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Ángel Rodríguez: 'Soy 100 por ciento guerrero'

Era una noche relativamente fría de febrero en Miami, pero la temperatura dentro del BankUnited Center se elevaba cada vez más mientras el equipo de básquetbol de la Universidad de Miami atraviesa los segundos cumbre de su temporada. Los Hurricanes empataban 63-63 con los Pittsburgh Panthers con menos de 10 segundos por jugar frente a una audiencia nacional, y el balance del juego estaba en manos del base puertorriqueño Ángel Rodríguez.

Rodríguez tiene que tomar una decisión tan enorme como veloz con el público de pie, expectante. Su instinto natural le dice a gritos que busque a un compañero como creador para que su novena asistencia del partido sea la del triunfo, pero a la misma vez él era el máximo anotador de Miami en el encuentro y andaba inspirado con dos triples encestados.

Sin embargo, él no dudó.

"Primero que nada, le pasé el balón a (Sheldon) McClellan. Yo estaba seguro de que él iba a meter el tiro ya que es un gran tirador (49,5% de efectividad en tiros de campo, 39% en triples). Generalmente mi responsabilidad es salir hacia el perímetro como relevo, pero yo también sabía que solo quedaban dos o tres segundos por jugar", dijo Rodríguez analizando y recordando una de las jugadas clave en la historia de un equipo que sorprendió al país entero. Miami se consolidó como uno de los 10 mejores conjuntos del país este año, liderado por un armador que compensa con corazón lo que le falta en estatura con su 1.80 metros (5 pies, 11 pulgadas) de altura.

Si piensas que Rodríguez se achicaría ante la intensidad del momento, entonces deberías considerar que Rodríguez llegó a Estados Unidos por si solo como adolescente a los 15 años para escapar del crimen y las drogas en Cupey, Puerto Rico, donde su padre fue asesinado cuando él era apenas un bebé y donde sus dos hermanos, su madre y sus abuelos lo veían partir para buscar su propio sueño americano.

El triple de McClellan rebotó en el aro, pero todo parecía indicar que uno de los grandotes de Pittsburgh bajaría el rebote...pero luego Rodríguez recordó aquellos momentos iniciales en la preparatoria Krop de Miami, cuando jugadores más grandes y veloces que él le bloqueaban cada tiro que intentaba.

"Es una decisión tan rápida. No sé por qué (Pittsburgh) no tenía tanta gente para bajar rebotes. La zona pintada estaba bastante abierta y yo fui". Rodríguez recordaba aquella jugada con la misma intensidad que en aquel momento, hasta mencionar el momento cumbre.

"Mi compañero Davon Reed tocó la pelota tras el rebote, y eso me presentó la oportunidad y el timing para meter la pelota en el aro".

El público deliró y Miami ahora enfila derecho a ser uno de los grandes candidatos a ganar el torneo nacional por primera vez en su historia.

Rodríguez quiere que la gente sepa que los sueños si pueden convertirse en realidad si luchas por ellos y habló en exclusiva con ESPN Deportes sobre la historia de un joven que se sobrepuso a la adversidad y se rehusó a aceptar el "no" como respuesta para convertirse en el hombre que siempre quiso ser.

ESCAPANDO DEL CRIMEN Y LA TENTACIÓN

¿Cómo fue que la muerte de tu padre, Ángel Rodríguez Sr., marcó tu niñez en Puerto Rico?

Mi familia me dijo que mi papá murió, lo mataron en la calle en Puerto Rico cuando yo tenía dos años. Uso las cosas positivas. Mi mamá y mi familia me decían que él era un gran padre y que yo era su vida. Yo quiero ser ese tipo de papá y dar el ejemplo, quiero hacer el bien apartándome de la calle y las cosas que les han costado la vida a él y a amigos míos.

¿Cómo fue que decidiste mudarte a Estados Unidos?

Yo le dije a mi mamá Jacqueline que tenía una oportunidad única que quizás no volvería a pasar. Que sabía que yo era joven y no sería fácil, pero que era necesario que ella pensara en mi futuro y en mis metas. Al principio la verdad es que ella no quería dejarme ir.

Yo tenía apenas 15 años y yo era su bebé. Tengo dos hermanos pero son de un padre diferente. Mi mamá tenía mucho miedo al verme partir a otro país. No era como que podía manejar a verme, tenía que viajar y no sabía que pasaba conmigo en el día a día. Fue algo bien difícil, pero ella terminó hablando con mis abuelos (Gabriel y Rosa), quienes significan mucho para nosotros, y ellos la terminaron convenciendo. Aunque en realidad ninguno de ellos querÍan dejarme ir.

Ellos no querían que si algún día yo fracasaba tal y como muchas amistades mías han fracasado, tomaron malas decisiones o han terminado muertas...ellos no querían culparse a ellos mismos por no haberme dejado ir a Estados Unidos.

Yo siempre estuve muy convencido y tenía mis metas bien claras, pero creo que la realidad me pegó fuerte una vez que me monté en el avión y sabía que yo no volvería a Puerto Rico más que de vacaciones...pero no para estar con mi familia constantemente.

¿Qué fue lo más difícil en tu adaptación a Miami, basquetbolística o personalmente?

En Puerto Rico son todos bases o escoltas bajitos, no existen grandotes o súper atletas que te bloqueen cada tiro que intentas (cerca del aro). De repente en la preparatoria yo estoy lidiando con jugadores que medían 2,00 o 2,10 metros de altura, cuando en Puerto Rico el más alto medía 1,84. Cometí muchos errores y me bloqueaban un montón al principio, era frustrante, pero mi entrenador siempre me dejaba claro que eso formaba parte de la transición, que no sería nada fácil.

