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Lakers recuperan la libertad sin Kobe Bryant

La victoria de Los Angeles Lakers ante Houston Rockets del miércoles supo a gloria para los jugadores, el cuerpo técnico y los aficionados. No es cuestión de comenzar a lanzar cohetes tan rápido, pero lo que Luke Walton y sus pupilos mostraron a nivel nacional es que las cosas se están haciendo de otra manera en la organización. Al final va a resultar que Kobe Bryant debería haber colgado las botas antes, lo mismo ahora sería un inversor prolífico que habría visto multiplicar sus ganancias de manera desorbitada. Quién sabe.

Lo único claro es que los Lakers demostraron en la victoria ante Houston Rockets que juegan más en equipo que antes, que la colectividad es la prioridad y que no hay dependencia en un jugador, sino en todos. No hace falta ser sabio para comprobar que la declaración de intenciones del conjunto viene de la libertad de creación. Y no es que D'Angelo Russell sea un ilustrado de la vida, pero el chico aprende rápido y está sabiendo diferenciar entre la era Kobe y la era post-Kobe.

"Ahora todos estamos jugando. No se trata de solamente de un jugador. Se trata de sacrificarse por el equipo. Kobe mereció cada momento de atención que recibió en su último año, pero hay libertad sin Kobe aquí. No hay un líder, una cara de los Lakers", afirmó a ESPN.com.

"Cuando viajé a San Antonio la temporada pasada, me di cuenta de que allí el jugador número 15 recibía la misma atención que Tim Duncan, que es una leyenda. Creo que estamos incorporando ese concepto. Ahora somos un equipo y eso nos motiva", agregó el armador, que fue uno de los jugadores más destacados en el partido de apertura de los Lakers con 20 puntos, 12 de ellos a base de triples.

Los tiempos cambian y según parece, en los Lakers la filosofía de los egos se fue a la papelera; es la moda que Walton está intentando imponer en el equipo angelino. Para eso era obvio que había que esperar a que Kobe cumpliera sus dos últimos años de contrato, hubiera sido extraño que el que fue excompañero de la Mamba Negra en los dos últimos campeonatos de los Lakers se acabara convirtiendo en su coach y desde luego se hubiera antojado imposible imponer una cultura de grupo en lugar de la dependiente de una figura antes de su retirada. Por eso, la gerencia usó a Byron Scott para la labor de agradar a un Kobe extremadamente confiado en sus posibilidades, consciente también de sus limitaciones físicas cuando el cuerpo dijo basta.

Esa confianza en sí mismo es la que precisamente está aplicando en su nueva aventura de inversor, una faceta en la que ya dio algunos pasos en el pasado pero en la que se le sigue considerando un novato.

"En mis primeros playoffs fallé cinco canastas consecutivas que ni siquiera tocaron el aro. Creo que mi nivel de tolerancia es increíblemente alto", declaró recientemente en una conferencia organizada por el World Street Journal en Laguna Beach, California.

Kobe no tiene ninguna duda: triunfará como inversor como lo hizo en el básquetbol. El exjugador ha invertido 100 millones de dólares en un fondo para apostar por la tecnología, medios de comunicación, compañías de datos, videojuegos, servicios legales, software de telemarketing, una compañía de jugos, el portal de internet, The Players Tribune... Y lo está haciendo con su nuevo socio, Jeff Stibel, un cerebro del mundo de los negocios que se ha convertido en su Shaquille O'Neal (probablemente con mejor relación personal).
¿Triunfará en el mundo de las inversiones como lo hizo en el del baloncesto? ¿Aplicará la misma agresividad? ¿Tendrá tantos enemigos?

Kobe parece tenerlo claro en este sentido.

"Cuando tienes empatía con tus enemigos les puedes destrozar más fácilmente".

Así es como funciona la Mamba Negra, que siempre estará mirando de reojo a esos Lakers en los que vivió uno de los mejores y peores momentos de su historia.