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Henry Cejudo no se está comportando como un verdadero campeón de UFC

Henry Cejudo hizo de todo para convertirse en campeón.

Para adjudicarse el cinturón peso mosca de UFC en 2018, tuvo que destronar al rey libra por libra, Demetrious Johnson, quien previamente lo había derrotado. Para la revancha, Cejudo apareció como un luchador fuerte, seguro y completo, y salió del octágono como campeón.

En 2019, TJ Dillashaw descendió de división buscando quitarle el cinturón de 125 libras. Cejudo solo necesitó unos 32 segundos para demostrar que podía conquistar a un hombre más grande.

Cinco meses después, Cejudo subió hasta 135 libras para agenciarse de una segunda correa. Se enfrentó a Marlon Morales por lo que, para ese entonces, era un campeonato vacante. Al principio, Cejudo parecía superado. Pero las apariencias pueden ser engañosas. Al final del segundo asalto, estaba en control y en camino. Otra victoria por nocaut técnico. Otro titulo.

La estrella de Cejudo estaba en ascenso como un raro doble campeón.

Pero desde ese momento, no ha actuado como un campeón.

El presidente de UFC, Dana White, apunta al 9 de mayo para el próximo evento de la promoción, y se espera que Cejudo haga su primera defensa del título peso gallo en esa cartelera contra el excampeón Dominick Cruz, 11 meses después de ganar el cinturón (Cejudo se sometió a una cirugía de hombro el verano pasado).

De un vistazo, podría parecer un enfrentamiento excepcional para una pelea por el campeonato, ya que Cruz es quizás el mejor de la división de 135. Pero para tener una idea clara de lo que hace a Cruz especial, tendrías que tener un largo recuerdo. Cruz no ha competido desde que perdió por decisión unánime ante Cody Garbrandt el 30 de diciembre de 2016. Es uno de los grandes de todos los tiempos, pero al día de hoy, no hace justicia a las calificaciones de un retador de título.

Uno podría estar inclinado a criticar a UFC, no a Cejudo, por realizar este enfrentamiento por el campeonato. Pero mucho antes de que se anunciara la pelea, Cejudo estaba haciendo campaña por ella. Momentos después de que derrotó a Morales para convertirse en campeón peso gallo en junio pasado, Cejudo se paró dentro del octágono y mencionó una lista de estrellas que ha derrotado (Cruz, Garbrandt y Urijah Faber). Lo que se le olvidó añadir es que Garbrandt, aunque sí fue excampeón, había perdido tres peleas seguidas. Faber no había peleado desde 2016.

Durante el resto del verano y el otoño, Cejudo ignoró descaradamente la creciente lista de contendientes legítimos peso gallo. Y no es como si estuvieran fuera de la vista. Aljamain Sterling (18-3) peleó antes de la misma noche en que Cejudo se convirtió en campeón, venciendo a Pedro Munhoz. Está situado justo detrás de Cejudo y Morales en la cima de la clasificación divisional de ESPN y habría sido un próximo retador lógico.

Si no es Sterling, ¿qué tal el cuarto clasificado Petr Yan (14-1), ganador de nueve combates consecutivos. O el séptimo clasificado, Cory Sandhagen (12-1) quién ganó sus últimas siete peleas. ¿Es demasiado pedir que el campeón defienda su cinturón contra alguien que viene de una victoria?

En cambio, los reclamos públicos de Cejudo finalmente se centraron en una defensa del título contra Cruz o el excampeón peso ligero Frankie Edgar. Edgar, de 38 años, también es una leyenda, pero en una carrera descendente, con reveses en dos peleas consecutivas y tres de sus últimas cuatro.

Luego, el 15 de diciembre, Cejudo de repente comenzó a llamar a una leyenda diferente, una que había perdido su segunda pelea consecutiva la noche anterior. José Aldo había pasado seis años y medio como campeón peso pluma. Bien podría ser el mejor de todos los tiempos en las 145 libras. Pero esa reputación se construyó durante una racha ganadora de 18 peleas que ahora se ha deslizado hacia el pasado. El Aldo de hoy ha perdido cuatro de seis.

Eso no le importó a Cejudo. Incluso tuiteó un video grosero junto a la piscina para exponer su caso. Y obtuvo lo que deseaba. Poco después de que Cejudo renunció al cinturón peso mosca en diciembre, con la intención de centrarse en peso gallo, la UFC anunció que defendería su cinturón contra Aldo el 9 de mayo. Sin embargo, con el brasileño incapaz de viajar a Estados Unidos durante la pandemia de coronavirus, el enfrentamiento finalmente se cambió a Cruz.

Cejudo simplemente estaba sustituyendo un giro equivocado por otro.

Esto no es lo que un campeón debería hacer. Un campeón se sienta en la cima de la montaña, mirando a los contendientes, todos luchando por subir para hacer un desafío. Un campeón representa algo a lo que aspirar. Un campeón es el objetivo. Un campeón no debería ir persiguiendo.

Sin embargo, Cejudo parece tenerlo al revés. Ha alcanzado la cima del deporte, y en lugar de enfrentarse a los mejores que vienen a él, él es el que persigue. Y malditos currículums recientes, todo lo que ve son los grandes nombres: Cruz, Aldo, Edgar, Garbrandt, Faber. "Quiero una leyenda", dijo Cejudo a mi colega Brett Okamoto recientemente. "Merezco ser una leyenda".

Si eso fuera cierto, los campeones nunca podrían luchar contra aquellos que están subiendo de rango. El campeón peso semipesado Jon Jones podría no haberse molestado con Anthony Smith, Thiago Santos o Dominick Reyes, todos retadores calificados, pero no un gran nombre entre ellos. En cambio, Jones podría haber puesto sus ojos en los dos excampeones peso mediano que recientemente se unieron a su división, Chris Weidman y Luke Rockhold. Ambos están perdiendo rachas, pero todos seguramente han oído hablar de ellos.

El único reclamo legítimo de Cejudo no ha estado dentro de la división de peso gallo. Está bien, realmente, que haya hablado de aumentar otra clase de peso para desafiar al campeón de 145 libras Alexander Volkanovski. Conor McGregor, Daniel Cormier y Amanda Nunes eran campeones reinantes cuando desafiaron a los campeones en las clases de mayor peso. No, no ayuda a la clase de peso de 135 libras que Cejudo cambie su enfoque al peso pluma, pero al menos finalmente está llamando a alguien que no está en una racha perdedora o varios años inactivo.