Yo aprovecho lo que la defensa me da. Si no me quieren dar la oportunidad de tirar, busco un alley-oop o un pase adicional. Eso no fue instantáneo para mí, ya que lo tuve que trabajar al no estar acostumbrado.

¿Cómo te caracterizarías como jugador?

Yo soy 100 por ciento guerrero. Soy una persona cuyo carácter es el mismo cuando las cosas van bien o mal. Voy a dar pelea e intentar ayudar al equipo como pueda. Si yo pierdo el control, si yo pierdo la confianza, entonces el equipo va a hacer lo mismo. Especialmente este equipo.

UNA NUEVA AVENTURA

La transición y adaptación de Rodríguez fue tan rápida que él pudo destacarse en el básquetbol de preparatoria. Así fue como él logró obtener ofertas de becas para estudiar en universidades con tradición basquetbolística como Louisville, North Carolina State y Miami, pero él terminó eligiendo marcharse 2500 kilómetros (1500 millas) al norte para jugar con los Kansas State Wildcats, dirigidos por un nativo de Miami como Frank Martin.

Rodríguez y Martin tuvieron una relación jugador/entrenador que contó con ciertos tumultos, como cuando Martin lo insultó sin tapujos frente a una audiencia nacional durante el segundo tiempo suplementario de un partido contra West Virginia.

Aquel fue apenas uno de varios desafíos que Rodríguez tuvo que afrontar en su nuevo ambiente universitario.

¿Cómo fue la experiencia de jugar y estudiar en Kansas State?

En Kansas me costó adaptarme a la cultura y a que no había nada que hacer, era bien distinto a Puerto Rico o Miami. Allá yo no podía despejar la mente con la nieve y el frío que había. A veces yo pensaba '¿qué hago aquí? ¿Acaso todo esto vale la pena?'. Todo eso te viene a la mente cuando estás solo y pensando negativo, pero mi familia y mi novia Jesenia me subían los ánimos.

Martin se marchó de Kansas State para dirigir a la Universidad de Carolina del Sur en el 2012, pero Rodríguez mejoró bajo la tutela de Bruce Weber, su nuevo entrenador, al promediar 11,4 puntos y 5,2 asistencias durante sus 28,2 minutos por partido y fue elegido al segundo equipo ideal de la conferencia Big 12 durante la campaña 2012-13.

Es más, él fue titular en la inesperada derrota por 63-61 contra el modesto La Salle en la primera ronda del torneo nacional. Su despedida no fue del todo auspiciosa, ya que él solo anotó dos puntos y se erró todos y cada uno de sus seis intentos en aquel encuentro.

Sin embargo, algo le estaba faltando en su vida fuera de la cancha que no podía ser medido en estadísticas dentro de ella. El joven base aceptó no jugar por un año tal y como estipulan las reglas del básquetbol universitario para poder transferirse a la Universidad de Miami, donde Jim Larrañaga terminó de destapar todo su potencial.

Así que te transferiste a Miami y te convertiste en titular indiscutido para un equipo en pleno ascenso. ¿Qué tanto te ha influenciado tu entrenador (Jim) Larrañaga como basquetbolista aquí en Miami?

(Larrañaga) siempre confía en mí. Cuando estoy jugando bien me elogia y me da un abrazo, pero lo que me gusta de él es que cuando las cosas no salen de manera tan ideal de todas maneras me ofrece una sonrisa, me da un abrazo y me dice 'nada ha pasado'. Hace todo lo posible para abrirme la mente ensenándome videos y diciéndome que pase lo que pase él sabe de lo que yo soy capaz.

¿Qué le dirías a la gente de tu país y del resto de Latinoamérica que persigue los mismos sueños que tú?

Mi mensaje más importante sería, específicamente para los latinos que no nos criamos o no nacimos aquí en los Estados Unidos, que aquí existen oportunidades más grandes. Especialmente en el básquetbol, jugando a nivel colegial. Te diría que independientemente de que llegues a Estados Unidos y tengas la oportunidad que yo tuve o no, que siempre hay una manera de poder lograr las metas de uno.

AMBICIÓN DE CAMPEÓN

Rodríguez no forma parte de los 100 mejores prospectos de la NBA para el Draft de este año según Chad Ford de ESPN.com y el futuro profesional del base de los Hurricanes podría llegar a estar en Europa. Sin embargo, la única obsesión de este joven boricua en la actualidad es salir campeón del torneo de la Conferencia Costal Atlántica (ACC) y llevar a la Universidad de Miami a alturas inusitadas en el torneo nacional este mes. Miami jamás ha sobrepasado los Octavos de Final en el escenario más grande del básquetbol universitario, pero Rodríguez tiene pensado cambiar esa historia.

¿Se puede considerar a Ios Hurricanes como candidatos a campeones nacionales esta temporada?

Sabemos que somos un equipo bien peligroso y que hay varios que no nos van a querer enfrentar. Estamos bien seguros del daño que podemos hacer, somos capaces de llegar al "Final Four" (las semifinales) sin duda alguna.

Rodríguez afronta al torneo del ACC (Conferencia Costal Atlántica) que arranca este jueves con un pase directo a Cuartos de Final por haber salido terceros en la temporada regular y luego el torneo nacional a partir del 17 de marzo.