LOS ÁNGELES -- Dos urgencias y una sola pócima curativa. Así el entorno de la Final de la Concachampions entre América y Monterrey.

El Nido ya necesita un trofeo. La vigilia prolongada lo amenaza de inanición. Santiago Solari es el campeón aritmético del 2021. Las estadísticas revolotean festivas, pero sin títulos, todo queda en anécdotas. Las cifras levantan respeto, pero no trofeos ni prestigio.

Rayados, en tanto, vuela y se arrastra, y vuelve a volar y vuelve a arrastrarse. Son los coleópteros del torneo mexicano. Escarabajos indescifrables: a veces fascinan, a veces aterran. Y vivir de las gestas de 2019, mientras dilapida fortunas en refuerzos, no agrada en Monterrey.

Por eso, como una cataplasma curativa para ambas --y tan distintas-- urgencias, la Final de la Concachampions se materializa, oportuna, para ambos equipos, que en la Liga marchan de manera casi polarizada: América es el señor feudal (34 puntos), y Rayados repta entre la desgracia del Repechaje y una Liguilla directa con 20 unidades.

Hasta entre las formas de los entrenadores de ambos equipos hay marcadas diferencias. El Indiecito Solari eligió una ruta poco obsequiosa con el espectáculo, pero generosa con los objetivos: juega feo, aburrido, pero desarrolla de manera casi perfecta su forma de, ojo, maquilar puntos, porque esa es la descripción perfecta del América: maquila puntos.

Javier Aguirre aún oscila entre la ilusión y el desorden. De manera consecutiva, golea en semifinales de la Concachampions a Cruz Azul (4-1), humilla a Tigres (2-0), exorciza a los Diablos de Cristante (2-0), y le tunde a Santos en su casa (1-2). Y todo esto lo hace con un futbol preciosista. Medio Monterrey, preparaba el carnaval.

Sin embargo, luego, tropieza cuatro veces y ante rivales en desgracia, y lo hace ridículamente, apenas marcando dos goles en esos cuatro partidos. Sucumbe goleado ante Juárez (3-1), León (0-1), Querétaro (1-0), y Necaxa (0-1). Y apagaron las luminarias en Monterrey.

Y claro, al inicio de 2021, se esperaba muchísimo más de Javier Aguirre y muchísimo menos del Indiecito Solari.

Al final, ese es otro ingrediente que embellece de morbo esta Final de la Concachampions este jueves: los perfiles de ambos entrenadores. Santiago Solari (45 años) y Javier Aguirre (cumple 63 el primero de diciembre) llegan con hojas de vida muy diferentes, pero que poco sirven en el juego de cartas marcadas que es la Liga Mx.

Ambos tipos culturizados, inteligentes, astutos, con personalidad imponente ante el jugador, alimentados con cuchara de plata, y con un amarre más –poco presumible--, en su pasado, los dos deambularon con más pena que gloria por el Atlante.

Solari tiene un único prendedor de mérito en su escaparate: haber ganado un Mundial de Clubes con un Real Madrid, que con él, sin él, y a pesar de él, lo habría conseguido. Después, a la deriva, hasta que saltó la oportunidad con el América. Y sus números son concluyentes: oro puro, que, sin embargo, debe alcanzar para manufacturar un trofeo, o serán páginas muertas.

Javier Aguirre se atrevió en Europa. Regresó al Osasuna y al Atlético de Madrid a torneos europeos. Poco disfrutó con Zaragoza, Espanyol, y el paso por Leganés tuvo pasajes altamente emocionales, pero igual, el equipo descendió, en un ajusticiamiento arbitral ante el Real Madrid.

Además, su peregrinaje lo llevó a levantar dos veces de la plancha de autopsias a la Selección Mexicana, y llevarla a los Mundiales de Corea del Sur/Japón 2002 y a Sudáfrica 2010. En su recorrido con selecciones nacionales, no trascendió ni con Japón ni con Egipto.

Evidentemente, El Indiecito ha rebasado a El Vasco en el coliseo común de la Liga Mx, aunque evidentemente Solari envidia un recorrido como el de Aguirre.

La realidad es que el técnico argentino eligió una forma pragmática de jugar al futbol, y ha logrado un elevadísimo compromiso de sus jugadores. El técnico mexicano aún balbucea o al menos su equipo aún balbucea en lo que finalmente quiere hacer en la cancha.

Curioso que Aguirre, que hace de la palabra y su facilidad para el arrumaco con los jugadores, dos argumentos poderosos, no haya logrado aún esa química explosiva para garantizar la entrega y el compromiso de sus jugadores. A veces parecen hastiados, abotagados, vencidos.

Por otro lado, sin duda, ambos equipos han sido afectados por la Fecha FIFA, pero cada uno ha reaccionado de manera distinta. Evidentemente, Santiago Solari ha sido más inteligente o más cauteloso o más astuto, o todo lo anterior.

La forma de juego del América, le permite una exigencia menos desgastante físicamente a los futbolistas, y de esta manera controla los trámites, con extrema paciencia. Prueba de ello es que ha conseguido triunfos con el reloj ya desangrado: ante Santos, Sebastián Córdova anota al ’87; ante San Luis, Roger Martínez al ’97, y ante Pumas, Mauro Lainez marca al ’98.

Monterrey ha tenido un Apertura 2021 accidentado. Siete jugadores cedidos a selecciones nacionales, más una larga estela de jugadores lesionados, hasta totalizar eventualmente 10 ausencias de jugadores que tentativamente son titulares.

Javier Aguirre hizo una limpia al inicio del torneo. Y después rescató a futbolistas que parecían perdidos: Ponchito González, Maximiliano Meza, Celso Ortiz e incluso a Matías Kraneviter. Por otro lado, apenas empieza a rehabilitar a Erick Aguirre, y a recuperar la mejor versión de Charly Rodríguez, sin alcanzar aún el nivel pleno con Joel Campbell, y Vincent Janssen aún manifiesta secuelas de su lesión.

Para esta Final de Concachampions, ambos equipos agregan misterio. América especula con la disponibilidad de Pedro Aquino, además de un velo de suspenso con Emanuel Aguilera, Bruno Valdez, Sebastián Cáceres y Jorge Sánchez, más allá de que Miguel Layún no puede jugar esta Final, por haber iniciado el torneo precisamente con Rayados.

Por Rayados, Janssen sigue con la resaca de una pubalgia, pero al igual que los lastimados Duván Vergara y Héctor Moreno, Javier Aguirre encendió veladoras para tenerlos disponibles. En la práctica del miércoles, se insinuó esta alineación: Esteban Andrada; Stefan Medina, César Montes, Sebastián Vegas y Erick Aguirre; Carlos Rodríguez, Celso Ortiz y Arturo González; Maxi Meza, Rogelio Funes Mori y Jesús Gallardo.

Y si quiere enriquecerse el perímetro emocional y morboso de esta Final de Concachampions, agregue esa ansiedad de los equipos de Monterrey por ser tomados en cuenta para ese olimpo, falso, farsante, embustero, de la supuesta grandeza de clubes en el futbol mexicano. Vencer al América, le permitiría de nuevo atisbar las narices en un entorno prohibido.

Y claro, el América se pavonea, desafiante, insoportable, con ese bellísimo tocado que despierta ira y envidia, al proclamarse bajo el insulto del #ÓdiameMás.

¿Y quiere entrar al mundillo lúgubre del fanatismo? Bueno, medio Monterrey, es decir, la afición de Tigres, que normalmente es antiamericanista, este jueves por la noche, se vuelve americanista.

¿Otra más? Cierto sector de entrenadores mexicanos, estará apostando por “Javier Aguirre Onaindia Arraskaeta Landeta Goyado Alberdi Uriarte Garechana y Lanetarzúa”, y no por un amor desmesurado hacia él, sino porque la coronación de un técnico bisoño en la Liga Mx, como Solari, la sentirían ellos como una bofetada a su rancio nacionalismo.

Como puede verse, El Vasco y El Indiecito tiene un botín mayor que ser campeones de la región más turbia del mundo futbolero, sí, ese el de la Concacaf.

