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Pacquiao es favorito en complicada pelea contra Adrien Broner

Manny Pacquiao (60-7-2 con 39 KOs) regresa a la acción este sábado en el MGM Grand de Las Vegas, ante el estadounidense Adrien Broner (33-3-1 con 24 KOs), en una batalla donde defenderá por primera vez su título regular AMB de las 147 libras.

Por más que el filipino ya alcanzó los 40 años de edad, su legendaria carrera profesional obliga a renovar las expectativas en cada una de sus presentaciones. Esta vez no será diferente.

Va contra un rival que puede plantearle respetable oposición, a su esquina ha regresado el entrenador de siempre, Freddie Roach, y se suma la posibilidad de que una vez cumplido este compromiso, en caso de vencer, existan alternativas atractivas en el camino del filipino.

En el presente, la división welter reúne mucho talento boxístico y Pacquiao parece en esta etapa de su carrera dispuesto a afrontar todos los retos. Entre esas opciones se encuentra una posible pelea contra el vencedor del desafío que sostendrán en el próximo mes de marzo Errol Spence Jr. y Mikey García o una millonaria revancha contra Floyd Mayweather, algo que parece estar más cerca de lo imaginado.

Toda esa especulación, no obstante, tomará forma según el resultado del combate que sostendrá frente a Broner, si gana y también “cómo gana”. Precisamente el momento boxístico del filipino será una de las expectativas de esta pelea y del cual mucho dependerá el rumbo que seguirá la carrera del asiático.

Agresivo o elusivo: ¿Qué actitud tendrá Pacquiao?

El filipino ha reducido drásticamente la frecuencia de sus peleas. Lo hizo una vez en el 2017 cuando cayó ante el australiano Jeff Horn por una polémica decisión de los jueces y venció con comodidad, noqueando por primera vez en nueve años, al argentino Lucas Matthysse en 2018.

Son dos peleas que poco dicen sobre su rendimiento y generan muchas dudas sobre lo que podemos prever para su futuro inmediato. El combate en Australia mostró a un Manny incómodo con la presión desordenada de Horn, tuvo problemas para salir del asedio, recibió castigo en la zona corta y nunca pudo imponer su mejor boxeo.

Contra Matthysse poco queda para la evaluación. El argentino no fue oposición y pese a que defendía un cinturón universal, solo fue a cumplir con el calendario, esa fue su última pelea. La victoria, seguramente, contribuyó a mejorar el estado emocional de Manny. Volvió a ser campeón, regresó al primer plano y se mantiene en la cresta de ola.

Ello, la confianza y el estado mental, deberían contribuir para mejorar su actuación ante Broner. No olvidemos que Pacquiao será el protagonista, el lado A y el gran favorito en las apuestas en la noche del sábado. En ese aspecto es una incógnita que sabremos ni bien comience el combate. Porque no solo su desempeño dependerá de la actitud con que suba al ring, también cuenta el papel de Broner y ello también es una incógnita.

Adrien Broner, un rival peligroso

Adrien Broner es once años más joven que Pacquiao y le quedan muchos años en el boxeo. Sin embargo, es posible que el día que se retire de este negocio, todos diremos que prometió más de lo que dio en este deporte, excepto construir un nombre a partir de la polémica, las actitudes grotescas dentro y fuera del ring, así como sus problemas con la justicia que le han dado otro tipo de indeseada publicidad.

Broner, en realidad, es una suerte de copia de Floyd Mayweather, cuya construcción quedó a mitad de camino. Ha intentado imitarlo con su arrogancia fuera del ring y con su estilo dentro del cuadrilátero. Pero le ha ido mal. El fallido plan de negocio, por paradoja, lo ha beneficiado con buenas oportunidades boxísticas.

Ha sido campeón en cuatro diferentes divisiones, ha vencido a Antonio DeMarco, Paul Malignaggi, Carlos Molina, Emanuel Taylor, John Molina Jr y Khabib Allakhverdiev entre otros. Empató con Jessie Vargas y ha perdido apenas con Marcos Maidana, Shawn Porter y Mikey García. Más allá de sus payasadas, Broner es un púgil con cualidades técnicas y respetado talento boxístico.

