Khamzat Chimaev dice que finalmente está recuperándose de una batalla muy difícil con COVID-19 que amenazó con poner fin a su prometedora carrera a principios de este año.
Chimaev (9-0) estaba programado para enfrentar a Leon Edwards en una pelea de UFC de alto perfil en enero y nuevamente en marzo, pero se vio obligado a retirarse en ambas ocasiones debido a complicaciones causadas por COVID-19. El joven peleador de 26 años voló a Las Vegas en febrero para recibir tratamiento médico, solo para insinuar abruptamente su retiro en una publicación en las redes sociales el 1 de marzo.
En su primera entrevista desde esa publicación, Chimaev le dijo a ESPN que ha reanudado los entrenamientos y que le gustaría regresar a la competencia en agosto.
"Si estás enfermo, no puedes pensar en [una] pelea", dijo Chimaev. "Estaba pensando, 'Un mes, enfermo. Luego, dos meses. ¿Cuándo voy a terminar con esta mie---?' Ahora estoy sano, hambriento de nuevo. Quiero volver, aplastar a alguien y ganar dinero".
Chimaev, quien nació en Chechenia y vive en Suecia, también reveló que recientemente se sometió a una cirugía en su país natal para abordar problemas persistentes. Sus representantes no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.
"Cuando regresé a mi país, me ayudaron e hicieron una operación para aliviar algunas cosas, no sé cómo explicarlo en inglés", dijo Chimaev. "Ahora me siento mucho mejor. No puedo esperar. Peso más de 93 kilos [205 libras], me siento más fuerte. Acabo de comenzar a entrenar con mi equipo y encontraré [un oponente] para matar".
Chimaev también confirmó la declaración del presidente de UFC, Dana White, de que la condición de Chimaev empeoró por su negativa a permanecer fuera del gimnasio. Admitió que mientras estaba en Las Vegas recibiendo tratamiento, participó en tres riunds de grappling durante una práctica, y esa fue la noche que publicó sobre un posible retiro.
"Cuando voy al sparring, le dije [al manager Ali Abdelaziz], 'Solo voy a hacer almohadillas', pero eso fue una mentira", dijo Chimaev. "Salté a un sparring de grappling, hice tres rounds. Me sentí mal en el pecho, dije, 'Entrenador, salgo'". Vuelvo a casa y empiezo a [toser] sangre. Nunca tuve miedo de mi vida. Tengo miedo de lo que mi madre va a hacer después de mi muerte. Mi madre, mis hermanos, estaba pensando, '¿Qué harán después de mi muerte? Empecé con esta mie--- de MMA por mi familia. Quiero proveerles una buena vida".
Poco después de la publicación de Chimaev, el líder checheno Ramzan Kadyrov, que es blanco de sanciones estadounidenses como presunto delincuente de derechos humanos, publicó su propia declaración, en la que declaró que Chimaev continuaría luchando por el pueblo de Chechenia. Chimaev confirmó que los dos hablaron, pero dejó en claro que desea continuar por sus propias razones.
"Creo que es [la] decisión correcta", dijo Chimaev. "Solo hice [tres peleas en UFC]. No mostré quién soy. La gente todavía dice, 'Ah, él venció a tipos fáciles’. Eso me hace sentir que ahora tengo que mostrarles a estas ... personas quién soy y aplastar a todos, tomar mi cinturón. Soy el Mike Tyson de MMA. El Muhammad Ali de MMA. Voy a mostrárselo a todos".
Chimaev tiene marca de 3-0 en UFC. Irrumpió en escena a mediados de 2020, obteniendo dos victorias de UFC en un lapso de 10 días en julio. Siguió eso con un nocaut de 17 segundos de Gerald Meerschaert en septiembre, antes de su diagnóstico de COVID-19.