NEW YORK – Gerald Green siempre ha sido reconocido por su atletismo, alguien con quien los noticieros deportivos fielmente podían contar para llenar sus resumen de juegos con sus mates increíbles.
Elegido decimoctavo por los Boston Celtics en la primera ronda del sorteo de 2005, Green pasó por cuatro organizaciones en la NBA y tuvo dos asignaciones a la D-League en sus primeras cuatro campañas profesionales, y luego experimentó un tramo de tres años jugando baloncesto en las ligas extranjeras, los primeros dos en Rusia y finalmente en China donde fue dejado libre por su equipo en diciembre de 2011.
No fue hasta que regresó a los Estados Unidos a finales de ese mismo mes que se les abrieron las puertas de la mejor liga del mundo, entonces iniciando su proceso de cómo encajarse con uno de los 30 equipos.
Tras tres solidas temporadas – las últimas con los Phoenix Suns – Green firmó un contrato de un año con el Miami Heat durante el inicio del periodo del mercado libre el pasado mes de julio. Consciente de ser identificado como aquel jugador que podía apoderarse de los mates más destacados de la temporada y que en Phoenix se había convertido como una amenaza detrás de la línea de triples, el jugador de 29 años de edad aceptó el reto presentado por los líderes veteranos y los entrenadores del conjunto miamense durante los entrenamientos de la pretemporada.
En su primer mes con el Heat, ha pasado por momentos de altas y bajas tanto con su desempeño ofensivo como con asuntos personales, pero siempre ha luchado para sobresalir en el costado defensivo.
La noche del viernes en el Madison Square Garden, el reserva recibió su segunda titularidad consecutiva en lugar del alero lesionado Luol Deng y aceptó la difícil tarea de marcar a Carmelo Anthony en la victoria de Miami con marcador de 97-78, la segunda vez en cinco días que el Heat mantuvo a los Knicks por debajo de 80 puntos.
Aunque fue imposible defenderlo de una manera perfecta, Green hizo lo suficiente para mantenerse encima de uno de los mejores anotadores de la liga, quien hizo cuatro de sus primeros cinco disparos en el primer periodo antes de fallar sus próximos nueve en los últimos tres cuartos.
“Para mí la meta principal es enfocarme en la defensa”, aseveró Green. “Siento como que si sigo tratando de ponerme el casco protector y trato de hacer que sea duro para cada chico que estoy defendiendo, eso es todo lo que espero de mí. La ofensiva para mí me va a llegar fácil. Algunos días voy a marcar tiros. Otros días no. Pero lo que debo hacer, que es un requisito de vestir esta camiseta, es salir ahí afuera y continuar jugando defensa”.
Con una ventaja de ocho puntos restando 9:42 en el cuarto periodo, Miami disfrutó de una corrida de siete puntos seguidos cuando Green hizo un mate, acertó un tripe y logró un mate de alley oop, que aumentó el marcador a 85-70 con 8:02 por jugar.
El novato de Letonia, Kristaps Porzingis, acabó la sequia con un tiro que acortó el déficit del conjunto neoyorquino 85-72, pero Green hizo de las suyas de nuevo, iniciando un parcial de 7-0 con un tiro a 11 pie del aro y concluyéndolo con un triple que puso el partido 92-72 faltando 5:52 en regulación.
De toda forma, Green echo de menos su actuación estelar del último periodo que lo elevó a liderar el ataque ofensivo de Miami con 25 puntos.
A final del día, su despliegue impulsado por su meta defensiva, algo que ha sorprendido a muchos tras una charla con su entrenador en jefe Erik Spoelstra de cara al inicio del torneo 2015-16.
“Cuando este año concluya, quiero que todo el mundo diga, ‘No se lo que Gerald Green hizo este año, pero defensivamente fue buenísimo’”, dijo. “Eso es lo que quiero hacer. Quiero demostrarle a la gente que no soy el jugador que ellos piensan. Soy alguien que pensaron que no (pude ser)”.