La mexicana Alexa Grasso (13-3) rompe una ausencia de más de un año fuera del octágono este sábado en UFC Columbus ante Joanne Wood (15-7); valora la posibilidad de volver a pelear frente al público y quiere alcanzar un nuevo hito en su carrera.
Grasso no pelea frente a una tribuna con aficionados desde septiembre de 2019, cuando perdió con Carla Esparza en la Arena Ciudad de México, meses más tarde, en enero de 2020 fallaría en la báscula en UFC 246 y decidió subir al peso mosca.
Sus dos combates en las 125 libras fueron victorias, primero ante Ji Yeon Kim y luego ante Maycee Barber, ambas en el UFC Apex con severas restricciones de asistencia. Dos victorias que la colocan como oponente de Wood, quien en el 2020 estuvo cerca de enfrentar a Valentina Shevchenko por el título en UFC 251, un evento anunciado para Australia antes de la pandemia.
“Ella era la siguiente en la fila para pelear por el título, es una chica con muchísima experiencia y sé que una victoria sobre ella me va a catapultar muy alto”, dijo Grasso en entrevista en Guadalajara, Jalisco, donde entrena en el Lobo Gym.
Este enfrentamiento pudo darse en el pasado mes de noviembre, en su logar Wood enfrentó a Taila Santos, quien la sometió y se catapultó a ser la siguiente retadora.
Más tarde Alexa vería su racha de inactividad extenderse con una lesión de Viviane Araujo antes de UFC 270 en enero de este año, pero, asegura, que aprovechó los 13 meses sin combatir.
“La fortuna que tenemos en Lobo Gym es que nunca dejamos de entrenar, aunque no se dieron las peleas por alguna circunstancia, yo siempre les demuestro que crezco, ya derribo, ya me siento mucho más segura en el piso, obviamente mi striking sigue mejorando, pero son áreas en las que he estado enfocada todos los días”, comentó la mexicana de 28 años.
Al trabajar en este campamento con su coach Francisco Grasso y su entrenador de jiujitsu, el brasileño Diego Lopes, ha insistido en que quiere brillar en otra faceta de su juego, quiere la primera sumisión de su carrera, “Obviamente mi plan A siempre es el striking, me encanta la pelea de pie, pero quiero derribarla, quiero someterla, quiero la primera sumisión en mi récord. Se la prometí a mis entrenadores”, explicó Grasso.
Como ha sido en la mayor parte de su carrera, trabajó junto a la sinaloense Irene Aldana, que pelea el 9 de abril contra Aspen Ladd en otro compromiso con implicaciones de título a corto plazo. El sueño de ambas se acerca.
“Siempre hacemos campamento juntas, ya una vez ganamos el cinturón de Xtreme Combat en México y tenemos la meta de esa foto, pero con los cinturones de UFC, es algo que siempre nos dice nuestro entrenador, pero tenemos que trabajar más para conseguirlo, ser clasificada en este o cualquier otro deporte es muy difícil”, agregó.
Cercana a Brandon Moreno en los últimos años, Grasso asegura que ha visto las responsabilidades que conlleva ser campeón o estar en ese nivel pues, “Es una presión diferente, le agrega dificultad a todo, pero es parte del trabajo y hay que saber ajustarse”.
Grasso tiene marca de 5-3 en el UFC y ha logrado estar en el top 10 de dos divisiones en la promoción.
UFC Columbus se lleva a cabo este sábado en Columbus, Ohio con el estelar en el peso completo entre Curtis Blaydes y Chris Daukaus.