CLEVELAND -- Suceda lo que suceda en el séptimo partido de las Finales NBA, nadie podrá culpar a LeBron James de nada.
James se echó el equipo a los hombros, una vez más, para lograr lo que casi parecía imposible después de los dos primeros partidos de la serie; llevarla a siete juegos y por momentos ya parecer que sus Cleveland Cavaliers son los que mandan en todos lados de la duela.
Se acabaron los pretextos y, sobre todo el colchón para los Golden State Warriors, que perdieron este jueves 115-101 para dejar escapar esa ventaja que hace menos de una semana era de dos partidos y parecía inminente para su bicampeonato.
Draymond Green estuvo en la duela otra vez para los Warriors; pesó poco, en especial en el apartado de los puntos; apenas ocho, antes de salir por acumulación de faltas tras 40 minutos en la duela, la mayoría provocadas más por los Cavaliers que por errores propios.
Ahora, la Finales están empatadas y los Cavaliers serán apenas el tercer equipo de la historia que va a un séptimo y definitivo encuentro, luego de que perdían 1-3 la serie.
“Nunca vi a LeBron cansado, al contrario cada vez estuvo más grandioso”, dijo el entrenador de Cleveland, Tyronn Lue. “Me dijo que se sentía bien. Con nuestra temporada en la línea, al final del tercer periodo me dijo que no iba a salir”.
“Yo no tenía ninguna intensión de sacarlo de cualquier manera”, agregó. “No me importa lo que ustedes (prensa) digan. Vamos a usarlo al máximo”.
James jugó casi 43 de los 48 minutos del partido; anotó 41 puntos por segunda ocasión consecutiva, además de 11 asistencias y ocho rebotes.
A la defensiva, James también fue implacable. Incluso robó cuatro balones y bloqueó tres disparos.
“Tuvo otro partido increíble”, consideró su entrenador. “Eso es lo que esperas de LeBron. Es lo que ha hecho toda su carrera. Aquí vamos por otro partido y sabemos que vamos a necesitar otro desempeño como ese de LeBron”.
El entrenador de los Warriors, Steve Kerr, coincidió con su colega.
“Es un fantástico jugador, un brillante jugador”, dijo Kerr. “Es muy atlético y fuerte. Esta noche pudo conectar sus tiros brincando (jump shots). Es uno de los mejores de todos los tiempos. Hay que reconocer”.
James y sus compañeros salieron como torbellino desde el salto inicial de ambos lados de la cancha.
Casi a la mitad del primer periodo, ya ganaban sin que los Warriors pudieran siquiera anotar su primer disparo.
El segundo de abordo, en especial en la primera mitad fue de nuevo Kyrie Irving, quien pareció que también podía repetir su legendaria actuación del pasado lunes, al cerrar la primera mitad con 20 puntos. Pero sólo añadió más en los finales dos periodos, cuando pareció que su pie izquierdo lastimaba.
“Se torció un poco, pero estará bien”, señaló Lue. “Su desempeño fue brillante. Nos dio un gran arranque. Y seis de 12 desde la duela, consiguió tiros libres y atacó. Hizo un gran trabajo poniendo el tono. Y luego vino LeBron a cerrar el partido”.
Los Cavaliers otra vez tuvieron poco de Kevin Love, quien rápido se metió en problemas de faltas. Siete puntos y tres rebotes fueron sus estadísticas en casi 12 minutos.
Pero apareció Tristan Thompson abajo de ambos tableros para aprovechar la ausencia de Andrew Bogut y el desconcierto de Green.
Thompson sumó 16 rebotes y 15 puntos, sus mejores números en Finales NBA de por vida.
“Los últimos días trabajamos en diferentes posiciones para él”, dijo Lue. “Hace buen trabajo protegiendo los codos, cajas y peleando rebotes. En realidad estuvimos enfocados en él para que estuviera en la posición correcta. Y a la defensiva pudiera cambiar del ‘uno al cinco’”.
Los Cavaliers reconocieron que una de las principales claves es meter en problemas de faltas a Stephen Curry, quien sólo pudo jugar seis minutos en el primer periodo y salió expulsado por seis personales en el último, precisamente cuando ponía en más predicamento a los anfitriones.
Curry de todos modos salió con 30 puntos producto en buena parte de seis triples entre los ocho tiros de campo que encestó esta noche.
“Hay que estar siempre bien pegados con él”, dijo el entrenador de los Cavaliers. “Sabíamos que había que tratar de presionarlo para que sucedieran las cosas. Por momentos bajamos la guardia y ya vimos otra vez lo que es capaz de hacer”.
El último juego de la temporada, el que decidirá al campeón, se disputará este domingo en la casa de los Warriors, la Oracle Arena de Cleveland.
Y mientras James juegue, cualquier cosa puede suceder para los Cavaliers.
“Sólo es LeBron siendo LeBron”, dijo Lue. “Es uno de los mejores de todos los tiempos. Nuestra espalda estaba contra la pared y él nos rescató en el último par de partidos”.
“Junto a Kyrie, realmente pusieron este equipo en sus espaldas”, añadió. “En realidad nos han llevado a donde queremos llegar, el Juego 7 en Golden State”.