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América aseguró su lugar en la 'Fiesta Grande' del futbol mexicano

LOS ÁNGELES -- Al arranque de 2021 era uno de los planteles menos cotizados y menos cotizables del futbol mexicano. Aquello de “Millonetas” quedó en anécdota. Y sin embargo, el América es líder absoluto del Torneo Apertura 2021, y es el único clasificado directo a la Liguilla.

América es el equipo “pobretón” que enriquece a la Liga Mx. Un plantel armado a retazos, como traje de indigente. Pero, al final, se reporta al baile de la Fiesta Grande, de frac. La percha, ayuda.

Es irrefutable, hoy el plantel de El Nido tiene más valor que precio en su hábitat de la Liga Mx. Al arranque de 2021, su nómina de jugadores estaba en cotizaciones, debajo de Monterrey, Tigres, Cruz Azul, Chivas y León. Diez meses después, insisto, los otros cinco tienen mayor precio, pero América tiene más valor.

Las páginas especializadas en salarios de jugadores y valor del futbolista, además de los medios en México con cobertura cercana a Coapa, coinciden poco en sus cifras. Sólo hay unanimidad en torno a los 4 millones de dólares que por año recibe Guillermo Ochoa.

El resto, oscila dramáticamente. Bruno Valdez y Roger Martínez aparecen entre los dos y tres millones de dólares por año. Con Pedro Aquino y Emanuel Aguilera cerca de ellos, pero el resto, cobra muy por debajo de esas cantidades.

Las cifras que pueden indagarse en portales como, por ejemplo, Salary Sports, Sports Intelligence y Statista, oscilan de manera dramática, y es más complicado aún cuando se sabe que se consigna una cantidad en el contrato registrado ante la Federación Mexicana de Futbol, otra más ante el equipo, otra diferente ante el contador del jugador, y aún otra distinta ante las autoridades hacendarias.

El contraste entre un equipo de poco estruendo financiero, pero de sólido impacto deportivo, marca esta época del América, especialmente cuando hubo años, con nóminas imponentes, de jugadores envidiables, capaces de seducir a cualquiera.

En América se armaron trabucos, como el de Leo Beenhakker, o equipos con el Piojo López, Iván Zamorano, Cuauhtémoc Blanco, Pável Pardo, y después se agregarían Salvador Cabañas, Chucho Benítez, Aquivaldo Mosquera, sin desmerecer ante planteles como en la época de Alfredo Tena, Javier Aguirre, Enrique Borja, Alberto de la Torre, Carlos Reinoso, Roberto Hodge, Pata Bendita Castro o Héctor Miguel Zelada.

Recientemente, América colocó en Europa a Raúl Jiménez, Edson Álvarez y Diego Lainez, y a los argentinos Guido Rodríguez y Agustín Marchesín, pero en la actual plantilla no hay futbolistas de ese nivel. El más cercano en proyección es Sebastián Córdova.

Al arquitecto en turno, le dieron barro en lugar de arcilla, para construir un imperio. Santiago ‘El Indiecito’ Solari heredó las ruinas tras la abrupta salida de Miguel Herrera. En su primer atisbo al plantel, la reflexión del entrenador argentino debió ser de desconsuelo.

Para su fortuna, el ‘Piojo’ Herrera había adelantado las llegadas de Pedro Aquino y Mauro Lainez, pero ‘El Indiecito’ sólo pudo sumar de inmediato a Álvaro Fidalgo, llegando de la banca de la Segunda División de España.

Y era un equipo que se había desplomado en la anémica bolsa de valores del futbol mexicano. Roger Martínez estaba en rebeldía; Renato Ibarra era carne envenenada; Nico Benedetti seguía en su año sabático por lesiones; Nico Castillo estaba desahuciado, y Andrés Ibargüen era una moneda al aire.

Además, Federico Viñas entró en una baja de juego, y el otro llegado del Real Madrid, el paraguayo Sergio Díaz, terminó como agente libre, sin equipo, y en espera de una oportunidad en 2022, sin recuperarse mentalmente de la lesión de ligamentos cruzados que sufrió en Deportivo Lugo a los 19 años. ¿Leo Suárez? Entre lesiones e inconsistencias. Sólo Richard Sánchez aparecía como caballito de batalla fijo.

Paul Aguilar dejaba un hueco en defensa por derecha, mientras Henry Martín apenas había logrado consolidarse con Miguel Herrera en el cierre de 2020, pero volvió a los altibajos. Jorge Sánchez sigue siendo una incógnita. Bruno Valdez y Emanuel Aguilera, entre lesiones y tardes magras, ya empezaban a despertar inquietudes.

Como puede verse, un plantel poco apetitoso, además denigrado por sus propios jugadores, cuando apareció un video en mayo --ya con un semestre de gestión de Solari--, digno de un sitio para adultos, en el que saltan como protagonistas Nico Benedetti y Roger Martínez, y como testigos ociosos, Richard Sánchez y Leo Suárez.

¿Quién podría querer para el Clausura 2021 o para este Apertura 2021, a semejante caterva de jugadores sin un aparente futuro?

Queda claro, el América “pobretón” enriquece la Liga Mx. Y tal vez sea una de las versiones más “pobretonas” en calidad, renombre y poder mediático en la historia del equipo.

Para este torneo, llegaron como refuerzos, jugadores que crisparon los nervios de su afición. Ansiosa de una bomba mediática, se indigna con los arribos de Miguel Layún, Salvador Reyes, Fernando Madrigal y Mario Osuna. Y todos llegan como le gusta a la nueva política financiera de El Nido: tres pesos más baratos que gratis.

Sin embargo, Layún ha tomado un segundo aire, especialmente en recientes juegos, mientras Salvador Reyes, en su posición natural, como lateral por izquierda, es el mejor de la Liga Mx. Madrigal y Osuna no desentonan, por el armado y la estrategia del equipo: muy compacto, de mucha marca, poco desgaste, con solidez funcional, a pesar de que en el fondo, por el centro, a veces las goteras se convierten en desagües.

Solari no se equivocó al elegir la forma de juego del América, cierto, aburrida, hosca, sosa, casi repugnante, cuando se busca espectáculo. Pero, el equipo fue sublíder en su primer año, y sólo quedó debajo de Cruz Azul, por la generosidad de su dueño, Emilio Azcárraga Jean, al donarle tres puntos a su más atento servidor, Alejandro Irarragorri, y su equipo, el Atlas.

Este Apertura 2021 ha tomado el control del torneo. Sólo el Toluca lo zarandeó brutalmente con un 3-1 que debió haber sido más escandaloso. Suma diez victorias, cuatro empates, y es junto con el Atlas, la defensa menos goleada del torneo.

Sin duda, Santiago Solari ha rebasado a Miguel Herrera al conseguir rendimiento de estos jugadores. Prueba de ello es que ha sacado agua de una piedra, como el desahuciadísimo Roger Martínez, aunque sin la consistencia querida, pero ha regresado hasta a la selección de Colombia. Benedetti, al menos, ya no se lesiona después del minuto de juego, aunque el técnico todavía sufre para rescatar a Federico Viñas y a Henry Martín, quien está lejos del nivel mostrado en el Apertura 2020, cuando finalmente había convencido a Miguel Herrera.

Evidentemente, con el rendimiento del equipo, los jugadores se han revaluado. Ochoa sigue siendo confiable; Layún busca cumplir su promesa de volver a la selección; Reyes ya hasta está alebrestando la miopía de Gerardo Martino; Sánchez, Aquino y Fidalgo pueden ser la mejor media cancha de México, y todos ellos pasaron de transferencias de medio pelo, a cotizaciones elevadas. Vaya, hasta Sebastián Cáceres está bajo la mira de Uruguay, un país, donde ese tipo de jugadores se dan hasta en lotes baldíos.

Sí, uno de los planteles más pobretones en la historia del América, enriquece la Liga Mx, se adueña de la punta, y es el primero en llegar a la Fiesta Grande de la Liguilla.

Y este escenario, marca también, y tan bien, que hay forma de armar equipo competitivos –aunque atentatorios contra el espectáculo--, sin necesidad de despilfarros demenciales. Prueba de ello, Chivas, que sólo utilizó a uno (Canelo Angulo) de sus famélicos refuerzos rimbombantes como titular en el milagroso empate ante Cruz Azul.

