Quebec-- En la provincia más grande de Canadá se lleva a cabo una corrida solidaria, la Maratón de Quebec.
Así como toda maratón tiene su encanto y atracción, la de Quebec no es la excepción. Denis Therrien, presidente de la organización, se inspiró en el recorrido que ya existía en la ciudad para entrenar cuando, en 1996, corría con algunos amigos y se preguntaban por qué no había una maratón en su ciudad. Y así fue como en 1998 se inauguró la primera edición de este pintoresco circuito.
Su recorrido va por ambas costaneras del Río Saint Laurent, el cual divide el centro de la ciudad con su cauce, siendo el transbordador y los puentes de Quebec y Pierre Laporte quienes conectan ambas orillas del río. La largada es en Lévis y la llegada en la antigua fábrica de Quebec. El circuito, asimismo, pasa por el Castillo Frontenac, el hotel más fotografiado del mundo.
Therrien afirma que hay tres razones fundamentales para participar de esta maratón: la primera, Quebec en sí misma, ya que, al ser la ciudad más europeizada de América del Norte, se puede respirar en sus calles la idiosincrasia de sus habitantes. En segundo lugar, la importancia de la organización con respecto al voluntariado y al planeamiento, cuestiones que invitan al corredor a sentir algo diferente a todo lo haya vivido antes. Por último, el compromiso que toma la organización y sus participantes con causas importantes que ayudan a generar conciencia. Porque, además los proyectos personales, cada runner cruza la meta para crear conciencia de que, con el esfuerzo de todos, se pueden superar los más grandes obstáculos que se interponen en la vida.
En la edición de 2011, la Maratón de Quebec se comprometió profundamente con la Fundación Leucan, que ayuda a los chicos con cáncer, ofreciendo una serie de servicios para las familias de sus pacientes. La gente que acudió a la maratón tenía la posibilidad de ingresar a la página para donar dinero o también podía hacerlo en la Expo de la maratón. Además, se les ofrecía la posibilidad de afeitarse la cabeza con el fin de hacer empatía con los niños. A esta experiencia se sometió el mismo Therrien.