LAS VEGAS – El roce hace el cariño y Kevin Durant, Draymond Green y Klay Thompson ya están fomentando su química particular en la concentración de la selección de básquetbol de EEUU en Las Vegas. Después de tres días de prácticas, el trío de ases de Golden State Warriors está intimando sobre la duela gracias a la pizarra de Mike Krzyzewski, a los partidillos contra la selección de jugadores jóvenes dirigidos por Gregg Popovich y a los momentos que están pasando más allá de los entrenamientos.
El entusiasmo se palpa en cada uno de ellos. El simple hecho de representar a su país y compartir vestuario con varios de los mejores jugadores de la NBA es de por sí motivo de motivación para cada uno de ellos, aunque en el fondo también comprenden lo importante que es esta conexión para construir una relación que se extenderá durante la temporada regular. Thompson reconoció que ya está disfrutando de KD.
“Es muy divertido. Ha tenido tanto éxito en su carrera y siendo tan joven. Es muy fácil jugar con él. Todavía estoy en shock de que esté en el equipo. Estoy deseando jugar con él el viernes por la noche (frente a Argentina), será una gran previa de lo que vendrá”, apuntó.
El escolta sabe a la perfección cuánto ayudan las concentraciones con la selección para ahondar en las personalidades de sus compañeros. Durante la Copa del Mundo de España en 2014, cuando lograron la medalla de oro, Thompson y Stephen Curry le dieron un impulso a su amistad a pesar de llevar en aquel momento tres temporadas juntos.
“La relación entre Steph y yo creció tanto en España porque jugamos al golf muchísimo”, comentó. “Hacíamos 18 hoyos y nos conocimos mutuamente aunque fuéramos compañeros durante tantos años. Nuestra relación pasó a otro nivel. Lo mismo pasará con Draymond aquí. Le conozco desde hace cuatro años, es un gran compañero y un gran amigo. Pasaremos tanto tiempo viajando, lo mismo con KD. No lo conozco tan bien, pero nos estamos llevando muy bien. Será divertido conocernos más porque tenemos personalidades parecidas”, agregó.
Es imposible borrar la sonrisa de los tres compañeros. El ambiente está siendo de lo más distendido en el grupo en general y en el trío en particular. Green y Durant son los que más veces compartieron equipo juntos durante las prácticas, aunque Thompson es el que más partido le sacó a su nuevo compañero en las variaciones de juego interior y exterior. Para él, las cosas no pueden más que ir a mejor. Su punto de vista es el de asumir la presión de la mejor manera posible y demostrando que su conexión sólo irá a mejor.
“Claro que hay presión, la hubo el año pasado, este año, pero hay que asumirla y disfrutarla. No muchos jugadores tienen la oportunidad de estar en esta posición en sus carreras, con toda la atención mediática. Allá donde vayamos seremos el equipo a batir. Así que sí, lo asumimos. Es parte del juego”, agregó.
Y en el trío falta un componente vital, Curry, el dos veces Jugador Más Valioso de la NBA. Entre el armador y el alero, promediaron una media de 58.3 PPJ combinados la temporada pasada. Thompson se unió al club anotador con un balance de 22.1 PPJ y Green de 14.0 PPJ. La ofensiva será sin duda la más temida de la liga, algo que les convierte en los chicos malos de la competición.
“Fuimos los villanos durante los playoffs, así que no es que no estemos acostumbrados. Lo fuimos en Cleveland, Oklahoma, Portland y Houston. Ahora será algo más intenso”, insistió Thompson.
Incluso sus rivales y ahora compañeros en la selección no tienen duda de que la química funcionará. Paul George no tiene dudas de que Curry y KD no necesitan pasar por unos JJOO para brillar junto en la liga.
“Creo que los dos van a estar dispuestos a sacrificarse. Son jugadores solidarios, así que seguro que funcionará. No podemos olvidar lo que Klay y Draymond traen al equipo. Con esos cuatro chicos no puedes tener un alfa. Todos han de estar dispuestos a ceder algo en el equipo”, sostuvo George.
Incrédulo todavía ante la incorporación de KD, Thompson recordó cuál fue su papel en la reunión para reclutar al JMV de 2014.
“No tenía ni idea de lo que iba a decir, pero al final dije lo que había en mi corazón. Le dije que al jugar con Steph siempre le veía en la duela e intentaba imitar sus movimientos, que si él venía ya no seríamos Steph y yo, sino que con él me motivaría más todavía para ser mejor y estar a su nivel”, confesó.
El primer paso para esa adaptación y aprendizaje se está dando en la concentración del Team USA. A partir de ahí desarrollarán una confianza que desean dé sus frutos durante la temporada. Lo contrario sería un fracaso de grandes dimensiones.