La nueva realidad del deporte mundial viene determinada principalmente por las ganancias que se pueden generar y eso ha convertido la relación patrocinador-liga/ente deportivo/atleta en algo muy complejo. En ese matrimonio por dinero lo que haga una de las partes puede significar un divorcio traumático. ¿Sucederá eso con FIFA luego de este escándalo de corrupción?

Primero repasemos algunos casos previos. Lance Armstrong era un máquina de hacer dólares antes que confesara el uso de sustancias prohibidas y le eliminaran sus logros deportivos. Desde ese momento, el hasta hace poco considerado uno de los mejores ciclista de todos los tiempos, ha sido colocado en una sala de castigo comercial que incluso se llevó por delante a su fundación. Se calcula que Armstrong dejó de percibir unos $150 millones de dólares por mercadeo luego de su aparición en el programa de Oprah Winfrey donde explicó la realidad de su carrera.

Tiger Woods era el atleta con más ingresos por patrocinios en el mundo, en un momento llegó a generar más de $100 millones anuales por esa vía. Luego de problemas en su relación marital, el golfista ha visto reducir ese dinero a niveles muchos más bajos. Es cierto que Woods no ha sido el mismo golfista dominante pero aún si lo fuera es muy posible que muchas empresas prefirieran simplemente apartarse de él o bajar el perfil e inversión tal como lo hizo Nike.

La NFL pasó mucho tiempo ignorando el problema de violencia de género hasta que un grupo importante de patrocinadores , incluyendo Anheuser-Busch, comenzó a presionar para que se hiciera algo al respecto. La NFL no tuvo otra alternativa que escucharlos y reaccionar, no para hacer lo correcto sino para evitar la pérdida de ingresos clave.

Ahora le toca a FIFA manejar esa presión. Ya Adidas, Visa y Coca-Cola publicaron comunicados amenazando con eliminar el patrocinio a menos que se tome en serio y solucionen los problemas relacionados con la construcción de estadios en Catar y el uso de inmigrantes sin las debidas medidas de seguridad industrial, algo que ha generado una cantidad de muertos sin precedentes en ese tipo de actividad.

Como era de esperarse, luego del anuncio del arresto de varias personas relacionadas con FIFA por distintos cargos de corrupción, las redes sociales explotaron pidiendo a las distintas compañías que invierten dinero en eventos organizados por ese ente deportivo a tomar una posición firme al respecto y hasta cortar esa relación comercial.

Y es que todo funciona de una manera curiosa. Las ligas ya no escuchan a los fanáticos sino a las empresas que invierten dinero en patrocinios. Pero las empresas que invierten dinero en patrocinio si escuchan a quienes consumen sus productos y reaccionan con el fin de proteger su brand e imagen comercial. Así es como al final los fanáticos si terminan influenciado las distintas ligas profesionales o entes deportivos como FIFA, no directamente sino a través de los patrocinadores.

¿Cambiará FIFA como lo hizo la NFL? ¿Se irán los patrocinadores como con Armstrong o Woods? Es muy temprano para incluso hacer un pronóstico pero el Mundial de futbol es un evento deportivo demasiado atractivo e importante y eso hace que mucha de esa presión vista en estos días simplemente termine perdiendo fuerza cuando todo pase a un segundo plano. Hay intereses y relaciones comerciales que vienen desde hace mucho tiempo y que de alguna manera hasta han participado en todos esos actos de corrupción, como supuestamente Nike. Al final, es de los casos más complejos en ese sentido que solo el tiempo resolverá.

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La contratación de Dan Jennings, quien era gerente de los Miami Marlins, como nuevo manager, en sustitución de Mike Redmond, levantó un debate curioso e interesante sobre la evolución de ese cargo.

La corriente tradicionalista se sintió hasta ofendida con esa decisión al seguir aferrada a la figura de estrategas estilo Joe Torre o Jim Leyland. Nuevas generaciones no se sorprendieron mucho al ver ese puesto como un eslabón más en la cadena gerencial.

Aquí algunos puntos importantes sobre este tema.

Si hay una posición que ha absorbido importantes cambios en su definición y función en los últimos años es la del manager. Casi sin darnos cuenta, hemos saltado de un cargo todopoderoso a uno absolutamente limitado y controlado por la gerencia del equipo. La metamorfosis es la consecuencia lógica de unas Grandes Ligas cada día más complejas por asuntos contractuales y sofisticada en sus análisis estadísticos.

Pero no nos engañemos, este salto no ha sido drástico. Ya son visibles varias pistas que nos ayudan a demostrar la 'intromisión' de la gerencia en la labor del managers. Aquí algunas de ellas:

• Ajustes o formaciones defensivas especiales: ese tipo de estrategia siempre ha existido en el beisbol pero la frecuencia con la que se le utiliza actualmente es producto de una decisión gerencial. Realmente poco importa si el manager está o no de acuerdo con la decisión, al final igual debe ponerla en práctica.

• Inflexibilidad en el roster: la cantidad de peloteros en el roster activo ha cambiado muy poco en los últimos 50 años pero hoy en día las distintas realidades contractuales prácticamente terminan amarrando las manos del manager y anulando su poder de decisión. Todo equipo está conformado por jugadores que no tiene más opciones, agentes libres firmados por cifras millonarias, novatos que rinden pero si pueden ser enviado a las menores y prospectos en los cuales las organizaciones han invertido mucho tiempo y dinero. Antes era mucho más fácil modificar el roster y adaptarlo con el paso de la temporada, pero eso ya no es así.

