíamos planeado. No fue nuestro bloqueo-defensa-saque el problema, sino que no tuvimos lucidez en ataque. Pagamos caro esa falta de lucidez para atacar cuando la bola llega perfecta. Por ejemplo, tuvimos mejor recepción. Pero con pelotas perfectas por lo general hacemos punto y rotamos entre el 65 y el 67 por ciento de las veces. Y el domingo en la final estuvimos en 46 o 47 por ciento. En esas pelotas perfectas, ellos funcionaron mejor que nosotros, pero con un porcentaje que no es superlativo: 54 por ciento. En bolas separadas y altas, Trentino también fue un poquito mejor, pero no hubo tanta diferencia. La diferencia fue que no tuvimos la lucidez para hacer algo que solemos hacer muy bien.

–Julio Velasco, Axel Mondi y Raúl Lozano fueron los otros tres entrenadores argentinos que pudieron haber ganado la Champions. En sus comienzos, ¿trabajó con alguno de ellos? ¿Tiene algún contacto en la actualidad?

–No trabajé con ninguno. A Julio lo encontré en las finales de la Champions y charlamos un poco. Tengo contacto normal, de entrenador a entrenador, al igual que con Raúl Lozano. Con Axel Mondi tengo una amistad, porque nos conocemos desde hace mucho tiempo. En 1989, durante algunos meses fue mi entrenador en River, entre mi vuelta a casa desde Italia y mi regreso al torneo italiano poco después. Tengo lindos recuerdos de esa época. Después nos encontramos muchas veces en España. Y en 2017 o 2018 viajé nuevamente hacia allá y me alojó cuatro o cincos días en su casa, así que la pasamos muy bien.

El mensaje final, el “bis” y la mira en el futuro

–¿Cuál fue el mensaje final hacia sus jugadores?

–Les dije que seguramente estamos todos tristes por el resultado de la Champions, y porque no pudimos expresarnos en el juego, pero que éste fu un año de superación, un año de lucha. Pasamos por muchas lesiones y por muchos problemas, y siempre dimos batalla. En Champions perdimos el primer partido de cuartos de final contra Piacenza y volvimos a casa y les ganamos 3-0. En semifinales de la Plus Liga ganamos 3-2, con mucho sufrimiento, el primer partido contra Asseco Resovia. En el segundo juego estábamos 1-2 y 15-21 abajo en el cuarto set. Y lo ganamos 29-27 y después 15-13 el tie-break. Para mí, la de esta temporada fue una historia de superación, una historia de carácter del equipo.

–Ese carácter y la jerarquía de sus jugadores les permitieron ganar la Plus Liga, un torneo híper competitivo, por segundo año consecutivo.

–Claro, el equipo mostró carácter y diría que no era el principal candidato al título. La Plus Liga es muy, muy difícil, y hubo equipos que se reforzaron muchísimo. De la temporada pasada a ésta, nosotros perdimos jugadores, porque se fueron varios del plantel de 2022/23. Entonces, es una historia de superación: de un equipo que pudo salir de los momentos difíciles y decisivos. Ese partido con Resovia es la muestra. ¡Hay que seguir jugando y creérsela cuando uno está abajo 1-2 y 15-21! Este bicampeonato fue muy importante.

–Usted renovó por otra temporada y tendrá a uno de sus jugadores de Selección: Luciano Vicentin. Por un lado, ¿qué espera de él? Por otro, ¿intentó fichar algún otro argentino?

–Sí, viene “Luchi” Vicentin y se incorpora a un equipo competitivo, que viene de ser bicampeón. Va a tener que luchar por un lugar para poder jugar. Tendrá, en su puesto, a otros jugadores de excelente nivel. “Luchi” tiene mucho futuro y todas las características para ser un buen jugador. Esperemos que termine de pegar el salto en la Selección y ahora en el club que dirijo. Ojalá se dé. Y sí, fichamos a otro argentino. Pero todavía no es momento de anunciarlo.

(*) Este jueves 9 de mayo, ESPN publicará la segunda parte de la entrevista, en la cual Méndez hace foco exclusivamente en la Selección Argentina