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LOS ÁNGELES -- Julio Grondona quería tener a México en la Confederación Sudamericana de Futbol. Consiguió incluso, de manera unánime, los votos de la Conmebol, y consiguió el permiso de FIFA.

“Es un animador de nuestros torneos”, explicaba el entonces presidente de la Asociación de Futbol Argentino, haciendo referencia a la Copa América y a la Copa Libertadores.

Getty ImagesNicolás Leoz y Julio Grondona

“Lo negociamos directamente con Nicolás Leoz (presidente de Conmebol) y con Julio Grondona”, recuerda Alberto de la Torre, entonces presidente de la Federación Mexicana de Futbol y protagonista de estos acercamientos.

La información tenía mucho tiempo en poder de ESPN Digital. Corroborada por diferentes expresidentes de la FMF, de la Primera División, ex directivos de Concacaf, y de diferentes equipos, y pedían el anonimato. Todos los caminos y recomendaciones para corroborar la pista, conducían precisamente al protagonista principal por México, Alberto de la Torre Bouvet.

En verdad querían a México como participante, desde las eliminatorias para el Mundial, hasta mantenernos en Copa América y Copa Libertadores”, asegura el ex presidente del Atlas vía telefónica. “Es cierto todo (lo que te informaron), él convenció a FIFA, y todos en Conmebol querían que jugáramos con ellos".

“Era un paso importante para mejorar el nivel del futbol mexicano”, indica. “Para nosotros ese era el único objetivo”.

De hecho, Alberto de la Torre, destapa un filón que las anteriores fuentes consultadas, no revelaron. “Y no sólo querían a México en Conmebol, sino a todo Norteamérica”, establece. Otras fuentes consultadas desde hace semanas, indican que a Conmebol le movía el aspecto económico más que el futbolístico. El subcampeonato en Colombia 2001 y los elogios que rodeaban al Tri de Ricardo La Volpe, en el ciclo mundialista rumbo a Alemania 2006, convertían a México en un inquilino apetecible.

"Él (Julio Grondona) sentía que era como agrandar su imperio", revela un ex presidente de la Primera División. “Sabían que afiliados a ellos presentaríamos clubes y selecciones muy competitivas, de alto rating entre patrocinadores y televisoras. Era un ganar-ganar para todos".

Alberto de la Torre recuerda que lo consultó "sólo con algunos dueños de equipos, los más fuertes en el futbol mexicano, y casi todos estaban de acuerdo. No te voy a decir quiénes sí, ni quiénes no".

“Los pocos que no estaban de acuerdo, era por su preocupación con la empresa que era dueña de esos clubes, una televisora. Sabían que esos derechos de transmisión serían muy complicados”, indica una de las fuentes consultadas.

“En general entendíamos que las eliminatorias para el Mundial iban a ser muy complicadas, que corríamos riesgo de no clasificar, pero el nivel del futbol mexicano se iba a elevar”, reitera por su parte Alberto de la Torre.

“Varios dueños de equipos entendían los peligros. Podías quedar fuera de un Mundial, pero en la siguiente eliminatoria seríamos mejores. Era necesario tomar riesgos de ese tipo para evolucionar como futbol”, aceptó otro de los entrevistados.

SUSANA GONZALEZ/AFP via Getty Images

“El poder de Grondona era mucho. Él conseguía lo que quería, y en FIFA le dieron el visto bueno. A pocas cosas le decía Joseph Blatter que no”, coincidieron propietarios de equipos de la Liga MX. Sin embargo, el principal damnificado, saltó a escena. “Concacaf se opuso de inmediato”, recuerda Alberto de la Torre, y no permitió que el futbol mexicano diera ese salto de calidad en su entorno de competencia.

“Recordemos que Concacaf ha tenido y tiene mucho peso dentro de FIFA”, agrega.

La región de Norte, Centroamérica y el Caribe dispone de 41 votos en las asambleas de FIFA de un total de 211 (más que los 193 Estados miembros de la ONU), suficientes para provocar un cisma y un sismo.

Incluso, el presidente de la FMF y del Atlas, dio un nombre, curiosamente el de un mexicano, quien se opuso ferozmente a esta mudanza de confederación.

“Guillermo Cañedo White, recuerda que él quería fortalecerse en Concacaf y ser presidente”, revela De la Torre, respecto al hijo del célebre Guillermo Cañedo de la Bárcena, el autor intelectual de las dos sedes mundialistas que ha tenido México, la de 1970 y 1986, y en su tiempo un personaje de mucho impacto en FIFA.

Así, la contraofensiva de la Concacaf, a través de Jack Warner y Chuck Blazer fue feroz.

AFP via Getty Images

“Los alegres compadres –como les llamaban en Concacaf--. entendieron que, sin México, y tal vez sin Estados Unidos, se morirían de hambre, y no iban a permitirlo”, establece otro de los dirigentes del futbol mexicano que pidió el anonimato.

Warner y Blazer entraron en histeria. Había motivos sólidos para ello. Estaba de por medio la supervivencia de la zona y por supuesto sus cabezas.

1.- Si México y Estados Unidos se sumaban a la Conmebol, esta confederación recibiría dos boletos para la Copa del Mundo, los cuales serían retirados a Concacaf.

2.- El principal animador de los torneos de Concacaf ha sido el futbol mexicano, a nivel de clubes y selecciones. Es su principal ubre financiera.

3.- Los contratos de Concacaf con televisoras y patrocinadores tienen una carátula y un anzuelo: México.

4.- Y hasta un detalle menor. La Concacaf tendría que haber mudado sus entonces lujosísimas oficinas en Nueva York a Centroamérica o al Caribe. Hoy, el organismo despacha desde Miami. Warner y Blazer advirtieron a Blatter, sin mucha diplomacia, que la Concacaf perdería tal vez uno o dos, o hasta tres votos en la próxima asamblea, los deEstados Unidos, Canadá y México, pero que aún había 38 votos más en el Caribe y Centro América, que aún podían dejar de respaldarlo.

Conmebol insistió. México hizo su parte. Y no estaban solos. “Incluso gente de Centroamérica estábamos de acuerdo, porque nos quitaban de en medio a Estados Unidos y México, pero exigíamos que sólo cederíamos un boleto de nuestra zona a la Conmebol, pero nos amenazaron, y terminamos oponiéndonos”, reveló al inicio de este sondeo un ex directivo de Concacaf.

Sin embargo, al final, FIFA terminó recomendando, por salud institucional y por “la unidad del futbol”, que no se alterara el orden. México seguiría confinado en la Concacaf.

“Sí, fue lamentable perder esa oportunidad, porque ellos nos invitaron y las ¡negociaciones (con Leoz y Grondona) marchaban muy bien”, recuerda Alberto de la Torre.

A partir de entonces las relaciones entre Concacaf y Conmebol empeoraron, comenzaron restricciones, vetos, hasta que finalmente terminó el futbol mexicano marginado totalmente de sus participaciones en la Copa América, en la que fue dos veces subcampeón (Ecuador 1993 y Colombia 2001), y en la Copa Libertadores, donde consiguió tres veces llegar a la Final (Cruz Azul, Chivas y Tigres).

¿Puede reabrirse esta posibilidad de que México emigre a la Conmebol?

Parece imposible. En Sudamérica no iniciarán las gestiones. Y en la FMF, en este momento, no piensan desafiar a Concacaf.

Además, la respuesta de varios de los diferentes entrevistados es coincidente: “Hay muchos candados”, explican. “En este momento, la Concacaf tiene más poder que nunca. Después del #FIFAGate (2015), todo mundo le tiene más respeto y hasta temor”, consideran otros.


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LOS ANGELES -- El futbol mexicano vive de arrebatos, de estertores, de pataletas y de absurdos. Eso, sin duda, lo salpimienta como si fuera un casting para el Chapulín Colorado.

Eso endulza de incertidumbre un torneo de a mentiritas como es la fase regular para derramarse en algo poco más serio como el Repechaje, donde, cierto, entran cuatro protagonistas, algunos escoltas y otros intrusos.