• Lanzadores: Las distintas lesiones que ahora caracterizan las carreras de los lanzadores han llevado a las gerencias a tomar ciertas decisiones con el fin de proteger a uno de sus más valiosos activos. Una de esas estrategias es limitar la actividad de los serpentineros y cada manager recibe instrucciones sobre lanzamientos por juego y total de innings permisibles durante la temporada. De hecho, ya hemos visto el despido de dirigentes por no apegarse a esos lineamientos.

• Policía/psiquiatra: Las nuevas gerencias exigen control del 'clubhouse' como parte de las funciones del manager. Ya sea convirtiéndose en policía o poniéndose la bata de psiquiatra el estratega debe cumplir con esa labor y cuando no lo hace paga con su cargo aun más rápido que si se le ocurre mandar un toque de sacrificio con dos outs.

• Sabermetría: Muchas de las conversaciones antes y después de los juegos entre el manager y la gerencia del equipo se centra en análisis estadísticos. Los lineups y posible rol de abridores y relevistas están plenamente analizados y estudiados antes del primer lanzamiento. El dirigente tiene instrucciones y en algunos casos cuenta con la flexibilidad de hacer ajustes pero el guión no lo escribe él.

• Relacionista con los medios de comunicación: el manager debe poder representar a la organización en los distintos contactos que tiene con los medios de comunicación durante la temporada. Es básicamente obligatorio dar una rueda de prensa antes y después del juego, además de participar en variados programas radiales y de televisión. Muchos managers no les gusta este rol pero igual no pueden evadirlo.

En fin, olvídense que el manager hace lo que quiere. Eso fue así hace mucho tiempo pero ahora la realidad es otra.

Las nuevas gerencias consideran que los candidatos acostumbrados a llevar el liderazgo del equipo y actuar casi de manera independiente, como Dusty Baker por mencionar uno, son poco atractivos en el nuevo perfil del cargo. Ahora lo que interesa es la apreciación de los distintos aspectos ya mencionados y para ello es preferible nombrar a una persona que esté dispuesta a servir de ese enlace entre los cargos gerenciales y el terreno de juego. Por eso no debe sorprender la contratación de dirigentes sin experiencia alguna en el cargo, no es solo Dan Jennings sino Kevin Cash, Brad Ausmus, Mike Matheny, Robin Ventura, Craig Counsell, Walt Weiss y A.J. Hinch.

En este panorama cambiado es importante tocar el tema de la ausencia de managers latinos y una de las razones principales es el poco interés que existe en algunos de los que, en teoría, serían buenos candidatos a la hora de adaptarse a la nueva realidad. Hay coaches latinoamericanos que cuando uno le habla de sabermetría te voltean los ojos. Igual sucede cuando uno toca temas contractuales o relacionados con el Convenio Laboral de MLB y la MLBPA. Otros ni les interesa conversar con la prensa a pesar que pudiera ser una tremenda experiencia para ellos y una manera de prepararse para el cargo de manager.

En fin, hay muchas personas que siguen pensando que el dominar la parte técnica del juego es suficiente mérito como para ser nombrado dirigente de un equipo de Grandes Ligas y eso simplemente no es así.

Las nuevas generaciones de coaches latinos que esperan llegar a la cima de sus carreras deben poder dominar todos los aspectos del juego, no solo lo que ocurre en el terreno. Desde mercadeo, relación con los medios de comunicación, análisis estadísticos, contratos y convenios laborales, historia del juego y hasta psiquiatría. Cuando eso suceda posiblemente veamos una mayor presencia latina en los altos mandos pero mientras sigamos pensando como hace 20 años no pasará nada y las organizaciones seguirán viendo a ese talento como una ayuda técnica más.

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Barry Bonds presentará un proceso de reclamo en contra de MLB alegando la existencia de una conspiración entre los gerentes generales de los equipos que impidió su contratación luego de la temporada del 2007. Vamos a explicar brevemente en que consiste su caso.

Una conspiración (collusion en inglés) es un pacto entre dos o mas personas en perjuicio de un tercero. El Convenio Laboral entre las Grandes Ligas y la Asociación de Jugadores (MLBPA por sus siglas en inglés), tiene una cláusula incorporada en 1968 que impide que dos o más equipos se pongan de acuerdo para evitar la contratación de un pelotero. De hecho, el mismo documento prohíbe que dos o más jugadores confabulen para negociar o firmar en grupo.

Barry Bonds
Jonathan Ferrey/Getty ImagesBonds alega que hubo conspiración en su contra para no recibir contrato con algún equipo luego de la temporada 2007.
A pesar de la existencia de esa cláusula son varios los casos de conspiraciones en la historia de MLB. En las temporadas de 1985, 1986 y 1987, bajo instrucciones del comisionado Peter Ueberroth, los gerentes realizaron un pacto de caballeros para darle freno a la escalada de sueldos producto de la firma de agentes libres. La MLBPA demandó en cada uno de esos años y al final logró que los dueños de equipos le pagaran $280 millones de dólares en compensación para ser distribuidos entre los jugadores afectados. Recuerdo que Antonio Armas fue uno de los beneficiados.

Pero las conspiraciones de 1985, 1986 y 1987 fueron bastante fáciles de demostrar ya que Ueberroth nunca ocultó su intención ni su mensaje a los dueños de equipos, a quienes incluso llamó bobos por firmar contratos tan grandes a largo plazo.

Ahora regresemos a Bonds. Luego de romper la marca de jonrones de Hank Aaron, de enfrentar distintos ataques por consumo de esteroides, dentro y fuera de tribunales, y la publicación del Informe Mitchell, el rey de los cuadrangulares se quedó sin trabajo a pesar de venir de una temporada aceptable y encontrarse en buena condición física. Ningún equipo firmó al toletero, a pesar que su agente solo pedía el sueldo mínimo como compensación. La MLBPA amenazó en 2008 con presentar un proceso de reclamo por conspiración pero no lo hizo.

