LAS VEGAS -- Aquellos que extrañaban al Conor McGregor violento, provocador y capaz de calentar cualquier pelea, deben estar contentos. Los que piensan que Dustin Poirier debe ser el siguiente retador al título de las 155 libras, también, pues el estadounidense mostró temple y no cayó en el juego del irlandés.
McGregor subió antes al escenario de la T-Mobile Arena y encontró botellas de la marca de salsa que fundó Poirier. Tomó las botellas y las abrió las botellas con la intención de lanzárselas a Poirier cuando subiera, pero, Dana White, presidente del UFC, le advirtió que no lo hiciera.
Entonces, las lanzó hacia los fans, que aclamaron el gesto. Guardó alguna y cuando Dustin subió, la derramó en el suelo en un gesto de desdén, y fueron un par de minutos de intercambio de insultos, con el equipo de seguridad sujetando, principalmente, al sembrado número uno del Peso Ligero.
El ex campeón de las 145 y 155 libras recurrió a insultos pasados de tono como, “tu esposa es tu esposo”, para tratar de intimidar, a lo que ‘El Diamante’ respondió: “Eras mejor en esto, tus intimidaciones eran mejores antes”.
Incluso, publicó una foto del día junto a su esposa en sus redes sociales con el texto: “Yo y mi esposo en camino a la conferencia.
El intercambio de palabras siguió. McGregor anticipó que lo mandará en muletas a su casa y que será una velada todavía más dulce que en 2016, cuando se convirtió en el doble campeón del UFC al vencer a Eddie Álvarez.
“Lo de esa noche (UFC 205) fue el mejor desempeño en la historia del UFC, pero, el sábado, lo vamos a dejar como el segundo, va a ser todavía mejor”, vaticinó ‘The Notorious’.
Intentó e intentó, con gritos y manoteos, pero Dustin siguió el plan de la semana, no poner atención: “Yo estoy en otro nivel, yo respeto todo lo que él hizo, no voy a entrar en ese juego”, respondió, cuando le preguntaron sobre las emociones que le provocaba Conor”.
Por ahí, hasta se burló del resultado final de la pelea de UFC 257: “Ya no es rápido McGregor, ahora es McGregor duerme”, en referencia al método de entrenamiento de Conor, llamado McGregor Fast.
Entre los pocos cuestionamientos sobre otros temas el irlandés habló sobre la trilogía con Nate Díaz. “Seguramente, pasará, debe pasar, no puedo esperar a que llegue”, y se alteró cuando un periodista le recordó que sólo ha ganado una pelea desde que Barack Obama dejó la Casa Blanca en 2016.
El show de Conor está de vuelta, falta ver si puede respaldarlo el sábado en el estelar de UFC 264 con las gradas llenas y la posibilidad de regresar a una pelea del título.