Veamos:

1.- América sofocó una ilusión, de esas, engañabobos, que se gestaba en el Atlético de San Luis. Lo hace con su anodina etiqueta, pero el gol de la victoria, cargado de fibra y talento, con esos dones que regala sólo a cuentagotas Roger Martínez al minuto 97. Hasta el Indiecito, Santiago Solari, perdió la compostura. De esa dimensión el alivio americanista que cosecha más bostezos que aplausos.

2.- En tanto, Chivas exorcizó la rebatinga de un Toluca que no ha sobrevivido al asalto sobre las Águilas (3-1 en el Nemesio Díez). Guadalajara se impone 2-0 a unos Diablos que sólo han rescatado ¡un punto de 15 posibles! y aún así, pese a esa miserable cosecha, se mantienen como terceros de la tabla general.

3.- El Campeón Cruz Azul trastabilla. Hace dos disparos a gol en 90 minutos y empata 1-1 con Tigres, que está lejos de la promesa de Miguel Herrera, aquella de que “Gignac va a hacer un chingo de goles”. El francés marca apenas el primero en el torneo y el 150 en su carrera con un golazo de bandera que ensucia la jugarreta tan repetitiva de Jesús Corona ante esos potentes disparos al encoger el brazo –como otras veces-- antes que buscar el balón.

4.- Y sí, el segundo de la tabla sigue siendo el Atlas. Toda una bala perdida que, tras su paupérrima exhibición ante Chivas y un fortuito triunfo, fue a Mazatlán a perder 1-0, mientras Diego Cocca se sigue convirtiendo en el erudito más prolífico de los más bobalicones pretextos y las soroches excusas. Un Atlas, pues, a veces desbocado y a veces “desCoccado”.

América le pone candado a su presencia en la siguiente ronda, aunque es de esperarse que el próximo fin de semana, tras recibir a Santos el martes y a Tigres el sábado, pueda asegurar su sillín de manera directa en la Liguilla.

Recordemos que a las Águilas les aguardan cuatro partidos en 13 días, periodo que incluye la Final de la Concachampions ante Rayados (28 de octubre en Monterrey), con los mismos que cerrará la fase regular en el Estadio Azteca el domingo 6 de noviembre. El 31 de octubre, para alebrestar el calendario, encara a Cruz Azul.

Las Águilas trabajaron a su estilo el juego ante San Luis. Un partido trabado, soso, hosco, aburrido, intenso, sin respiro, en el que, además, colaboró la forma timorata de jugar de los tuneros madridistas, pero llegó Roger Martínez y anotó ese, el gol del torneo, con el que sabe que podrá chantajear renovación de contrato.

Por otro lado, la ciudad de San Luis Potosí fue, de nuevo, el aparador dantesco de bestiales enfrentamientos entre ambas porras. Las imágenes de saña y violencia con que se tundieron las hordas de Neandertales y Cromañones envilecieron el fin de semana, en especial un tipo con un niño en brazos participando en la gresca.

Debe recordarse que la plaza de San Luis ha sido una tierra abandonada. Ha habido grescas con saldos de heridos ante Querétaro, Tigres y ahora el América. Ya se sabe que Alberto Marrero no hizo nunca nada y ahora Severiano García tampoco trató de pensar, ni siquiera un poquito, en un plan de contingencia.

¿Y Yon de Luisa y Mikel Arriola? Ellos sólo quieren erradicar #ElGrito, aunque las calles en la periferia de algunos estadios del futbol mexicano sigan siendo coliseos sin ley, a matar o morir.

Para las autoridades de San Luis y del equipo potosino es claro: se permite la inmunidad y la impunidad a todos los rijosos, del calibre que sean.

Mientras tanto, Chivas se encontró con un equipo que le faltó al respeto. Ojo, le irrespetó porque ni siquiera lo motivó, lo incentivó, lo conminó a que jugara al futbol.

Los Diablos de Hernán Cristante fueron unos tristes diantres y su gran Luzbel, Rubens Sambueza, queda claro que las vísperas de los juegos son noches de mucha felicidad en Guadalajara.

Así el triste cadáver del Toluca y con ese saldo de un punto de 15 posibles, aún es tercero del torneo, pero ofreció una de sus más lamentables actuaciones. El 1-0 lo marca César Huerta al minuto cinco de compensación en el primer tiempo, al aprovechar un balón a la deriva tras una clara falta sobre la zaga toluqueña, pero ante lo que todos vieron, el VAR cerró los ojos.

El 2-0 es de Ronaldo Cisneros al ’95, cuando la pereza de los toluqueños concede todas las facilidades.

El verso y el verbo del interino, Marcelo Michel Leaño, sigue pensando que tiene “un equipazo” y “unos jugadorazos”, mientras que Cristante sí hace un diagnóstico serio al aceptar que sus exorcizados juegan a ser “un equipito”.

Por lo pronto, jornada a media semana, que seguramente puede poner un poco de orden, especialmente con las ficticias presencias de Atlas y Toluca entre los tres primeros del torneo.

De cualquier forma, usted disfrute esa dosis de arrebatos, de estertores, de pataletas y de absurdos del torneo mexicano. Recuerde, todo eso, sin duda, lo salpimienta como si fuera un casting para el Chapulín Colorado.

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LOS ÁNGELES -- Fracaso en Copa Oro y en la Copa Confederaciones, además de seis partidos de suspensión por conducta agresiva. Y el Grupo Pachuca decidió llevar a “juicio” al entonces técnico de la Selección Mexicana, Juan Carlos Osorio.

Andrés Fassi, el primero de agosto de 2017, anunció en Raza Deportiva de ESPNDeportes, que presentaría diez puntos ante la FMF para controlar y ubicar a Juan Carlos Osorio. “Cambios que deben hacerse para mejorar”, explicó el entonces vicepresidente del Grupo Pachuca.

Al final, no pasó nada. Días después se reunió con el pleno de la Comisión de Desarrollo de la FMF, y ahí le dijeron a Fassi que dejara por ahí el folletín con sus sugerencias, y que luego, por ahí en la tardecita del Día del Juicio Final, le responderían. El decálogo del Moisés pachuqueño y su impetuosa iniciativa terminaron en el basurero.

Pero, al menos, entonces, hubo algunas voces que se alzaron inconformes. Jorge Vergara y unos pocos más respaldaron al Grupo Pachuca entonces encabezado por Jesús Martínez.

Era válido exigirle a Osorio que rindiera cuentas y que escuchara sugerencias. Pero, los ningunearon a los rebeldes. El técnico colombiano siguió con sus rotaciones, sus improvisaciones, sus inventos, y su forma peculiar de vida fuera de la cancha.

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Imago7Martino aceptó que el Tri no mantiene el nivel durante los 90 minutos.

Pero, insisto, al menos entonces, hubo quien quiso alzar la voz. Hoy, ante los desatinos de la Selección Mexicana ningún directivo se pronuncia públicamente. Hay temor y hay complicidad. Ambos aspectos son perjudiciales, son mezquinos, e implican corrupción.

Con la muerte de Jorge Vergara y con el #PachucaGate desatado contra Jesús Martínez, las únicas voces inconformes, críticas, imprecatorias e interpeladoras han quedado silenciadas.

Cuando no hay quién pueda, sepa y quiera, exigir explicaciones del momento de la Selección Mexicana, se tolera el ejercicio infausto de la dictadura, del absolutismo, para comandar libremente sobre la pusilanimidad y el miedo.

También es cierto que no hay un directivo capaz de confrontar a Gerardo Martino. A excepción de Jesús Martínez y Andrés Fassi, en su momento, no hay un tipo que entienda de futbol y se pueda plantar tú a tú ante el Tata.

Ojo: Gerardo Martino es empleado de los dueños de los 18 equipos de la Liga Mx, está a su servicio. Ellos son quienes cubren su elevado sueldo, ese que se mantuvo intacto durante el casi año sabático que se tomó entre 2019 y 2020.

Ellos, los propietarios de los 18 clubes, son empleadores de la mayor parte de la materia prima de la Selección Mexicana: los jugadores.