Pero Bonds ahora anunció que si pedirá a la MLBPA la presentación del reclamo por conspiración, y en ese sentido debe demostrar la existencia de un plan entre los dueños de equipos que impidió su contratación. Eso no es fácil ya que la misma personalidad y comportamiento de Bonds en sus últimas temporadas, independientemente de sus números, parecen ser sus peores enemigos.

Si un pelotero puede ayudar en el terreno de juego, muchos equipos suelen olvidar sus pecados fuera del campo. Eso ha sido así en toda la historia del juego.

Pero Bonds es un caso extremo. Son muchos los relatos de gerentes, fanáticos y hasta compañeros de equipo que hablan de una personalidad compleja, problemática, egocentrista y difícil en todo sentido. Todo eso entra en las consideraciones para contratar a un jugador y si a eso le agregamos su edad entonces existen buenos argumentos a favor de los equipos.

No estoy diciendo que no pueda ganar su caso, pero sí quiero resaltar que cualquier gerente en 2008, al tomar la decisión de contratar o no a Barry Bonds, podía llegar a la conclusión que no era una buena idea para el ambiente de su equipo.

Es muy probable que esa reflexión haya sido la misma en más de un gerente de la época y eso no es una conspiración. Para que exista una conspiración tiene que demostrarse un plan orquestado, con pruebas. No una sola coincidencia de criterios gerenciales.

Por ejemplo, nadie ha firmado a Rafael Soriano. ¿Existe una conspiración en su caso? No lo creo, y lo que hay ahí es una demanda muy exigente de su agente que los equipos consideran desproporcionada. Igualmente, los gerentes no están obligados a firmar a un jugador que asumen será una distracción difícil de manejar por mejores números que tenga.

Ya veremos que pasa, pero definitivamente este caso podría estar la mar de interesante.

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Ahora que Alex Rodríguez ha logrado igualar a Willie Mays en la lista histórica de jonroneros en MLB, al conectar su bambinazo No. 660 en su carrera, dará inicio una pelea que probablemente nos de muchos titulares en las siguientes semanas.

Mucho se ha escrito sobre la cláusula que contiene el contrato de A-Rod, que especifica que se le deben pagar bonos por 6 millones de dólares en caso de alcanzar marcas históricas de cuadrangulares como la que acaba de lograr. El objetivo de esta columna es explicar algunos conceptos principales que rodean esa particular cláusula.

Bonos por rendimiento: Este es el tema donde noto mayor confusión en los análisis que he leído. Los pagos de 6 millones de dólares no son por llegar al jonrón 660, 714, 755 o 762 sino por el impacto comercial que eso conlleva. El convenio laboral entre MLB y la Asociación de Jugadores de Grandes Ligas (MLBPA, por sus siglas en inglés) prohíbe los bonos por rendimiento. A la MLBPA nunca le ha gustado ese concepto ya que diluiría el valor de los contratos garantizados. Es decir, si se aceptaran bonos por rendimiento todos los contratos serían una base garantizada y el resto en incentivos. Sí está permitido incluir pagos adicionales por estadísticas relacionadas con la salud del jugador como innings lanzados, apariciones al bate o juegos cerrados. Igualmente se acepta dar una cantidad de dinero si el pelotero gana premios como el JMV, Guante de Oro, Bate de Plata, etc.

Ahora bien, y tal como lo ha indicado con mucha razón nuestro compañero Enrique Rojas, si se nota cierta flexibilidad por parte de la MLBPA a la hora de aprobar ese tipo de cláusulas. De hecho, el contrato de Albert Pujols incluye un bono de 3 millones de dólares cuando conecte su hit 3,000, algo que se supone está prohibido. Ya la MLBPA indicó en el 2012 que no aprobará más esos premios por marcas históricas.

Pero vamos a ponernos un poco técnicos para quienes les gusta el tema. El Convenio Laboral MLB-MLBPA incorpora aspectos de otro documento clave llamado las Reglas de las Grandes Ligas. Uno de esos casos es el punto 3(b)(4) que indica lo siguiente:

"Ningún contrato de grandesligas o de ligas menores debe ser aprobado si incluye bonos por habilidades a la hora de jugar, batear o lanzar o si están vinculados al puesto en la tabla de posiciones del equipo al final de la temporada."

Como habilidades a la hora de jugar, batear o lanzar se ha interpretado todo lo que tenga que ver con marcas personales como jonrones conectados, juegos ganados, etc. De allí que contratos como los de Albert Pujols o Alex Rodríguez, con el disfraz del impacto comercial, son únicos en ese sentido.

Texto de la cláusula de A-Rod: Básicamente esta es la clave de todo el problema. Como sabemos que ese tipo de cláusula está prohibida, tanto los Yankees como el agente de Alex Rodríguez tuvieron que redactarla de una manera aceptable para MLB y la MLBPA. Desde el inicio se filtró la vinculación entre una declaración de marcas históricas o hitos ('milestone' en inglés) y el impacto comercial que eso genera. De tener el texto completo este ejercicio sería fácil, pero al no tenerlo se complica todo.

Yo asumo dos cosas: (1) que MLB no vio conflicto entre ese pago y la regla 3(b)(4); y, (2) que la MLBPA revisó la redacción para evitar que los Yankees pudieran controlar de manera absoluta la puesta en práctica de la misma o, de lo contrario, sería como no tenerla. Apartando eso, todos estamos haciendo análisis a ciegas.