Ese talento mejoró y encontró cierto orden en su plan de pelea, a partir de la llegada de Kevin Cunningham a su esquina. Precisamente para esta pelea, el entrenador de Broner parece tener muy clara la estrategia que impondrá su pupilo.

"Tenemos una idea clara del tipo de pelea que haremos. Hemos estudiado mucho a Manny (Pacquiao), él pelea siempre igual, aumenta o disminuye el ritmo, pero no hace muchos ajustes, es siempre el mismo”, sentenció Cunningham.

Para esta pelea, Adrien Broner incorporó un segundo entrenador para trabajar en fuerza y acondicionamiento, lo que claramente establece otra intención del estadounidense: ser más explosivo y mejorar el poder de su golpeo.

El entrenador lo ha visto enfocado en su campamento y reconoce no tener quejas.

“Adrien (Broner) tiene velocidad, poder, buen trabajo de pies, puede poner presión y golpear duro o si elige boxear, es hábil para hacerlo con acierto. Es el paquete total”, afirmó, muy confiado en la victoria.

Kevin Cunningham ha sido una influencia positiva en lo deportivo para Broner, sin embargo, la pregunta es si ello será suficiente para poner en riesgo la victoria de Manny Pacquiao.

¿Qué pelea veremos?

Cunningham tiene razón, Pacquiao pelea siempre igual. Le gusta imponer su ritmo, es decir, su actitud frenética acelera las acciones y obliga a sus rivales a adecuarse a su estilo. Es difícil al filipino imponerle un ritmo que no sea similar al suyo, el último en lograrlo fue Jeff Horn, el australiano, que con su estilo caótico y desordenado logró frustrarlo.

Broner no tiene empuje para sacar a Manny de su zona de confort, el estadounidense debe apelar a su inteligencia boxística para emparejar las acciones. En ese escenario, hay que esperar que resuelva boxearlo y controlar la distancia. Esa será la herramienta elegida para obligar al filipino a exponerse.

Los cinco centímetros de ventaja en alcance de brazos, le permitirán esa estrategia a Broner. Esperar y golpear, entrar y sorprender o retroceder e intentar conectar de contragolpe. Esa será la tónica de Broner.

Pacquiao ha dejado atrás la explosividad que caracterizó a la mejor etapa de su carrera. Aquél terrorífico KO sufrido en 2012 ante Juan Manuel Márquez cambió su actitud y gestó un cambio en su estrategia. Este Manny es más conservador, se toma descansos y ha demostrado que puede trabajar una pelea durante doce asaltos sin desesperarse por lograr el KO ni caer en ansiedades propias de su boxeo frenético.

Ha logrado administrar con otra capacidad su velocidad de golpeo y si bien mantiene su alto volumen, ha cambiado frecuencia por efectividad. Y le ha ido bien, especialmente porque ese boxeo se adecua mejor a sus cuarenta años.

Ante Broner veremos a ese Pacquiao, dominando la ofensiva, pero controlando mucho los riesgos, no se expondrá en demasía y apostará a las combinaciones de tres o cuatro golpes por adentro. Obviamente la meta será llegar a la zona corta para sorprender en el espacio breve a un rival que sufre cuando el combate cae en los espacios reducidos.

La mayor posibilidad es que el combate llegue a la distancia y la victoria sea del filipino en las tarjetas. La posibilidad de KO parece lejana, ninguno de los dos tiene el poder suficiente para lograrlo y la propia movilidad a la que obligará su choque de estilos ayudará para que ello no suceda.

Es difícil imaginar una victoria de Broner, pero no imposible. En esta etapa de su carrera, el estadounidense si sube enfocado y concentrado en su plan de pelea, tiene las condiciones para vencer. Pero, es Broner y no hay una fórmula secreta, su pasado lo condena. Si al ring sube el de siempre, volverá a perder como siempre.