Es decir, si quisieran, porque sin duda deben hacerlo, cuestionarían a Gerardo Martino sobre los dos recientes fracasos en la Liga de las Naciones y la Copa Oro, y sobre el pobre rendimiento futbolístico en el arranque del Octagonal Final de la Concacaf.

Pero, ¿quién sabría cuestionar inteligentemente y con conocimiento de causa, con nociones de futbol, a Gerardo Martino? Además, debería tener la personalidad, la jerarquía, la presencia, la autoridad moral, para hacerlo.

Hoy, lamentablemente ni siquiera hay un directivo que con una dosis mínima de testosterona se atreva a emplazar a Gerardo Martino y a Yon de Luisa. Incluso, el mismo presidente de la FMF podrá citar a su subordinado argentino y pedirle cuentas y explicaciones, pero definitivamente no está capacitando para repelarle e interpelarle cada respuesta. ¿Torrado? ¡Por favor!

México sufrió en la primera Fecha FIFA, y sufrió ante Canadá este jueves. Más allá del efímero 1-0, que fue una joya de concepción futbolística, los otros noventa y tantos minutos, incluyendo el tiempo de compensación, el Tri fue una calamidad, de la que sólo se salvan, más por esfuerzo que por claridad colectiva, Raúl Jiménez y el Chucky Lozano.

Recordemos que Gerardo Martino es el primer entrenador en la historia del futbol mexicano, que goza de tres giras de preparación por Europa, e incluso en medio de la aterradora pandemia, y de poco sirvió en dos finales, una ante Estados Unidos “A” y otra ante Estados Unidos “C”.

Tal vez el problema es que Martino, De Luisa y Torrado, habían dicho que cada juego del Tri en el Octagonal de la Concacaf sería como una final, y recordemos que El Tata es un experto en perder finales, como lo corroboró con Barcelona, Argentina, Paraguay, y ahora dos veces con México.

No obstante, recordemos que tras los dos zangoloteos que le propinó Estados Unidos, varios directivos mexicanos se acercaron a Yon de Luisa a decirle que no querían otra eliminatoria sufrida o con repechaje como pasó rumbo a Sudáfrica 2010 y a Brasil 2014.

Inconformidad hay, pero una voz estentórea, con poder, que se trepe al púlpito mediático y recrimine el trabajo que se hace con la Selección Mexicana, no la hay. Y lo peor, seguramente no la habrá.

Y Martino tiene una larga lista de preguntas que responder ante sus patrones, ante sus empleadores, porque les está dañando aún más el ya dañado producto, pero que es el más importante, por los millones de dólares que genera año con año.

1.- El Tata se queja de que sus jugadores han perdido intensidad en los partidos. ¿Quién se los tolera y por qué no se soluciona?

2.- Chucky Lozano denuncia: “Tras el gol (1-0) nos echamos atrás”. Si no fue decisión de Martino, qué tipo de tara hay en la cabecita del jugador que el técnico no puede solucionar.

3.- ¿Luis Romo, el mejor futbolista mexicano del momento, en la banca? ¿Fuera de la convocatoria Salvador Reyes, convertido en el jugador más versátil por izquierda en México?

4.- Mientras, los eternos claroscuros de Héctor Herrera, y a su vez Andrés Guardado fue ridiculizado ante adversarios atléticamente muy superiores, capaces de rebasarlo constantemente. ¿Edson Álvarez? De nuevo, no sabe dónde, ni cómo ni a qué debe jugar.

5.- Jorge Luis Pinto, dirigiendo a Costa Rica, advirtió a los mexicanos. “Sus jugadores europeos, también juegan en desventaja en el Estadio Azteca”. Guardado lo aceptó tiempo después, el efecto de la altura, también era cruel con ellos, no sólo con los adversarios. ¿El Tata Martino no hace mediciones como sí las hacía hasta Osorio?

6.- Y una gran verdad: no hay para más. Entre lo que desdeña Martino (Luis Montes, Fernando Navarro, Gerardo Arteaga, Santiago Giménez, Reyes, etcétera) en su lista de vetados, y los que se asilaron en la MLS, quedan muy pocas opciones. ¡Ah, pero cómo proliferan cartuchos quemados del extranjero en los clubes mexicanos, con la tolerancia de la FMF!

7.- Ese sueño de ser cabeza de serie en la Copa del Mundo de Catar, se ha convertido en pesadilla. De mantenerse las condiciones actuales de competencia, Estados Unidos irá tomando distancia y acercándose a esa ilusión de ser cabeza de grupo en el sorteo mundialista.

Y, al final, no se trata de condicionar la continuidad de Martino, sino de encontrar soluciones, a costo de lo que sea, legítimamente hablando.

El Tata está capacitado para llevar a México al Mundial de Catar 2022, pero él también debe ser más claro, franco, contundente y despiadadamente honesto y sincero, sobre esta selección nacional, que, además, quedó claro este jueves, ya debe preocuparse aún más, por la materialización incontrolable de #ElGrito.

Pero, queda claro, no hay quién le plante cara a Yon de Luisa y a Gerardo Martino para pedir explicaciones, y hacerlo hoy, antes de que sea demasiado tarde, y terminen asomándose nuevamente, a la escalerilla de emergencia del repechaje.

Por eso, insisto: El ‘juicio político’ del Tata Martino, ¿para cuándo?

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LOS ÁNGELES -- Empuja, arrastra, resopla, presiona, encima. Pero todo es músculo, todo es inercia, todo es fuerza bruta, Hay poco talento (como en el 1-0 de Jorge Sánchez), poca idea, poco seso, poca fórmula estratégica. Por eso, México rescata, entre abucheos, un resultado que aritméticamente enriquece, pero futbolísticamente emplaza a dudas y deudas.

1-1 con Canadá. Un empate, en casa, que apesta a ese inconfundible tufo de fracaso, especialmente porque la Trinca de Ensueño (Tecatito Corona, Raúl Jiménez e Hirving Lozano), sigue siendo un mito, una fantasía calenturienta de algunos despistados.

Un Tricolor de mucha transpiración y de poca inspiración. El pizarrón de Gerardo Martino sigue en blanco. Sólo un momento de su presunta dinámica vertical, en ese 1-0, aprovechando la bobalicona marca de Canadá. De ahí, en fuera, la selección juega a impulsos, como pataleos epilépticos.

México comparte el liderato del Octagonal Final de la Concacaf, con ocho puntos, que había usurpado brevemente Estados Unidos (2-0 a Jamaica), pero eso no sofocó ni los silbidos, ni los abucheos, ni la aparición pulverizada en pequeños grupos de #ElGrito que enerva a FIFA y a Concacaf. Cierto, técnicamente, EE.UU., por goleo, tiene el mando.

¿Canadá? Hizo lo suyo y lo hizo bien. Cierto: le perdonaron un penalti y una tarjeta roja, pero exigió dos veces a que los músculos experimentados de Guillermo Ochoa rescataran al Tri.

Por otro lado, los dos goles del primer tiempo son un diagnóstico impecable de la selección mexicana. La describen de cuerpo entero. Inequívocamente.

México toma ventaja bajo el disfrute de Gerardo Martino. Velocidad, movilidad, claridad y, claro, contundencia. Fue una golondrina sin verano. De no ser por la solvencia en la ejecución, entraría en la clasificación de chiripazo.

El rompimiento desde el fondo de César Montes a la órbita de Jesús Gallardo; la entrega a Chucky Lozano, quien con la figura descompuesta, recompone al arribo ciclónico del tan cuestionado Jorge Sánchez, quien con una pulcritud asombrosa, controla y define de pierna izquierda. 1-0, al ’21.

La respuesta de Canadá ocurre dentro del mismo mapa de intenciones de todo el primer tiempo. Sólo que, esta vez, los mediocampistas se replegaron hasta amontonarse con sus defensas. Alphonso Davies tuvo tiempo para elegir, y encontró la irrupción de Jonathan Osorio en el área, quien no perdona y crucifica a Ochoa.