Posición de los Yankees: No tenemos la cláusula del contrato pero sí conocemos el argumento de los Yankees de no considerar al jonrón 660 como hito, para efectos de los bonos, al no poder sacarle provecho comercial a unos números manchados por el uso de esteroides. Si esa es su posición oficial me parece que están en serios problemas al ser un argumento menos debatible.

Primero, el jonrón 660 tiene una importancia histórica independientemente si los Yankees lo consideran o no. Ignorar ese logro para evitar pagar unos bonos es también menospreciar a Willie Mays y parte de la historia del juego. Esa actitud es, en si, digno de ser reprochada por el Comisionado de las Grandes Ligas.

Segundo, la cláusula se incorporó en el contrato en el 2007, justo el año en que Barry Bond rompió la marca de Hank Aaron. Los Gigantes de San Francisco, a diferencia de los Yankees, le sacaron todo el provecho económico posible a ese evento, incluso bajo la lluvia despiadada de los medios sobre el uso de sustancias para mejorar el rendimiento y BALCO.

Tercero, Alex Rodríguez no era un santo en el 2007. Las pruebas anónimas del 2002 para determinar si MLB necesitaba una política antidopaje incluyeron entre los positivos el nombre de ARod y eso no era un secreto para los Yankees. En 2007, de acuerdo con el libro Bloodsport, Rodríguez usó testosterona aprobada por MLB. En ese mismo año, José Canseco acusó abiertamente al tercera base de los Yankees y poco tiempo más tarde el mismo Alex confesó el uso de esteroides mientras estaba con Texas.

Adicionalmente, en el 2007 se publicó el informe Mitchell sobre el uso de sustancias para mejorar el rendimiento en las Grandes Ligas. Una de sus conclusiones, a pesar que Selig nunca se refirió abiertamente a esa parte, es que tanto los jugadores tramposos como los equipos que decidieron ignorar voluntariamente el problema eran culpables. Es decir, una sociedad de cómplices.

Para cerrar, MLB nunca ha asumido una posición oficial en relación a los números de la era de los esteroides ni la política antidopaje dice nada al respecto. El Comité Olímpico Internacional sí elimina marcas y quita medallas en caso que el atleta salga positivo. Entonces no estamos hablando de estadísticas sucias o limpias, para MLB todas son iguales, sino de la percepción pública de las mismas y su valor comercial. Honestamente no creo que un árbitro independiente pueda decidir sobre ese tema en sustitución del silencio que ha mantenido MLB.

Todo contrato tiene riesgos. Una de las funciones de los abogados de los Yankees era analizar esos riesgos y minimizarlos. El solo hecho de aceptar ese tipo de cláusula fue riesgoso en 2007 más con los antecedentes de Alex Rodríguez. Decir ahora que fueron engañados no es un buen argumento, eso sería alegar su propia torpeza. Quizás la manera como está redactada la cláusula los protege y en ese punto les doy el beneficio de la duda.

Posición de A-Rod: el toletero solo ha confirmado la existencia de la cláusula pero no ha dado más detalles. Posiblemente esté siguiendo instrucciones de la MLBPA, ahora su principal amigo, o tenga miedo de caer en la misma guerra de meses anteriores. Es curioso tanto silencio, si la cláusula es clara una simple filtración del documento terminaría de enterrar los argumentos de los Yankees, por lo que debo asumir cierta ambigüedad en el texto. Ya veremos qué pasa pero al menos ARod ha mantenido un bajo perfil en este caso y eso lo ha ayudado un poco.

¿Qué dice el tarot?: Como el texto de la cláusula nunca ha sido revelado resulta muy difícil predecir quién tendrá la razón. A diferencia de pasados intentos de anulación de los contratos de Josh Hamilton o del mismo Alex Rodríguez, estrategias sin base ya comentadas en otros blogs, aquí nos encontramos con una bonificación muy extraña que no veremos más en las grandesligas. En este caso, el texto es determinante al no haber precedentes o bonos similares que nos puedan ayudar. Posiblemente cuando la MLBPA aprobó esa estipulación le prestaron mucha atención a la manera como estaba redactada. Si la MLBPA hizo su trabajo entonces las cartas indican una clara victoria para Alex Rodríguez.

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La decisión del árbitro independiente en el caso de Josh Hamilton, en la que no podrá ser sancionado por su más reciente tropezón con sustancias adictivas, era la pieza del rompecabezas que faltaba para descifrar un proceso lleno de misterios por su misma naturaleza confidencial.

Aquí resumimos lo que pasó en el caso, incluyendo lo que no se ha dicho:

1) Josh Hamilton pidió una reunión con la Oficina del Comisionado para confesar que incumplió el plan de tratamiento al cuál está sometido desde hace tiempo. Es evidente que Hamilton no salió positivo en las pruebas antidopaje por drogas de abuso, de ser así el caso hubiera agarrado otro rumbo.

2) MLB se reunió con la Unión de Jugadores (MLBPA por sus siglas en inglés) para determinar qué tipo de sanción corresponde en esos casos cuando no hay una verdadera violación del programa antidopaje sino una confesión de violación. Además, establecer la sanción era igualmente complicado por la historia del toletero de Anaheim.

3) MLB consideró que sí había razones para emitir una sanción. La MLBPA asumió la posición que la política antidopaje no es clara en cuanto a penalizar a un pelotero en plan de tratamiento que confiese el uso de drogas de abuso pero sin haber salido positivo en las pruebas. Como no pudieron ponerse de acuerdo presentaron la disputa a un árbitro independiente para que decidiera.

4) El árbitro independiente emitió su decisión dándole la razón a la MLBPA en el sentido que la mera confesión de una violación, a menos que eso sea considerado explícitamente en la política, no debe ser considerado una violación en esos casos de tratamiento para drogas de abuso. Al no considerarse como una violación entonces el caso muere allí, sin necesidad de ir más allá.

