LOS ÁNGELES -- Mucho antes del canje a mitad de temporada que cambió todo para Los Angeles Lakers. Antes de que Russell Westbrook interviniera como sexto hombre y chocara con el entrenador Darvin Ham en el medio tiempo de aquella noche en la que LeBron James se convirtiera en el líder anotador histórico de la NBA. Antes de que Anthony Davis se ausentara por 20 juegos con la clase de lesión en el pie que ha acabado con las carreras de otros gigantes. Antes de que James se ausentara por 13 juegos con una lesión en el pie que requirió la intervención de un médico con destrezas médicas al nivel deportivo de LeBron James.
Antes de que Dennis Schroder y James hicieran ese saludo de "tengo agua helada en las venas" después de convertir un triple crucial en la esquina durante la remontada del martes para vencer 108-102 en tiempo extra a los Minnesota Timberwolves en un encuentro de play-in disputado en la Crypto.com Arena para conquistar el séptimo sembrado de los playoffs de la Conferencia Oeste... hubo otro triple en la esquina que mantuvo a los Lakers, de alguna forma, metidos en la pelea esta temporada.
Esa cesta fue convertida por un chico llamado Matt Ryan, por allá por el 2 de noviembre, cuando los Lakers estaban a punto de quedar con récord de temporada 1-6 y todos los debates en la NBA parecían girar en torno a adivinar el momento preciso en el que este equipo haría implosión.
"Hombre, eso parece que ocurrió hace cinco años", comentó Ham a ESPN. "Hemos pasado por muchas cosas esta temporada".
Ham elaboró una jugada fuera de banda en la que Austin Reaves debía lanzar el balón por encima de la defensiva, cruzando la cancha hasta encontrar a Ryan (que entonces era el único encestador con habilidad para convertir triples en el equipo), que atrapó y lanzó desde la esquina para empatar el partido contra los New Orleans Pelicans. Fue un pase imposible y una cesta imposible. Pero así ha sido la temporada de los Lakers: rescatada del abismo justo cuando todas las esperanzas parecían perdidas.
"Cuando tuvimos récord 2-10, el departamento de análisis estadístico nos daba 0.3% de probabilidades de clasificar a postemporada", afirmó James después de encestar 30 puntos (mejor registro del partido) en 45 minutos de actuación este martes. "Para que nosotros pudiéramos darle la vuelta a nuestra temporada, para que tuviéramos la oportunidad de competir por el Trofeo Larry O’Brien, eso es todo lo que se puede pedir".
Quizás fue apropiado ver a Ryan presente en la arena en la noche del martes... como miembro de los Timberwolves. Durante la práctica matutina, fue al lugar donde todo ocurrió y recordó la escena.
"Para mí, parece que esa cesta fue ayer", bromeó Ryan antes del encuentro. "Probablemente fue la cesta más importante de mi carrera".
Asimismo, fue un momento importante para los Lakers a corto y largo plazo. En ese momento, los liberó de presiones al punto de poder sobrevivir el complicado inicio de temporada. En la tabla de posiciones, marcó la diferencia entre jugar de local o saltar a la carretera para jugar el encuentro del martes.
Y los Lakers necesitaron hasta el último milímetro de su ventaja de local, porque el cotejo del martes se convirtió en un microcosmos de su temporada. Los Lakers arrancaron lentamente, permitiendo que unos Timberwolves con nómina corta se hicieran con ventaja de 11 puntos para el medio tiempo, a pesar de la ausencia de sus dos mejores defensores: Jaden McDaniels (lesión en una mano) y Rudy Gobert (suspensión).
Karl-Anthony Towns los desconcertó, sumando 17 puntos en la primera mitad con 5-5 de enceste, seis rebotes y cuatro asistencias. Mike Conley fue, en todos los aspectos, el líder veterano que Minnesota quería al adquirirlo en la fecha límite de cambios, convirtiendo 11 de sus 23 tantos con enceste perfecto 4-4 en la primera mitad.
La afición local se impacientaba, esperando que los Lakers enderezaran su rumbo mientras la ventaja de los visitantes se abultó hasta 15 puntos a la mitad del tercer cuarto.
Los Lakers lograron ascender desde el puesto 13 de la tabla de la Conferencia Oeste para el receso del Juego de Estrellas hasta ubicarse en el séptimo jugando en torno a Davis (que fuera galardonado este martes como Jugador del Mes de la Conferencia Oeste para marzo y abril); sin embargo, parecía que se les había olvidado por completo cómo hacerlo en el partido más importante de la temporada.
"Debemos ser capaces de mover [a Davis] y esa responsabilidad recae sobre mí y mi cuerpo técnico", expresó Ham después del cotejo. "Porque vienen por él, en cualquier aislamiento, le harán doble marcación".
En efecto, los Lakers acababan de ver cómo los LA Clippers adoptaron una filosofía similar para defender a Davis en una derrota sufrida la semana pasada, que en definitiva les costó un puesto entre los seis primeros de los playoffs, obligándoles a disputar este torneo play-in.
Eso significa que seguramente verán una filosofía defensiva similar por parte del segundo sembrado Memphis Grizzlies a partir de este domingo.
La cesta de Schroder cerca del final del tiempo de regulación le dio ventaja 98-95 a los Lakers faltando 1.4 segundos. Todo parecía indicar que esa cesta sellaría el resultado del encuentro.
Sin embargo, Davis hizo falta sobre Conley mientras éste intentaba convertir un triple desde la esquina faltando 0.1 segundos en el cronómetro. Conley encestó sus tres tiros libres mientras los Lakers y su perpleja afición quedaban en silencio.
Era la clase de momentos que podía haberles hundido. Pero los Lakers han vivido suficientes momentos similares y sabían bien como superarlos.
"Algunas de esas grandes derrotas decepcionantes que vivimos al principio, bien sea porque se desmoronó la defensiva, bien sea por una falta desafortunada... es totalmente incómodo cuando estás en el momento y pasas por cosas así", indicó Ham. "Pero debes encontrar el lado positivo a las cosas; bien sea en el básquetbol, los grandes deportes en general y en la vida".