Sí, una selección mexicana que sólo por unos instantes se sentía cómoda y descarada yendo al frente, pero también con numerosos problemas en el fondo, víctima de una descoordinación en las coberturas y en las anticipaciones, sin que la experiencia de Andrés Guardado y Héctor Herrera ayudaran en la trompicada labor de Edson Álvarez con los jugadores del fondo.

Y claro, el sinsabor que le provoca migrañas a la FMF y a Yon de Luisa. El enclaustrado se fugó de las gargantas y del sentido común de la afición mexicana. #El Grito regurgitó en la tribuna al minuto 56, obligando al árbitro salvadoreño Ismael Cornejo a detener el partido y citar a los jugadores en el centro de la cancha. El silbante invoca el primer paso del protocolo.

Con ese instante, basta para que la FIFA pueda abrir un nuevo expediente. Dependerá de la habilidad de Yon de Luisa ante el comisario del juego.

Con la tribuna nerviosa, con su equipo sin recuperar el orden en el juego, aunque tenga la pelota y el espacio, Gerardo Martino busca esos extraviadísimos mecanismos de velocidad y sorpresa. El Tata comisiona al 71’ a Uriel Antuna por el inconsistente Tecatito Corona, mientras Charly Rodríguez suple a un exhausto Andrés Guardado, incapaz ya de marcar una referencia de apoyo de segunda línea.

Poco ayudan los cambios. La explosividad de Uriel Antuna, ésa ante los púberes del Preolímpico, o los artríticos de los partidos amistosos, en partidos de adultos, desaparece en todos sentidos.

México cerró aún más precipitado, embistiendo por inercia, sólo porque no había más qué hacer con la pelota, que arrastrarla a puro instinto hacia el frente. Confirmado, el equipo juega con más intenciones que sabiduría.

El primer técnico que goza de tres giras por Europa, Gerardo Martino, no logar plasmar una idea identificable para jugar al futbol, si es que la hay con claridad, dentro de la selección mexicana.

Ahora, México recibirá a Honduras, urgida de recuperar escalones en el Octagonal Final, y luego viajar a encerrarse en el Cuscatlán con El Salvador.

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LOS ÁNGELES -- Raúl Jiménez estará en la cancha ante Canadá. Estará, después de esa larga rehabilitación tras la fractura en el cráneo. “Ha sido un milagro (que esté con vida)”, le dijeron los médicos. “Lo primero que pensé fue que se murió”, revela su esposa Daniela Basso.

Pero Raúl Jiménez estará, estará ahí en la cancha del Estadio Azteca ante Canadá.

Hirving Lozano estará también, ahí, en la cancha, ante Canadá. Estará, luego de una penosa rehabilitación, tras el doble choque ante Trinidad & Tobago en Copa Oro. “Un poquito más, menos, izquierda o derecha, me pude quedar paralítico o perder el ojo porque se abrió todo. Pude morir. Tuve mucho miedo”, reveló El Chucky a Daniel Martínez, corresponsal de ESPN en Italia.

Imago7Raúl Jiménez y el Chucky Lozano regresaron con el Tri para la fecha FIFA de octubre.

Y, sin embargo, Hirving Lozano estará, estará ahí en la cancha del Estadio Azteca ante Canadá.

Ellos estarán ahí. Estarán con todos sus temores, sus reminiscencias, sus cicatrices, sus dramas, sus dudas, escoltados por una nueva e inusual angustia entre sus familiares. El temor se ha aposentado en sus hogares.

Estarán ahí, en la cancha del Estadio Azteca. Porque tienen un poderoso sueño mundialista: Catar 2022. Y porque también saben que Tú, aficionado, albergas una poderosa ilusión mundialista hacia Catar 2022.

Ellos no te abandonan. ¿Tú los abandonarás? Raúl Jiménez y Chucky Lozano no te traicionan, estarán ahí, en la cancha, con todos los resabios y las secuelas de sus tremendas lesiones. Pero regresan a la cancha del Estadio Azteca para que Tú regreses a la tribuna y Tú avives el fogón de tus fantasías mundialistas.

¿A qué se debe este preámbulo? Debido a #ElGrito, México ya recibió veto de dos juegos oficiales en el Estadio Azteca. A base de súplicas, argumentos, y el peso de Yon de Luisa ante FIFA, el castigo se redujo a un partido, pero la advertencia quedó muy clara.

Si #ElGrito se presenta nuevamente ante Canadá y Honduras, este jueves y el próximo domingo, la sanción de FIFA tomaría un rumbo drástico: quitar puntos. De tres en tres. México ha sido apercibido. E incluso, podría ser despojado de la sede mundialista de 2026.

Y hay riesgo de que #ElGrito, ese que le genera sudoraciones y escalofríos de madrugada a Yon de Luisa, pueda reaparecer en estos dos juegos. El Estadio Azteca contempla albergar 65 mil 200 aficionados para ambos partidos, y sólo es necesario que uno, diez, cien, mil, empiecen con ese coro, para que en Zurich se incomoden y la guillotina aparezca.

Y no, aún bajo el riesgo de aquello de “explicación no pedida, acusación manifiesta”, este texto no tiene patrocinio ni pretende proteger los aviesos y mezquinos intereses de la Federación Mexicana de Futbol, ni de uno que otro bandolero infiltrado como propietario de equipo.

Los tres o cuatro recurrentes visitantes a este espacio, con menos sobrevivientes que El Juego del Calamar (Squid Game) en Netflix, saben que en este balcón hay una trinchera contra la plaga federativa y sus calamidades.

Por eso, no se trata de ser un cómplice en engordarles las finanzas a la FMF, sino de contemplar ese escenario colectivo, el de los futbolistas y los aficionados, que sin negociarlo ni consensuarlo, sino de manera tácita, se ilusionan con una aventura en Catar 2022.

Seguramente, Raúl Jiménez y El Chucky Lozano, disfrutarían quedarse en Inglaterra e Italia, con sus familias, lejos de los eventuales riesgos de jugar en una eliminatoria mundialista, bajo el grado de rudeza y aspereza con las que se juega en la Concacaf.

Pero, insisto, ambos estarán ahí, porque el desafío máximo de un futbolista es jugar una Copa del Mundo, o dos, o tres, o cinco. Y claro, recibir todos los beneficios que representa poder hacerlo. Hay riesgos, pero hay recompensas.

Desde hace años he sostenido, y el tiempo lo ha corroborado, que #ElGrito no pretende ya ser un insulto, ni ser una increpación homofóbica, porque el portero no se siente ni sobajado ni intimidado, y además grupos mexicanos afiliados a la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas, han asegurado que no se sienten ofendidos, y que lo entienden como un folclor muy nacional.

#ElGrito es hoy un reclamo estentóreo hacia el rendimiento de la selección mexicana. Si juega mal, no anota y no va ganando durante el partido, la tribuna bufa el descontento a través de él. Si el Tri juega bien y gana, el alarido no aparece en el estadio. Quedó más que evidente en la Copa Oro.

#ElGrito es la única moneda de recriminación que sabe el aficionado que sí genera un impacto, que sí da escalofríos a la Selección Mexicana y sus jugadores. Es un brutal chantaje emocional. La decepción genera ese bramido en la tribuna.

Ya hemos explicado en este espacio que precisamente Canadá es la que ha estado más insistente ante FIFA y Concacaf para que se asedie al aficionado mexicano. Víctor Montagliani, entre motivos personales y empresariales, ha dejado en claro, como presidente –que preside pero no manda– de Concacaf, que “esto (#ElGrito) no es folklórico, es un insulto homofóbico”.

Por eso, si el chillido, si el refunfuño sonoro se escucha en la tribuna del Estadio Azteca este jueves y el próximo domingo, la FIFA se brincará el párrafo del veto al estadio, para ir de inmediato a la hurta de puntos, insisto, de tres en tres.

¿Qué hará la FMF para controlar estos zafarranchos verbales? Obviamente no puede obligar a que la Selección Mexicana gane, guste y golee desde el primer tiempo, y menos aún en estos momentos catatónicamente futbolísticos del Tri de Gerardo Martino, más allá de que sume siete de nueve puntos posibles.

La FMF recomendó en la Copa Oro algunos protocolos particulares en los estadios. Por lo pronto, todos ellos se implementarán en estos dos juegos ante Canadá y Honduras.