5) MLB expresó su desacuerdo con la decisión del árbitro independiente y sostuvo que una confesión debe ser considerada como un positivo en una prueba antidopaje pero resalta que eso será aclarado en la política antidopaje.

En fin, este es un caso que nunca superó la primera barrera para ir al punto más interesante: el determinar qué sanciones eran apropiadas en caso de un pelotero con el historial de Josh Hamilton (algo que analizamos en un blog previo). Aquí todo culminó cuando el árbitro decidió que una confesión no es una violación ya que la política antidopaje no lo establece.

Hace muchos años Comisionados como Bowie Kuhn hubiesen suspendido a Hamilton con ese tipo de confesión, quizás por varios años. Hoy en día todo se rige por lo que indique la política antidopaje y, cuando esta no es clara, por lo que establezca un árbitro independiente. En ese sentido hemos avanzado bastante ya que el proceso es más justo y balanceado.

Lo que no podemos decir con esta decisión es si MLB ha cambiado en su enfoque de las personas que usan drogas y sufren de adicción. Este caso nunca llegó hasta ese punto.

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Marcus Stroman
Dan Hamilton/USA TODAY SportsMarcus Stroman se perderá toda la temporada del 2015
Marcus Stroman no solo le dio estabilidad a la rotación abridora de los Azulejos de Toronto en 2014, sino además fue una inyección de energía positiva que pronto se regó al resto de sus compañeros. Cuando ya todo estaba servido para disfrutar de una temporada completa del derecho, nos llega la noticia de su lesión en la rodilla que lo mantendrá alejado del terreno de juego hasta el 2016.

El reto de Alex Anthopoulos, gerente general de Toronto, es ver cómo reemplaza esa pieza tan importante del rompecabezas. Una opción es darle el puesto a Aarón Sánchez, pero eso también implica que se pierde ese brazo en el bullpen, algo nada fácil de digerir, ya que se tenía pensado que incluso ocuparía el puesto de cerrador.

Si la respuesta no es Sánchez pareciera que la alternativa más lógica sería Daniel Norris, un zurdo con gran potencial pero poca experiencia. Tampoco podríamos sacar de la carrera al mexicano Roberto Osuna, quien viene de una operación Tommy John pero siempre ha sido catalogado como uno de los mejores prospectos de la organización. Una tercera posibilidad es el venezolano Johan Santana, pero eso dependerá de que tan saludable se encuentre ya que no iniciará la temporada en el roster de 25 por no estar en plena condición física.

La otra vía que tiene Toronto es salir al mercado a buscar un abridor, pero eso no se consigue tan fácilmente y cuando hay alguien de calidad disponible generalmente el costo es muy alto. Conociendo un poco las limitaciones presupuestarias internas, me atrevería asegurar que el reemplazo de Stroman ya está en la organización.

Mas allá de encontrar el sustituto, lo más difícil será superar el hueco emocional que deja la segunda selección de los Azulejos en el draft del 2012. Pero esto es beisbol profesional, una lesión solo abre un espacio para que otro pelotero marque su propio camino. Mi ficha está en Daniel Norris, si Santana no puede recuperar su forma, para así no desmantelar un bullpen que ya tiene muchas interrogantes. El tiempo dirá.

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El caso del toletero de los Angelinos Josh Hamilton no es el primero donde se tiene que lidiar con problemas de adicción a las drogas en la historia del béisbol. Pero si es el caso más importante desde que MLB tiene una política antidopaje y sanciones específicas para ese tipo de dependencia.

El reto de 'castigar' la adicción es cómo lograr una decisión balanceada que no termine perjudicando innecesariamente la carrera y vida del afectado. En este blog trataremos de conseguir algunas respuestas.

Peloteros adictos al alcohol y las drogas abundan en la historia de MLB, la mayoría simplemente fueron dejados libres cuando no podían contribuir en el terreno sin que eso le importara a nadie, sobre todo cuando no existía la MLBPA.

El primero que llamó la atención del público sobre la adicción a las drogas fue Steve Howe, y es aquí donde conseguimos un guión de cómo no hacer las cosas.

Steve Howe Yankees
Robert Hanashiro/USA TODAY SportsEl caso de Steve Howe es el más notorio en cuanto a adicciones a drogas en MLB, pues fue suspendido 7 veces en su carrera de 17 años.
El lanzador zurdo destacó en las Mayores desde su debut con los Dodgers de Los Angeles y parecía destinado al Salón de la Fama. Novato del año en 1980 y estrella de la Serie Mundial del 1981 fueron solo dos de esos reconocimientos que cubrían una realidad bastante compleja.

Steve Howe fue penalizado por primera vez por consumo de drogas en 1982 y se le envió a un proceso de rehabilitación y pruebas. Luego de varias recaídas, el Comisionado de MLB Bowie Kuhn decidió suspenderlo por toda la temporada de 1984. Kuhn, a pesar que justificó su sentencia como una manera de ayuda, colocó al zurdo en la lista de suspendidos y no en la lista de inactivos, impidiendo así que este pudiera acumular días de servicios y recibir todos los beneficios laborales, como la pensión de retiro, que en su caso sería crucial. La MLBPA amenazó con apelar la sanción ante un árbitro y logró, con esa presión, que el Comisionado lo transfiriera a la lista de inactivos.

Pero los problemas de Howe continuaron y, ahora como miembro de los Yankees de Nueva York, fue condenado varias veces más hasta que el Comisionado Fay Vincent lo expulsa de por vida en 1992. La MLBPA inició un proceso de reclamo de esa decisión ante un arbitro independiente bajo el argumento que el lanzador nunca recibió una verdadera ayuda en su carrera sino una serie de castigos que no atacaban el problema mayor basado en una condición de bipolaridad. El árbitro le dio la razón a la MLBPA y anuló la sentencia de Vincent permitiendo que Howe volviera a uniformarse con Nueva York. En 1996 es dejado libre y allí culmina su carrera. El lanzador murió en un accidente de tránsito en 2006 a los 48 años.

En el caso Howe, MLB nunca entendió que la adicción a las drogas es algo mucho más complejo que, por ejemplo, el consumo de anfetaminas o de sustancias para mejorar el rendimiento. La insistencia en solo castigar al pelotero nunca lo ayudó a salir o controlar el problema.

Es importante recordar que paralelamente a la historia de Howe, el consumo de cocaína se había convertido en un problema grave en las mayores. Como ejemplo podemos mencionar los casos de los Reales de Kansas City y los Piratas de Pittsburgh de los años 80.

En 1983, Willie Mays Aikens, Jerry Martin, Willie Wilson y Vida Blue, todos miembros activos de los Reales, fueron encontrados culpables en un juicio por adquisición y posesión de cocaína y enviados a prisión por tres meses. Bowie Kuhn los suspendió por toda la temporada de 1984, pero la MLBPA apeló y logró reducir el tiempo del castigo a poco más de un mes.

En 1985, un juicio por distribución de cocaína en la ciudad de Pittsburgh reveló, una vez más, la cara oscura del beisbol. Entre los principales testigos de la fiscalía como consumidores de cocaína, se incluyeron nombres como Dale Berra, Lee Lacy, Lee Mazzilli, John Milner, Dave Parker, Rod Scurry, Willie Mays Aikens, Vida Blue, Enos Cabell, Keith Fernández, Jeffrey Leonard, Tim Raines y Lonnie Smith. Todos ellos intercambiaron su testimonio por el perdón. Al final, básicamente la única persona enviada a la cárcel por distribución de cocaína fue Kevin Koch, quien no era otro sino la persona que se disfrazaba como la mascota de los Piratas de Pittsburgh.

Peter Ueberroth suspendió a los 11 jugadores involucrados en ese juicio de Pittsburgh pero terminó cambiando la sanción por servicios comunitarios y pruebas.

Estos dos casos nos ayudan a entender la diferencia entre adicción y consumo casual, o al menos así nos los dice MLB. Howe fue reincidente y por lo tanto los Comisionados de MLB entendieron que no había otra solución sino castigarlo en cada recaída. Con el consumo 'casual' de cocaína de los 80 el mensaje era otro, uno más enfocado en preservar la imagen de MLB e ignorar el resto.

Ahora llegamos al caso de Hamilton, que se parece mucho más a lo que hemos hablado de Steve Howe pero con una diferencia fundamental. En la época de Howe, los Comisionados actuaban libremente sin más restricciones que las amenazas y recursos de la MLBPA. Hoy en día existe una política antidopaje negociada entre MLB y la MLBPA que trata específicamente los casos de drogas de abuso. Pero quizás el punto vaya mucho más allá de eso.

No creo que ni Rob Manfred ni Tony Clark quieran apegarse totalmente al régimen de sanciones establecidos en la política antidopaje para resolver el caso Hamilton. Ya MLB sabe muy bien que la adicción no se resuelve por la vía del castigo sino con ayuda especializada y sensibilidad. Ustedes pueden estar seguros que al jardinero de Anaheim le importa muy poco si deja de ganar su sueldo este año, aquí lo que está en juego es su vida y futuro.

Quizás permitirle seguir uniformado sea la mejor ayuda posible al rodearlo de un grupo de apoyo y en un ambiente seguro. O quizás no. El punto es que esto no lo puede decidir una persona que no maneje médicamente la condición de Hamilton y lo que sea mejor para él como ser humano.

El camino no es fácil y así entiendo han sido las discusiones puertas adentro en las oficinas de MLB. Al menos hoy en día, a diferencia de lo que ocurrió en los años de Steve Howe, MLB discute el tema y busca alternativas al simple castigo que realmente no sirve para nada.

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Los Azulejos de Toronto sorprendieron al mundo del beisbol al darle a Johan Santana un contrato de ligas menores con invitación al campo de entrenamiento. Ahora el gocho debe luchar por abrir un puesto en el roster de 25.

Johan Santana
AP Photo/Kathy KmonicekSantana tiene contrato de liga menor con invitación al entrenamiento primaveral.
Toronto tiene interés en Santana como abridor según confirma Shi Dividi, insider del equipo. En ese sentido hay 4 puestos asegurados en la rotación: R.A. Dickey, Mark Buehrle, Drew Hutchison y Marcus Stroman.

El quinto abridor si está en el aire en estos momentos, una de las posibilidades es el gran prospecto Aaron Sánchez pero la organización recomienda cautela con ese brazo y pareciera que la estrategia será enviarlo de nuevo al bullpen en donde hizo una extraordinaria labor en el 2014. Daniel Norris, otro de los brazos del futuro, pareciera no estar listo pero mucho se habla de él así que no se puede descartar. El otro candidato es Marco Estrada quien vino de Milwaukee en el cambio de Adam Lind y que tienen unos números interesantes.

Así que Santana, además de demostrar que está saludable, tiene un grupo muy talentoso de brazos que le ponen cual carrera de obstáculos en su vía. Claro que existe la posibilidad de iniciar la temporada en ligas menores pero habría que determinar si eso fue negociado ya que muchas veces se le da la opción a peloteros con más de 6 años de servicio de decidir su camino en caso de no hacer el equipo grande. Eso lo veremos en los próximos días.