Hay algo que la FMF aún no entiende. Son de la misma raza, de la misma sangre, de la misma idiosincrasia, pero aún así, en un estadio de futbol, son muy diferentes los aficionados mexicanos en Estados Unidos (más de 30 millones), de los aficionados mexicanos en México. Haber cubierto bajo las bendiciones de este oficio, más de 200 juegos de la Selección Mexicana desde 1982, desde amistosos a Copas del Mundo, ha permitido detectar que son los mismos, pero no son lo mismo.

Sin embargo, entre los protocolos a seguir por parte de la FMF, bajo el acecho y el escrutinio severos de FIFA y Concacaf, más la advertencia de que las sanciones serán cada vez más rigoristas y rígidas, es muy probable que el aficionado que acuda a estos dos encuentros en el Azteca sea capaz de controlarse.

Además, ya es tiempo de que el mexicano, de ambos lados de la frontera, encuentre nuevas formas de manifestarse. Maestros en el arte del albur y el doble sentido, e hijos epónimos del ingenio, el humor de todos colores, y con el sarcasmo como lengua nativa, los mexicanos ya deberían haber descubierto una forma más alegre y alegórica para incomodar al adversario.

Al final, sobrevive la pregunta que titula este Blog: ¡Tú, sí, Tú! ¿Te atreverás a traicionar a Raúl y al Chucky?

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LOS ÁNGELES -- Las convocatorias del Tri son exactamente como el oficio de cohetero: si sale mal, te chiflan, y si salen bien, igual te chiflan. Cuando el técnico nacional de su lista, resulta ser el menos listo.

Juan Carlos Osorio pasó lista de su legión para la Copa América Centenario. Citó 23. El juicio público ha sido contundente: se equivocó en los 23. No le atinó a ninguno.

Queda claro: si cada convocatoria del Tri pasara por un plebiscito o por un filtro público o por un jurado de concurso de baile ante los 130 millones de técnicos de México, ninguno de estos 23 habría sido elegido. ¿Vox pópuli, vox Dei? ¿La Voz del Pueblo es la Voz de Dios?

Hasta un reloj descompuesto es certero dos veces al día. Osorio, ni eso, según, por supuesto, ese Pep Guardiola o ese José Mourinho o ese Cholo Simeone que habita con pomposas posturas en cada aficionado mexicano.

El técnico nacional juega su propio albur. Elige a muerte a los que él cree, o él espera, que estén a muerte con él. Al final, inevitablemente, el Tri-tanic empezará a zozobrar.

Pero, si hasta Jesús se equivocó eligiendo a Judas y si hasta Pedro lo negó tres veces, qué puede esperarse en cualquier batallón de millonarios, veleidosos y egoístas futbolistas. No todos tienen el enaltecimiento de guerreros. Layún, Guardado, Chicharito, Márquez... ¿cuántas excepciones?

Osorio exhortará a su mexicanismo o su mexicanidad. Pero, y debe saberlo, a estas alturas, la patria de muchos de sus elegidos, tiene a Washington en su escudo, y no a la mítica y fascinante águila devorando una serpiente. Los aztecas se equivocaron, el dólar paga mejor.

Si la horda popular de sabihondos pudiera acceder a la elaboración de la convocatoria, ninguno de estos 23 se quedaría. Y Usted, sí, Usted, uno de esos siete pelagatos adictos a este blog, entraría en ello.

¿Chicharito Hernández? Los americanistas y los misóginos, lo descartarían. No se puede ser de Chivas y encima seducir a la novia con esa caída de ojos.

¿Miguel Layún? Los aficionados de Chivas lo condenarían por sus memorables correrías con el viento amarillo de las Águilas.

¿Corona? ¿Talavera? ¿Ochoa? El primero aún no sabe, y como cruzazulino no sabrá nunca lo que es ser campeón. Y el segundo no cometió un par de errores que costaron al Toluca la Libertadores. Y el tercero, juega en el Málaga, y estuvo más de un año en la banca.

Juan Carlos Osorio y Guillermo Ochoa
Mexsport

Bajo ese tamiz, inevitablemente, quedan atorados los 23. Donde Osorio ve una pléyade, el grueso de la afición ve a nacidos para perder. Donde Osorio se frota las manos con ilusiones de Copa América, sus 130 millones de homólogos de sofá lo condenan por miope.

Es tan simple que donde el técnico colombiano ve 23 lealtades, el aficionado puede ver, claramente, a 23 traiciones de Osorio al propio Tri.

Como agregado, Giovani dos Santos le da la espalda a la selección mexicana. De repente de aquella proclama de "vestir la camiseta de la selección es más hermoso que todo (incluyendo a Belinda)", Gio pasó al "a'i me disculpan, pero hoy no quiero".

¿Y Carlos Vela? Él sigue embelesado con la NBA. Su pasión genuina, después, claro, de las bacanales nocturnas en San Sebastián. Y seguro, si hubiera sido basquetbolista, estaría en los estadios de futbol. La mayor pasión de Vela es el desapasionamiento por un oficio.

Y súbitamente, ambos, desertaron. Hoy, los dos portentos de la Sub 17 campeona del mundo en Perú 2005, han degradado sus propias carreras.

En su momento, a aquellos 23 que humillaron a Brasil en la Final peruana, les llamaron los Niños Héroes en el epítome de la exageración y el sensacionalismo. Bueno, sus dos figuras, sus dos Juan Escutia de entonces, hoy conscientemente, se han negado a envolverse en la bandera metafórica del Tri, y tirarse al vacío.

Gio, en su mejor momento en la MLS, cobra venganza nuevamente de Decio de María, quien quería marginarlo desde la época de Miguel Herrera. Vela en su peor momento futbolístico, elige la indolencia para vestir de gris, una luminosa expectativa.

¿Para qué le alcanza a Osorio? Con sus 23 del Patíbulo, tiene un grupo con testosterona, aunque sin duda aparecen algunos que ninguno de los 130 millones de entrenadores jamás hubieran citado, como Yasser y Araujo.

Pero la mejor definición, en la forma más coloquial, contundente y franca, la dio Miguel Herrera alguna vez. "Si yo me equivoco, al que corren es a mí, no al convocado".

No hay mayor lealtad profesional que poner en manos de 23 el futuro profesional. No hay mayor deslealtad profesional que ser de esos 23 y no sentirlo así.

Y al final, como en el Circo Romano, al arrancar la Copa América, Osorio y sus jugadores, comparecerán al ombligo del universo de los inconformes, y con la mano derecha en todo lo alto, juramentarán: "Ave, Caesar, morituri te salutant (Ave César, los que van a morir, te saludan)".

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Jesus Martínez Sr., Mauro Boselli y Jesús Martínez Jr.
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LEÓN, Guanajuato -- Fue el turno de Mauro Boselli. Este martes, en las entrañas del Estadio León. La Multipropiedad. La multisospecha. El multimorbo. El multicontubernio.

Una familia, dos equipos y un boleto a la Final del Clausura 2016. León frente a Pachuca. Semifinales con suspicacia. Un hijo que ha sido bicampeón. Un padre que peina más canas sin el engomado de títulos recientes en Liga MX.

¿Quién lo necesita más? ¿Un León que regresó de la muerte del ascenso a enseñorear la Liga MX? ¿O un Pachuca que se ostenta como el equipo de México con 11 no nacidos en el país en su listado? En el nombre del padre, quiere ganar el hijo. En el nombre del hijo, quiere ganar el padre.

¿Quién lo necesita más? Sin duda el Pachuca. Más allá de que la selección mexicana agradece a los sobresalientes Herrera, Pizarro, Lozano y Gutiérrez, el ayuno mata, especialmente a los estómagos ulcerados de la soberbia. La egolatría muere en Cuaresma.

Y Boselli, este martes, sin Biblia para juramentar, rechaza las leyendas urbanas que nacieron, crecieron y se desarrollaron, en los feudos patriarcales de América, Necaxa y San Luis o Atlante. Para el que juega al ajedrez contra sí mismo, de alguna manera, es tan amarga la victoria como la derrota. Es un fraude ante el espejo. Un adulterio a solas.