En el caso de los Azulejos, no tienen nada que perder al ser una inversión pequeña con mucho potencial. El tiempo y la salud de Santana tienen la palabra.
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Arturo Marcano, MLB, Beisbol

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Spring Training AP Images/Gene J. PuskarEl mundo de los entrenamientos primaverales es más complejo de lo que pensábamos.
Los campamentos primaverales son una expresión de esperanza y renacer bastante particular al mundo del beisbol. En los primeros días, los peloteros están en su mejor condición física y todos los equipos son campeones potenciales. Todo es perfecto hasta que comienzan los juegos y sale a relucir la cruda realidad que luego imperará hasta finales de septiembre u octubre, en el mejor de los casos. Ese mundo es más complejo e interesante de lo que muchos piensan. Aquí intentamos revelar algunas de sus particularidades.

1. ¿Quiénes pueden jugar en los entrenamientos primaverales?

Es una pregunta sencilla pero con una respuesta compleja y llena de esas informaciones que manejan los gerentes para poder armar su equipo ideal.

En primer lugar es evidente que todos los miembros del roster activo o de 25 estarán presentes con la idea de permanecer en ese club tan reservado. Pero en ese grupo hay algunos que pudieran salir del roster ya que el equipo mantiene opciones (la posibilidad de sacarlos del roster activo sin peligro de perderlos vía waivers) y son ellos precisamente los que deben confirmar su potencial en esos días. El resto, ya sea por el hecho que el equipo carece de opciones o son veteranos con contratos a largo plazo, no tienen casi nada que temer, son días para ponerse en forma.

Jugadores en roster de 40 pero fuera del roster activo o de 25 también forman parte de los entrenamientos primaverales siempre buscando una oportunidad de demostrar que merecen el salto. Estos peloteros saben que están a una lesión o una mala actuación de llegar a las mayores pero igualmente entienden lo difícil que es el abrir un espacio. Es un mundo lleno de sueños pero con la garantía que el fracaso solo implica ir a las menores y continuar la espera.

Los invitados al spring training pueden estar en dos grupos fundamentales, aquellos con más de 6 años de servicio en las mayores y el resto. Usualmente firman contratos de ligas menores pero con la oportunidad de hacer el roster activo. Si el pelotero tiene más de 6 años de servicio en las mayores se le aplican las estipulaciones de la Regla XX-B. Es decir, el equipo debe ponerlo en roster activo o dejarlo libre 5 días antes del inicio de la temporada regular. De no hacer ninguna de las dos cosas, el jugador gana 100 mil dólares como un bono de retención. Adicionalmente, ese grupo pudiera incorporar varias cláusulas en el contrato de ligas menores para poder salirse de la relación en cualquier momento. Toleteros con menos de 6 años de servicio en las mayores están más a la disposición del equipo y carecen de esas protecciones.

Hay un grupo de jugadores invitados que ya tienen contratos mixtos, eso implica que saben que de hacer el roster activo ganarán un salario y si terminan en ligas menores entonces el sueldo será otro. Aquí el plan es a largo plazo y no solo por los días de marzo.

Si el equipo decide despedir al pelotero en los entrenamientos primaverales, en cualquiera de los casos, deberá cubrir todos los gastos de viaje incluyendo pasajes en primera clase al destino final.

2. ¿Reciben sueldo los jugadores en entrenamiento primaveral?

En el caso de los peloteros en roster activo bajo control del equipo, es decir o antes de los 6 años de servicio, o con contratos firmados, se divide el salario que le corresponde en la temporada entre la cantidad de días de trabajo en el año (231) que incluye aquellos en Florida o Arizona como parte de los campamentos primaverales y que empiezan a contarse desde la llegada a la instalación (eso es aproximadamente un 20% del total de días de trabajo en el año). En otras palabras más sencillas, el 20% del monto total del contrato de esa temporada corresponde a sueldos por actividades en la primavera. Lo interesante es que esos días no están sujetos a ciertos impuestos lo que implica un beneficio adicional al pelotero.

El resto de los jugadores con contratos de ligas menores no reciben salario por participar en esos días de campamentos primaverales. Ellos obtienen un pago de un poco más de 300 dólares semanales para gastos y comidas. En caso que no vivan en las instalaciones del equipo se le agrega un monto semanal para gastos de vivienda.

3. ¿Hay una fecha particular para despedir a los jugadores antes del inicio de la temporada?

Realmente no, pero el artículo IX B del Convenio Laboral sí nos da un par de alternativas.

Si el pelotero es despedido en los primeros 16 días de la temporada primaveral, el equipo deberá cancelarle 30 días del sueldo estipulado en su contrato como compensación. Si el despido ocurre luego de esos 16 días el pago sube a 45 días del monto estipulado en el contrato. Ese contrato se entiende que es el que se activaría en el primer día de la temporada regular ya que, como mencionamos anteriormente, jugadores con contratos de ligas menores no ganan sueldo en el spring training.

Así que estén pendiente en los primeros 16 días de acción ya que mucho equipos toman decisiones drásticas para evitar cancelar ese pago adicional a peloteros que realmente no están en los planes.

4. ¿Siempre el tener una gran temporada primaveral implica un contrato de ligas mayores para los peloteros invitados?

Esto lamentablemente no es así. Son muchos los casos de jugadores invitados con excelentes números en spring training que terminan sin contratos de ligas mayores y eso se debe a que el roster de ese equipo no tiene flexibilidad. Si el gerente no puede abrir un espacio debido a que carece de opciones sobre jugadores, desea darle la oportunidad a prospectos en los que ha invertido una gran cantidad de dinero o tiene muchos contratos a largo plazo con agentes libres entonces de nada vale lo que se haga en el terreno. A veces una lesión abre un cupo y, en extraños casos, hay peloteros que se ganan el puesto y terminan sacando a otro del roster pero no es un proceso fácil.