Y tras los cuchicheos en torno a los juguetes de Televisa, prosiguieron Morelia y Veracruz, jugueteando con la moral, con el futbol y con la ética de sus soldaditos. Sí, aquéllos que tiraban la primera piedra...

Valientemente, David Faitelson ha relatado en Raza Deportiva de ESPNDeportes, como fue testigo de la indecencia. Las cabezas de Tiburones y Monarcas determinaban el marcador de un duelo crucial entre ellos, antes de que salieran a la venta los boletos.

Los tahúres indecorosos --¿hay de otros?-- juegan con cartas marcadas. ¿Tanto en Chapultepec como en el Ajusco? ¿O en Chiapas y Puebla? ¿O, entonces, en León y Pachuca, en la mesa familiar de los Martínez?

Como tantos otros antes, y como tantos otros en el futuro, Boselli esgrimía su verdad, que no necesariamente sería la verdad absoluta. Nadie se ha acercado. Nadie le ha insinuado. Nadie le ha ordenado detener su saña asesina ante 'El Conejo' Pérez este jueves. Ni hoy, ni antes.

Ojo: no hay motivos para dudar de Boselli. Pero, tampoco hay suficientes motivos para creer que no ocurre lo que dice Boselli. ¿Cuántas veces astros italianos negaron que sus mocasines de 2 mil dólares no fueron lustrados con dólares de corrupción?

Y al final, la justicia italiana descubrió componendas impresionantes. El futbol italiano sufrió un cataclismo por partidos amañados, que hasta en El Vaticano se cimbraron los altares.

Y si Italia tembló haciendo que la sonrisa de la Gioconda se tornara más tétricamente sarcástica, qué pasa en otros mundos. ¿Y en España? ¿Y Alemania? ¿Y Centroamérica? ¿Y Sudamérica?

¿Será acaso entonces que el futbol mexicano es el único Castillo de la Pureza, blindado, impenetrable, ante la marabunta de podredumbre que repta desde FIFA?

¿Será acaso que las últimas conciencias virginales del universo del futbol habitan ya sólo en México, uno de los paraísos majestuosos de la corrupción? ¿Será que la Liga MX es el Oasis que sobreviviría hasta a los mastines desalmados de Loretta Lynch?

Al final, no son los Martínez los únicos responsables del hedor a inescrupulosos contubernios, con el que olisquean los maliciosos esta Semifinal.

Hay un organismo que rige. Y antes como hoy, Decio de María defiende el ejercicio de la multipropiedad. Para él no ocurre nada malo en la Liga, ni la discriminación, ni las hordas en los estadios, ni los atropellos arbitrales. De María es el dueño de Hamelín... en todos los sentidos.

Y claro, los otros 12 dueños de clubes, quienes fingen que no ven, es decir, son cómplices, ejercen de compinches, y de timoratos, porque entonces, el amplio rango de sospechas, no sólo enjaula a los Martínez y a De María, sino a ellos también.

¿Podemos creer plenamente en Boselli cuando recordamos cómo algunos refuerzos que Gustavo Matosas sugería para el León, aparecían súbitamente en Pachuca? ¿Ejemplos? El más poderoso de todos: el ecuatoriano Enner Valencia.

No hagas cosas malas que parezcan buenas. Ni multipropiedades buenas, que parezcan malas.

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Guadalajara-América
Mexsport

LOS ÁNGELES -- América renueva votos. Regresa a Semifinales. El urgente título está a 360 minutos de distancia. Tan cerca, tan lejos. Porque la codicia no es sólo suya. Hay otros tres con uñas de usurero.

Zarpó América a Semifinales del Clausura 2016 con botín completo: 2-1 sobre el Guadalajara. Fue mejor, fue contundente, desolló al rival, y agregó como trofeo en el zócalo del Estadio Azteca, la zalea humeante de Chivas, y sobre todo, gana sin ese hedor malsano de complicidad arbitral. Sus detractores hoy son ventrílocuos silenciosos.

Este Clásico correspondió a su linaje. Exudando intensidad, devoción, testosterona, cargó con la ecuación propia de sangre, sudor y lágrimas, en el atisbo final del trámite, sin faltar claro, polémicas arbitrales. La virtud y el pecado también aman el futbol.

Chivas tuvo su chivo expiatorio: Gullit Peña. Le entregaron al condenado a muerte y con una bala en el revólver. Y desde el manchón de la incertidumbre, Gullit curó el estremecimiento de millones de americanistas estremeciendo el larguero y dejando estremecida a la Nación Chiva. Trémulo, impávido y patidifuso el Rebaño. El semidios de sus oraciones, confirmó que tiene rodillas de barro.

América sumó méritos. Carlos Darwin Quintero se parece cada vez a su pasado santista que a su pasado americanista. El mejor en la cancha. ¿Alguien recuerda a un tal Sambueza?

Después de todo, El Conejo Brizuela tenía razón: "Quintero es un provocador, se lleva y no se aguanta". Sí provocó la derrota, se llevó por delante la zaga de Chivas y aguantó generar las dos jugadas de gol, la del penalti y la de Oribe.

El diminuto con cara de gamín (sinvergüenza en Colombia), se recreó y recreó. Carlos Darwin despega, frena, pisa, amaga, circula, elude y entrega órdenes de fusilamiento, con precisión de francotirador. Un piloto suicida con un balón como volante.

Y si el colombiano se redime, además se ha reconciliado con su consorte. Sí, ya ese matrimonio que hizo campeón al Santos insinúa que puede llevar al América al altar. Oribe y Quintero, hasta que la muerte los separe.

Habíamos insistido que en el Juego de Ida el mejor hombre fue Oswaldito Martínez. Se vistió de anonimato, pero en el Estadio Chivas aplacó las embestidas de Gullit Peña y de Orbelín Pineda.

Jugó -el otrora Osguanguito- lejos de los reflectores, pero cerca del titiritero. Volvió a hacer lo mismo. El gol de Orbelín es una desatención de posición de Andrade, que como Riflecito, es apenas una resortera güilotera.

Mientras Oswaldito acierta y Gullit desperdicia, y mientras Sambueza era ya sólo un recorte de periódico en el refrigerador, en la banca de Chivas hacía falta Matías Almeyda. La tecnología no sustituye la presencia, menos aún la de un genuino caudillo.

Los cambios que hizo Chivas, con la partitura enloquecida de la desesperación absoluta, terminaron por arruinar al equipo más agradable de las últimas siete semanas en la Liga MX.

Las elecciones de jugadores en los trueques fueron totalmente correctas, pero, queda claro, las indicaciones fueron imprecisas, equivocadas, al darse o al recibirse. En tiempos de celulares, Chivas perdió bajo la teoría del teléfono descompuesto.

Y el equipo luminosamente ofensivo, inteligentemente defensivo, se convirtió en una teatralización ordinaria, en una representación vulgarmente genuina, del origen mismo del mote del Guadalajara: "Corren como chivas locas, así juegan", según las bautizó el finado Latiguillo en las páginas de El Informador. Y eso fueron.

Nuevamente un duelo tijereteado. Las estadísticas del juego recalcan 42 faltas en 90 minutos. Una casi cada dos minutos. Cierto: muchos roces, muchos clavados y mucha dramatización.

Las asignaciones no cambian. América debe entregar el trofeo de este Clausura 2016. Insisto: ¿pueden imaginarse que el 12 de octubre en lugar de pasear el título, terminen paseando un ataúd lleno de cenizas de promesas mientras graznan los cuervos sus excusas? No se festejan 100 años en el cementerio donde yacen los fracasos y perfuman los cempasúchiles.

¿Chivas? Tiene carta blanca. Llegaba a la Liguilla perdonado de todos sus pecados. El ascenso es una calamidad ajena. Tiene la mejor base de futbolistas mexicanos, aunque su auténtico líder es, inobjetablemente, argentino. La pesadilla quedó atrás. La esperanza del torneo siguiente, sólo Jorge Vergara puede arruinarla.

Para ociosos: América jugó con ocho no nacidos en México. Chivas con ocho no nacidos en su cantera, pero, obvio, todos mexicanos.

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