5. ¿Entonces para muchos peloteros invitados hacer el roster de grandesligas en entrenamiento primaveral es una esperanza infundada?

Bueno, esperanza es esperanza.
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Yoan MoncadaTwitter@yoanmoncadaAl segunda base cubano se le considera como el próximo Robinson Canó.
Un huracán es un fenómeno meteorológico que puede destruir a todo lo que se lo ponga en su camino. El prospecto Yoan Moncada no solo tiene el potencial de hacer precisamente eso como jugador a nivel de grandes ligas sino ya sus ventarrones lograron exponer graves fallas en el sistema de firmas internacionales negociado entre MLB y la MLBPA en el anexo 46 del Convenio Laboral.

Primero, un breve repaso de la parte técnica. El cubano al ser menor de 23 años cae en el mismo lote del resto de peloteros internacionales, principalmente dominicanos y venezolanos, que son conocidos como "julio 2". En el último Convenio Laboral se establecieron presupuestos por equipo para cada período de firma y si se exceden de esos límites entonces son multados y se les prohíbe contratar jugadores por más de un determinado monto en el siguiente o los próximos dos períodos de firma, dependiendo de por cuanto se pasen.

Es clave tener claro que el actual período de firmas comenzó el 2 de julio del 2014 y termina el 15 de junio del 2015. El próximo período de firmas comienza el 2 de julio del 2015 y termina el 15 de junio del 2016.

Ahora si podemos ir al grano con el escenario actual y consecuencias en la firma del, según algunos expertos, próximo Robinson Canó.

¿Hay equipos que no pueden firmar a Yoan Moncada?

Tampa y Texas se pasaron de sus presupuestos en el período de firma anterior, el que va del 2 de julio del 2013 al 15 de junio del 2014. Por lo tanto, no pueden firmar peloteros por más de 250.000 en este y el próximo período de firma. Eso los saca de la pelea por Moncada.

¿Cuál es el caso de Yankees, Boston y Anaheim?

Los tres se pasaron de sus presupuestos en este período de firma, pero como el mismo sigue abierto hasta el 15 de junio entonces podrían seguir gastando, solo que la multa le va a salir costosa. En conversaciones con Félix Luzón, agente certificado de la MLBPA, llegamos a la conclusión que pudiéramos tener más equipos en esta situación ya que otros cubanos también están buscando trabajo, pero la conclusión es la misma: si se pasan de sus presupuestos en este período de firmas entonces podrían seguir gastando dinero libremente (con sus respectivas multas) solo hasta el 15 de junio. Eso sí, luego del 15 de junio, si Moncada no ha firmado, todos estos equipos estarían fuera de carrera.

¿Y el resto de los equipos?

El resto ya está cerrando acuerdos con los mejores prospectos del próximo 2 de julio al no tener restricciones. Así es como funciona el sistema, las firmas se oficializan el 2 de julio pero esas transacciones se cerraron muchos meses antes. Ojo con esto: si un equipo sin restricciones 'palabrea' a algunos prospectos pero luego firma a Moncada entonces ya no podría cumplir con esas promesas. Pongo un ejemplo, San Diego quiere firmar el próximo 2 de julio al prospecto dominicano Dionisio Soldevilla y ya pactaron extraoficialmente por 3 millones de dólares. Pero los Padres se incorporan en la lucha por Moncada y terminan contratándolo por 80 millones. Ahora Dionisio no puede firmar con San Diego por las restricciones, así que entra de nuevo al mercado de agentes libres pero con la particularidad que mientras más tarde ocurra esto menos disponibilidad monetaria habrá y esos 3 millones se podrían transformar en 1 o mucho menos.

¿Por qué esto es tan complicado?

Buena pregunta. El sistema actual es posiblemente lo peor que la haya pasado al sistema de firmas latinoamericanas. Saltamos de la ausencia de restricciones a tener que convivir con innumerables trabas. En ese sentido no veo otro responsable que la MLBPA al haber aceptado la propuesta de MLB sin entender realmente el impacto que tendría en el mercado. Ahora el reto de la MLBPA, si le interesa, es ver como repara el daño causado en el próximo Convenio Laboral.

Voy mas allá para darnos cuenta del impacto negativo al que me refiero. En el próximo período de firmas, el que va del 2 de julio del 2015 al 15 de junio del 2016, Tampa, Texas, Yankees, Boston y Anaheim, y pudieran ser más, no pueden contratar prospectos latinoamericanos por más de 250.000 o 300.000 dólares (Tampa y Texas caen en el primer lote por haberse pasado en 2013-2014). En otras palabras, el Convenio Laboral ya sacó del mercado internacional a 5 de 30 equipos. Además, es importante aclarar que no todos los 25 equipos sin restricciones, apartando los limites presupuestarios, les interesa el mercado latinoamericano y eso complica aún más el asunto.

Yoan Moncada no es culpable de esto, solo que su caso nos ayuda entender algo que muchos están ignorando voluntariamente: este sistema es pésimo para los peloteros latinoamericanos. Al punto que el peor draft sería mejor que el actual sistema y aun así hay gente que lanza agua bendita cuando se menciona esa palabra por una posible reducción del número de dominicanos o venezolanos firmados. Eso a pesar que nadie ha explicado en qué consistiría un draft para Latinoamérica. Lo que si es absolutamente cierto es que nunca más regresaremos al sistema anterior por lo que es mejor trabajar en nuevas opciones.
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